Bueno, aquí tenemos algo de Pinecest, al margen que no me importan sus objeciones morales, puedo decir para defenderme que el conflicto nacido del incesto es simplemente exquisito, un buen tema a tratar.

En cualquier caso, esta historia la considero disfrutable aún si no les gusta del todo el concepto, Ya son mayores solo eso puedo decir, decidan la edad en base a su propia imaginación.

¿En serio esto es necesario?
No poseo ninguno de los personajes, el resto del concepto es completamente mio.

Desaparecer.

Otra noche como cualquiera, el frió se volvía vapor en las bocas de quienes se aventuraban fuera de sus casas, los hermanos Pines se encontraban en un pequeño parque cerca de la casa de un buen amigo, Mabel había salido a fumar, al parecer dentro de la casa solo les gustaba el olor del tabaco, Dipper la miraba con tristeza, su cabeza era una tormenta de pensamientos, pero que podía decir, siempre lo era.

-Es gracioso como cambian las cosas en tan poco tiempo, ¿no crees?

-¿Por qué lo dices Dip'?

-Míranos, ¿en qué momento nos transformamos en esto?- dice Dipper mientras miraba su cigarrillo consumirse entre sus dedos.

Mabel sonríe con tristeza y dice- Se a lo que te refieres, ¿como el mundo puede oscurecernos tanto?, ¿cuando la inocencia y los caramelos se transformaron en drogas y bohemia?...

-A mí me gusta, no me sentiría cómodo si fuera de otra forma- Dipper dice en tono frio.

-Entonces ¿por qué lo mencionas?- dice Mabel mientras lamia las orillas del papel de liar-¿Tienes encendedor verdad?

Dipper sale por un segundo de su trance y busca en sus bolsillos- ahí tienes- Mabel corre a un lado su cabellera, alguna vez larga y brillante y enciende el preciado cigarrillo- Esta cosa sabe excelente, esperemos que sea tan buena como nos prometió tu amigo- dice con voz rasposa mientras libera el dulce humo con un largo suspiro- En cualquier caso, que piensas DIp?

-Solo... pensamientos tontos, me conoces.

-Animo, ten fuma un poco.

Dipper toma el porro de entre los dedos de su hermana y lo fuma con tranquilidad, el silencio se apodera del ambiente, algo no estaba bien, pero a quien engañaba hace mucho tiempo que las cosas dejaron de andar bien.

-Solo hemos pasado por mucho Dipper, ya sabes, la muerte del Tio Stan, ¡nuestros padres!, el saber que todo el tiempo que nos mantuvieron lejos fue solo para terminar de descubrir lo mucho que se odiaban el uno al otro, yo trato de ver lo bueno de todo esto.

Dipper suelta una risita aspirada, casi inaudible y dice- Extraño los viejos tiempos, las aventuras, las risas , las largas tardes de verano en La casa del misterio.

-Yo también Dipper, pero esto tampoco es tan malo ¿sabes?

-¿Que no es tan malo Mabel?, ¿las drogas?, ¿nuestra lucha por no estar?, ¡¿el querer desaparecer completamente?! -Dipper contiene el humo ron rabia y pasa de nuevo el cigarrillo a su hermana.

-El no perderte es para mí lo suficientemente bueno, el saber de qué aunque ni mi cerebro esté ahí para mi, tu seguirás sosteniendo mi mano.

Dipper se hundió en un silencio lleno de vergüenza, Mabel tenía razón, ella era lo único que aun estaba ahí, como recordatorio eterno de que la vida alguna vez fue buena, y que quizás podría volver a serlo.

-¿Tienes una pinza verdad? oh no! aquí está la mía, creo que debemos comprarle a tu amigo más seguido, quedé completamente relajada- dice Mabel respirando hondo las pocas bocanadas que quedaban- ¿tú te sientes mejor Dip?

Dipper levanto la cabeza hacia su hermana, y le sonrió, quizás la vida podía habernos oscurecido, pero en el fondo ella seguía siendo un rallo de sol, una pizca de luz en lo que parecía un mundo de penumbras- Si Mabes' muchas gracias, en serio.

-Hay vamos solo era un porro- dice con una risita tonta.

-No, digo gracias por seguir aquí, a mi lado.

Mabel estira su mano y acaricia la cara de su hermano- no hay de que, gracias a ti también, eres lo más importante para mí- Ambos se abrazan con fuerza, encontrando la paz en los brazos del otro, saboreando la dulce inconsciencia, sus rostros se contemplan por un segundo, antes de cerrarse en un beso inesperado, lo olvidan todo, solo son ellos y la fría oscuridad del mundo exterior, Dipper toma a Mabel por las caderas y a acerca más a su cuerpo, es la única llama tibia en ese solitario mundo, Mabel cruza sus brazos al rededor de su hermano, saboreando cada centímetro, tomando cada pequeña partícula de luz que emitía, más allá solo habían penumbras, ambos se separan y se miran fijamente, no había vergüenza en sus miradas, no había una gota de remordimiento, ambos lo sabían de hace tiempo, ambos lo deseaban hace tiempo.

