De la Tierra a la Luna
Summary: Desde que Inglaterra está en una relación (más o menos) formal con Francia, una serie de sueños incómodamente placenteros no dejan de asediar al joven estadounidense. Y siempre son protagonizados por la misma espeluznante y odiosa persona (y su grifo) ¡Esto es enfermizo! ¿Acaso el héroe está perdiendo la cabeza?
Disclaimer: En una historia tan Awesome como esta no hace falta recordar que los Awesomes personajes son del Awesome Himaruya. Ni siquiera que el Awesomw título es un vil plagi... homenaje a Jules Verne.
Inglaterra sentado en su oficina en Westminster, acaba de mandar por correo el informe en el que estaba trabajando, levanta los brazos en un gesto de alegría imitando a Freddie Mercury y contesta al teléfono que está sonando sin mirar quien llama, por que está en racha.
—Good morning? —saluda contento.
—Iggy? Hi... Hello... It's —traga saliva —. America.
—Ah, hello —sonríe y se echa para atrás en la silla mirando la hora y decidiendo hacer una pausa—. How are you?
—Ehhh... I'm... Well. Es que me pasó la cosa más... Well.
—¿Qué pasó? —se preocupa un poco por que cuando es algo bueno suele empezarle a jugar a que lo adivine y a sonar muy excitado y cuando es algo importante lo dice sin rodeos pero tanta vacilación no auguran nada bueno.
—¿Crees que nos podamos ver hoy?
—Pues... Yes, where are you? —responde tenso.
Estados Unidos pasea en su cuarto en calzoncillos y se pasa una mano por el pelo. Nantucket aún apunta directamente al cielo.
—I'm at home. ¿Crees qué puedas venir?
—¿I-Ir? But... Are you OK? —se levanta cada vez mas nervioso.
—Yes. Sólo soñé algo pero... —se sienta en la cama —. ¿Crees que puedas venir con France?
—Eh? Con... France? —se detiene y vacila ahora más.
—Yes. My brother siempre dice que France es muy bueno con esto.
—Pues que vaya France él solo si os apañáis tan bien —protesta celosillo.
—No, no... Please. I... Come on! ¿Ahora por que no quieres venir? Iremos a desayunar hotcakes y... Come on!
—¡Pues si no queréis que vaya yo! —nótese el queréis metiendo a Francia en el saco, por que esa bloody frog siempre tiene la bloody culpa de todo.
—Nadie dijo que no, de hecho quiero saber que opinan... —carraspea—, ambos —añade. Para hacer lo que me salga de los huevos igual, piensa de manera inconsciente para si mismo.
Inglaterra frunce el ceño nada convencido.
—Eres consciente que vamos a tardar varias horas, ¿verdad?
—Mmmm... Yes, estarán aquí como a la hora de la comida, right?
—¿Estás seguro que no puedes hablar por videoconferencia?
Estados Unidos se revuelve y suspira.
—Yo he... Estado soñando con el fucking commie.
—¿Qué has soñado? —se incomoda.
—Pues... Es que he soñado muchas veces.
—¿Aja?
—Y he estado viendo... Well, Barack pensó que quizás era importante que yo hablara con alguien y he estado yendo...
Inglaterra sigue escuchándole levantando las cejas.
—¿Cómo es que yo no sabía nada de esto?
—No hemos hablado mucho últimamente. La cosa es que ella insiste...
—¿Aja?
Estados Unidos se ríe un poco.
—¿Ya jugaste el nuevo Mario? —suelta nervioso, intentando cambiar el tema.
—America, ni siquiera conozco ese míster Mario, ¿es la persona con quien has estado yendo?
—What? No, he estado jugando con él.
—¿Has estado jugando con la persona con quien vas?
—Solo un par de veces. Ella con Luigi y yo con Mario. Ha sido increíble, ¿sabes que ahora se puede hacer eso todos juntos? Puedes incluso invitar a más gente
—¿Es un grupo? —Inglaterra no está entendiendo un pimiento.
—No, no, no. Ella, que se llama Molly, y yo. Es divertido... Aunque ella dice que no deberíamos.
—¿Qué no deberíais? Tú no te llamas Molly —agobio.
—Me? —pregunta descolocado.
—¿Qué es lo que haces con Molly?
—Ehh... Pues cosas. Hablar y a veces vamos por helado si me porto bien.
—¿Y no deberías?
—No deberíamos jugar con Mario... —responde haciendo los ojos en blanco —. Bueno ¿van a venir o no?
—¿Pero quién es Mario? ¿Y qué pasa con Russia?
Estados Unidos vacila otra vez.
—Molly dice que debería invitarle a salir.
—¿A ella?
América parpadea descolocado. Porque esperaba que se riera... como él lleva riéndose días. Suficientemente difícil y raro es...
—What? ¿A ella qué?
—¿Es... Una chica que has conocido? —sigue intetando entender.
—No, es my psycho.
—You? What?
América, que nunca sabe leer el ambiente y ni siquiera el tono de las conversaciones, asiente satisfecho y se ríe un poco, relajándose.
—¿Veees? ¡Yo he dicho lo mismo!
—¿Lo mismo? —Inglaterra parpadea completamente descolocado y decide que sí va a ir a verle por que normalmente le cuesta seguirle pero esto está siendo un desastre.
—Yes, es absurdo —se sigue riendo.
—No estoy seguro de estar entendiéndolo.
—¿Qué es lo que no entiendes?
—Nada de nada, creo que sí que voy a ir.
—Oh... —deja de reírse porque eso quiere decir que quizás si hay un problema —, Ehh... Yes?
—Yes, prefiero que me expliques con calma cara a cara. N-No que esté preocupado o algo de eso —añade tsundere, el americano suspira.
—¿Traes a France entonces?
—I... ¡No es como que tengamos que ir a todas partes juntos!
—¡Pues es que my brother dice que France sabrá que hacer!
—OK. OK, pero no por que yo quiera que venga, por que tu quieres que vaya... —aclara—. Ya que no tienes suficiente conmigo, pero me da igual que le prefieras a él.
—No le prefiero a el, si le prefiera le habría hablado directamente
—No me habría enfadado ni nada si lo hiciste por eso —miente sonrojado.
—Claaaaro, claro.
—Por que mi me das igual OK? Bueno... ¿Estás en DC? ¿Vendrás al aeropuerto a por nosotros?
—Hahaha... Yeah. ¿Prefieren New York?
—Como quieras tú.
—Well, a New York hay más vuelos así que... Nos vemos allá.
—Está bien, New York.
—Awesome!
—See you later...
—Bye! —sonríe sintiéndose un poquito mejor y cuelga.
Inglaterra cuelga completamente agobiado. Un rato más tarde, suena, por supuesto, el teléfono de Francia.
—Allòooooo?
—Frog, haz la maleta, en Charles de Gaulle en dos horas.
—Quoi?
—Que me esperes en Charles de Gaulle dentro de dos horas.
—Oui... Eso si lo entendí.
—Pues eso.
—¿Para hacer quoi?
—Nos vamos a New York.
—¿A New York? ¿A quoi?
—Me ha llamado the kid, es una cosa muy rara que no entendí y me ha pedido que vayamos —explica acabando de hacer su maleta y saliendo de casa.
—Oh... Amerique! ¿Qué cosa rara?
—Luego te lo cuento.
—Ehh... Estoy en un café, ¿me salgo entonces?
—Yes.
Francia suspira y mira a España quien le mira de vuelta con curiosidad.
—Voy para allá —se despide de Inglaterra colgando y volviéndose al español.
—¿Qué pasa? —pregunta España.
—Pasó algo con Amerique. Angleterre estaba tenso. Al parecer vamos a ir a New York —se aclara la garganta —. Tengo que estar en el aeropuerto en dos horas.
—Buah, tío, dos horas... ¿Pero qué ha pasado?
—Ha dicho que algo que no entendió... He de decirte, es raro que me haya dicho que viniera —sigue en su lugar, sin moverse.
—En realidad sí...
—Debe ser algo grave.
—Quizás... Nah, ¿vas a hacerte maleta?
