Imperfection
Capítulo I.
Juudai se despertó sobresaltado esa mañana en particular, mirando hacia todos lados, tratando de comprobar que la voz que le hablaba en su sueño sólo había sido eso, un sueño y nada más. Pero sabía que no era cierto, pues Yubel era una realidad con la que tendría que vivir y que le hablara en su inconsciente sólo se lo comprobaba.
Habían pasado apenas pocas semanas desde que había perdido su duelo contra Yuugi y el espíritu siempre tenía algo que reprocharle sobre eso, aunque últimamente empezaba a ponerse rara, como... más cariñosa y eso le asustaba, porque él no tenía ese tipo de sentimientos hacia ella y si la hacía enojar, quién sabe qué represalias tendría que soportar, no quería ni imaginárselo, una mujer celosa y destrozada era lo peor.
Se incorporó de la cama, tallándose los ojos y buscando el reloj que había aventado la mañana anterior, porque ese día había algo importante qué hacer, algo que sin duda lo ponía feliz: ese día volvería a ver a Johan, iría con él a Noruega para vivir juntos. Su avión salía a las 11:00 am y... ¡se le estaba haciendo tarde! El reloj casi destrozado marcaba las 10:30.
Corriendo, como se le había hecho costumbre en la Academia, se bañó de un tirón y también se arregló, porque no quería que él lo viera sucio, incluso se sonrojó al pensar en la clase de comentarios que recibiría si lo veía llegar todavía con la amohada pegada a la cara. Por suerte, el avión se retrasó por problemas que ni le interesaban y aunque llegó a las 11:20 al lugar, éste no salió hasta las 12 del día, momento en el cual aprovechó para terminar su larga, larga siesta.
La noche ya había caído en Noruega cuando el avión llegó al lugar, era un lugar hermoso y bastante apacible, en la cual se podían observar varias estrellas y el bullicio de una ciudad en movimiento, nada diferente a Japón, a excepción de todas las personas con ojos de color y rubios. Juudai se bajó un poco mareado, pero completamente recuperado del viajecito, se alisó las arrugas de la playera, aunque no tenía ninguna y con las mejillas ardiendo se bajó para buscar a su novio entre la multitud de gente que esperaba a sus familiares y amigos, se sentía tan feliz, tan emocionado, tan enamorado... y Yubel lo sabía, por lo cual estaba que echaba chispas ¡Aquello no se podía quedar de esa manera! ¡De ninguna forma, porque Juudai le pertenecía!
Johan sobresalía incluso en ese país, con el porte de alguien divertido y el rostro atractivo, diferente al de las demás personas. Además, claro está, del enorme letrero que decía "Por aquí, pequeñito", refiriéndose a su novio, que lo hacía demasiado visible, incluso hasta para una persona que estuviera a 200 metros. Con impaciencia, el Obelisk vio bajar a todos los pasajeros, buscando una mata de cabello castaño y en cuanto la localizó su corazón dio un tumbo, antes de que una sonrisa se extendiera por su rostro. Pero Juudai no sonreía y él no entendía por qué, aunque lo atribuía a lo largo y aburrido del viaje, quizá sólo necesitaba dormir.
En cuanto ambos se encontraron se besaron con ganas, aunque Juudai seguía un tanto estático, resistiéndose sin duda a que Johan le jugara una travesura, sin embargo, no le ayudaba el hecho de que éñ estaba muy guapo y quizá hasta más alto: vestía un pantalón oscuro, con una camisa a juego, que lo hacían ver muy bien, ¡le daban ganas de comérselo!
—¿Cómo te ha ido? -preguntó Johan, mientras ambos emprendían el camino hacia la salida del aeropuerto tomados de la mano, él estaba que no cabía de la emoción, por lo cual no esperó a su respuesta- ¡Te extrañé mucho! ¡Ya verás cuando veas la casa! Aunque antes, claro, deberás de conocer a mis padres -y se pasó la mano por detrás de la cabeza, apenado.
—No hay problema -quiso sonreír él, pero algo se lo impedía- Estoy un poco cansado, pero claro que puedo hacerlo -y se recargó en su hombro antes de subir al automóvil que éste conducía. Johan le besó la frente.
—En serio, no sabes cuánto te he extrañado.
&
La casa de los padres de Johan, sin duda alguna era algo de un cuento de hadas. Parecía un pequeño castillo, pintado de blanco con dorado, circundado por un bosquecillo, a las afueras de la ciudad. ¡Incluso hasta la puerta tenía su propio escudo de armas y todo! Juudai se sentía pequeño de tan sólo entrar allí, con su diminuta maleta de equipaje, ¿cómo serían los padres de Johan? ¿Lo aceptarían o lo odiarían? El peliazul le dio ánimos apretando su mano y sonriendo conciliador, porque no iba a pasar nada malo que él supiera.
Abrió la puerta con una lentitud que volvió loco a Juudai y en cuanto éste pudo ver el interior del lugar, tan sencillo que no se podía creer, una niña de ondulados cabellos rubios llegó corriendo hacia él y le saltó a los brazos, emocionada. Ésa debía ser la hermana de Johan.
—¡Así que éste es! -exclamó, abrazándose aún más fuerte al incrédulo Juudai, quien no sabía qué hacer o decir- ¡Mucho gusto en conocerte, cuñado!
—¡Hola! -dijo, recomponiéndose de inmediato, pero su semblante parecía carente de expresión- Supongo que tú eres la hermana de mi Johan -a Yubel no le gustó esa palabra- ¡Mucho gusto, soy Juudai Yuki!
