Entre el Amor, el Odio y la Guerra.
Son Melissa es una joven que lo ha perdido todo teniendo como ultima alternativa: aprender a sobrevivir en la Ciudad Subterránea donde será Oscar Benjamín su salvación. Pero el tiempo pasa y las cosas cambiaran cuando crezcan. ¿Cómo afectara el hecho de que Melissa caiga en el escuadrón del Capitán Levi? Solo tres factores afectan este triangulo amoroso: Amor, Odio y Guerra.
Nota del Autor: Este Fanfic contiene personajes creados originalmente por mí. Por supuesto esta situado en Shingeki No Kyojin donde veremos como los personajes se relacionan con los creados por Isayama Sensei. El tiempo es 10 años antes de la destrucción del muro María.
Shingeki no Kyojin no me pertenece, le pertenece a Hajime Isayama.
Capítulo 1: Encuentro
Mi nombre es Son Melissa, tengo 7 años. Vivo en el campo con mi familia al borde de la muralla Rose. Vivimos tranquilos ya que en aproximadamente 90 años hemos estado a salvo de los Titanes.
Voy camino a mi casa con un ramo de flores en brazos ya que mi familia se dedica a los arreglos florales. Soy la encargada de ir al campo y tomar muchas flores de diferentes tallos y colores.
"Que mal, con esta lluvia se van a arruinar" Pienso, mientras corro intentando proteger con mi cuerpo el ramo.
En ese momento siento como algo cae sobre mis hombros y cabeza, es cálido y me protege de la lluvia. Volteo extrañada para ver a un joven de espaldas lleva el uniforme de la fuerza de reconocimiento al igual que su equipo de combate.
-Esto, muchas gracias- agradezco al joven que se encuentra de espaldas, veo apenada como la gruesas gotas de lluvia caen y se deslizan por sus cortos cabellos negros.- Pero usted se esta…
-No te preocupes por mí, niña…- Susurra a la vez sigue su camino sin mirarme.
Lo miro extrañada por última vez para seguir corriendo entre las calles para llegar a las escaleras que guían hacia los campos. Subo rápidamente para sentir como la hierva mojada roza con mis piernas y la tierra mojada ensucia mis zapatos.
De pronto me detengo en seco para ver aterrada mi casa, esta completamente destruida. Me acerco más para llegar hasta uno de los ventanales empañados, comienzo a frotar con la esperanza de ver el interior de la casa llevándome la peor de las vistas.
Están muertos, todos están muertos. Me tiro en la hierba para cubrirme la boca y evitar un grito desesperado, mientras mis ojos se llenan de lágrimas por la impotencia.
Escucho aterrada un crujido de la puerta para en ese momento cubrirme de nuevo con la capa. Aun con las flores corro, dando una mirada hacia atrás para ver a los asesinos de mis padres. Con mazos gigantes y demás armas repletas de sangre seca.
"¡No!" grito en mi mente a la vez que crujo los dientes para mirar hacia delante.
"Sería inútil atacarlos" pienso mientras salgo de los campos para llegar a las escaleras, esta maldita lluvia me hace ver todo confuso a la vez que corro entre laberintos de concreto buscando un lugar seguro.
Sigo corriendo hasta que veo a dos hombres con miradas aterradoras con un par de perros buscando entre la basura que comer.
-Miren, creo que ya llego la cena- escucho al más alto de los hombres mientras que el otro sonríe.
-¡Mark y Jeft!- grita mientras los perros color negro comienzan a ladrar a la vez que les bota de los dientes baba con restos de sangre.- ¡Mátenla!
Los sueltan a la vez que yo comienzo a correr con más fuerzas, aferrándome a la vida veo que se han quedado un poco atrás. En ese momento me saco los zapatos para correr más rápido.
No se cuanto tiempo he corrido entre las calles, hasta que me detengo para notar que los perros han dejado de seguirme. Aun en la lluvia me dejo caer para sobarme los pies llenos de restos de sangre y cortadas sumamente dolorosas.
-¡Maldición!-susurro llena de dolor al sobarme los pies, a la vez que detrás de mi escucho un eco.
Volteo para unas escaleras que llevan a un lugar desconocido a la vez que oscuro. Me levanto para ver dudosa la entrada.
"No tengo donde cubrirme, si sigo mojada pescare una pulmonía. No tengo opción si quiero sobrevivir y luchar por mí misma…" Pienso a la vez que decidida tomo camino hacia las escaleras y me adentro en la oscuridad hasta que logro ver un poco de luz.
Visualizo el lugar detenidamente, hay muchos cadáveres sin vida tendidos en los suelos de las calles. A la vez que el suelo de concreto parece estar teñido por completo de rastros de sangre seca.
Me abrazo de mis flores con fuerza, aterrada al ver la masacre que me rodea. De pronto, siento como una ráfaga de viento pasa por mi cuello dejando caer la gorra de la capa que me cubría, a la vez que noto como unos cabellos míos han sido cortados.
Sé que son míos ya que son castaños, volteo temerosa para ver una espada en mi cuello y la mano de quien la porta en mi hombro.
-Fuerza de Reconocimiento- susurra a mi oído.- Muévete un poco y perderás la cabeza.
-no… por favor… yo no soy de la fuerza de reconocimiento…- confieso dejando caer la capa para mostrarme.- Soy civil…
Suspiro aliviada a la vez que siento como la espada se aleja de mi cuello y el portador me suelta para verme.
Le volteo a ver notando su altura es por unos 20 centímetros mas alto que yo. Sus cabellos son castaño oscuro, sus ojos cafés, su piel morena, se encuentra vestido con una camisa blanca remangada, unas botas negras, una capa negra y por supuesto un equipo de maniobras 3D.
-¿Qué haces sola en este lugar?- me pregunta, intentando tocar mi hombro.
-¡ah!- chillo aterrada a la vez que me alejo de su mano.
-No temas, normalmente no corto las cabezas de niñas indefensas- me comenta a la vez que me tiende una mano.
Yo solo suspiro dolida de nuevo cayendo en mis rodillas para abrazarme al ramo de flores que llevo en brazos.
-…- Lo volteo a ver de nuevo notando su mano que me apoya.- Son…- susurro.
-¿Disculpa?- me pregunta extrañado.
-Me llamo Son Melissa…- le tiendo mi ramo de flores.
-Melissa…- susurra a la vez que acepta el ramo y me toma de la mano para ayudarme a volver estar de pie.
-Oscar Benjamín…- responde seguro a la vez que me sonríe.
No soy capaz de devolver la sonrisa ya que siento como las piernas no me responde al igual que mis ojos, los cuales se nublan dejándome ciega y a la vez sorda de todo.
"Nadie recuerda el nombre de las flores que pisaron…"