—Pues debería, Non? Acompáñame a casa...
—Podrías ir tal cual y comprarte algo ahí.
Francia le sonríe.
—Y luego Angleterre me regaña. Excelente idea.
España se ríe.
—Pero te lleva a Nueva York.
—Mais oui.. Bonita ciudad —le mira y sonríe—. No tengo idea de como va a funcionar. Esto es extraño.
—Suena divertido.
—¿Pides la cuenta? Paso al baño nada más... —se levanta.
—Vale, vale, tú te vas de escapada romántica pero yo, el mártir, pagaré
Francia le cierra el ojo y le lanza un beso. España se acaba el café y se va a pagar.
Un par de horas más tarde... Entran los dos al aeropuerto.
—Aun así me parece raro que haya elegido Nueva York como lugar —comenta el español.
—Insisto que no me invita así nada más por que sí —saca el teléfono y le marca al inglés.
—Where are you? —contesta rápidamente.
—Estoy entrando... ¿Dónde estás tú?
—En la puerta de embarque.
—¿En cuál? Mon dieu... ¿Puedes decirme qué pasa?
—¡Pues en la del próximo avión que sale a New York! Come on! Ya están llamando.
—Mon dieu, voy para allá... —se vuelve a España—. Ayúdame a encontrar una puerta con british a New york —Mira a España.
—¿Vais en British? —pone los ojos en blanco.
—No creo que vaya en air France... Le conozco —mira las pantallas—. Ahí esta la puerta —le da un codazo y le toma de la mano, empezando a correr.
España le sigue.
—¡Pero tienes que comprar el billete!
—Quoi? Él... ¿En serio?
—¿No? ¿Cómo vas a entrar?
—Él tiene uno... Espero.
—Para él. No vas a pasar los controles sin billete, si él está dentro tienes que comprarlo.
—Es un cabrón... Tienes razón venga, vamos a comprar.
—A ver si va a llevarte... —se muerde el labio para no decirlo
—Tais-toi —protesta.
—Bueno, no sería tan raro —se encoge de hombros.
—Yo lo sé, no me lo recuerdes —protesta formándose en la fila de ventas.
—¿Qué harás si acaso... Bueno, ya sabes?
—Quoi? No me digas ya sabes.
—Pues si te lleva solo por...
—Por...
—Por el crío, para que no pienses cosas raras... Mientras él sí las piensa.
—No me jodas, Espagne... No me jodas con eso —protesta terminando de pagar su boleto—. ¿Para qué refuerzas ideas que ya tengo?
—Para que sepas que no eres el único que las tiene, lo siento, tío, pero es fácil pensarlo —le abraza.
—¿Eres consciente de que yo NUNCA soy el que está en esta posición? —le abraza de vuelta.
—Hay una primera vez para todo —le suelta un poco pasándole el brazo por los hombros y dirigiéndose con él a los controles para despedirle.
—¿Crees que él piense lo mismo? ¿Debería, sabes? ¡Se supone que es al revés y ser él el agobiado!
—¿Crees que te haría ir si pensara que planeas tirarte a su niño? —le mira de reojo.
—No al garçon... ¡A alguien más! —explica.
—Mmm... A veces creo que vive con ese miedo constante y por eso sigue diciéndonos a todos que te odia.
—Bien, es lo mínimo que exijo si yo estoy agobiado por el maldito garçon —comenta mientras llegan a la puerta de revisión. Se gira con él y le abraza —. Gracias por hacer de mi viaje un viaje angustiante.
—Quizás sí sea una escapada romántica y puedas restregármela —le abraza de vuelta—. Ya sabes que moriría de envidia.
—¿Qué envidia vas a tenerme, si a mi me tratan igual de mal y tu tienes al tuyo completamente seguro?
—Ah, infeliz que te crees que no me amenaza con irse... —suspira—. En fin, aun así no me molestaría que se me llevara por ahí.
—Él nunca se va a ir ni a la esquina —le da un beso rápido en los labios—. ¿Estás bien? ¿Tienes para el boleto?
—Claro, pásalo bien —le da una palmadita en el culo dejando ahí la mano un poquito más de lo necesario.
—Saludos a Romanito... —se ríe entrando por la puerta. España se despide saludando con la mano.
Francia busca a Inglaterra con la mirada.
Inglaterra esta hablando con las azafatas de la entrada bastante nervioso pidiendo que se esperen mientras ellas tratan de dar excusas. Francia se acerca a ellos lentamente con aire desinteresado.
—No, of course va a venir, se trata de Lord France... no me lo vuelva a preguntar Miss o le aseguro que... —se oye protestar al inglés a medida que se acerca.
—Lord France? —Se ríe un poco acercándose a ellos—. Bien, es hermoso como te refieres a mí cuando no estoy.
—Shut up! —se sonroja dando un salto—. Aquí está —declara entrando al avión arrastrando sus cinco bolsas de mano—. ¡Estábamos todos esperando por ti!
—Pues no pude llegar antes —le guiña un ojo a la azafata y se le acerca, preguntándole con todo su encanto si es posible que los sienten junto... Logrando por supuesto que la mujer diga que sí.
Sigue al inglés atrás de la azafata que negocia con el pasajero que va junto al inglés, a quien le pone una mano en el cuello.
Inglaterra esta embutiendo bolsas en el compartimento adecuado y el francés le mira mientras el otro pasajero se mueve de lugar.
—¿Estás bien?
—Yes —responde dando un último puñetazo preocupante a las bolsas antes de sentarse—. ¿Dónde te sientas tú?
—Junto a ti, claro —le sonríe pasándose una mano por el pelo.
—¡Pero si has llegado tarde!
—Al parecer no conoces aún mis habilidades de persuasión a las azafatas bonitas —indica sentándose a su lado. Inglaterra hace los ojos en blanco y Francia se ríe acercándose a él besándole los labios.
—¿Cómo estás?
El británico se sonroja de nuevo aún más nervioso y Francia le mira a los ojos.
—¿Qué ha pasado? —pregunta un poco más tenso y serio de lo que quisiera.
—Bien, perfectamente bien. Enojado, por que estaba trabajando y no es que me preocupen por que ya sabes que yo detesto a America.
Francia parpadea levantando una ceja.
—Pero es que no he entendido nada, ha hecho nuevos amigos y me ha estado hablando de ellos, un tal Mario con el que juega a cosas que no debería y una tal Molly que creo que le acosa.
—¿Y por que hemos venido?
—Por que me lo ha pedido, estaba bastante agobiado, creo que Molly le ha pedido para salir o algo así.
Francia se revuelve un poquito.
—¿Te ha pedido qué? ¿Qué vayas porque Molly le ha invitado a salir?
—Me ha pedido que vaya y yo le he dicho que me lo contara por teléfono —mira al francés después de abrochárselos el cinturón—. Pero como no estaba entendiendo nada he decidido ir personalmente para que me explique que ocurre.
Francia le mira a los ojos.
—No acabo por entender por que estás tan nervioso.
—Pues... ¡No es por America! —chilla como si alguien le hubiera acusado—. es que estaba trabajando y detesto que haga esto de pronto.
El francés sigue mirándole a los ojos y termina por acercarse más y darle un beso de nuevo en los labios.
Inglaterra se sonroja otra vez sin esperárselo amarrándose fuerte del asiento por que además es el beso del despegue y el francés no se separa hasta que están en el aire, limpiándose los labios.
—Y...
Inglaterra sostiene el aliento un poco.
—Eh?
—Bien, vamos a ver al garçón porque te dijo que tiene novia.
—No, no... Dijo que ella es una psycho y creo que le esta acosando. También hablo de alguien llamado Luigi.
—Italianos... Mmm —lo medita un poco.
—Y dijo que Obama le dijo que fuera a hablar con alguien... Creo que por eso me llamó. Le esa comiendo el cerebro, por un momento él creyó llamarse Molly.
—¿Molly? Cher, quizás no entendiste bien lo que te dijo... ¿Estás seguro que no sólo quería que fueras?
—Y además no sé qué le había hecho Russia y que tenía sueños raros... No sé si... —se muerde el labio evidentemente preocupado—. No que yo este preocupado por si esta enfermo o algo.