—¡Pues claro! -asintió ella con solemnidad- ¡Johan no hace más que hablar de ti! ¿Cómo podría no saber quién eres? ¡Yo soy Alice, mucho gusto! -y haciéndole un mohín tomó de la mano a su hermano- Pero, vamos, no se contengan, ¿no deberían estarse besando y todo eso?
Juudai se puso de colores por primera vez en el día.
—Alice, no lo hostigues o se irá -un hombre del cual Johan había obtenido los ojos salió a su encuentro, extendiendo los brazos- Johan no pudo elegir a alguien mejor. Un placer, Joel Andersen.
—Mucho gusto -atinó a decir el castaño, haciendo una reverencia. El señor se rió un poco, parecía afable- Pero pasa, a mi mujer también le interesa conocerte -aunque quizá para nada bueno, según su tono de voz, ¿sería la única que lo rechazaría?
Avanzaron por el vestíbulo, también de un bonito y limpio tono blanco, para llegar a la cocina, donde una mujer de cabellos azulados preparaba la cena con rapidez, removiendo aquí y allá los sartenes y demás enseres. Ella parecía afable, pero también enérgica, muy opuesta a su marido, quien siempre tenía una sonrisa en los labios, Johan sin duda se parecía mucho más a él.
Yubel se acercó a susurrarle algo a Juudai, incluso antes de que nada pasara.
—Ella te odia.
—Querida, ya ha llegado Juudai -la mujer se dio la vuelta, sus ojos de un precioso tono azulado se llenaron de sorpresa y luego de cierto rencor, que sólo terminó de confirmar lo que Yubel le había dicho- Muchacho, ésta es mi esposa, Victoria.
—Encantada -dijo secamente antes de seguir con lo suyo, a lo cual Johan soltó un bufido.
Juudai nisiquiera abrió la boca, no necesitaba tratar de trabar conversación con alguien que parecía detestarlo. No obstante, con Alice y Joel, el padre de Johan, si habló bastante durante toda la cena, de Japón, de cómo había conocido a su hijo, de lo que planeaba hacer a futuro, e incluso preguntó sobre varias cosas del país, más exactamente dónde se podían tener duelos y dónde podía conseguir un contrato como Duelista Profesional.
La pequeña Alice participó en toda la conversación, siempre haciendo comentarios extraños, lo cuál simplemente afirmaba el refrán de "De tal palo, tal astilla". Y fue ella quién más le agrado, después de su padre, quien parecía un hombre bastante sabio y que respetaba mucho a su hijo, no así como su madre, que permaneció callada toda la cena y nisiquiera se rió un poquito con las bromas que hizo Johan sobre la comida y sobre Juudai.
Al final de la velada, parecía que los tres se conocían de toda la vida y eso lo hacía sentir mucho mejor, pues ya sabía que todo iba a ir bien con la mayoría de su nueva familia y también dónde podía conseguir algún trabajo estable para no ser una carga mientras vivieran allí, hasta que Johan comprara un apartamento o algo así.
Se despidieron de los demás a eso de las once, la noche empezaba a ser fría, para dirigirse al cuarto de Johan, en el segundo piso de la casa, una habitación de color lila con montones y montones de revistas sobre duelos, automóviles y motocicletas. La cama estaba cerca de la ventana y justo al lado, un escritorio donde descansaba su deck y unas cuantas libretas, además de un calendario, donde había tachado los días que faltaban para verlo.
Johan lo abrazó por la espalda en cuanto se encontraron solos, aspirando el aroma que emanaba de su cuello, ése con el que sólo había podido soñar durante algún tiempo. Luego comenzó a besarlo lentamente, recorriéndolo con los labios, dejando pequeñas marcas donde sabía que a él le gustaba tenerlas. Sus manos recorrían hábilmente la piel debajo de la playera negra que éste solía usar y un poco más abajo, donde comenzaba a obtener una reacción.
—Espero que no estés muy cansado de tu viaje -susurró con la voz ronca, muy cerca de su oído, antes de mordisquearlo un poco, recibiendo un suspiro por respuesta- No pienso dejarte dormir hasta muy entrada la noche.
—No te preocupes -gimió él, en cuanto Johan encontró el cierre de su pantalón- Realmente creo que me hace falta desvelarme.
—Eso pensaba -sonrió el de ojos esmeraldas, luego le dio la vuelta, quedando ambos de frente y lo besó, perdiendo la noción del tiempo y el espacio.
Fin del capítulo.
Notas de la Autora: ¡No pude resistirme a publicar esto! Sobretodo cuando ya le avancé varios capítulos, que aún debo corregir, por cierto. Espero que les llame la atención este fanfic, que va a tener un tema más adulto supongo yo. Ojalá, de verdad ojalá les guste, lo hago por y para ustedes, dado que yo no gano nada publicando esto (más que una sonrisa si alguien me deja un review... ok, eso sonó cursi -w-). Ya verán de qué va el fanfic próximamente, lamentablemente sólo puedo publicar una vez a la semana este fanfic porque me supone más trabajo al tener que editarlo y corregir errores, como trabajo toda la semana y tengo otras actividades que me consumen tiempo no puedo hacerlo antes, lo siento, pero sin falta cada Lunes ya tendrán su capítulo arriba, sino les doy permiso de que me linchen.
Otras curiosidades, estoy manejando a Juudai en su versión de la 4ta temporada (amo como se ve ahí, es tan fucking sexy *dies), por lo cual será un poco emo, ya verán por qué. Si bien estoy tomando los acontecimientos del final de YGO GX, puede que omita otros, así que no se espanten si ven cosas que no deberían de ser o asafsdagsd.
Ya por último ¿quieren que haya lemmon? Aún estoy en eso y quisiera saber para escribirlo antes de un capítulo que considero muy importante. Dejen sus opiniones, por favor.
Gracias por leer.
Ja ne!
