CAMINO DIFUSO

¿Y si Alice no hubiera visto el salto del acantilado? ¿Y si Edward nunca hubiera creído que Bella estaba muerta? ¿Y si Edward volviera solo cuando no pudiera separar la distancia? Un final diferente para Luna Nueva. Jacob x Bella. Edward x Bella.

CAPITULO 1: Cuando respiro...

"Y aunque esté despierto,

hay noches que nunca terminan."

(Sekachu)

Podía oir la lluvia repiqueteando en mi ventana y sorprendentemente ese sonido me invitaba a seguir durmiendo. Era relajante la cadencia con que las gotas golpeaban mi cristal, como si alguien llamara calmadamente esperando mi respuesta.

Ese pensamiento dolió como ascuas ardiendo en mi pecho. ¿Cuánto tiempo hacia que nadie se colaba por mi ventana? ¿Cuánto hacía que él se había marchado de mi lado dejandome con los jirones de lo que ahora era? No había contado los días, prefería no poner datos concretos a un dolor que no podía expresarse con palabras.

Aún así, era díficil ignorar el sufrimiento cuando pasaba la noche soñando con él. Unas veces eran pesadillas tan vividas que me levantaba llorando, otras veces como hoy recordaba los buenos momentos vividos juntos y mi mente le añadía más detalles para que al despertar tuviera más con lo que torturarme. Así era yo, un cuerpo y una mente hecha para disfrutar torturandome a mi misma con los recuerdos de su cercania, de su olor, de su tacto y del sonido de su voz. Casi como si disfrutara la parte mala que venía después... cuando recordaba que jamás volvería a sentir su cercanía, que nunca volvería a oler su aroma, que no notaría más el tacto frío de su piel contra la mia, que su voz aterciopelada no surcaría los pliegues de mis oídos. Solté una risotada sin alegría alguna, ¿y él decía que era adicto a mi olor?. No creo que se pudiera comparar con lo que yo sentía cada mañana al recordarlo por completo. Si esto era lo que él sentía, entonces yo también tenía "la sed".

- Bella, Jacob al teléfono. – gritó Charlie desde la planta de abajo. Miré rápidamente el reloj extrañada de que llamara tan pronto y de que mi padre estuviera levantado, pero para mi sorpresa eran más de las doce.-

- Ya voy. -

- Se ha quedado dormida, ahora baja. – le oí decirle mientras corría escaleras abajo.-

- Hola Jake, ¿qué pasa? -

- Habíamos quedado en LaPush hará más de una hora. Estaba preocupado, comociendote podías haber sido la primera persona en tener un accidente en una carretera recta sin apenas curvas.- se rió suavemente y su risa me hizo cosquillas en los oídos. Era tan agradable notar como todo el peso de mi corazón se aligeraba con solo oír su voz...-

- Oh, lo siento tanto. Es cierto, lo siento. Me he debido quedar dormida y el despertador no ha sonado.-

- No te preocupes, si te digo la verdad yo también me dormí. Me he despertado hace diez minutos. Esto de hacer excursionismo nocturno es muy cansado.-

- Deberías dormir más Jake, por mi culpa tienes que vigilar los alrededores cada noche. – susurré esto último para que Charlie no lo oyera.- ¿Quieres que cancelemos el plan? Así puedes aprovechar el sábado para dormir.- La idea no me gustaba mucho, pasar todas las horas posibles con Jacob era mi medicina, el modo de sentirme persona sin tener que actuar como tal, sin esfuerzos sobrehumanos. Con él era yo, simplmente...-

- No, no... por supuesto que no. Ya dormiré. No tengo ninguna prisa. Prefiero seguir con nuestro plan. – bostezó intentando disimularlo, pero ese chico enorme era capaz de bostezar sin que sonara como un animal salvaje. Sonreí para mí misma con cierta ternura.-

- Te ofrezco un trato. Tú estas cansado y a mi me da pereza salir con este frío, ¿qué te parece si cambiamos un poco el plan y vienes tú aquí y vemos una película?.-

- ¿Y Charlie?-

- Se va a pescar, para variar... Además estará encantado de que hagas compañía a su anti-social hija.-