—No sabes si... —le insta a hablar.
—Le habrán hecho algo. Esta Molly no me gusta —asegura frunciendo el ceño.
—¿Y él qué opina de Molly? —pregunta el francés cada vez más tenso.
—No lo sé, ya te dicho que no lo he entendido, pero parecía nervioso y decía que era ridículo.
El francés suspira pasándose una mano por el pelo.
—¿Qué ha dicho él de que yo venga, Angleterre? —pregunta incómodo e Inglaterra le mira de reojo a sabiendas que Estados Unidos seguramente quería que hubiera ido solo Francia y no él, pero que eso le había hecho enfadar... Pero no puede decirle eso por que se dará demasiada importancia y sabrá que le molesta, pero tampoco le puede que él le ha traído por que eso quería decir que quiere su compañía y confía en él.
El francés le mira a la cara tratando de leer cualquier reacción, por ligera que sea. Seguro lo que le ha dicho España es lo más acertado... Es la única razón por la que le debe haber invitado, para que no dudara, aunque seguramente en el fondo estaba pensando en algo más.
—Ha sido cosa de Canadá, él lo dijo —responde quitándole importancia. El francés le mira un instante más, queriendo creerle, extendiendo una mano y tomándole la suya.
—Ya imaginaba yo que tú no me invitarías por gusto —sentencia con menos humor del que querría.
—Of course not —asegura sin hacer caso de la mano, tomándosela.
—Menos aún si vienes con Amerique —le aprieta la mano y saca la revista del asiento de enfrente.
—Of course, ya tengo suficiente con aguantar a uno como para que vengas tú también —contesta buscando su libro.
El Francés levanta el posa brazos recargándose en Inglaterra acurrucándose un poco.
—Me alegra venir —admite sinceramente, mirando su revista.
—¿Por? ¿No tenías cosas que hacer?
Los ojos azules le miran de reojo.
—Habitualmente no sueles invitarme a ningún lado a menos que yo vaya a tú casa —sonríe—, además el que me invites para algo relacionado con Amerique, sea la idea de quien sea, indica que confías en mi.
—¿C-Confiar?
Francia suspira sin soltar su mano e Inglaterra le mira un poco asustado ahora.
—Quoi? —pregunta acariciándole el dorso de la mano con el pulgar.
—¿Qué es en lo que tengo que confiar?
—Pues en meterme a tu vida con el garçón, en traerme si tiene un problema, como si fuéramos... Bueno —le mira a los ojos.
—Yo no quería que vinieras, ha sido Canadá —insiste.
—Excelente comentario para hacer justo en el momento en que estoy agradeciendo tu confianza, cher.
Inglaterra se revuelve en su asiento.
—No me gusta esa Molly —murmura.
—¿Qué es lo que no te gusta de ella?
—Lo que me ha contado, vamos a conocerla pero no me gusta.
—Claro que no te gusta, eres como su suegra. No hay suegras que gusten de sus nueras, cher
—Sera su suegro... pero no eso.
—¿Crees que Amerique es demasiado para él?
—Ella. of course lo es, ella es una guarra.
Francia sonríe.
—I mean, yo no la conozco, but... I'm sure. Aún así, cuando lleguemos no le diremos nada. Que nos presente a Molly y ya, no quiero que crea que la prejuzgo.
—¿No será que estás celoso? —pregunta sonriendo
—¿Celoso yo? JA! —se incomoda sonrojándose un poco.
—Oui... Celoso, Angleterre —le acaricia la mejilla y sonríe.
—Quizás la chica no sea TAN mala como te estas imaginando.
—Quizás es peor —replica con el ceño fruncido. Francia se ríe un poco y le suelta la mano abrazándole de los hombros.
—Mon dieu... De verdad que eres el suegro que NADIE quiere tener. ¿No crees que Amerique es bastante grande y fuerte como para no preocuparnos?
—Yo no estoy preocupado por America! es un crío ingrato emancipado —replica revolviéndose y cruzándose de brazos.
—Que es como tu niño pequeño...
—Yes, but no!
—No del todo por que te gusta —le mira a los ojos.
—¡No me gusta! —chilla sonrojándose.
—Esto se llama... Negación.
—¡No si es cierto! ¡Y sí es cierto que no me gusta!
—Bueno, como yo tampoco te gusto...
—Of course not! —sentencia.
—Eres mi pareja...
—¿Qué estás insinuando? —pregunta escandalizado.
—Que eres incapaz de decir que alguien te gusta.
—¡Eso es absolutamente falso!
—Te gusto entonces.
—¡No! —chillido y sonrojo clásicos.
—¿Entonces por que... —beso en los labios—, estás conmigo?
—No lo estoy —aprieta los ojos y se pega a la pared del avión como pegatina, sin escucharse. Francia levanta las cejas.
—¿Ah, no?
—¡NO!
—Creo que no me llegó el memo...
—P-P-P-Pues... Pues...
—Creo que podrías haberme informado, Angleterre... ¿Desde cuándo no estamos juntos?
—Pues... Pues... —aprieta los ojos—. Shut Up!
—Además me callas. Cortas conmigo y me callas... —protesta mirándole fijamente.
—¡Yo no estoy cortando contigo! —chilla solo por llevar la contraria sin saber qué dice—. ¡Y no te callo!
Francia se ríe un poco.
—Mon dieu... —se le acerca y le besa otra vez en los labios.
El británico tiembla contra el avión sonrojado hasta las orejas.
Francia le toma de la nuca e intensifica un poco el beso y el inglés se lo devuelve por que no sabe qué hacer.
El francés se tranquiliza un poco a ver que se lo devuelve, acariciándole suavemente la mejilla y tardándose un rato largo antes de separarse.
En lo que Inglaterra se calma y se le funde el cerebro. Francia se separa y le mira a los ojos sonriendo.
—Je t'aime —susurra.
El británico sonríe un poco, bobamente y cuando se da cuenta tiembla un poco incomodándose por que nunca sabe qué decir.
—Bien... Volviendo a Amerique —le mira a los ojos.
—¿Eh?
—Molly, habrá que amenazarla.
—No, no. Tu no le digas nada, le diremos que yo te lo he contado y que nos la presente.
—Pobre Chica... Esta bien, veremos que es lo que quiere —le abraza un poco más y le besa la frente.
—Jum, seguro es una golfa —insiste susurrado entre dientes abriendo su libro. Francia sonríe y le mira de reojo.
—Es probable que lo sea... No te apures, vamos a saberlo, yo soy un experto —se le recarga encima un poquito más y abre su revista el ingléz le pasa un brazo por encima sin pensar, leyendo.
Francia pasa las hojas de su revista y termina por quedarse dormido después de un rato.
Entre tanto suena el teléfono de Canadá que está en la oficina trabajando.
—Hello?
—Hello! ¿Qué vas a hacer al rato?
—Ah, brother, estaba leyendo la propuesta que has mandado de... —empieza a hablar de trabajo.
—No, no... Brotheeeeer —protesta.
—What? —se detiene, claro.
—Today, ¿puedes venir? Viene England y France yo... Wanna Talk to you, guys.
—Oh... England y France... ¿Ha pasado algo?
Estados Unidos se ríe.
—Nah... Bueh, voy a hablar con ellos de... Es queeee... Tengo unos planes y quiero contarlos.
—Ah, OK, puedo venir esta noche —sonríe.
—Good. Iggy llega con France en el vuelo de las seis, New York... Llegas antes, please?
—Ah... ¿A las seis? Pero yo esperaba... —vacila por que planeaba quedándose trabajando.
—Cool! See you there...
—Ehm... But... —vacila en un tono que no se le oye.
—Awesome, yo llego en avión a las dos. Nos vemos ahí, en el McD
—But... Brother... —vuelve a vacilar mirando el reloj por que eso significa que tiene que salir ahora mismo.
—Thanks brother... —Estados Unidos le cuelga y Canadá suspira, así que a las seis menos cuarto ya están los dos en la puerta de llegadas, ambos con refrescos en la mano.
