Entre fuego y hielo

Capítulo 1: Situaciones

Tristeza, soledad agonía ¿cuánto tiempo hacía desde que había olvidado la forma de soñar?

Nunca había sido un gran soñador, para que negarlo? Era un ser pragmático y frío, se había encargado de enterrar sus sentimientos en el más profundo y oscuro recoveco de su corazón, diciéndose a sí mismo que todo era por el bien de la causa, su servicio a Athena así lo requería, un caballero de Acuario no puede sentir, no puede amar

¿No sería una traición a su orden dejarse arrastrar por una pasión inusitada? Mil veces se lo había preguntado y a pesar de todo no estaba muy seguro de la respuesta; y es que por mucho que se esforzara su corazón latía con extraña calidez al recordarla

Camus suspiró con pesadez, había sido un idiota, la había perdido a causa de "su lugar en la orden" como le había dicho y se había repetido a si mismo para auto-convencerse, y lo había logrado, o al menos eso creyó hasta la llegada de Hyoga; su discípulo le había enseñado varias cosas, lo principal, que era un gran mentiroso

El santo de cisne lo había sobrepasado por mucho, llegando incluso al octavo sentido, a pesar de eso, jamás había dejado a sus amigos, con los que reía con ganas, y, como tanto se burlaba Milo, el chico tenía un complejo de Edipo alarmante.

Su discípulo, al igual que él, era un caballero de los hielos, pero con mayor sabiduría había aprendido a unirse a los que amaba en lugar de alejarlos. Cuando el caballero de Acuario comprendió que su poder provenía del lazo con sus amigos su vida dio un vuelco

No era una persona expresiva, ni podría serlo, pero pequeños síntomas fueron delatando su cambio para quien pudiera verlos, un nuevo brillo en sus ojos un día, aceptar alguna invitación de sus compañeros otro.

Por primera vez después de varios años volvía a tener con Milo esa extraña relación de compinches que los había caracterizado años antes y que nadie podía entender. El caballero de Escorpio era todo lo opuesto a él que alguien pudiera imaginar, alegre y despreocupado, mujeriego hasta la médula, siempre tenía una fiesta a la cual acudir

Por ser tan diametralmente opuestos, nadie se extrañó cuando unos años atrás se habían distanciado "Era inevitable" comentaba más de uno con una media sonrisa sabionda, sin saber absolutamente nada

Nadie conocía el verdadero motivo de su distanciamiento, y eso se debía a que pocos conocían la verdadera personalidad de Milo, tras la fachada de juerguero el escorpión era una persona reservada, con un firme sentido de la responsabilidad, territorialmente sobreprotector con los que quiere, leal como pocos en la orden y el único que no titubeaba a la hora de anunciarle sus verdades

"ojalá te hubiera escuchado antes amigo"- se dijo el acuariano contemplando el plateado reflejo de la luna llena sobre el mar; las estrellas brillaban con suavidad mientras la brisa marina jugueteaba con su cabello, se descalzó para sentir la suavidad de la arena bajo sus pies, dejando que mil sensaciones lo embriagaran

"Esta noche es como las que tanto te gustaban ma petite"- se oyó susurrar, volviendo sus pensamientos al único ser que había causado la ira del escorpión; aunque tal como se lo recordaba su amigo, la culpa era absolutamente suya

Diez años eran exactamente los que habían transcurrido desde la última vez que se habían visto, en ese tiempo, habían encontrado a la verdadera Athena y luchado contra Hades, por no decir que volvió de la muerte, se preguntó si ella también habría cambiado, muchas cosas habían pasado en esos malditos diez años, malditos años oscurecidos por su ausencia

Sí, por decirlo de alguna forma aquel era el aniversario de su estupidez, el día que por cobardía había alejado al único ser que amaba, aquella quien llamaba en sueños, la que lo debilitaba con sus gestos e idiotizaba con su imagen, la que había logrado atravesar el blindaje y llegar hasta ese íntimo huequito de su corazón

Milo tenía razón en reprocharle, por su necedad ambos habían perdido al ser que les brindaba más sonrisas. Lo que más le dolía al escorpión, a pesar de todo era la falta de noticias, por no mencionar que la chica iba con el corazón destrozado, un corazón que él mismo se había encargado de destrozar.

