Cuando me levanto cada mañana, suspiró, otra vez la misma rutina.
Me visto, voy a clase y encuentro la misma gente, los mismos rostros
algunos alegres otros no tanto, pero nada nuevo para el día de hoy.
Sigó mi rumbó como siempre, espero a la gente para esmorzar y los vuelvo a
ver.
Son gente distinta, gente que comparti buenos y no tan buenos momentos.
Pero todos y cada uno de ellos me ven feliz.
Soy feliz realmente con la vida que llevo?
Cuando me siento entre ambos, ellos me miran yo les sonrió, ellos hablan
como siempre pero no ven en mí que mi cuerpo chilla de no poder seguir con
tanta desesperación, ni tantas esperanzas.
Esperanzas que no tengo, ellos si, pero yo ya no.
En el rato que transcurre miro a mi lado y lo veo:
Él con su sonrisa de niño y sus ojos de esperanza, me preguntan como estoy,
y como cada semana contesto lo mismo:
Bien, como siempre. Lo abrazo y le doy un beso, un beso que no tendría que
ser para él.
Me mata tener que recordar cada mañana que lo vere, que tendre que fingir
y lo que es peor aún tenerlo que cojer de la mano sin que yo me vea a
gusto, si no humiliada bajo mis propios principios.
Al mismo tiempo cuando sucede esto, la veo a ella, cuya amiga me a apoyado
en los buenos y malos momentos.
I no puedo mirarle a los ojos y decirle que es lo que realmente me passa,
que es lo que realmente siento.
Únicamente la miró y me da miedo decepcionarla, ella es mi amiga y no
quiero perderla.
Y en la mesa del fondo esta él.
Con sonrisa pícara y ojos risueños que al mismo tiempo me enloquece y me
perturba.
Ya no sé, que es lo que es el amor.
És un sentimiento, un echo, una traición o únicamente un cartel que esta
enpostrado en una fachada y nos obliga a sentir aquello de quién nos
pretenda.
Despúes de tanto me e dado cuenta que el amor, no se busca biene y va sólo
hay que mantener la esperanza, una esperanza que debe pervalecer.
Si no tal vez ya no estariamos aqui.