Este es mi primer fic criminal, por así decirlo. Trataré de que todo sea lo más acertado posible, a pesar de que no soy policía, agente, o antropóloga forense. Esta historia no está terminada aún, así que me encantaría escuchar sugerencias ;)
Espero que les guste la idea y que me den su opinión sobre ella, lo aprecio mucho.
Situado después del 5.16.
Bones no me pertenece.
Estaba malhumorado, lo sabía. Era lunes, y tenía sobre su escritorio un montón de papeleo por completar. Además, había tenido uno de esos sueños otra vez. En dónde su vida es simplemente perfecta. Brennan es su esposa, están esperando un hijo, y no resuelven homicidios. Pero este fue diferente de los otros. En este, no le decía Bren, sino Huesos. Y habían sido compañeros por un tiempo, pero ahora estaban retirados. Esta vez no había soñado con una fantasía, sino con un futuro que podía tener junto a ella. Y darse cuenta de eso hizo que se levantara de golpe, y que se quedara despierto por horas sólo para encontrarle explicación a su sueño.
¿Qué significaba? ¿Que no era el coma que hizo que se enamorara de ella, tal vez? ¿Que realmente la amaba, después de todo? ¿O simplemente era un sueño y nada más?
Y darse cuenta de que no iba a olvidarla muy pronto también ayudaba que su malhumor aumentara. Debía olvidarla de una vez por todas, maldita sea. Ella no lo quería, y nunca lo hará. Pero su corazón parecía hacerse el sordo, porque ella seguía siendo lo más importante para él, junto a Parker.
El teléfono sonó, y con un suspiro exasperado respondió. – Booth.
– Agente Booth, lo necesito en mi oficina ahora.
Genial. Sólo eso faltaba, una reunión con Hacker en su oficina. Ese no era su día.
Sin decir más, colgó el teléfono y se levantó de su silla. Tomó su chaqueta y se la colocó. No quería que el imbécil de su jefe le llamara la atención.
Sin más, se dirigió al ascensor, presionó el botón del piso de Hacker rápidamente. Lo único que le faltaba era encontrarse con Sweets, y estaba seguro que explotaría. El chico no se merecía su rabia acumulada, o tal vez sí.
Las puertas de metal se abrieron y Booth agradeció que estuviera vacío. Conversaciones con agentes que no le agradaban no iba a ayudar con su humor.
Entró y esperó a que las puertas se vuelvan a cerrar. Mientras subía piso por piso pensó en algo que haya hecho que merecía una reunión con Hacker. Los casos habían sido normales, así que probablemente no era por eso. Y si... No, no. El chico no pudo abrir la boca. No. No le había dicho sobre sus conclusiones al FBI. Estaba seguro que Sweets era demasiado inteligente para hacer tremenda tontería.
Las brillantes puertas se abrieron y salió al corredor. Seguía pensando en la razón de la llamada de Hacker hasta que el ascensor a su derecha se abrió y la ocupante de él salió. Era su compañera. Sweets estaba en problemas.
Se acercó a ella rápidamente y la detuvo en su camino a la oficina de su jefe. – ¡Huesos! ¿Qué haces aquí?
– Oh. Recibí una llamada de Andrew, dijo que quería verme en su oficina por asuntos del FBI.
Claro, Andrew. Había olvidado ese detalle, su Huesos había salido con su jefe.
– Espera, ¿qué? ¿Asuntos del FBI?
Entonces, sí era lo que estaba pensando.
– ¿Crees que Sweets le dijo sobre lo que ocurrió entre nosotros esa noche en el Hoover?
Ninguno de los dos lo había mencionado hasta ahora, y la primera vez que ella lo hace, es porque está preocupada porque podrían ponerle como compañero a un agente inexperto. Eso lo hizo enfurecer.
Se dio la vuelta y comenzó a caminar hasta la oficina de Hacker, sin esperar por ella. No pudo ver la mirada herida de Brennan, sólo escuchó los pasos de ella detrás de él.
Ambos llegaron a la oficina del Asistente Hacker y esperaron a que el terminara su llamada.
– Sí... Ya están aquí... Bien... Yo le informo, Señor – dijo él para la persona en la otra línea. Luego se dirigió a ellos. – Bien. Booth, Temperance, me alegra que estén los dos aquí. Necesito hablar seriamente con ustedes.
Ambos estaban tensos, temiendo lo peor.
– Necesito pedirles un favor. Hay un caso...
Dándose cuenta de que no era lo que estaban pensando, los compañeros exhalaron en alivio. Hacker lo notó.
– ¿Qué pensaban que diría?
– Nada – respondieron simultáneamente.
Se encogió de hombros y decidió no darle importancia.
– Como iba diciendo, hay un caso que cayó en manos del FBI hace poco. El cuerpo de la víctima llegará al Jeffersonian a mediodía, junto a la evidencia recogida de la escena del crimen.
Oh, Hacker. Acabas de cometer un grave error.
– ¿Qué? Asistente Hacker, odio que los restos sean comprometidos, necesito inspeccionar el cuerpo en la escena del crimen. Recuerde eso. Espero que no hayan destruido pruebas importantes por su negligencia.
Avergonzado, Hacker bajó su mirada. – Lo entiendo, Temperance. No sucederá de nuevo.
Booth estaba sonriendo por dentro.
– Bueno, como iba diciendo, el cuerpo llegará al laboratorio en un par de horas desde Nueva York, la víctima estaba en tal descomposición que fue imposible dejarlo en la escena del crimen hasta que pudieran viajar hasta allí, así que tuvieron que transportar el cuerpo directamente a DC.
Era una excusa para la acción que había tomado, pero Brennan no la aceptaba. Hacker se dio por vencido y siguió con el caso. Les dio a ambos documentos y archivos sobre el caso, los compañeros estaban sentados frente al escritorio de él.
– Como pueden ver, el departamento de policía de Nueva York ya identificó a la víctima, su nombre es Theresa Grant, caucásica, de 28 años. Trabajaba en un club nocturno, cantaba allí. Han buscado a sus familiares, pero al parecer vivía sola y la única familia que tiene es una hermana que reside en Italia actualmente. La única pista que tenemos es ese club, pero nadie quiere hablar de nada. No confían en agentes y policías.
Oh, no. Conocía eso. Personas que no confiaban en los federales, necesitaban infiltrarse, y eso significaba...
– Y necesito que vayan como agentes encubiertos. Bueno, agente y antropóloga.
– No. No, no, no, no.
– ¿Qué? Pero ni siquiera he terminado, agente Booth.
Ir encubiertos con Huesos siempre significaba problemas. Dormir en una cama juntos, fingir ser amantes, y cuidar que ella no se hiriera en la misión.
– Si aceptan el caso, fingirán estar enamorados. No me importa si están en una relación, comprometidos o casados. Sólo que están enamorados.
No fingiría, eso era seguro.
– Tú serás un barman, y Temperance será la cantante-camarera reemplazando a Theresa, claro si ambos aceptan la misión – dijo señalándolos cada vez que los nombraba.
Naturalmente, Brennan estaba emocionada por hacer su papel. –Acepto.
Los ojos le brillaban, y una sonrisa estaba presente en su rostro. Giró su rostro para verlo. No podía negarle nada, nunca podía hacerlo cuando tenía esa mirada. Soltó un largo suspiro. Sería un largo caso por resolver.
– Yo también.