Camus aún no entendía como se había atrevido a decirle esas palabras, como le había anunciado sin perder la compostura: "Yo no te amo, yo no puedo amar a nadie, soy un caballero de los hielos, no tengo sentimientos"

¿Cómo había sido capaz cuando lo único que deseaba era tomarla en sus brazos y besarla hasta quedarse sin aire¿cuándo anhelaba hacerla suya para toda la eternidad?

No estaba muy seguro, pero no solo había sido capaz, sino que había mantenido su postura cuando Milo llegó con ganas de ahorcarlo

Después de aquella conversación ella se había esfumado, y, como le había explicado a Milo en una pequeña carta de despedida, ya no tenía motivos para permanecer en Grecia, y tras pedirle que no le buscara le anunciaba que nunca olvidaría a su bichito favorito. Milo había estallado furioso, por su causa había perdido a la única mujer que no había caído en sus brazos, la que realmente había entrado en su corazón por la puertita trasera, a quien no podía dejar de proteger y nunca podría negarle nada. En su corazón era su hermanita pequeña, y muchos así lo habían creído al ver la ternura con la que trataba a la joven el casanova del Santuario

Cuando ella se marchó Milo se abstuvo de dirigirle la palabra salvo una cuestión de vida o muerte, hasta que, luego de regresar del Hades, el acuariano aceptó ser un completo y monumental idiota por haberla perdido, tras varios regaños las cosas habían retornado a causes normales

Aún así Camus no podía perdonarse el haberla perdido

"Todavía la extrañas no?"- preguntó una conocida voz a su espalda, volteó para encontrar a su mejor amigo con una sonrisa triste

"fui un idiota"- sentenció melancólico

"Éramos muy jóvenes"

"Tenía dieciocho años- comentó molesto- y era un idiota, a pesar de ser más pequeña ella era mucho más adulta que yo"

"Ella era muy especial"- sonrió Milo con tristeza palmeándole la espalda, tras un momento de silencio continuó-"la princesa quiere hacer un anuncio, al parecer hay problemas"

El caballero de acuario suspiró resignado encaminándose con su mejor amigo ante la presencia de la diosa

"Solo espero que no sea muy grave"- susurró, aún perdido en su melancolía

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Mmm... la cama estaba realmente deliciosa esa mañana, la luz del sol me acariciaba suavemente mientras navegaba en mi mar de sueños... pero nada puede durar eternamente no?

Así me lo dijo el teléfono sonando insistentemente a mi lado, abrí los ojos con pesar, maldiciendo mi suerte y recordando a toda la familia de quien me despertaba tan temprano en la mañana

"Hpmf"

"Hola querida, aún en la cama? Es algo tarde- una señal de alarma se disparó en mi cabeza al reconocer esa voz, busqué el despertador con la vista, y para mi desgracia tenía razón- no te preocupes- me indicó despreocupado. Te cancelaron la mesa de examen por un asunto de mayor prioridad, hablar conmigo"

"Qué!- exclamé sin entender, aún medio adormilada- estas en Argentina?"

"En tu escritorio para ser exactos- me indicó alegre- cabe decir que lo tienes muy abandonados, tus gustos para la decoración son un asco querida"

"Aunque no lo parezca me recibí hace solo seis meses, y solo tengo tres en esa oficina"- me quejé mientras me levantaba y tomaba la ropa esparcida por el lugar

"Y a pesar de eso tu nombre es mundialmente reconocido en nuestro ambiente y eres profesora adjunta en la misma universidad en la que hace seis meses eras alumna- me indicó conciliador- lo mínimo que podrías hacer por tu tutor es recibirme con un buen desayuno"

"La gratitud me rinde a tus pies Pigmalión- le indiqué con sarcasmo mientras me vestía apresurada- ya estoy saliendo para allá, te espero en el bar de siempre, chau"

"Adiós mi pequeña Galatea"- le oí antes de colgar

Terminé de arreglarme con rapidez y tomé las llaves del auto, no deseaba hacer esperar a mi renombrado tutor. El doctor Wolfgang Von Hauser era uno de los mayores expertos a nivel mundial en la historia de Grecia antigua, a pesar de su juventud, estaba próximo a cumplir los treinta, viajaba por el mundo dando conferencias a licenciados que lo contemplaban absortos y le llevaban varias décadas.