- Jacob, siempre eres bienrecibido en casa.- gritó mi padre desde la cocina dejando bien claro que estaba escuchando, Jake se rió desde el otro lado del teléfono.-

- ¿Ves? Entonces ¿trato hecho?. Tú podrás descansar y podemos vaguear como dos buenos adolescentes que somos.-

- Claro, me parece genial. Pasaré por el videoclub de camino a tu casa.-

- Por favor, nada de peleas, guerra u hombres con armas más grandes que sus musculos.- Se rió de nuevo y aceptó sin demasiadas quejas.-

Una hora después un chico de piel morena, más de dos metros y una enorme y blanca sonrisa llamaba a mi puerta agitando en su mano 3 peliculas y unos paquetes de palomitas de microondas. En el instante en que abrí la puerta sentí que respirar ya no dolía tanto y que una nueva energía surgía de algún rincón desconocido de mi cuerpo. Jacob Black era como una gran pila que funcionaba con solo estar en un radio de 500 metros a mi alrededor. Si mis ojos podían verle, me menta conectaba automaticamente el estado de "paz". Estar a su lado era como estar tumabada. Nada requería esfuerzo, mi cuerpo no se cansaba y la tranquilidad me llevaba a un estado de sopor que me invitaba a dormir.

- Espero que estés preparada para un montón de comedias típicamente americanas. Ya que las de acción estaban descartadas y me negaba a pasarme horas viendo a alguna rubia cursi enamorada de un remilgado hombre, solo me quedaba la comedia o las de Disney. -

- ¿Seguro que tienes edad para ver "American Pie"?- bromeé mirando las peliculas que traía.-

- Bueno, si mi mente se pervierte y Billy se entera te echaré toda la culpa.-

- Muy bonito... para ser tan grandullón pretendes esconderte tras una chica. Tendré que contarselo a Sam y los demás.-

- Está bien, no diré nada. De todos modos no creo que aprenda nada que todo buen adolescente no sepa ya.-

Pocos minutos después de que Jacob viniera, mi padre se marchó, no sin antes lanzar su típica frase de "Te quedas en tu casa". Cada frase de ese tipo era aprovechada por mi amigo para remarcarme lo feliz que estaría mi padre si salieramos juntos. La mayoría del tiempo que pasaba con ambos a la vez, me sentía como si estuvieran de acuerdo para organizar en cualquier momento un matrimonio concertado. Claro estaba que yo también sabía que mi padre sería el hombre más feliz del universo si saliera con Jake, pero no estaba segura si todo el mérito era del buen caracter del chico o de que, en ese momento, Charlie sería feliz con que saliera con cualquiera que no fuera Edward. Si tan sólo mi corazón no doliera cuando pensaba en él, quizás podría plantearme el hecho de acercarme más a Jake, pero no estaba segura si lo que sentía por él iba más allá de la amistad mezclada con el agradecimiento y con ese extraño sentimiento de calma que me provocaba.

A veces, me sentí culpable. Era como si usara a mi mejor amigo como un anestesico para mis sentidos. ¿Pasaría tanto tiempo con él sino fuera porque calmaba mis dolores? La grieta de mi pecho se cerraba cuando estaba con él, la frecuencia con la que me agarraba el pecho por miedo a romperme en dos se reducía hasta casi desaparecer y de algún modo yo era feliz. No era un "feliz" como el que sentía cuando la familia Cullen era mi familia, era un "feliz" un poco más tenue y desdibujado, pero al fin y al cabo era felicidad.

Cuando miraba a los ojos a aquel chico de dos metros, tan grande y a la vez tan pequeño, me preguntaba que hubiera pasado si Edward no hubiera existido, si no hubiera sentido esa atracción por mi sangre y mis sentimientos no hubieran sido correspondidos por un corto período de tiempo. ¿Hubiera sido Jacob el que ocupara mi corazón hasta hacerlo del doble de su tamaño? Quería pensar que no, que lo que pasó era inevitable y que aquel vampiro era mi destino, pero mi mente sabía que lo más probable es que me hubiera enamorado de mi mejor amigo y me hubiera convertido en una chica de tantas que termina saliendo con su persona más cercana. Algo fácil, algo seguro, sin mayores complicaciones que decidir en que gastar el tiempo juntos. Ni vampiros queriendo matarme, ni pesadillas que me bañaban en sudor, ni siquiera un mal de amores digno de cualquier culebrón sudamericano. ¿A qué me había reducido este amor?

