Después meses hartándome con ruegos y melosos pedidos, por fin accedí. Me hizo prometérselo como cien veces, que tonto es el Kitsune a veces.
No entiendo para que quiere que me quede, si lo mismo siempre regreso. Pero hoy volvió a suplicarme que me quedara, por lo menos una semana, pero dije le que si porque me lo pidió justo antes de quedarse entre mis brazos, ¡que empalagoso te vuelve esto del" amor"!además acepte porque no me gusta verlo triste, su madre nigen no está por trabajo, y no quiero dejarlo solo con todas esas hembras en celo que lo rodean…
Yo siempre vengo los viernes, pero hoy fue domingo.
Los rayos de sol me irritan los ojos, ya esta amaneciendo. De seguro, en unos minutos Kurama va a despertarse, me hipnotizara con sus ojos brillantes de cachorro y ronroneara un "buenos días", o alguna frase estúpida frase amable.
¡TRINGGG! ¡TRINGGG! ¡TRINGGG! - ¿Qué demonios es ese horrible sonido? lo busque y provenía de un objeto pequeño con campanas ¡agh! Iba a eliminarlo pero algo me interrumpió.
-¡¡Auch!! - ¿Cómo llegue al suelo? y veo a Kurama corriendo de un lado para otro, me tiro cuando se levanto alarmado llevándose las sabanas, eso nunca había pasado - ¿qué diablos te sucede?
-Perdón Hiei – estaba algo agitado mientras se cambiaba de ropa – Olvide poner la alarma del reloj mas temprano, y ahora voy a llegar tarde al instituto.
-Nh – se iba a ir y me dejaba solo - ¿A qué hora vuelves?
-De verdad lo siento, Hi-chan hoy salgo tarde, tengo junta en el consejo de estudiantes - ¿y qué mierda era eso? – te prometo que hoy te lo compenso… ^^
-Haz lo que quieras – estaba algo enojado, no me estaba prestando mucha atención. Pero puso su sonrisa torcida, esa era solo mía – No te preocupes, no me iré… todavía – le aclare aun algo irritado.
-Gracias, eres un ángel. Te veo más tarde – me dio un rápido pero ruidoso beso que me dejo algo embobado y un Nh fue lo único que conteste –por favor no rompas nada, y cuídate mucho…
Luego de eso, se fue apresurado, casi corriendo. Aun no logro entender bien que tiene de importante el instituto, pero Kurama dice que algún día todo el esfuerzo valdrá la pena. ¡Ja! Como si se pudiera matar a un demonio con aburrimiento.
Me quede repantigando en la cama un par de horas más, era mucho mas cómoda y cálida que un árbol. Pero estaba hambriento, el estúpido de Kurama se olvido de hacerme la comida… ni modo, debía conseguir mi alimento solo.
Sin embargo, cuando llegue a la caja de congelamiento no había nieve dulce, ese Kitsune me las pagaría…
Sin otra opción, tome unos huevos, leche, azúcar y otras que cosas que no recuerdo su nombre, y las metí en el mico…miro ondas, como sea, ahí. El olor del humo era asqueroso, pero mi hambre atroz era mayor debía comer algo, estaba duro y viscoso por partes mi mazacote, así que tuve que rasparlo con mi espada para poder probarlo, su gusto era comparable con besar el deforme de kuwabara. Nota mental: debo empezar a valorar la comida de mi zorro… y también sus besos.
Con algo de dolor de estomago y mal sabor de boca iba a buscar a Kurama, no quería quedarme más tiempo solo, pero primero debía bañarme si no me regañaría por no estar limpio, como si en dos semanas fuera a ensuciarme mucho, por eso a los nigens les escasea el agua...refunfuñado me dirigí al baño.
¡Maldita sea! ¿Cómo era el hechizo para calentar el agua? ¡Bah! Usare mi fuego.
Hummm a la madre nigen del otro no le va a gustar el nuevo color negro del baño. Pero por lo menos el agua elevo su temperatura. ¿Qué es esa botella? ¡Huele igual que el Kitsune! Rosas, jazmines y ¿Canela? Me encanta este aroma… ¡debo apresurarme! Mi zorro no puede andar por ahí solo oliendo tan deliciosamente, es como una invitación: ¡vengan y viólenme!
Al final termine luchando con el shampo-o y el perfume, los cuales resultaron ser acido ocular, que precavido era el zorro para esconder ese tipo de armas en su propia casa.