Nos habíamos conocidos en una de esas tantas conferencias, cuando yo estaba en el tercer año de mi carrera; en aquel congreso estaba haciendo tiempo entre una conferencia y otra tomando un delicioso café cuando aquel rubio escultural se me acercó, con los ojos de un color turquesa casi imposibles, y el enrulado cabello desordenado

"Puedo sentarme aquí?- Me pidió con un extraño acento y una sonrisa que dejó a más de una idiotizada- es que no hay más lugar"- miré a mi alrededor, no había caído en la cuenta, el lugar estaba repleto

"Claro, no hay problema- le indiqué, sonriendo, el lugar frente al mío- no eres de aquí verdad?"- el negó con la cabeza dando un gran trago a su café

"Soy de Alemania- me explicó tendiendo su mano- Wolf"

"Clío"- le informé apretando su mano

"La musa de la historia..." comentó con picardía

"Digamos que mis padres eligieron muy bien mi nombre"- expliqué entre risas, dando comienzo a una larga charla, no solo sobre historia, sino también de nuestras vidas

"Arggg!- casi grité al ver el reloj- la conferencia del doctor Von Hauser! Empezó hace veinte minutos, espero que me dejen entrar!"- comenté poniéndome de pie para llamar al mozo

"No te preocupes, yo pago- me indicó con calma- anda tranquila, probablemente no haya comenzado, Von Hauser siempre llega tarde"

"Gracias- susurré alejándome. Grande fue mi sorpresa al descubrir que en verdad todavía no habían comenzado, no solo eso, sino que el dr. Von Hauser parecía estar desaparecido. Cuando finalmente la puerta se abrió mi mandíbula debió llegar al piso y mi asombro a límites insospechados, más aún al sentir la turquesa mirada buscándome

Wolf llevaba el cabello atado en una pequeña coleta, saco y corbata sobre la camisa que levaba anteriormente

"Disculpen la demora, me quedé conversando con una amiga- comentó con una sonrisa que arrancó suspiros- soy el doctor Wolfgang Von Hauser y espero no aburrirles con mi charla"

Aquella conferencia fue la mejor que recuerdo en mi vida, por no decir que mi destino dio un vuelco de trescientos sesenta grados

"Clío"- me llamó mientras me alejaba por el pasillo una vez terminada la disertación- "Clío"

"Qué desea doctor Von Hauser?"- pregunté con falsa dulzura, viendo como se crispaba

"A las niñas bonitas no les queda bien el sarcasmo- me indicó molesto tomándome del brazo y casi arrastrándome a la salida- ahora iremos a cenar y a discutir varias cosas que creo te serán interesantes"

No se equivocó, Wolf después de aquello me tomó como su protegida y asistente en su nuevo proyecto. Bajo su tutela asistí a varios congresos alrededor del mundo que de otra forma me hubiera sido imposible tener acceso, aún antes de recibirme había dado conferencias y mi nombre había comenzado a tomar importancia por mérito propio, al recibirme, casi de forma inmediata había sido nombrada profesora adjunta de historia griega

Todo lo que había obtenido era gracias a su apoyo y estaba en Argentina, y había logrado que cancelaran una mesa de examen el tema era grave

Estacioné en el primer lugar libre que encontré y corrí hasta el bar que estaba repleto

"Tu no pierdes las mañas querida- me indicó con una sonrisa galante, antes de plantarme un rápido beso en la mejilla e indicarme que tomara asiento- aún siendo profesora no dejas los bares de estudiantes"- susurró el muy chistosillo

"Tu llevas años en bares de estudiantes- recalqué- y si no lo recuerdas fue aquí donde nos conocimos"

"Que recuerdo tan romántico"- susurró con una sonrisa seductora palmeando mi mano

"Sí, claro, lo que me faltaba"- susurré irónica, no es que me desagradara la idea de una relación romántica, es más muchos de nuestros colegas nos habían catalogado como pareja, pero en realidad nuestra relación se limitaba a un inocente coqueteo y demasiadas horas de investigación- "qué es lo que te traes entre manos?"

"Tu, yo y las maravillosas islas griegas- me informó en tono misterioso- que opinas?"

