Disclaimer: Card Captor Sakura y sus personajes no me pertenecen. Son creación del maravilloso grupo de las Clamp. La historia es de mi autoría. Si hubiese algo similar con otra historia de esta u otra página es mera coincidencia.
-Conozco una pintura que se llama "el beso del vampiro"
-Los vampiros no besan, abrazan…
-Pero… ¿y si fuera una mezcla de las dos cosas? Como una suerte de emboscada… seducción que sobrepasa los límites de lo normal.
El abrazo del vampiro
Por: Lyra
La noche, tan fría, tan…tranquila, me tiene aquí, tendida en el pasto, pensando en todo lo que me ha pasado. Extraño tanto ser niña, no pensar en responsabilidades, ni saber lo que es la maldad, la crueldad. Quisiera regresar al pasado, o quizá no volver, ni seguir adelante. A veces, quisiera ser un ave, poder volar lejos y ser libre, sin presiones, sin ataduras, sin más problemas. Pero no puedo hacer eso. Soy humana, y como tal, debo enfrentar la vida que me ha tocado lo mejor que pueda, pero…ya no tengo fuerzas. Y es que las cosas han cambiando tanto…
Mi padre lo ha notado, e intenta hacer que vuelva a ser la misma Sakura de antes. Me está obligando a ser como las demás jóvenes de mi edad. Quiere que ande con el rostro colmado de felicidad, y que use de esos kimonos muy decorados, con vivos colores, llenos de figuras o flores. En lo personal, yo los odio. No sé por qué, será que me recuerdan a los que mi madre solía usar. Por cierto, ella está muerta. Es extraño que reconozca esto así, de golpe, casi como si no me importara en lo más mínimo, pero no es así, además es la verdad, me duela o no.
Mi hermano no está con nosotros. Se ha ido lejos, porque se cansó de estar en este lugar que se ha vuelto tan hostil. Ahora está en la capital, sirviendo al gobierno de esta época, la era Meiji. Mi padre no está de acuerdo con lo que está haciendo Touya, pero qué mas da, es su vida. Además él tiene suerte, pudo largarse, no como yo, que tengo que seguir aquí, cerca de gente con la que no quiero estar. Y es que he cambiado tanto, pero ha sido por razones de peso…
Antes solía ser una niña alegre que se maravillaba con los pequeños detalles de la vida. A pesar de que mi madre había perdido la vida y no estaba en cuerpo presente, yo sabía que estaba conmigo, de una u otra forma, cuidándome desde el cielo, como un ángel. Pero un día, pasó algo que deformó todas y cada una de las cosas en las que creía. Tenía doce años, y estaba jugando en la playa, que está bastante lejos de la casa. Estaba muy entretenida buscando alguna piedra rara, o alguna conchita para mostrársela a papá o a Touya, cuando un extraño se acercó hasta donde yo estaba y me tomó a la fuerza. Desesperada, intenté gritar, pero me tapó la boca, sin que yo pudiera hacer algo. Me llevó hasta un lugar más solitario, donde me arrojó a la arena e intentó abusar de mí. Mientras forcejeaba con él, me dijo algo que me dejó congelada por unos instantes…
-Estás tan buena como tu madre. Lástima que tuvo que morir por ser tan obstinada…
Por suerte, Touya me enseñó a defenderme, y pude zafarme del sujeto con una patada estratégica. Cuando pude levantarme del suelo, comencé a correr sin pensar en nada, mientras que el abusador me gritaba, aún tirado y adolorido por el golpe que le di…
-¡Mocosa del demonio!, ¡Si dices algo tendrás el mismo fin que tu madre, y de paso me las cobraré con toda tu familia!
Seguí corriendo hasta perderlo de vista. Ese día lloré a mares, estaba asustada, pero por sobre todas las cosas, tenía rabia. Sin quererlo, había descubierto algo que para todos era un misterio: la forma en la que había muerto mi madre. Nadie sabía lo que realmente ocurrido. La habían encontrado en un parque una tarde, con mucha sangre escurriendo por su boca. Pensaron que podía haber sido un ataque repentino, por causas desconocidas, ya que no se veía signos de cortes o golpes en el rostro. Lo que más me duele es pensar que mamá murió luchando contra alguien que, lo más probable es que la haya violado sin piedad. Y el muy maldito fue capaz de cometer el crimen sin dejar rastro alguno, y aún anda suelto por la ciudad, como si fuera el ser con la moral más alta de este mundo.
No fui capaz de contar esto en mi casa. He callado esta verdad por más de seis años, y a veces no sé si pueda seguir manteniendo este silencio. Intento no estar sola en la calle, por temor a que ese sujeto me vea e intente hacerme algo. De hecho, me lo he topado más de alguna vez, y el muy mal nacido se hace el idiota, como si no hubiera pasado nada, o me mira con esa cara de depravado que me produce un escalofrío que me recorre la espalda.