Justo cuando estaba por comenzar el viaje al instituto otro sonido extraño me interrumpió:
-¡¡RING!!¡¡RIING!!¡¡RING!! – ¿y ahora qué?
-La familia Minamino no se encuentra, por favor deje su mensaje al escuchar el tono…tuuuuuuu - ¿qué? ¿La voz de la madre de Kurama? No, no, solo es esa caja mágica, o tal vez…
-…Shuuichi, habla Sakura, solo quería decirte que todo lo que te dije en la carta es sincero. Estoy enamorada de ti, siempre lo estuve… te amo, por favor llámame cuando escuches esto - ¡Maldita hembra nigen! Como se atreve a intentar embrujar a Kurama con mensajes subliminales a través de esta caja… solo espero que el zorro no se moleste mucho porque haya cortado con mi katana esa maldita caja.
Ya sin más estúpidas interrupciones, me dirigí al dichoso instituto.
Cuando llegue, me pose en el árbol más cercano a la ventana del segundo piso, Kurama se había acostumbrado a sentar allí desde que yo comencé a visitarlo.
Cuando me di cuenta de que el, estaba al lado de la ventana sonreí como imbécil, afortunadamente lo note y recompuse mi expresión de indiferencia. Pero, cuando me miro, sus ojos resplandecieron de alegría ¡Que fácil era hacerlo feliz!, no pude evitar sonrojarme ridículamente al ver su sonrisa torcida.
Al parecer, ese nigen mayor le llamo la atención, porque Kurama de mala gana, tuvo que dejar de mirarme…debía asesinar al viejo ese.
Al cabo de un rato, el patio de la calle se convirtió en un hervidero de nigens "pubertos". Me baje de mi rama, y espere al lado del portón de la entrada, al momento pude vislumbrar la cabellera roja (es como un cartel que grita ¡Mírenme!), salió acompañado de varias hembras que sonreían y enrojecían estúpidamente cuando él decía algo, lo miraban con deseo, mire posesivamente a mi zorro y en cuanto me vio se alegro sinceramente. Corrió hacia mi despidiéndose con la mano de esas humanas, que quedaron con una clara decepción en su rostro ¡Ja, como si él fuera a mirarlas alguna vez! Primero le pondría shampo-o en los ojos.
-¡Viniste a buscarme!, gracias – me tomo de la muñeca y me arrastro con él, note que no era el camino a la casa nigen.
-Nh, estaba aburrido – conteste intentando sonar indiferente, pero no funciono – perdiste el sentido de la orientación zorro ¿A dónde me llevas?
-Esta mañana te prometí que iba a recompensarte por haberte quedado – rio un poco, al parecer recordó algo – y un youko nunca rompe sus promesas.
Iba a contradecirle aquello, esos animalejos solían ser muy traicioneros. Pero me limite a quedarme callado, quería saber a dónde me llevaba.
Llegamos a un lugar que tenia sillas en la vereda, y sombrillas gigantes las cubrían, no se para que si no llovía. Había nigens sentados, y algunos otros salían del local, pero todos tenían… ¡nieve dulce!, se me hizo agua la boca, y hasta le sonreí de manera tierna a Kurama.
-¿Esto es una fábrica de nieve dulce? – le pregunte algo ansioso, sin borrar mi sonrisa.
-Aja…pero se dice heladería – ese comentario no ahuyentó mi buen humor – Pero si sabía que reaccionarias así de bien, te hubiera traído mas seguido.
Le dirigí una mirada fría, no me gusto eso de mis reacciones y menos lo de no haberme traído antes. El, lo noto, y me indico que nos sentáramos en una mesa vacía. Enseguida llego una chica, se veía estúpida vistiendo toda de rojo, y su cara se puso de ese color en cuanto nos vio.
-¿Suichi? …hola, hola - ¡oh no! otra nigen en celo - ¿Cómo estás?
