Sinopsis: Pasar 4 horribles meses en el infierno deben de marcar hasta al mas fuerte de los hombres, no es así? Pero, que es el infierno? Una sala de espera? Un castillo? Una cueva en llamas y un hombre con un tridente rojo? Nadie ha ido y regresado para contarlo. Hasta ahora. Esta es la historia de Dean Winchester y su tiempo en el infierno.


-Cazadores de almas.-dije mientras volteaba a ver a Ruby y a Sam. No pasaron segundos antes de que corriéramos al cuarto de al lado y nos encerramos allí. Los cazadores golpearon las puertas con sus pezuñas, tratando de abrirla. Sam y Ruby se recargaron contra la puerta y la mantuvieron cerrada mientras yo ponía alrededor de esta un círculo de sal. Los perros se detuvieron y se alejaron de la puerta. Nosotros hicimos lo mismo. Sam y yo nos alejamos lentamente mientras que Ruby se quedaba parada ahí. –Ruby? –dije mientras me acercaba a ella. En eso, ella se volteo y tiro a Sam contra una pared y lo mantuvo ahí mientras que a mi me tiraba encima de una mesa que se encontraba detrás de mi.-Lilith.-dije sin ninguna duda, mientras sus ojos se volvían oscuros, negros como la noche, trate de moverme, sin triunfo alguno, ya que me tenia detenido con sus poderes. – Cuanto tiempo has estado allí?

-No mucho.-dijo Lilith.-pero, me gusta.-sonrió malévolamente.- Me hace sentir mas joven.-comenzó a reírse como lunática. Sam me veía con los ojos como platos.-A cazar, niños!-dijo Lilith antes de abrir la puerta y dejar entrar a los cazadores. Pude sentir como las pezuñas de uno de ellos se incrustaban en mis hombros y me tiraban de la mesa. Trate de voltearme para quitármelos de encima, pero ellos simplemente me volvieron a girar para que quedara boca arriba. Pude sentir mas mordidas, muchas, en los hombros. Eran varios perros. Uno de ellos empezó a arañar mi pecho, tratando de llegar a mi alma. Sam gritaba como loco mientras que Lilith reía. En eso, todo paro, no sentí mas dolor, y supe que ya había llegado mi hora. Cerré los ojos y cuando los volví a abrir pude ver como un relámpago aparecía ante mí. Mire a mi alrededor y vi que unas cadenas estaban incrustadas a mi cuerpo. Trate de moverme, pero eso solo me causo mas dolor.

-SAM! –Grite con todas mis fuerzas.- ALGUIEN AYUDEME!- en eso, vi como u hombre aparecía delante de mi. –Aléjese de mi.-dije mientras veía que solo se acercaba a mi, con un carrito lleno de cuchillos, cosas de tortura, esperando a ser usadas.

-Mi nombre es Alistair-dijo sonriendo.- Y tu pequeño, serás mi aprendiz, pero primero debes aprender. Yo te mostrare todo. Vamos a divertirnos mucho!-dijo con entusiasmo mientras incrustaba un cuchillo en mi estomago. Yo grite y trate de alejarme, pero Alistair sonrió y dijo: -Y apenas vamos empezando.