Aún así, muchas veces las líneas de la amistad se difuminaban entre nosotros. "Mi mejor amigo" se convertía a veces en un término que no podía alcanzar toda la extensión de lo que sentía por él. ¿Alma gémela? ¿Mi otra mitad? ¿La persona que me comprendía?. Era confuso usar esos términos, sonabas más a novio que a amigo, pero era la única manera de poder apenas atisbar en palabras mis sentimientos por él.

- ¿En qué piensas? – me preguntó de pronto.- Estabas como ida.-

- Perdona, no sé que me ha pasado.-

- Tú también pareces cansada. ¿Has dormido mal?. Si es por Victoria no te preocupes, todos estamos vigilando continuamente, no será capaz de acercarse a menos de 1 kilometro sin que nosotros lo sepamos antes.-

- No, no es eso. He dormido bien. Tú eres el que parece caerse de sueño. De verdad que me siento mal porque pases tanto tiempo pratuyando y que cuando no lo estas haciendo te obligue a hacerme compañia.-

- No me obligas a nada, lo hago encantado y lo sabes. Soy yo el que siente ser un poco muermo. Supongo que no estoy muy espabilado, ni divertido estos días y el hecho de quedarme dormido cada dos por tres no ayuda mucho. – se rió algo avergonzado. -

- Está bien, estas cansado. Siempre que te veo dormir me siento mejor. De algún modo es gratificante verte descansar. Además siempre es bueno tenerte cerca, ahorramos mucho en calefacción.- Ambos reimos y él me abrazó fuertemente.-

- Soy mejor que un jersey, ¿A qué si?.-

- Dios, estás ardiendo. Cada día tienes la temperatura más alta. Cualquier día de estos vas a quemar a alguien. Incluso con frío me haces sudar en dos minutos.-

- ¿Eso es mi temperatura o mi cercanía?- siempre bromeaba de ese modo. Enseñaba claramente su corazón en cada una de esas bromas, una manera segura de poder demostrar lo que sentía por mí, pero sin tener que esperar una respuesta. Aquel continuo tonteo me ponía nerviosa la mayoría del tiempo, también me hacía sentir culpable de nuevo. ¿Estaba jugando con los sentimientos de aquel chico al no decirle que no le quería de ese modo? Pero, ¿de verdad podría vivir sin él cuando se alejara de mí?.

- No sé cual de las dos será, pero puedes soltarme. Estoy sudando.-

- Jajaja, lo siento, lo siento. Al menos el calor es mejor que el frío.- Directo al pecho, como una flecha. Aquellos comentarios infantiles en los que se comparaba para mejor con Edward me dolían como mil demonios, y él lo sabía. Yo sabía que lo decía sin pensar. Un par de segundos después de soltarlo, siempre me miraba con culpa en los ojos mientras mi mano se dirigía sin pedir permiso a mi pecho. "Respira, respira..." me decía a mi misma mientras intentaba que no doliera tanto pensar en ese nombre y todo lo que con él tenía que ver. La sal se extendía por mis heridas y yo luchaba como un naufrago por no ahogarme en ese mar. – Perdona, no quería decir eso. Soy estupidamente infantil a veces. Te dejo que me restes 5 años solo por esto.- Sonrió forzadamente tratando de hacerme sentir mejor y de que le perdonara.-

- Está bien, no pasa nada. Sólo... no me gusta pensar en él... ya sabes.-

- No tengo ninguna objección a eso. Olvidemonos de todo.- Ambos volvimos a mirar la película sin hacerle demasiado caso. Estaba segura que igual que yo me sumí en mis pensamientos, él también estaba sumido en los suyos. Cuando la película acabó, ambos nos quedamos en silencio unos segundos sin hablar, hasta que el ruido de su estomago nos salvó de la tensión. Ambos nos reimos cuando el mismo sonido retumbó con más fuerza.-

- Creo que es hora de alimentarte. No quiero que Billy me diga luego que no cuido de su hijo.-

