Disclaimer: Kuroshitsuji no me pertenece, es de la propiedad intelectual de su autor Toboso Yana, yo solo utilizo a sus personajes sin fines de lucro para el entretenimiento. La historia y los nuevos personajes de esta son de mi propiedad intelectual. En un futuro muy cercano, la historia podría tener escenas de shonen-ai, si no te gusta ese género, no leas. He dicho.


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— Preámbulo —

— Ese Mayordomo; El Pacto —

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Porque cuando el miedo se transmuta en desesperación

no tenemos otra elección más que correr

así encontremos un peor camino

que él anterior.

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Mi vida nunca fue perfecta, a pesar de lo que pensasen aquellos que creían conocerme, o a mi familia, mi vida fue casi todo menos perfecta, la perfección no existe en este mundo, eso era lo que mi madre siempre decía, uno debe de trabajar y hacer todo lo más correcto posible, ya que la perfección no es algo propio de las personas, es lo que ellas tratan de demostrar aun sabiendo que alguien podría encontrar un error en su "perfección". Ahora que lo pienso, mi madre tenía razón, la perfección no es propia de las personas, pero si existe, y lo descubrí cuando a mi vida "perfecta", llego la desgracia y la desdicha, demostrando horrible y sanguinariamente que en ella nunca hubo tal cosa como la "perfección".

Las personas que supuestamente debían protegerme estaban muertas, mis padres, mis sirvientes, el que debía de ser mi mayordomo cuando heredase el puesto de mi padre, ¿porque tiene que pasarle esto a mi familia?, porque alguien quisiera hacernos daño, exterminarnos de tan atroz manera, eliminarnos y erradicarnos de la faz de la tierra sin siquiera haber pronunciado alguna acusación en nuestra contra, algún error, alguna falla por la que tuvieran que hacernos esto. Todas esas eran y son dudas que hasta este instante no he podido resolver, ni siquiera con la ayuda de "él", mi actual "sirviente".

Aun recordaba casi totalmente como le conocí hace ya seis años atrás, eran vísperas de navidad, exactamente una semana antes, mi madre estaba algo triste ya que mi hermana no iba a estar con nosotros en esas fechas, la habían internado en un instituto religioso para señoritas en Yorkshire a pesar de solo tener siete años, es por tu bien cariño, le dijo mi madre cuando se la llevaron hacía ya tres meses, cuando seas más grande me lo vas a agradecer. Yo ya se lo agradecía a ella, el que no tuviesen a mi hermana en ese entonces, por lo menos, ella se salvó, ella es la única sobreviviente de nuestra familia, ya que aun cuando sigo respirando, sabía muy bien que esa era una verdad que no iba a cambiar nunca, por el pacto que firme en ese entonces.

Nunca, nunca he hecho nada malo, nunca trate perversamente a los sirvientes, nunca fui inculto con nadie, así sea de un nivel inferior al mío, siempre acepte las decisiones de los demás sobre las mías, siempre asistía a las reuniones de sociedad con mi padre, aunque muchas veces prefería quedarme en casa con mi madre, siempre cumplía con mis deberes y obligaciones, jamás desobedecí a mis padres, jamás los contradecía, ni a ellos ni a nadie, entonces, porque, porque tiene que pasarle esto a mi familia.

Mis pensamientos en ese momento pasaron del miedo a la desesperación, un silencio total sumía a la mansión, un silencio mortal, ya que todos, estaban muertos, la primera imagen que tuve ese día me impacto tanto que me había petrificado allí en la puerta, incluso parecía que en ese momento incluso mi interior se hubiera petrificado, ya que, a pesar del querer cerrar los ojos y gritar lo mucho que quería despertar de esa pesadilla, mi cuerpo no reaccionaba, ni siquiera, una reacción natural de querer vomitar a causa del penetrante perfume metálico de la sangre.

Las paredes y corredores de la mansión estaban casi totalmente salpicadas de sangre, y las criadas están allí, ahorcadas en el candelabro del vestíbulo, sus cabezas habían sido cubiertas con lienzos azabaches, y la lluvia escarlata que escurría por las heridas de sus cuerpos había formado un lago a mis pies, no sabía dónde estaban los demás sirvientes, o mis progenitores, pero presumía que habían sufrido un destino similar, y lamentablemente no me equivoque.