—¿Y qué es lo que ha pasado? —pregunta Canadá como por decimoctava vez intentando de nuevo que Estados Unidos no le responda con evasivas o directamente le ignore.
—¿Crees que lleguen a tiempo?
—Los paneles dicen que el avión ya aterrizado, deben estar recogiendo el equipaje pero... No contestaste a mi pregunta.
—¿Cuál pregunta?
—Pues la que te he hecho.
—¿Los ves? —se pone de puntas. Canadá suspira y se pone de puntas también, buscando.
—¿Tú qué piensas de Russia?
—He hablado con él esta mañana antes de venir —responde como si nada.
—¿Con Russia? —le mira rápidamente.
—Yes —le mira de reojo un momento—. Estamos en negociaciones de unas exportaciones blablablabla
—¿Sabes dónde está? ¿Está ocupado?
—Ah... Pues, no lo sé. Estaba en el Kremlin esta mañana.
—Mmmm —gruñe un poco—, veremos más adelante.
—¿Más adelante? ¿Es que planeas invitarle también? —vacila sin entender. Estados Unidos le mira con los ojos muy abiertos y se echa a reír, nerviosamente.
Canadá no entiende pero se ríe también pensando que seguramente ha dicho un disparate. El estadounidense le da unos golpes en la espalda y en esas, Inglaterra entra por la puerta discutiendo con el francés sobre por que es mejor llevar ser previsor y llevar todo lo necesario en vez de viajar ligero.
Francia que no trae NINGUNA maleta y justo de ESO se queja el inglés le abraza de la espalda baja, buscando a los niños con la mirada mientras se defiende...
—... Dieu! Déjame ya, mañana iré a comprar algo, Amerique vive justo en la quinta avenida, hay muchas cosas ahí —réplica Francia y luego señala a América y lo saluda—. ¡Ahí están!
—El problema es que ahora mañana vamos a tener que perder toda la mañana para que tu te compres ropa por que monsieur France no puede cargar una... Hello!
América les sonríe dándole un codazo a Canadá y acercándose a ellos.
Canadá sonríe siguiendo a su hermano cuando Inglaterra se abalanza sobre Francia para hablarle en secreto.
—¿Quién es ese que va con él?, no será el tal Mario.
—Q... Quoi? —le mira de reojo mirando hacia América sin ver a nadie con el —. ¿Que viene con... Quién?
—Ah, yes... Hello —saluda Inglaterra a America que para entonces ya ha llegado hasta ellos, fingiendo desinterés.
Francia frunce el ceño y abraza a Canadá, buscando al tal Mario.
—Allo, cher!
Canadá le abraza de vuelta e Inglaterra les mira con el ceño fruncido pensando que por qué Francia es tan cariñoso con un desconocido, pero no dice nada.
—Iggy... Hello! —le toca el hombro. Inglaterra mira a Estados Unidos y se sonroja un poco.
—No estoy aquí por que esté preocupado —asegura desde ya señalándole con el dedo.
—¿Cómo estás mon petit? —Francia sonríe en brazos del canadiense, sin soltarle.
—Tres bien, et vous?
—¿Entonces por que vienes? — América se ríe y se acerca a él, pasándole una mano por el pelo y despeinándole.
—Jum! —Protesta peinándose de nuevo fastidiado y con el ceño fruncido, se da la vuelta empezando a andar a los taxis.
—Bien, mon amour... Te echaba de menos —sigue Francia. Canadá se ríe feliz y se vuelve buscando a Inglaterra.
Estados Unidos levanta las cejas y les llama a Francia y a Canadá, caminando tras Inglaterra y quitándole las maletas de las manos.
—Vengo por que si no, no dejabas de gimotear por teléfono y que sepas que no me importa que esté aquí the frog y quiero conocer a Molly HOY MISMO.
—¿Que no te importa? But... Espera a los otros! Y... ¿A Molly? ¿Para qué quieres conocerla?
—¿Pues como no voy a querer conocerla? —se detiene y fulmina a Francia y a Canada—. Llámala y dile que venga hoy a cenar.
—But... But... —se rasca la cabeza y le mira —. Are you ok? No creo que Molly tenga que ir con nosotros... Es, bueno seguro no lo considerará adecuado.
—Ah, ¿así que crees que me tenga miedo? ¡Pues no me importa lo que creas! Si no la invitas tu la invitaré yo. Seguro Joan puede darme su teléfono.
—No, no... Ya suficiente miedo le tengo yo a ella, sólo que va a regañarme otra vez y van a ser muchos en mi contra... Mejor vamos a cenar nosotros.
—America! ¡Donde esta tu bloody instinto de hero! ¡No me digas que le tienes miedo! —protesta Inglaterra mientras Canada y Francia se acercan a ellos.
Francia sin dejar de abrazar a Canadá de la cintura.
—Pues es que no sabes ella como se pone y luego me dice cosas que son ciertas... Y da un poquito de miedo a veces lo que hace... But, but, but...
—Amerique... Allo —Francia le abraza también, sonriendo.
—Basta, America, no quiero oírte. He venido aquí por todo este asunto y vamos a resolverlo cuanto antes —sentencia y luego traga saliva incomodándose un poco y bajándole a la agresividad e intransigencia—. Yo... —se calla cuando Francia se acerca
América sonríe también abrazándole un poquito incómodo, pero acostumbrado, dejándose dar sus dos besos. Inglaterra refunfuña subiendo sus maletas a un taxi y Canadá se acerca a ayudarle.
—¿Cómo estás? —pregunta el francés sonriéndole —. ¿Todo bien?
—Yes... Well... —desvía la mirada y se sonroja un poquito —, Com'on!
—No puedo creer que requieras que te riña con esto... Angleterre saluda a Canadá, S'il vous plait —protesta Francia.
Inglaterra sigue refunfuñando sin notar que Canadá le esta ayudando y el menor mira a Francia negando con la cabeza para quitarle importancia
El francés le pone una mano al inglés en el cuello.
—Hablo contigo.
—Shut up! —replica agresivamente de mucho peor humor exponencialmente
—Déjalo, France, ya me ha saludado antes —intercede Canadá pacificador
—¿Pero qué te pasa? —pregunta el francés frunciendo el ceño y buscándole la mirada.
Inglaterra le fulmina y se sube al coche al asiento trasero, Francia suspira y mira a los dos chicos Canadá mira a Estados Unidos.
—Ahora lo arreglamos... Está algo tenso —le acaricia el brazo a Canadá mientras mira al estadounidense—, venga.
Canadá mira a Francia esperando que suba el primero.
El francés se sube al coche por la misma puerta del inglés. Estados Unidos se sube del otro lado.
—¿Qué te pasa? —pregunta el francés fulminando al británico.
Inglaterra mira a Francia entrar y se mueve hacia el otro lado y cuando nota que esta entrando el estadounidense se queda en medio sonrojándose mirando a uno y otro nervioso... Seguramente es fácil interpretar lo que esta pensando con solo verle la cara.
El francés levanta las cejas poniéndose también un poquito nervioso. Le pone una mano en la pierna al británico y se gira con Canadá.
—¿Cómo has estado?
Inglaterra se tensa intentando que le suelte la pierna moviendo la rodilla y Canadá que se ha sentado delante, se vuelve a ellos.
Francia levanta la mano de la pierna del inglés y se gira a mirarle, fulminándole un poco. Se cruza de brazos volviendo a mirar a Canadá.
—Es gracioso que estemos todos en New York, ¿no? Hace tiempo qie no estábamos así, quizás podríamos ir al teatro...
—Oui... Y aún así sigo sin estar seguro de lo que pasa —responde Canada mirando a América, quien se ríe un poco.
—¿Quieren ir a ver The Lion King? ¿O Mary Poppins?
—No vamos a ir al teatro. Vamos a cenar con Molly —sentencia Inglaterra con el ceño fruncido, cruzándose de brazos—. Al menos yo, si los demás queréis ir a teatro... Que os lo paséis bien.
—Oh my gosh, ¿por qué tienes una insana obsesión con Molly? —protesta Estados Unidos mirando al inglés y poniéndole una mano en la rodilla, apretándosela con dos dedos para hacerle cosquillas.