- Esta es la peor parte del asunto del hombre lobo. La mayoría del tiempo tengo hambre. Incluso cuando acabo de comer, siempre noto espacio para más. Creo que Billy está pensando en darme en adopción o algo así. No le salgo rentable.-

- Pues no quiero imaginarme las quejas que tendrá Emily, que tiene que alimentaros a todos vosotros.-

- Ni lo digas, prefiero no pensarlo demasiado.- su risa sonó suave a mi espalda mientras entrabamos a la cocina. Nunca me cansaría de ese sonido.- El último día le vaciamos la nevera en menos de diez minutos.-

- Tendré que esforzarme entonces para dejarte satisfecho.- Un brillo tenue se dibujó en sus ojos y supe que se avecinaba otra de esas frases que hacían que mis huesos temblaran suave y dulcemente a pesar de mis quejas.-

- Estoy satisfecho solo con estar contigo. Eso me da más energía que cualquier comida que me prepares.-

- Jake...- le reproché con dificultad. Era casi imposible resistirse al consuelo y la ternura que ofrecía a veces.-

- Lo sé, lo sé... pero no puedo evitarlo. Así es como me siento. Bella, me gusta estar contigo, y tu lo sabes. Además, sé que a ti también te gusta, Charlie también lo nota. El cambio que sufres cuando estás conmigo... eres otra persona. Eres más como antes de ... – se interrumpió antes de decir su nombre, y quizás eso fue también doloroso. Saber que Jake se tenía que reprimir por mí, que tenía que tener cuidado con las cosas que decía por mucho que pensara así. Tener que cuidar de mis sentimientos aun cuando a veces yo no cuidaba tanto de él...-

- Yo te quiero Jake, tu lo sabes... Me gusta mucho estar contigo, pero no siento lo mismo que tú. Soy egoista, te mantengo a mi lado por mi propio bien sin tener en cuenta que tú puedas malentenderlo o no. Quizás deberíamos...- otra herida en mi pecho comenzó a abrirse ante la perspectiva de tener que alejarme de él, pero puede que fuera el momento de devolverle todo lo que había hecho por mí, de dejarle hacer su vida sin mí.-

- Antes de que digas alguna tontería sobre no vernos tan a menudo o algo de eso... no es necesario. Yo sé lo que sientes por mí, y también sé que igual que yo no quiero alejarme de ti, tu tampoco quieres hacerlo. Además, no pienso dejarte lejos de mi vista mientras esa chupasangres pelirroja ande rondando. Bella Swan, puedes patalear, llorar, pegarme o quejarte a tu padre, pero no te vas a librar de mi tan fácilmente. – sonrió ampliamente como si no le importara mi egoismo o su propio sufrimiento y por un momento me dio igual ser egoista o cualquier otra cosa.-

- Aunque me quejara a mi padre, él se pondría de tu parte.- traté de quitarle seriedad a la conversación.-

- Lo sé... es un punto a mi favor.- y ambos nos reimos juntos de nuevo, como si nada hubiera pasado.- Ahora, a la comida, sino quieres que sea el primer hombre-lobo que se desmaye mochornosamente en plena patrulla.-

Pasamos el día juntos haciendo poca cosa, pero disfrutando el tiempo juntos. A pesar de los dos momentos tensos que tuvimos, el ambiente se relajó después y comprobamos lo fácil que era entendernos. De algún modo todo nos servía para reforzar nuestra relación.

Cuando Jacob se marchó pasaron por mi mente los pensamientos que siempre tenía cuando nos separabamos. Que fácil era todo con él ... y que duro cuando se marchaba.

* * *

La noche llegó rápidamente tras dejar hecha la cena para Charlie, ducharme y una llamada interminable de Renee. La lluvía había dado una tregua después de no haber parado en todo el día, lo cual fue un alivio para mí al pensar en los chicos de LaPush haciendo guardía para encontrar a Victoria. Pensar en ella me daba escalofríos. No sabía donde estaría en ese momento, pero sabía que no demasiado lejos. Yo era su claro objetivo, y no se marcharía hasta hacerme cosas que era mejor no imaginar.