Siempre ando por las calles con mi amiga, Tomoyo. Ella es muy amable y cariñosa conmigo, pero he notado que sus actitudes son…diferentes. Es la única amiga que he tenido pero, a veces siento que es demasiado sobreprotectora y…la gente comenta de nosotras, lo he notado. Más de alguna vez me he peleado con algún imbécil que ha dicho que ella está enferma, porque siempre anda conmigo y no se le ha visto nunca en compañía de algún hombre, que actúa como si no le gustaran. Por eso, he dudado de las cosas que dicen. He pensado en la posibilidad de que yo sea para ella…algo más que una amiga. Pero lo que sí puedo asegurar es que me quiere de verdad, y no me ha dejado nunca sola, por eso es que yo no he rechazado su amistad. La quiero como a una hermana, no podría hacerle eso. Lo más probable es que, lo que digan los demás sean solo tonterías…aunque, a estas alturas, eso ya no me interesa demasiado.
Además está el hecho de que las personas, por mi actitud, mi forma de vestir y mi apagado mirar, me ven como si fuera un bicho raro. Algunos dicen cosas malas de mí, otros me molestan una y otra vez cuando tengo que salir de casa y hacer las compras: arrojan mis bolsas al suelo, me gritan cosas ofensivas, las señoras cuchichean diciendo quién sabe qué cosas. Pero, sea lo que sea, sé que nada es cierto. Por todo esto, a veces dudo de mi silencio, y no sé si el ocultar todo lo que ha pasado sea realmente lo correcto, pero aún tengo miedo de que aquel abusador nos haga algo, a mí o a mi familia. Por eso, mi actitud frente a la vida es diferente ahora, y nadie sabe por qué. Mi padre, sin estar al tanto de nada, ha intentado hacer que yo cambie. Sé que lo hace porque me quiere, y está preocupado. Pero frente a eso no puedo hacer nada.
Estoy aquí, alejada de los demás. Sola, como me gusta. Y eso es porque estoy en la casa de mi abuelo, que está muy lejos de Tomoeda, el sitio del cual soy. El campo es tan relajante. Sólo se oye el sonido del agua, tan puro, tan…mágico. Las luciérnagas alumbran levemente el entorno, y la brisa es suave. Quisiera quedarme aquí siempre, con tal de no regresar al infierno en el que tengo que vivir…
Escucho unos pasos, quizá es papá, que viene a decirme que regrese porque es tarde. Me preparo para levantarme y decir que quiero estar aquí un rato más, cuando siento que el sonido se detiene, y no se escucha nada más, ni una voz…nada. Me levanto del suelo algo asustada, y entre los matices que da la luz de la luna al paisaje, veo una sombra.
-¿Quién es?-pregunto, intentando sonar segura en cada una de mis palabras. No recibo respuesta.
-Sal de ahí ahora, o grito-advierto. Comienzo a dar pasos levemente hacia atrás. Pero mi avance se ve frustrado. La sombra se mueve, y se pone frente a mí. Es un chico…parece de mi edad. Sus ojos tienen algo que…me congela. No sé qué es, pero no puedo pensar con claridad. Se supone que yo debería estar huyendo, es un desconocido y podría hacerme daño, pero…mis pies se han vuelto tan pesados como el metal.
-Sakura…
-¿Cómo sabes mi nombre?-el hecho de que sepa mi nombre, me sorprende…
-Sakura…eres tú.
-Pero…yo no te conozco. ¿Quién eres?
-Syaoran. Pero yo…sí te conozco a ti. Yo tengo la solución a lo que te atormenta, yo tengo la verdad…soy la verdad.-sus palabras me suenan extrañas. Es como si no tuviese cordura…o como si fuera el ser más sabio que hubiese visto. Sus ojos, tan dorados como el crepúsculo, me miran sin descuidarme ni un segundo.
-Pero si yo…nunca te había visto.
-No necesitabas verme. Siempre he estado aquí, en algún rincón. Siempre te he querido. Si lo prefieres, puedo darte la llave que necesitas para escapar, para ser libre. Un espejo roto por el que podrás atravesar cuantas veces quieras.
La verdad, es que no sé de dónde ha salido, ni quién es exactamente. Pero de lo que estoy segura, es que este chico, Syaoran, tiene algo que me atrae irremediablemente. No soy capaz de pensar en nada más, necesito estar con él, no tengo idea por qué, pero lo necesito. Quiero que esté conmigo. Sin esperarlo, o quizá sabiéndolo desde hace más tiempo del que pudiera imaginar, se acerca hacia mí, toma mi cuerpo, y me atrapa entre sus brazos.