Inglaterra mueve de nuevo la pierna para que le suelte. Francia levanta las cejas al mirar el movimiento, levantando la vista a América con mirada indescifrable.
—¿Por qué no vamos al teatro con todo y Molly? —pregunta Francia al tiempo que América quita la mano de la rodilla del inglés al ver que no ha surtido el efecto deseado.
—Quiero hablar con ella —sentencia Inglaterra en su misma postura tensa mientras Canadá pregunta quién es Molly y nadie le escucha.
—Pero... —Estados Unidos frunce el ceño y se cruza de brazos también—. No creo que... —bufa—. No va a querer venir, debe tener otras cosas que hacer, no le pago para esto.
Inglaterra levanta las cejas con eso. Francia levanta las cejas hasta el techo también
—Sorry?
Estados Unidos hace los ojos en blanco.
—Vale, no es propiamente que yo le pague... —aclara pensando que le está riñendo porque quien le paga es el estado.
—Oh! —protesta frunciendo más el ceño, pensando que se trata de sexo o algo así.
Francia mira el ceño fruncido y le hace al ingles un cariño suave en la nuca, donde nace el pelo.
—La cosa es que ya me ha reñido por cosas como estas y me parece ridículo que quieras que venga cuando lo que les quiero decir ya lo sabe ella.
—¿Por qué cosas te ha reñido? —pregunta en un tono mas parecido a "¿Cómo esa zorra se atreve a reñirte? Eres la bloody primera potencia mundial, ¿quién se ha creído que es?"
Estados Unidos vacila un poco porque... Es la bloody primera potencia mundial no es que le encanté que le riñan.
—Ehh... Por algunas cosas, muchas son tu culpa de hecho. O por las mismas cosas que me riñes tu, da igual —ojos en blanco, carcajada—. ¿Les conté del nuevo avión ultra secreto que estoy construyendo?
—¿Mi culpa? ¿Tiene el morro de decir que es mi culpa? Ya me gustaría saber que cosas es de las que me culpa y cómo cree que las hubiera tenido que hacer, claaaro seguro ella es una bloody experta! JA!
—Pues obviamente es una experta —réplica Estados Unidos mirando al inglés a los ojos.
Francia por su parte vuelve a ponerle una mano al inglés en la pierna y se acerca a Canadá, sin estar seguro de entender lo que pasa.
—Cher, ¿tú sabes bien bien qué pasa con esta chica Molly?
—Yes? Y que es lo que no le parece, ¿eh?—pregunta picándole en el pecho—. Me habría gustado ver como resolvía el asunto de que tú te pusieras a gritar como un loco hasta quedarte afónico si no te daba chocolate a las bloody cuatro de la mañana.
—Yo no tengo ni idea de quien es Molly —responde el canadiense. Estados Unidos se sonroja un poquito y mira por la ventana.
—Yes, Well... La cosa rara viene después —murmura y luego se ríe —. Anyways, eso da igual, olvidemos a Molly.
El taxi se detiene, el estadounidense agradece a los dioses abriendo la puerta y bajándose. Inglaterra le sigue y Canadá mira a Francia.
—Algo estamos entendiendo mal...
—Quizás se entienda todo durante la cena —propone el canadiense.
—Quizás Angleterre mate a la chica...
—¿Pero por qué? —pregunta acercándose al maletero—. Ah, ¿y tus maletas?
—Angleterre no me dio tiempo a hacer maletas.
—Oh... —responde ayudando a Inglaterra que esta bajándolas todas.
—Amerique, ayúdale a Angleterre S'il vous plait, antes de que se lastime la espalda.
—¡No me voy a lastimar la espalda! —Protesta el inglés que sigue de malas, Estados Unidos se ríe y le mira de reojo.
—Old man! —se ríe más quitándole las maletas.
—Brat! —se devuelve dejándole que tome algunas y Canadá se acerca a su hermano discretamente.
—Who is Molly? —le pregunta.
—Una chica que me... Ayuda a veces. Da igual Molly.
—Oh... ¿Y qué le pasa a England?
El francés toma a Inglaterra de la mano discretamente.
—Pues yo que se... ¡Está obsesionado! —protesta Estados Unidos.
Inglaterra le mira de reojo y no le suelta, sonrojándose un poquito sin decir nada.
El estadounidense se adelanta a todos y abre la puerta de su casa poniendo la mano en una plancha que lee las huellas digitales y luego haciendo unas pruebas de voz... Joan les saluda a todos en la puerta, pero no les pide muestra de sangre.
Inglaterra y Canada siguen a Estados Unidos para dejar las maletas del inglés en su cuarto. Francia entra mirando a su alrededor, aun de la mano del inglés.
—Well... you two —señala a Canada y a Francia—, pueden dormir en este cuarto. Iggy, tu vas en el cuarto del fondo, como siempre.
—Ehm... —vacila Canada mirando a Inglaterra y a Francia de reojo, pero el ingles no reacciona por que está organizando en su cabeza como tiene que hablarle a Joan para que le haga caso y llame a Molly sin prestar atención.
Francia vacila también mirando a Estados Unidos con una ceja levantada, aunque ya se temía algo por el estilo. Se gira a Inglaterra asumiendo que será él el que le explique.
—Eh? —pregunta Inglaterra saliendo de sus pensamientos al notar que todos le miran.
—Ven a tu cuarto, instalé algo awesome para ti — le sonríe el estadounidense dándose la vuelta y empezando a caminar hacia allá.
—¿Yo? —pregunta Inglaterra que aun no entiende.
—Brother, creo que me sentiría más cómodo si dejaras para mi la habitación sola —pide Canada temiendo un arranque de Inglaterra seguido de una discusión.
Estados Unidos mira de reojo a Canadá, y luego mira al británico.
—But... a ti no te interesa la máquina superautomatizada de té que puse en ese cuarto —responde con voz de... "duh! si serás tonto"
—¿Una qué? —pregunta Inglaterra levantado una ceja y siguiendo a America.
—Quizás, France, querrás ir a ese cuarto entonces con él y dejarme a mi este —pide Canada pensando que su hermano lo va a odiar para siempre.
Estados Unidos bufa poniéndose de malitas repentinamente y mirando a Inglaterra un poco celosito, cruzándose de brazos.
—Oui, quizás sea lo mejor... — Francia fulmina a Inglaterra por no espabilarse, cruzándose de brazos quien hace los ojos en blanco con todos sin entender aun la controversia.
—¿Vas a enseñarme eso o no? —le pide al estadounidense.
—Yes, come here... la compré en el Starbucks —le sonríe yendo hacia el cuarto y el inglés le sigue sonriendo un poco olvidándose de todo el asunto por un instante.
Francia facepalm. Se pasa una mano por el pelo y suspira, mirando a Canadá y sonriendo un poquito falsamente, guardándose las manos en los bolsillos.
Canadá le sonríe un poco como pidiéndole perdón.
—¿Te pidió que vinieras a algo en concreto? —pregunta el francés mirando a su ex colonia y entrando al cuarto en donde, evidentemente, no planea dormir.
—Dijo que ibais a venir y que tenía que hablar con nosotros —explica el canadiense entrando tras él.
—Tengo la impresión de que el asunto de Molly no es el asunto real.
—Ni siquiera me había nombrado nunca a Molly.
—Además es raro que estemos todos aquí... algo no me va —le mira poner sus maletas en el suelo y suspira, mirando hacia el otro cuarto, un poco nerviosito.
—He intentando que me lo contara esta mañana pero solo me daba evasivas y es que no sé qe pueda ser —acaba por contestar Canadá antes de sentarse en la cama y suspirar.
Estados Unidos por su parte arrastra al inglés hasta el cuarto que siempre ocupa cuando va a verle a su casa, mostrándole una señora máquina para hacer tés de sabores diferentes, con cremitas y cosas raras.
Inglaterra la mira con los ojos abiertos un poco desconfiado de que realmente sepa como hacer té bueno de verdad.
—A mi lo que más me sorprende es MI presencia aquí, cher... tiene algo de sospechoso. Angleterre me ha dicho que tu habías insistido en que viniera.