A mis padres los encontré en su habitación, estaban recontados en su lecho, ellos habían sido decapitados, y las cabezas de ambos habían sido intercambiadas de una manera bizarramente enfermiza, había escuchado un ruido que me sobresalto, así que intente salir por el pasadizo secreto, que estaba en la cocina, prácticamente en el subsuelo, era arriesgado, pero no podía darme el lujo de salir por la puerta principal, ver de nuevo a las criadas desangrarse no era algo que desease, además de que bien podría encontrarme con alguno de los maleantes que hizo todo esto mientras estaba afuera con mi mayordomo y su pretendiente.

Debí haberles hecho caso, debí haberme quedado en el escondite, cuando ellos habían visto a alguien sospechoso cerca de la mansión y me pidieron no acercarme, me arrepentía, pero no podía hacer nada ya, lo que una vez ha sido perdido, jamás regresara, y muy a mi pesar ese tiempo no regresaría, nunca lo haría. Lentamente me encamine hacia la cocina, al parecer ya no había nadie en la mansión, nadie vivo, eso es. Cuando baje por los peldaños, nuevamente me encontré con la esencia a muerte, el resto de los sirvientes, junto con mi mayordomo estaban en el suelo, él había recibido un impacto de bala que había acabado con su vida, mientras que es resto habían completamente sido descuartizados.

No lo soporte más, vomite un poco en el suelo, después de todo lo que vi, tanto mi salud física como mental estaban empezando a zozobrar. Joven amo, es usted, escuche una leve voz, era la prometida de mi mayordomo, estaba muy malherida. Su vestido estaba destrozado, de su sien bajaba un hilillo de sangre, el cual pasaba por su cuello hasta tintar de rojo el blanco gollete de su uniforme, cojeaba levemente, y por el torniquete que había encima de su rodilla, suponía que se había lastimado gravemente.

Pero sobre todo, lo que más me había afectado ese día, era el verle a ella, "dormida" sobre un mar rojo de sangre, el cual se formó cuando, inútilmente me había tratado de salvar, sacándome de la mansión en llamas, no me había dado cuenta de que uno de los culpables, no, uno de los baladrones contratados para asesinarnos aún estaba dentro de la mansión, y que había hecho su último intento por exterminarme, pero lo que nunca me imaginé, fue que ella se interpusiera entre el espadín que este tenía y yo, terminado así, lastimada de gravedad, no me di cuenta en que momento ella saco un arma, sino hasta que el asesino cayó muerto al suelo, seguido de ella, había perdido mucha sangre, y la espada le había atravesado por el abdomen.

Huya, joven amo, he fallado en mi misión de proteger a esta familia, pero aun puedo ayudarlo, salga por la puerta trasera, antes de que el fuego se esparza, ya… no hay nada que pueda hacer por mí, Iba a morir muy pronto y lo sabía, y dadas las circunstancia yo también lo haría, ya que el humo empezaba a asfixiarme, ¿moriría así?, ¿dejaría que ella muriese así, de esta forma?, no, no lo dejaría, no lo permitiría, no iba a permitir siquiera que quien nos haya despreciado de esta manera tenga ni por un segundo paz, si sobrevivía, no iba a dejar las cosas así, haría que el que nos lastimo pague de la misma manera, lo conseguiría, así fuese lo último que haga.

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La fe, la fe tan solo es una ilusión, una maldita ilusión, en la cual no creo, ya no.

Entonces, ¿cuál es tu deseo?

Venganza, quiero vengarme de los que llevaron a esta familia a la ruina, y...

¿Y?

...y también... y también quiero, que a las dos personas que más amo, tú...

¿Si?

Las protejas... para siempre.

Entonces, ¡Dilo!

¡Haz un contrato conmigo, demonio!

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N.A: Espero les haya gustado el preámbulo y que no me haya pasado con algunas escenas y me hayan salido muy sádicas. Agradecería que comenten para saber su opinión.

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