Mabel toma la mano de Dipper y le da una sonrisa traviesa casi lujuriosa, ambos corren a la casa de donde habían salido, al entrar solo pueden sentir el olor a humo y alcohol en el aire, las miradas confundidas de los presentes eran como un mosaico retorcido de su propia confidencia, pero no les importaba, solo tenían espacio para los ojos del otro, entran a una habitación y cierran la puerta riendo infantilmente, como niños que guardan un secreto, ambos se abalanzan en un beso profundo, violento, el mundo entero se redujo a "ahí y ahora"

Lo besos se transformaban en mordidas a medida que se perdían entre sus ropas y sus cabellos, pronto el calor se volvería insoportable, sus chaquetas desaparecen casi desapercibidas, Mabel besa el pecho de su hermano, este responde besando la parte de atrás de su nuca, la muerde, sintiendo un pequeño gemido salir de los labios de su gemela, Ambos caen con fuerza contra la cama, Dipper besa cada pequeño espacio bajando por el cuello y acercándose a sus pechos.

-No necesitas esto- dice arrancando el sujetador de Mabel, esta solo lo acerca a sus labios ya adoloridos de placer, Dipper toma los pechos de Mabel y los acaricia, sus manos son como llamas que consumen la piel de su hermana, no tarda en comenzar a besarlos, lamerlos, morderlos, Mabel enrolla sus piernas alrededor de Dipper, lo quiere más cerca, quiere sentir sus llamas consumir cada pequeña parte de su piel, su abdomen convulsiona en pequeños espasmos a medida que Dipper baja, mordiendo, lamiendo, quemando hasta llegar a su entrepierna, levanta lentamente su falda mientras la mira a los ojos ella solo muerde sus labios con lascivia, baja sus bragas de encaje negras hasta las rodillas,

Dipper toca las largas piernas de Mabel besa la parte suave de sus muslos para luego hundir su cara en su sexo, húmedo, suave, prohibido.

La respiración de Mabel se vuelve irregular, y empuja la cabeza de su hermano más cerca, más profundo, sentía como las llamas de su deseo se volvían violentas a medida que su hermano jugaba con su clítoris, era todo, el deseo había estallado en una llamarada mientras tiraba a su hermano hacia arriba y lo vuelve a encerrar en un beso, húmedo, empapado en su propia lujuria, lo quería cerca, tan cerca como fuera posible, Dipper sin perder tiempo quita sus pantalones quedando solo con la tela estirada de sus boxers, ella acaricia su erección sobre la tela tensa, Dipper baja sus boxers acercándose a su hermana, se miran con profundidad antes de que este la penetre.

Oscuridad, deseo, fuego, desaparecer.

Hundidos en sus gemidos, hundidos en lo profundo de un placer prohibido, solo eso existía, más allá solo fría oscuridad.

Las embestidas de Dipper se volvían cada vez más rápidas, y los gemidos de Mabel ya no podían ocultarse ni tras los más anchos muros, el calor, sus llamas se volvían insoportables, podían sentir su piel fundirse, podían sentir como se volvían un solo ser, una sola mente, una sola luz en la penumbra.

DIPPER! t-te amo!- gemía con voz entre cortada, Dipper hace tiempo que había olvidad como articular palabra alguna, todas las ideas habían desaparecido, había encontrado la paz, su consciencia solo podía dar crédito a las pequeñas gotas de sudor y los rasguños en su espalda.

Pronto una sensación, una alarma,

M-mabel! voy a venirme!

Hazlo!- gime cruzando sus piernas alrededor las caderas de su hermano, aprisionándolo, Dipper siente un escalofrío recorrer su columna, escalofrió que se condensó en fuertes chorros que llenaban el vientre de su hermana, Mabel se entrego a un fuerte orgasmo como un rayo que tensó todos los músculos de su cuerpo mientras sentía el pene de su hermano llenar sus entrañas.

Dipper cayó exhausto, su mente revoloteaba en ideas incompletas y pensamientos abstractos ahogados en endorfinas, Mabel cerró los ojos, solo podía escuchar su respiración temblorosa, y las palabras luz y oscuridad correr sin sentido en su cabeza.

El frio empezó a enfriar el sudor de sus cuerpos, como recordatorio de la realidad inminente, la oscuridad los alcanzaría pronto, los gemelos se acurrucaron y perdieron la consciencia en un sueño tranquilo, lo habían logrado, aprendieron a desaparecer completamente.