"Disculpa- bufé indignada- por si no lo recuerdas tengo clases que dar y exámenes que tomar, las cosas ya no son tan sencillas como cuando era estudiante"

"Lamento estropearte tu mar de responsabilidades querida, pero acabo de tener una reunión con los directivos de la universidad y han estado más que dispuestos a asignarte a mi nuevo proyecto"- lo contemplé molesta, otra vez estaba intentando organizar mi vida! Y lo peor es que conociéndolo ya no podía hacer nada.

Me miró con cara de cachorrito, contra la cual sabía que no podría hacer nada, el muy maldito sabía muy bien cual era mi punto débil, pero se veía en realidad adorable

"Y bien vas a decirme o no para que nos vamos a Grecia?- suspiré con resignación- o pretendes llevarme secuestrada como tu esclava sexual?"- murmuré con ironía

"No sería mala idea, pero desgraciadamente los planes son otros- me indicó mientras luchaba con un trozo de pastel que consistía en su desayuno- estamos a cargo de un equipo de antropólogos, arqueólogos, psicólogos y llegado el caso todo tipo de médicos, ingenieros y astrónomos a nuestro servicio, los mejores del mundo en cada especialidad"- lo miré incrédula

"Para que es necesario tanto equipo?- dudé- y quien lo podría financiar?"

"El gobierno griego está muy interesado en esto, aunque no estoy muy seguro de que pueda servirles- me explicó- de todas formas yo no voy a perder la oportunidad de investigar todo lo posible sobre el mito de los guardianes divinos de Athena"

Sentí mi cuerpo paralizarse de inmediato y un extraño escalofrío recorrió mi espalda mientras mis neuronas intentaban hacer una conexión coherente para que mi boca no se llenara de balbuceos

"Estas loco!- exclamé por fin- es un mito, por todos los cielos no hay mucho que investigar! Ya conoces todas las teorías y libros sobre el tema, no podemos hacer nada más que analizar!"

"No te equivoques querida, no son un mito, y no solo nos proponemos demostrar su papel en la antigüedad, sino también su existencia en la actualidad"

"Ahora sí has perdido la cabeza- suspiré- ya decía yo que tanta genialidad te haría perder la cordura"

"Cuento contigo o no?"- preguntó molesto- "sabes a la perfección que será el mayor descubrimiento a nivel mundial"

"Será la mayor payasada a nivel mundial- opiné con seriedad- sabes que ese es un mito menor, prácticamente no existen registros, ni pruebas materiales, ni nada, solo un vacío absoluto de información"

"Para eso te necesito en el equipo cabecita, sos una de las mejores en el análisis del griego, serás mi segunda en el equipo, como siempre ¿puedo contar contigo o no?"- tomé aire, intentando aclarar las ideas que se agolpaban en cerebro, si no hacía las cosas bien mi carrera y mi vida caerían en los abismos primigenios

"Cuando partiremos?"- pregunte sin estar del todo segura, tendría que hacer varias llamadas para mantener mi cabeza en su sitio

Bien, lo prometido es deuda, deben tener en cuenta que esta historia se desarrolla varios años después a Hades, y nos encontramos con los personajes bastante más adultos, en cuanto a mis otras historias... prometo actualizar en esta semana no me maten! espero que disfruten de mi nueva historia y me dejen sus reviews !

Pigmalion y Galatea: Pigmalión es según la mitología griega un rey de Chipre que además de ser sacerdote, era también un magnífico escultor. Se destacó siempre por su bondad y sabiduría a la hora de gobernar.
Durante mucho tiempo Pigmalión había buscado una esposa cuya belleza correspondiera con su idea de la mujer perfecta. Al fin decidió que no se casaría y dedicaría todo su tiempo y el amor que sentía dentro de sí a la creación de las más hermosas estatuas.Así, realizó la estatua de una joven, a la que llamó Galatea tan perfecta y tan hermosa que se enamoró de ella perdidamente. Soñó que la estatua cobraba vida. Ovidio
dice así «Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez, y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.» Cuando despertó en lugar de la estatua se hallaba Afrodita, que le dijo "Mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal". De esa forma Galatea se transformó en una mujer real. Hay que destacar que para Pigmalión Galatea era su obra perfecta.