-Hola Yuuki-chan, mucho mejor, gracias ¿y tú? – odio cuando pone esa sonrisa que muestra todos sus dientes – ¡ah! Y muchísimas gracias por los apuntes, de verdad me fueron útiles. Ya sabes cualquier cosa que necesites, solo pídelo…
-Etto… bueno…hay algo – la muy imbécil parpadeaba como si los ojos le picaran – mañana se estrena una película, y mi hermana me compro un par de boletos. A pesar de que tengo que trabajar, puedo pedir que me reemplacen…si estas libre…
-Por supuesto linda, no hay problema – casi me caí de la silla y lo fulmine furiosamente con la mirada, creo que hasta gruñí, la idiota degenerada sonreía abiertamente – seguro, te cubriré en el trabajo, tu ve al cine con tu hermana…
Me alivie completamente al escuchar su inocente respuesta, hay veces que de verdad es ingenuo. Pero en la mirada de esa Yuuki pude ver que esa no era la intención. Conversaron de algo más, pero no les preste atención, era más interesante ver una mosca volando.
Aunque odie terriblemente este mundo, no puedo negar que a veces la paso bien, pero solo cuando estoy con Kurama, creo que se parece a la vainilla es dulce, pero mucha te empalaga, aun así no puedes dejarla.
Mientras comía mi helado me ensucie la mejilla, el Kitsune la lamio sensualmente, yo me quede mirándolo sorprendido y el, con su nieve dulce toco mi nariz para limpiarla con un beso, mi corazón latió desbocado, y las mariposas, o más bien águilas, me revolotearon en el estomago.
Ni me importo que nos dos mujeres miraran abochornadas la escena.
Pero cuando volvíamos, no pude resistirme al zorro, además el se lo había buscado. Lo acorrale en un callejón, y presione mi cuerpo contra el suyo, podía sentir el calor de su piel a través de la ropa, el suspiro y su aliento me embriago adictivamente. Comencé a besarlo con pasión, con hambre, pude saborear nieve dulce de vainilla en su lengua, su boca era deliciosa y junto con la suavidad de sus labios llenos, era la combinación perfecta para el éxtasis. Cuando el oxigeno se nos acabo, me aparto jadeando:
-¿Qué tal si volvemos a casa y continuamos? - yo asentí acalorado, y seguimos caminando.
Ya en la casa, luego tan haberla pasado tan bien en la fábrica de nieve dulce, el tenia que arruinar todo, fijándose en el único pequeño e insignificante desastre que destruía su perfecto orden.
-Hiei ¿Por qué cortaste el teléfono? – Se quejo mientras recogía los cientos de pedacitos - ¿qué te hizo el pobrecito teléfono para que lo asesinaras así?
-¿Cómo sabes que fui yo? – pregunte inocentemente, algo que aprendí de él.
-Hmmm – alzo una ceja, como si fuera algo obvio - ¿Quién mas destrozaría un inofensivo teléfono?
-¡Encima que te salvo de que te laven el cerebro! Sabes, siempre me dices que sea más agradecido cuando tú no lo eres ¡que hipócrita!
Suspiro pesadamente, y subió las escaleras – voy a asearme, necesito relajarme o me volveré loco – creo que no me va a volver a invitar después de ver el baño.
-¡¡Hiei!!¡¿Qué le paso al baño?! – grito horrorizado, mientras bajaba nuevamente. Esto de ser humano lo ha vuelto demasiado quisquilloso.
-¿Sabes? Descubrí tus trampas zorro astuto – puso cara de confundido, como si pudiera engañarme a mí, el gran señor del Kokuryuha – no eres tan tonto como pensé Kitsune, dejar veneno dulce en el baño para los intrusos, aunque casi me deja ciego…
-Asustas. Te estás volviendo paranoico Hi-chan – revolvió suavemente mis cabellos – mejor preparo algo de comer, debes estar hambriento…
-Comí algo cuando no estabas, aun hay. No soy tan inútil – lo detuve antes de entrar a la cocina – toma mi katana, la necesitaras.
-¡Aghhh! ¿Qué es ese olor? – Arrugo la nariz y entro en la cocina, su tono era histérico – grrr mi angel, ¿qué es esto del microondas?
-La cena Kitsune, solo es la cena… hice para los dos^^
Al final sin bañarse, y sin comer, nos fuimos a dormir. El sueño los venció apenas nos acostamos, y se durmió en mi pecho…y yo que había esperado todo el día por él.
La abrace más estrechamente, y bese su cabeza, pude olfatear el olor a veneno en su pelo, sonreí al pensar en Kurama cubierto con espuma asesina.
Me dormí mirando su rostro. Era verdad, los lunes son el peor día, las brujas y los institutos te cansan mucho.
Menos mal que mañana no sería lunes, nos esperaba un divertido martes.