Miré por la ventana y suspiré pesadamente. Era tarde, lo único que podía hacer era tratar de dormir y sentirme a salvo sabiendo que Jacob estaría ahí fuera asegurandose de que nada me pasara. Dormir no era un trabajo precisamente fácil, cuando cerraba los ojos toda clase de peligros y criaturas, que hasta hace poco más de un año no creía que existieran, aparecían en mi mente. Cuando sabes que tu vida está en peligro y que no sabes cuando ese peligro llegará es díficil relajarte lo suficiente para dormir. Sólo el cansancio extremo servía para eso. Era la rutina de todos los días, dar vueltas y vueltas en la cama tratando de esquivar los pensamientos que me asaltaban con la ventaja de la oscuridad hasta que después de horas caía rendida sin darme cuenta.

De pronto un jardín seco y desierto se extendió bajo mis pies. Estaba soñando como cada noche, aunque aún no sabía si era una pesadilla o un sueño a secas. Caminé con los pies descalzos sobre los hierbajos marrones y asperos. Tenía los pies tan fríos que apenas podía sentir algo más que ese punzante frío. Quería sentarme y tratar de calentarlos con las manos, pero de pronto me di cuenta que las manos también estaban heladas. ¿Qué estaba pasando?. Miré alrededor tratando de encontrar a alguien, pero estaba sola. Caminar parecía ser lo único que podía hacer en aquel lugar, pero el frío seguía recorriendo mi cuerpo haciendo que doliera cada vez más.

- ¿Hay alguién? – pregunté y mi voz sonó temblorosa y terriblemente asustada. Un eco difuso retumbó en mi cabeza, pero nadie contestó. Continué caminando cada vez con más díficultad hasta que me sentí incapaz de dar un paso más. Parpadeé y todo a mi alrededor cambió. Ahora la nieve lo cubría todo, el paisaje era tan blanco que era díficil distiguir algo más que nieve. Ni árboles, ni carretera, ni casas... solo un enorme espacio cubierto de nieve y un cielo gris plomizo que me provocaba una angustia irracional. Todo era blanco... tan tan blanco. Salvo por las pinceladas de rojo que vi a mis espaldas. Me giré extrañada por el repentino calor líquido que se extendío por mi pecho y que bajaba por mi cuerpo hasta alcanzar los dedos de mis pies.

- Bella... – susurró una voz que yo bien conocía.-

Quería saber donde estaba él, pero todo mi cuerpo temblaba aterrorizado al ver la sangre manchando el vestido blanco que llevaba. ¿Era mía la sangre? Sino, ¿de quién era?.

El calor se hacía más y más fuerte a medida que todo se teñía de rojo. Mis manos temblaban descontroladamente, tanto que apenas puede acertar a tocarme el cuerpo buscando la herida de donde salía toda esa sangre.

- Bella...- volvió a susurrar la voz.-

Y entonces lo ví. Sonriendome como si yo fuera lo más hermoso del mundo, con la ropa también cubierta de sangre. ¿Era mi sangre?

- Bella...- su voz sonó tan suave que sólo pude leerle los labios.-

- ¡¡No!! ¡¡No!! ¡¡No ahora!! – grité a pleno pulmón incorporandome en la camade un salto y entonces lo vi... apoyado en el marco de la ventana. Mirandome a los ojos como en el sueño, pero con un brillo aún más real que destacaba en la oscuridad de mi habitación. Brillaba tanto que casi me sentí deslumbrada por la pureza de esos ojos.

CONTINUARÁ...

Mi primer fanfic de Twilight. Me moría de ganas por hacer uno, y este tenía que ser el primero. Siempre me pregunté esto... ¿Y si Alice no hubiera vuelto a Forks creyendo que Bella se había suicidado? ¿Y si Edward hubiera tardado más en volver a la vida de Bella?... He aquí mi versión propia de esas preguntas. Espero que le deis una oportunidad y lo leais. Si os gustó Luna Nueva y/o si os gusta el triangulo amoroso de estos tres personajes. ¡¡NO OS LO PERDAIS!!

Capitulo 2: Porque siempre te he querido y tú siempre has estado ahí. Porque su vuelta no cambiaría nada... o eso desearía creer. Porque mi vida es borrosa y mi camino hacia ti difuso... No me dejes sola.