Perdón por no terminar la otra serie, pero no puedo esperar para traerles esta :D

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El pueblo era un alboroto en ese entonces, la gente gritaba con todas sus fuerzas y alzaba el puño.

– ¡Crucifíquenla!- -¡Arrepiéntete!- -¡Arde en el infierno!-

Son algunas de las palabras que los campesinos gritaban, el pueblo entero rodeaba una cabaña humilde que se encontraba en el corazón del bosque donde habitaba una joven de larga cabellera rosada que sostenía la mano de una niña de aproximadamente 7 años, la angustia la consumía, ¿Qué pasaría si esta vez no sale de esto? ¿Qué pasara con su hija? La niña era muy pequeña como para cuidarse a sí misma.

La mujer de 26 años llamada Luka, era acusada de practicar la brujería.

Hace ocho años llevaba una relación a escondidas con el futuro rey de la tierra que estaba cruzando el bosque en el que vivía, lo conoció mientras compraba en el mercado del pueblo, lo rodeaban mujeres hermosas y de muy buen cuerpo, en esos tiempos el príncipe Gakupo era conocido como un don juan que como las abejas andan de flor en flor, pero esa mujer de rasgos finos y cuerpo escultural capto su atención como si de una joya se tratase.

Sin importar quien se cruzara en su camino se acercó a ella y le dedico palabras bellas, Luka se limitó a bostezar y marcharse del lugar para entrar en el bosque. Las mujeres la veían con envidia y Gakupo solo sonrió y la siguió sin que se diera cuenta, o eso creía el, al llegar a la puerta de la cabaña Luka le dijo que sabía que la estaba siguiendo y lo invito a tomar un poco de té. Charlaron, rieron y con el tiempo se enamoraron.

Luka se entregó a Gakupo en cuerpo y alma dando como resultado el nacimiento de una linda niña. El tiempo pasaba y su relación se hacía cada vez más fuerte sabiendo que ahora eran una familia, a escondidas, pero eran familia.

Lo que Gakupo no sabía era que su amante Luka, era una bruja blanca, no usaba su magia para el mal y cuando Gakupo estaba en el castillo, le enseñaba trucos a su hija.

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Hace un par de semanas Gakupo le presento a una vieja amiga de él, su nombre era Gumi, una sacerdotisa muy conocida en el pueblo, la primera vez que la vio Luka sintió cierta hostilidad en su mirada y con su magia, busco en el fondo del corazón de aquella chica la razón, pero la respuesta no le agrado, Gumi estaba enamorada de Gakupo…

Esa mañana Gakupo salió a resolver un conflicto en el castillo y su hija seguía dormida, Luka estaba practicando la levitación con la ropa que acababa de lavar. Y la persona que menos esperaba paso por ahí, Gumi, se sorprendió tanto que dio un gritillo, pero cambio su expresión por una de satisfacción y corrió hacia el pueblo para contarles a todos sobre lo que pasaba.

Y eso amigos nos trae aquí, una multitud enfurecida, una sacerdotisa feliz, un príncipe decepcionada, una mujer angustiada y una pequeña niña sin saber lo que pasaba. Luka lo más sensato que se le ocurrió hacer fue ocultar a su hija, sin antes advertirle que jamás saliera del bosque, se despidió y se entregó al pueblo.

La mujer de cabellera rosa fue crucificada e incendiada esa tarde, y el pueblo como si nada hubiera pasado siguió con la rutina del día, excepto por el príncipe, quien de tan triste que se sentía por lo que paso con la mujer que más amaba, olvido un detalle, y ese detalle es que se le olvido que su hija en estos momentos podría estar sola y asustada y era justo como ella se sentía en esos momentos...

Gakupo escapo de esa tierra y lo encontraron muerto colgando de su cuello tres semanas después.

El reino no se podía quedar sin un gobernante, así que cedieron el trono a los reyes Leon y Lily del reino vecino, junto con su hijo de 8 años, Len.

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1O AÑOS DESPUÉS.

Narra Len:

Odio mi vida... la odio en serio, puede que este rodeado de lujos y las princesas de otros reinos mueran por mi, pero díganme ¿Quién no va a ser infeliz al darse cuenta que su vida era un engaño? Él sabía que sus padres no se amaban, sabía que su mamá tenía un amante, y sabía que su padre también, que le mintieron toda su infancia fingiendo que eran una familia. Sus padres no le prestaban atención y se crio junto con sus sirvientes.

Esta tarde sería su fiesta de 18 años, pero no le importaba así que haría lo de siempre, cuando los invitados llegaran y los saludara a todos, y se escaparía antes de que alguien se le acercara para sacarlo a bailar.

Y eso hizo, los saludo a todos y huyo, pero ¿A dónde? Donde nadie lo encontraría, era su lugar favorito, las orillas del bosque. Pero esta vez le dio curiosidad lo que había más adentro, no le importo que estuviera prohibido, su curiosidad era mucho más fuerte.

Camino y camino, hasta que encontró una cabaña, de nuevo su curiosidad gano y abrió la puerta. La cabaña era algo vieja, lo más probable era que alguien de mediana edad viviera ahí, un aroma le inundo las fosas nasales, era como huevos fritos y pan recién hecho. Camino a la cocina y se encontró con una chica de cabello dorado y largo hasta la cintura, ella lo vio a los ojos, un choque de miradas azules zafiro. Él fue el primero en hablar.

- -O-oye, tu eres…?

- -¿No es algo de mala educación entrar a la casa de alguien más?

La voz de esa chica hizo que Len casi se derritiera, era algo chillona pero tenía un tono algo maduro, quería hablarle pero la vista que tenia de ella no era la mejor, estaba solamente con una camisa rosa y unas bragas color blanco, aunque tenía un delantal de color negro, le daba una vista a Len de sus piernas.

- - Si no me dices tu nombre te diré el mío, soy Len, Len Kagamine.

- - Un gusto, me llamo Rin… Rin Kamui Megurine.