La lluvia no había parado de caer.
Pero ella no se había movido ni un milímetro de su posición inicial, y continuaba de pie frente al lago, completamente empapada, mirando con la vista perdida e inexpresiva y con un cigarro a punto de deshacerse en su pequeña mano.
Pareciera que la vida la había abandonado, y que su cuerpo no era más que una estatua resuelta a quedarse en ese lugar para toda la eternidad.
De repente, pareció recobrar el movimiento y con un dejo de amargura aventó la colilla lejos de si y se dio la vuelta, avanzando torpemente hasta alcanzar refugio en el castillo.
El cabello se le pegaba a la cara y ahora lucía un rojo tan oscuro como la sangre que manaba de su muñeca abierta.
Pero ella ni siquiera reparó en ello, sino que caminó como un zombi por los pasillos tétricos a esa hora de la madrugada, y sin poner el menor cuidado por no ser descubierta.
Por fin, llegó hasta el retrato de una dama gorda que la miró entre somnolienta y asustada, ya que su aspecto era poco menos que aterrador.
Su estatura era baja, aún para tener trece años, y su cabello muy largo de un brillante color rojo, estaba enmarañado, mojado y sucio. Su carita, que aún a pesar de todo tenía las facciones más tiernas que se hubiesen visto en Hogwarts, mostraba los rastros de un llanto y un sufrimiento continuo, cosa de la que daban prueba sus enormes ojos verdes, con largas pestañas oscuras y enormes ojeras moradas.
La niña susurró la contraseña, y sin prisas entró a su sala común, encontrándola obviamente vacía.
Subió con la misma calma hasta llegar al dormitorio de tercero, regando agua y sangre a su paso.
Por fin, cuando llegó hasta a su cama, y miró hacia alrededor, consideró las ventajas de ser una personita invisible en el mundo; porque sus compañeras ni siquiera habían despertado por su ausencia.
Sintiéndose cada vez más débil, consiguió esbozar una sonrisa irónica al pensar en como reaccionarían todos al encontrar su cadáver, exento de vida por una táctica suicida muggle.
Sería tan gracioso..
Pero para lo que le importaba..
Ya casi había terminado..
Sus ojos se cerraron lentamente, y ni siquiera se dio cuenta de que alguien había entrado abruptamente a la habitación y la llamaba de modo desesperado.
La niña casi había dejado de respirar..
N/A:
Hola de nuevo!!!!
No se ni porque me vino esta historia a la cabeza, pero me pareció de repente casi necesario escribirla, al escuchar algo que me dejó impactada...
Así que este nuevo fic, está basado en una historia real.
Por lo pronto ¿Adivinan quien es la protagonista? ¡Vamos, si es más que obvio!
Un saludo desde México.
Algo más, esto parecerá algo dark al principio; pero no tendrá necesariamente que seguir así...bueno, ya veremos..
Ojalá la disfruten.
Con cariño: Morgaine.
Pero ella no se había movido ni un milímetro de su posición inicial, y continuaba de pie frente al lago, completamente empapada, mirando con la vista perdida e inexpresiva y con un cigarro a punto de deshacerse en su pequeña mano.
Pareciera que la vida la había abandonado, y que su cuerpo no era más que una estatua resuelta a quedarse en ese lugar para toda la eternidad.
De repente, pareció recobrar el movimiento y con un dejo de amargura aventó la colilla lejos de si y se dio la vuelta, avanzando torpemente hasta alcanzar refugio en el castillo.
El cabello se le pegaba a la cara y ahora lucía un rojo tan oscuro como la sangre que manaba de su muñeca abierta.
Pero ella ni siquiera reparó en ello, sino que caminó como un zombi por los pasillos tétricos a esa hora de la madrugada, y sin poner el menor cuidado por no ser descubierta.
Por fin, llegó hasta el retrato de una dama gorda que la miró entre somnolienta y asustada, ya que su aspecto era poco menos que aterrador.
Su estatura era baja, aún para tener trece años, y su cabello muy largo de un brillante color rojo, estaba enmarañado, mojado y sucio. Su carita, que aún a pesar de todo tenía las facciones más tiernas que se hubiesen visto en Hogwarts, mostraba los rastros de un llanto y un sufrimiento continuo, cosa de la que daban prueba sus enormes ojos verdes, con largas pestañas oscuras y enormes ojeras moradas.
La niña susurró la contraseña, y sin prisas entró a su sala común, encontrándola obviamente vacía.
Subió con la misma calma hasta llegar al dormitorio de tercero, regando agua y sangre a su paso.
Por fin, cuando llegó hasta a su cama, y miró hacia alrededor, consideró las ventajas de ser una personita invisible en el mundo; porque sus compañeras ni siquiera habían despertado por su ausencia.
Sintiéndose cada vez más débil, consiguió esbozar una sonrisa irónica al pensar en como reaccionarían todos al encontrar su cadáver, exento de vida por una táctica suicida muggle.
Sería tan gracioso..
Pero para lo que le importaba..
Ya casi había terminado..
Sus ojos se cerraron lentamente, y ni siquiera se dio cuenta de que alguien había entrado abruptamente a la habitación y la llamaba de modo desesperado.
La niña casi había dejado de respirar..
N/A:
Hola de nuevo!!!!
No se ni porque me vino esta historia a la cabeza, pero me pareció de repente casi necesario escribirla, al escuchar algo que me dejó impactada...
Así que este nuevo fic, está basado en una historia real.
Por lo pronto ¿Adivinan quien es la protagonista? ¡Vamos, si es más que obvio!
Un saludo desde México.
Algo más, esto parecerá algo dark al principio; pero no tendrá necesariamente que seguir así...bueno, ya veremos..
Ojalá la disfruten.
Con cariño: Morgaine.
