Obsesión
Y ahí estaba el, tan genial como siempre. Muchas personas pueden pensar que Juvia esta loca por tomar el colectivo siempre a la misma hora solo para estar un rato apreciando su belleza. El de las siete cuando todo esta oscuro y solo Juvia y Gray-sama marchamos hacia la escuela. Las pocas cosas que Juvia sabe de el son por mi amigo, es el típico chismoso que descubre todo lo que quieras saber. Su nombre, Gray Fullbaster, edad, 17 años, instituto Fairy Tail, clase tercero segunda, pelo azabache y ojos azul oscuro y un cuerpo de dioses, las peores notas junto a sus amigos, chico rudo, las chicas no se le acercan, si, Juvia debe de estar loca. El asiento continuo al de Juvia pronto se ve ocupado por alguien, Gray-sama.
-¡¿Tengo algo en la cara a caso?!-
-No. Juvia se siente afortunada de que alguien tan genial se siente a su lado-Siento un golpe en mi cabeza.-Auch- Me quejo y el me mira furioso.
-No me jodas.- Asiento levemente. Por el hasta me saco los ojos y se los regalo.
Gray-sama no volvió a sentarse cerca de Juvia, tampoco volvimos a viajar en el mismo colectivo. Me siento desanimada pero todo cambia cuando veo un camión de mudanzas y a Gray bajando de él. Vamos a ser vecinos.
Otra vez Juvia puede volver a la misma rutina de encontrarnos en el colectivo. En alguna que otra ocasión Gray-sama se sentó al lado de Juvia o se paró cerca de ella donde su perfume inundaba sus fosas nasales. Era el paraíso, además, el ser vecinos hace que Juvia pueda observarlo aún más. Mi ventana da directo a su habitación.
¿Quién dijo que cuanto más alto subimos peor es la caída? No lo sé pero tenía toda la razón del mundo. Gray-sama esta abrazado a un chico, este tiene sus manos en la cintura de el. Su pelo es rosa y sus ojos verdes. Sus labios se funden en un fogoso beso. Espero que disfruten mientras puedan.
Los ojos jade del chico miran a Juvia pidiendo oxígeno. No voy a negar que es fuerte pero todo se arregla con un golpe en la cabeza desde atrás. Veo la sangre escurrirse por su cabello tiñéndolo de rojo escarlata. Juvia siente pequeños golpes en su pecho mientras observa con deleite como de a poco su vida se va extinguiendo a la luz de la luna en el pequeño callejón.
-Idiota- Dice Juvia con desprecio mientras patea su inerte cuerpo.
La cara de sorpresa de Gray-sama al ver el regalo atrás de la puerta es gratificante después de todo el trabajo que Juvia se tomo para lograr que entre en aquel pequeño espacio. Una expresión llena de horror adorno su bello rostro al ver la cabeza separada del cuerpo del peli rosa.
-¡Natsu!- Grita mientras las lágrimas forman recorridos en su cuerpo.
-Entonces ¿Lo conocía?- Me pregunta el oficial.
-No señor, Juvia lo lamenta. Solo lo vio alguna que otra vez con su vecino.
-Entiendo, no se preocupe, pronto todo se arreglara.
-Gracias, no sabe lo angustiada que esta Juvia al saber que alguien pudo haber cometido semejante crimen. Por curiosidad ¿Tiene alguna pista?- El oficial niega con la cabeza y sonrío para dentro. Sera un poco difícil hallar todos los miembros de su cuerpo en el océano.
Juvia llega hasta la puerta. El incesante sonido del timbre es molesto. Gray-sama se encuentra atrás de ella con una pequeña sonrisa.
-Hola, Juvia ¿Puedo pasar?- Me corro al costado y el entra con su caminar de dios.
Tomamos un té y unos bizcochos, el me contó todo lo que sentía por Natsu y ni una pizca de remordimiento me ataco en ningún momento.
-Discúlpame un momento.- Digo mientras me levanto para ir al baño.
Al salir, tomo el hacha que en las manos de Gray-sama estaba alzado. Oh oh Gray-sama, así no era.
-Juvia lo lamenta, pero se equivoco. Juvia lo ama Gray-sama. Ahora sí, vamos a estar juntos por siempre.- La sangre se escabulle por su suave cabello azabache y sus ojos ya no tienen brillo. Gray-sama al fin es solo de Juvia.
