One Piece no me pertenece
Era un dia normal. Todos iban a lo suyo. Luffy , Ussop y Chopper estaban jugando al futbol, Nami estaba en su cuarto intentando hacer el mapa de la ultima isla que habian visitado, Robin estaba leyendo un libro que habia comprado de dicha isla y que habia llamado su atencion, Franky estaba reparando un poco el barco ya que hace poco se habian cruzado con unos piratas no muy amables y el barco no habia salido ileso, Brook estaba componiendo nuevas melodias, Sanji estaba haciendo la comida ya que la hora del almuerzo estaba cerca y por ultimo Zoro estaba echandose una siesta en su habitacion.
Zoro P.O.V.
Me desperte muy alterado. Acababa de tener una pesadilla pero, lo cierto es que no me acordaba de ella. No le di importancia y me levante de la cama. Suelo dormir al aire libre pero hoy he preferido dormir aqui.
Sali de la habitacion. Ire a entrenar un poco, asi me despejare un poco. Observe que mis nakamas estaban cada uno haciendo sus cosas. No pude evitar que una sonrisa se cruzara por mi cara. Estos dos años habian sido muy duros para todos, sobretodo para Luffy, pero habiamos conseguido volver a estar juntos. En estos dos años me jure a mi mismo que jamas iba a dejar que volvieran a hacer daño a mis amigos. Por eso tenia que volverme mas fuerte, aunque me costara la misma vida.
Deje de pensar en eso y fui al puesto de vigia. Como siempre ahi estaban mis queridas pesas. Para algunos estas pesas seran muy exageradas, pero para mi eran perfectas. No me compraba otras mas grandes porque Franky me advertio de que si ponia mas peso el suelo podria llegar a romperse.
Deje mis espadas a un lado y empece a entrenar. Algun dia me convertiria en el mejor espadachin del mundo y superaria a Mihawk. No puedo permitirme holgnazear.
Ya pasada hora y media de entrenamiento, escuche al ero-cook aisando de que la comida ya estaba hecha. Me seque el sudor del cuerpo con una toalla y baje hasta la cocina.
Todos estaban en sus respectivos sitios y como siempre Luffy estaba robando comida.
-¡Zoro! Ven a comer tu tambien con nosotros shishisi-dijo mi capitan.
-Ya voy, ya voy, pero primero, ero-cook traeme una botella de sake-dije yo burlon.
-¿Como me has llamado cabeza de musgo?-contesto el enfadado.
-Lo que has oido.
En este punto estabamos ya frente contra fentre y lanzandonos miradas asesinas.
-¡Sentaros ya los dos!-dijo Nami.
-Tsk-me resigne y me sente, no sin antes coger mi botella de sake.
-¡Como quieras Nami-swan!-dijo el cejas rizadas.
Poco despues termine de comer y fui a entrenar de nuevo.
Tres foras mas tarde desembarcamos en una isla donde habia una pequeña ciudad.
Nami nos dio dinero a cada uno y fuimos cada uno por nuestro lado. Entre a un pequeño bar y pedi sake. Cuando iba por mi botella numero 20 me di por satisfecho y pague.
Sali del bar y, sin darme cuenta, choque contra un anciano que pasaba por alli. Oi un sonido, como si se estuvieran rompiendo muchos cristales. Enseguida me recompuse y vi que lo que antes era una estatua de cristal ahora eran un monton de cristales.
-Oi, lo siento anciano no estaba atento.
-¡Esta estatua ha pasado por mi familia durante generaciones! ¿Como piensas pagarme?-me dijo el anciano furioso.
-No me queda dinero...-le dije yo suspirando.
De repente el anciono sonrio de manera siniestra.
-Pues tendras que pagarme de otra manera...-dijo el viejo.
Se puso a decir unas palabras muy extrañas y una luz morada empezo a rodearme. ¿Por que tuve que venir por este callejon oscuro?
Intente moverme, pero descubri que no podia. Ni si quiera podia llegar a mis espadas.
La luz se desvanecio poco despues y empece a marearme. Cai al suelo y poco a poco el mundo se estaba volviendo negro.
Me pagaras con tu sufrimiento.
Eso fue lo ultimo que oi antes de perder el conocimiento.