—¿Yo? si hasta esta mañana no sabía nada, yo creía que Angleterre te había pedido que vinieras.
—El me ha dicho que habías sido tu cuando le he cuestionado... —vuelve a mirar hacia el cuarto y suspira.
—Quizás le da vergüenza decir que ha sido idea suya.
—Ese es el problema, que no creo que haya sido idea suya y esto sea un asunto de verguenza... —confiesa mirándole. Levanta las cejas y le mira—. No creo que me quiera aquí —se pasa una mano por el pelo, tocándose la cajetilla de cigarrillos que trae en el bolsillo de la camisa, ligeramente ansioso.
—¿Quién? Mon frére o Angleterre?
—Vamos a decir que ninguno...
—¿Entonces por qué iban a decirte que vinieras?
Francia traga saliva vacilando un poquito y luego sonríe.
—Ese es uno de los misterios que he venido a resolver —le cierra un ojo.
—Yo no creo que ellos no quisieran que vinieras, los dos te quieren y les gusta estar contigo.
Francia le sonríe un poco más y hace un gesto con la cabeza.
—Eso es obvio, a todo el mundo le gusta pasar tiempo conmigo.
Canadá se ríe un poco mientras Inglaterra está probando la máquina de hacer té aún bastante poco convencido.
La máquina le saca una bebida bastante dulce,y bastante elaborada que tiene un 5% de té. América sonríe extasiado, dando saltitos. Inglaterra aprieta los ojos.
—¿No se puede pedir con menos azúcar?
—Sure, but... el té sin azúcar es un asco.
—No, el té se debe tomar sin azúcar —discute.
—Si uno quiere vomitar inmediatamente —replica.
—Of course not! Así es como dicen las tradiciones que hay que tomarlo. Solo. O con limón... o con un poco de leche... o con un poco de azúcar, pero la tradición de verdad de verdad es solo o con limón!
—Pues puaj... el té solo es como beber meados o algo así —se ríe.
—Pues peor es esa cosa de burbujas que bebes tu que parece caramelo líquido —se defiende dejando las bolsas en el suelo empezando a organizarse.
—No es ninguna cosa de burbujas, se llama delicioso refresco.
—Bueno, no importa. Venga. llama a Molly.
Estados Unidos hace los ojos en blanco, guardándose las manos en los bolsillos.
—No vas a dejarme en paz hasta que hables con ella, ¿verdad?
—Eso mismo. Y si no la invitas tu la invitaré yo, ya te lo he dicho —asegura mirándole fijamente.
—You are obsessed —se ríe sacando su teléfono. Inglaterra levanta la barbilla y se cruza de brazos dispuesto a escuchar toda la conversación como quien le pide a un niño que haga los deberes y se queda a su lado a comprobarlo.
El estadounidense arruga la nariz y le saca la lengua buscando el teléfono y marcando el número de la chica.
—Hello?
—Ah, Hello, America —contesta ella sonriendo—. ¿Cómo estás?
—Hello. Fine, I'm ok —sonríe un poquito.
—Oh, great —sonríe más, dulcemente—. What is up?
—Hum... well... es que... —mira a Inglaterra —. Quería ver si querías venir a cenar aquí hoy... I know, I know, ya sé que no es lo habitual.
—Hum... ¿ce-nar? —pregunta sonrojándose un poquito y enseguida se quita esa idea de la cabeza—. Si necesitas hablar puedo recibirte más tarde después de la última consulta —propone.
—N-No, no es... no es eso, es que —carraspea—. ¿Te acuerdas lo último que hablamos la semana pasada? Well... England está aquí, y... France y —va bajando el tono.
—Oh, es verdad. Dijiste que ibas a contarles como te sientes, ¿Ya lo hiciste? ¿Cómo han reaccionado?
Estados Unidos se sonroja un poco más y se levanta los lentes, tallándose un poco los ojos.
—No he hablado con ellos aún, pero England está necio con que quiere hablar contigo.
—No estoy necio —protesta Inglaterra.
—Gosh, claro que lo estás —protesta el joven.
—Oh, well —suspira—. Está bien, América, ¿dónde te parece bien que nos veamos?
—¿Puedes venir a mi casa? Ya sé, ya sé que odias venir aquí, pero... come one, pleaaaaaaaaaase
—No es que odie tu casa, ya lo sabes —explica con paciencia—. Es que un lugar menos comprometido contigo es más favorable para una comunicación fluida con menos peligro a que te sientas incomodo.
—I know, I know... but... están todos, y... es que no les conoces bien, creo que mejor te vienes para acá esta vez. Ah, and... Molly. De lo otro...
—Ok, tengo que ver aun a dos pacientes... —se detiene —. Yes?
—Yo se los diré luego.
—Como tu se tientas cómodo, no quiero presionarte, pero me parece que es un gran avance que se lo expongas a tus seres queridos más cercanos. Te ayudaré en todo lo que necesites, OK? así que puedes estar tranquilo —le sonríe.
Estados Unidos sonríe un poco más tranquilo, olvidándose un segundo de Inglaterra.
—Ok... hahaha... you are awesome! Nos vemos al rato, cuando salgas.
—Thank you —agradece—. See you later —se despide colgando e Inglaterra está que no entiende un pimiento.
—Bye! —sentencia y cuelga el teléfono girándose al inglés —. Ya está, vendrá y la conocerás y dejarás de hacer tanto alboroto.
—But... what the... what the hell?
—What? —le mira cruzándose de brazos.
—¿Qué es todo eso de que odia venir aquí? ¿es que acaso tienes que hacerlo todo como dice la señorita, encima?
¿Quién se cree que es?¿ La primera dama? Bloody hell, America! ¿Desde cuándo dejas que alguien te diga lo que hacer? eres la primera bloody potencia mundial! —levanta los brazos indignado.
—But... but... Pues no, pero es que ella dice que es mejor para mi para que haya menos peligro y todo fluya —América y su interpretación.
—Ah y encima te está comiendo el coco —bufa por la nariz negando con la cabeza con cara de le voy a cantar las cuarenta.
—No me está comiendo nada, Iggy... come on, solo a ella se le hace raro venir por que no es donde hacemos cosas habitualmente, ya te lo dije.
—Donde... donde hacéis... —indignado—. Tengo que ir al baño —suelta enojadísimo yéndose a la puerta.
Estados Unidos levanta las cejas realmente sin entender nada de por qué está tan enojado, frunce el ceño pensando que quizás no debió decirles que vinieran... si aún no les dice nada!
Inglaterra se mete al baño, agobiado, respirando un par de veces con la espalda en la puerta cerrada, se acerca al lavamanos mojándose la cara.
—Joan —empieza en voz alta.
—Hello, Mr. England.
—Hello. Voy a pedirte que me des una información ahora, supongo que no puedo evitar que quede registrada, ¿verdad?
—Sabes que no tienes permisos suficientes para evitar el registro, England, no sé por que me lo preguntas cada vez.
—Es que me gustaría que esto quedara entre tu y yo... al menos podrás encriptarlo lo bastante para que solo se pueda acceder a ello preguntando expresamente.
—Habitualmente America no revisa el registro —responde Joan como único consuelo. Inglaterra suspira.
—Bien, supongo que tendré que conformarme con ello... es que no es que esté preocupado o algo de eso, ¿sabes? —empieza tomando una toalla y secándose la cara.
—De acuerdo a tu pulso y a tu temperatura corporal estás nervioso.
—¡No controles eso! —chilla sonrojándose dejando la toalla y separándose de cualquier cosa pensando que puede controlar su pulso por tacto o algo así.
—What do you need, England?
—Y que sepas que mi pulso siempre es alto y mi temperatura corporal o lo que sea que notes, estoy perfectamente calmado y normal —sigue chillando un poquito, hablando deprisa—. Lo que ocurre es que no quiero que America haga malas interpretaciones de esto, no estoy nervioso ni preocupado por que de hecho le considero un mocoso irresponsable que ya no es mi problema y considero que le está muy bien empleado y que se apañe solo y sin mi ayuda si tanto le molesto —añade demasiado pasional.
—Estas son malas noticias para America, se las comunicaré.
—No! no! listen! esto te lo estoy diciendo solo a ti! no se supone que tengas que decírselo si acaso no te lo pregunta específicamente —protesta nervioso.
—No he escuchado ninguna solicitud. ¿Requieres que te escuche únicamente?
—No —aprieta los ojos—.
Olvida todo lo que acabo de decirte, vale. Pero si revisa esto deja constancia de que no estoy preocupado o algo de eso, OK?
—Okay.
—Bien... Necesito... dime, ¿qué sabes sobre Molly?
—Encuentro más de alguna Molly en nuestra agenda de contactos. ¿Quiere hablar con alguna de ellas? Molly Pole, Molly Dickinson, Molly Frair. Encuentro también información en google sobre Molly Malone, Molly Weasley, Molly Bloom. Encuentro información en la base de datos de películas sobre Molly, una película dirigida John Duigan, que trata sobre un soltero...
—Wait, wait, Joan —pide—. Stop.
La computadora se calla, claro está.
—America acaba de llamarla por teléfono, debes poder registrar su número y compararlo en tu base de datos, no sé como se apellida.
—Por motivos de seguridad nacional y por petición de America, esa información es confidencial y solo puede accederse a ella si se cuenta con identificación nivel rojo.
—Joan, por la reina, solo quiero saber como se llama y en qué trabaja... y cuando se han visto y donde y con que frecuencia y... algo podrás decirme —suplica con cara de cachorrito mirando el techo.
—America puede proporcionarte toda esa información, o la misma Molly. Tengo entendido de acuerdo a la agenda de América que el día de hoy vendrá a cenar.
—Me gustaría saber algunas de esas cosas antes de que venga para poder tratarla, Joan. ¿Señora? ¿Señorita? ¿Cuál es su apellido?
—Miss Molly —responde Joan Inglaterra frunce el ceño.
—Bloody Hell, Joan, eres la bloody machine más estúpida e inútil sobre la faz de la tierra. ¿Hace mucho que se ven?
—No es necesario que hablemos de mi, England —responde Joan—. Los registros de citas empiezan el nueve de abril, cinco meses, seis días.
—¡Cinco Bloody meses y yo no sabía nada hasta ahora! —grita indignado cuando alguien toca la puerta del baño.
A Inglaterra le da un infarto del susto, llevándose una mano al corazón con la toalla y mirando la puerta como si acabaran de pillarle haciendo algo malo.
—Angleterre? ¿Puedo pasar?
—Ye... ya salgo! —se apresura a responder volviendo a mojarse la cara y las manos fingiendo que ha estado haciendo algo.
—¿Estás bien? —Francia mueve el pomo de la puerta para entrar.
—Yes, yes —Inglaterra abre la puerta y sonríe de forma forzada.
Francia frunce el ceño y entra al baño cerrando la puerta tras él y mirando al inglés.
—Eh! —protesta.
—¿Estás bien?
—¡Ya te he dicho que sí!
—¿Qué te ha dicho Amerique?
—Nothing —resume. Francia le pone una mano en cada hombro y le mira a los ojos, seriamente. Inglaterra le devuelve la mirada, nerviosito.
—Déja de tratarme como si fuera idiota —pide—, estás agobiado, y estoy de acuerdo contigo en que pasa algo raro con Amerique, ahora... por una vez, podríamos hacer esto juntos en lugar de que trates de ocultarme información o mentirme.
Inglaterra se sonroja.
—Es... es que no me ha dicho nada.
—Canadá no sabe tampoco quién es.
—La ha invitado a cenar en frente mío, solo hacía que disculparse. AMERICA! DISCULPÁNDOSE! ¿entiendes? Es... no entiendo nada, ha dicho que no suelen venir aquí, no me extraña con la idiota de Joan grabándolo todo, supongo que esa guarra no quiere que queden registros de lo que hace.
—Yo no estoy convencido de que estemos entendiendo las cosas bien, cher —valora Francia mesándose la barbilla—, aunque hay sospechoso el que dice Canadá que le ha preguntado muchas veces quien es y no le dice nada.
—Hace cinco meses que se están viendo, France, ¡Cinco! —Inglaterra empieza a dar vueltas—. ¡Y recién me entero ahora!
Francia levanta las cejas y se pasa una mano por el pelo.
—Encuentro pocas razones para ocultártelo... con la cosa como está entre nosotros dos, ¿no crees que sería más lógico decírtelo? Al menos para ponerte celoso... ¿ estás seguro de que se están viendo... viendo?
—France, creo que ella es una prostituta y él está enamorado o algo así. Todo ese rollo de pagarle y de que no quiera venir aquí a hacer las cosas... y el hecho de ocultarmelo...
Francia se humedece los labios y le mira a los ojos. La opción existe... y suena coherente, pero América no reaccionaba cuando se hablaba de ella como si hablaran de una prostituta de la que está enamorado. Suspira.
—Cálmate, ¿bien? Si ella es una prostituta y el está enamorado, vamos a ver qué podemos hacer... ya no me hace de por si mucha gracia el que se enamore de una mortal, ahora menos de una prostituta... pero si es así, hay que conocerla.
—Es decir, una prostituta de verdad, más allá de que sea una guarra. Joan no ha querido decirme como se apellida, en que trabaja, ni si está soltera, ni nada de nada, todo es una bloody información clasificada. Y... ¡yo no estoy preocupado! ¡Ni celoso! —vuelve a dejar claro un poco demasiado tarde.
—Pues yo si estoy un poco preocupado con todo esto —suspira —. ¿A qué hora viene?
—Pues va a venir a cenar, claro. Quizás... No sé que quieran cenar, pero yo voy a darme una ducha.
—Bien, iré con los niños a comprar algo para preparar la cena... —levanta una mano y le acaricia la mejilla acercándose a él y dándole un beso en la comisura de los labios.
—No... No... —vacila abriendo los labios como siempre—. Está Joan
—Pardon?
—Joan! ¡Lo está grabando todo!
Francia levanta las cejas.
—¿Es la máquina esa con la que hablan?
—Yes, ya veras... Joan, ¿puedes reproducir el último minuto que acabas de grabar en este baño?
En el espejo del baño, se reproduce a Francia "—Bien, iré con los niños a comprar algo para preparar la cena... —levanta una mano y le acaricia la mejilla acercándose a él y dándole un beso en la comisura de los labios"
—¿Lo ves? —le muestra Inglaterra. Francia levanta las cejas más aun mientras el video sigue reproduciéndose—. Yo la odio, siempre que vengo aquí tengo que ducharme con calzoncillos.
—¿Y no puedes pedirle que deje de grabar?
—Cada vez que lo intento me suelta una respuesta repelente y marisabidilla sobre que ya sé que no tengo los permisos —replica fulminando el techo.
—Pues... esto es un abuso a los derechos de las personas —se le acerca mirando al techo también, no muy convencido —. ¿No prefieres irnos a un hotel?
—But... The kid...
Francia hace los ojos en blanco.
—Joan, no grabes esto —sentencia acercándose a Inglaterra y besándole en los labios.
—Mpfh! —protesta antes de perderse en el beso.
El francés se separa un poquito y sonríe, abrazando al inglés de la cintura quién respira suavemente un segundo y luego le aparta, limpiándose la boca sonrojado.
—Please, please Joan, ¡borra eso!
—Después de la última vez que borraste toda la agenda de América, no tienes los permisos para borrar nada.
—Shite! Eso fue tu bloody culpa, Joan! ¡Yo no te dije que lo borraras todo!
—Puedo mostrarte el registro de ese día, exactamente con la instrucción proporcionada —responde mientras Francia se ríe un poco.
—Y veras claramente que yo nunca comandé "borra toda la agenda de America!" —se defiende el inglés.
—Mon dieu... ¿Joan, hay alguna forma en la que hagas lo que tengas que hacer en silencio, sin molestarnos?
—France, pídele tu que lo borre! —pide
—Es posible activar el modo silencioso —responde Joan hablando al mismo tiempo que el inglés—. ¿Deseas activar el modo silencioso?
—En realidad lo que deseo es que no grabes nada que pase en el baño, ni en el cuarto en el que esté si no quieres que te meta una demanda por invasión de la privacidad.
—What the hell es el modo silencioso?
—Si deseas interponer una demanda de privacidad, puedo comunicarte con nuestros abogados —sentencia la máquina—. Modo silencioso es, como su nombre lo indica, una función con la cual yo llevo a cabo mis tareas sin interactuar con el usuario.
—¡No! ¡No! ¡No te pongas en modo silencioso! ¡Es siniestro! —pide Inglaterra. Francia levanta las cejas con la respuesta y hace los ojos en blanco.
—Mon dieu... bueno, no lo borres y ya, si Amerique es lo suficientemente pervertido como para ver TODO lo que hacemos, espero que le guste —se ríe un poco.
—¡No vamos a hacer nada y América no va a ver nada! —chilla el inglés sonrojándose. Francia se muerde el labio con el sonrojo y le mira a los ojos.
—No, al paso que vamos, dormirá cada quien en su cuarto... ¿no quieres irte a dormir al cuarto de el garçón?
—What? —se sonroja más. El francés se pasa una mano por el pelo, riñéndose a si mismo por esto.
—Voy a la cocina.
—OK —responde frunciendo el ceño agradecido del cambio de tema en el fondo.
El francés no se gira a mirarle maldiciendo a España por meterle ideas a la cabeza, a Inglaterra por decirle en el avión que no estaban juntos y a toda la bola ide idioteces que se le están ocurriendo desde que está aquí incluido el estar tan tenso.
El inglés espera a que Francia se vaya para proseguir con el interrogatorio a Joan.
Francia se recarga un segundo en la puerta del baño y luego se va hacia la cocina, tenso y malhumorado
—Estábamos en los cinco meses, Joan. ¿Puedes mostrarme una foto de ella? —pide empezando a desnudarse.
—No.
—Why not? Alguna vez debe haber venido aquí —sigue, quedándose en calzoncillos.
—¿Quieres que busque la definición de confidencial en el diccionario?
—Quiero que dejes de ser tan sarcástica —sentencia—. ¿Qué datos sobre ella puedes ofrecerme? —pide metiéndose a la ducha.
—América puede darte datos.
—No voy a dejar que America entre mientras tomo una ducha, sería incomodo e impudoroso —replica—. Pero a ti no puedo echarte, asi que abre el agua y empieza a largar lo que te pido.
El agua se abre y sale agua hirviendo.
—¿Qué información quieres? Quizás haya algo que pueda decirte si haces la pregunta correcta.
Inglaterra da un salto con el agua.
—Baja un poco la temperatura, please. ¿Que hay de su apellido?
Joan regula el agua.
—England, es la segunda vez que te digo que esa es información confidencial —insiste la mujer.
—¿Ni su trabajo, ni su salario? Quizás podrías decirme por que es tan confidencial.
—Quizás podría si tuvieras permiso color rojo —replica —. Puedo decirte su salario.
—¿Cuál es su salario?
—Mil dólares por sesión de acuerdo a The Federal Funding Accountability and Transparency Act.
—Mmmmm... —piensa que eso es mucho dinero, pero que le pague una asociancion federal es muy raro para ser una prostituta.
Joan pone un poco de música de los Beatles. Inglaterra sale de sus pensamientos.
—Solo por curiosidad, Joan, ¿cuál es la escala de colores de permisos y cuál color tengo yo?
—El nivel superior es el rojo, luego sigue el anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta.
—Tu eres amarillo.
—Mmmm... ¿Qué colores tienen France y Canada?
—Canada es amarillo también, France es verde.
—Mmm... —frunce el ceño con eso—. ¿Quién le paga su salario a Molly?
—The federal government.
—¿Quieres decir que el gobierno está al tanto? ¿Obama sabe quién es ella?
—Yes.
Flipa sin entender un pimiento.
—¿Y se lo permite? ¿Por qué America no me ha informado de esto?
—Yes, fue su idea.
—¿Idea de Obama? ¿Para qué? —sigue preguntando acabando de aclararse el pelo con los ojos cerrados.
—Deberías hablar con América, en realidad puede que me desactive un mes si sabe que estoy hablando contigo de esto.
—Llámala y ponme el manos libres, se me ha ocurrido algo de la cena y quiero avisarla.
—¿Qué quieres avisarle?
—Tú tampoco tienes permisos para saber una información confidencial como esa —responde saboreando el momento—. Tus permisos conmigo son de color azul y además estoy un poco harto de jugar a adivinar contigo.
—Entiendo. Por favor comunícate con América para llamarla por teléfono.
—Joan...
—Yes?
—Go to the hell y saluda a the devil de mi parte, quieres? Seguro sois buenos amigos.
—No tengo permiso para realizar esa acción, ¿algo más que necesites?
—Yes —responde acabando de ducharse—. Apaga el agua, please —pide envolviéndose en una toalla—. Y...
Se cierra el agua.
—Escúchame, hay algo importante. Hay... Algo que... Veras, es complicado. ¿Recuerdas cuando... cuando America vio Finding Nemo y lo pasó un poco mal cuando la mamá de Nemo se murió al principio de la película?
—Yes.
—¿Si hubieras sabido que ver eso le haría pasarlo mal, le habrías permitido ver la película?
—América en ocasiones requiere recomendaciones.
—Tienes que recomendarle de manera muy ferviente que NO vea lo que... —se muerde el labio.
—Yes?
—France. I hate him, but... It's complicated —explica—. No le dejes verlo, please. Voy a... intetaré protegerle but... A veces simplemente no puedo... —intenta explicar con muchas dificultades, vistiéndose.
Si Joan pudiera sonreír, lo haría.
—Creando permisos nuevos, eliminando permisos para sector rojo.
—Eh? —vacila al oír eso.
—Completado.
—¿Qué acabas de hacer, Joan?
—Completar tu instrucción.
—¿Mi instrucción? ¿Le advertirás antes de que te pida ver lo que hagamos France... —se sonroja—. I mean, lo que te he dicho?
—He eliminado sus permisos para verlo.
—Thank you —sonríe acabando de vestirse—. Pero no se lo digas a France, OK?
—No tienes permiso para prohibirme cosas.
—Es una petición. Un favor, Joan —suspira volviendo a odiarla, poniéndose sus zapatos—. France está en un nivel inferior de permisos que yo, así que... si él te pregunta sobre si America va a ver esto, ignórale. Y por la reina, si por algún motivo se le ocurriera pedirte que le mandaras alguno de esos archivos al teléfono o al correo, dile que no tiene permiso para ello! PLEASE
—No tienen permiso para ello, desde luego. La información es propiedad del gobierno norteamericano.
—Won... derful... —responde sonriendo forzadamente en un tono que indica claramente que no le parece maravilloso en lo más mínimo—. Por cierto, ¿que color tiene Molly en el nivel de permisos de la casa?
—¿Molly? El standard que es violeta.
—Oh. Wonderful —sonríe más ahora acabando de ponerse bien el nudo de la corbata y dirigiéndose a la cocina.
—¿Algo más que necesites?
—Yes —se detiene antes de salir del cuarto—. ¿Qué sabes de Mario?
—Mario es un personaje ficticio diseñado por el japonés Shigeru Miyamoto, para la compañía Nintendo —lee lo PRIMERO que sale en Google al poner "Mario".
—No, ese no, máquina estúpida, eso es una de esas cosas come cerebros suyas. Me refiero a un amigo de América, me habló de él por teléfono.
—No tengo información de ningún Mario en sus registros.
—Jum... Well, no importa —sacude la cabeza y vuelve a salir del cuarto.
No... No debería estar arreglando esto. NO. DEBERÍA. Pero quisísteis RusAme madafacars, yanogüit! No sé cada cuanto se vaya a actualizar ni cuanto vaya a durar (qué novedad) pero hay muy poco RusAme en español y menos como Longfics (será por que la pareja es complicada de cojones) pero me gusta, así que amoramor para ellos.