Mira mi boca y esboza una sonrisa que me derrite la piel. Su cuerpo está helado, pero comienza a tornarse tibio. Sus labios juegan con los míos, y yo no puedo resistirme. Su lengua me acaricia suave, y algo similar a un hormigueo me recorre entera. Sus manos se deslizan por mi ropa y desata lentamente el yukata oscuro que casi siempre uso. Debería estar rechazándolo, pero me es imposible. Me tiende sobre el pasto, y quita los demás ropajes blancos que están cubriéndome. Recorre con su mirada mi piel recién descubierta, y no puedo hacer más que cerrar los ojos, y dejarme llevar. Siento que sus labios acarician cada rincón de mi cuerpo, y mi boca emite quejidos porque…estoy sintiendo algo que no conocía…el placer…
Está sobre mí, besándome despacio. Intento quitarle la ropa, pero él toma mis manos y las apoya contra el suelo, dejándolas a la altura de mi cabeza…
-Quiero jugar…
No entiendo muy bien el sentido de sus palabras, pero no le pregunto nada. Suelta mis manos y estoy completamente a su merced. En suaves roces sigue besando mi vientre, subiendo lentamente, hasta llegar a mis pechos. Sus labios los acarician con…ternura…y cada movimiento hace que mis gemidos sean más evidentes. Mi cuerpo lo desea conmigo, y se estremece con cada contacto. Los latidos de mi corazón se aceleran cada vez más, y el calor hace presa de mí. Sus manos se sienten frías, al igual que su cuerpo, pero con cada contacto mío, su piel se entibia un poco…
Sin previo aviso, deja de besar mi cuerpo y me mira, expectante. El brillo de sus ojos me dice que está emocionado por algo.
-¿Quieres…un abrazo?
Lo veo y…sé que no se refiere a un abrazo de los que todos los mortales conocemos. Es algo distinto, algo que me llevará más allá, que cambiará mi vida entera. Quizá es lo que estoy buscando. Por eso…
-Sí, abrázame…por favor.
Toma mi muñeca derecha y, estando muy cerca de mí, la muerde con suavidad. Siento que sus colmillos invaden mi carne. Me roba parte de mi sangre y…no se siente nada mal. Mi cuerpo se enfría y ya no veo el mundo con los mismos ojos. Puedo ver cada detalle que la oscuridad debería de corromper ante mi visión. Es como si la noche se hubiese vuelto día. Sin que nadie me lo diga, sé que ya no hay vuelta atrás. Un vampiro me ha hecho suya…
Sin previo aviso, quita su boca de su reciente mordida. Su boca aún tiene restos de mi sangre. Me mira y…suavemente, alza su rostro y me besa la frente. Se acerca hasta mi oído y me susurra…
-Debo irme, pero volveré por ti. Eres mía…y te daré un regalo, algo que esta noche no pudiste obtener. Quizá puedas encontrarme con tu instinto. Recuérdame cada vez que veas un espejo roto, lo más probable es que esté cerca.
Y desaparece entre las sobras que, malvadamente, no me dejan seguir su senda. Me cubro con mis ropajes y no soy capaz de pensar en otra cosa…
La locura se extiende por todo mi ser,
De forma inexplicable, aparentemente…
Este encuentro sugirió algo más
Saliste de entre las sombras con una mirada abrasadora,
Tomaste mi frágil figura y no pude reaccionar
Más bien no quise hacerlo…
Acariciaste mis labios en un juego del que sabía que no podría salir
Estando tan cerca de ti, pude sentirlo…
Tu esencia estaba apoderándose de mí
Y después del preámbulo
El Abrazo…
Los besos fueron sólo un comienzo
Tú sabías que mi mente estaba al borde de la locura
He sido tu víctima
No, no lo fui…porque ya lo sabía
Eres…un vampiro…
Y me sentí irreversiblemente atraída hacia ti
Y por tu Abrazo…estoy condenada,
Y por tu ser, estoy delirando
me robaste trozos de piel, gotas de sangre
Ahora estoy sumergida en el rincón más oscuro, escondida…
Hasta poder salir a buscarte
Sólo te pido…
Abrázame…por segunda vez.
Aunque tenga que romper mil espejos, estarás cerca…ya no puedo volver con los míos, debo irme lejos. Te buscaré hasta dar contigo…tenías razón, ya no soy la misma, creo que ahora soy como tú. Cierto, tú tenías la solución…eres la verdad, y me has dado una llave…me has dado…libertad.
Continuará…
N/A: Editado porque, al revisarlo, hubo muchas cosas que no me gustaron (habían dedazos, redundancias y cosas medio raras xD)…además sentía que estaba incompleto, que algo le faltaba al inicio. Ahora sí estoy conforme con este escrito, y a parte de eso, se me ocurrió que podría continuarlo, pero como una saga muy pequeña (no más de dos o tres capítulos)…es que, si llegaron hasta aquí y se dieron cuenta, las cosas quedaron inconclusas (no sé qué opinan ustedes, sería bueno saberlo xD). Dejo esto abierto, esperando que, si les gusta, comenten con confianza, y que si no les gusta, también me lo hagan saber. Es bueno tener en cuenta los errores que pudiese cometer para corregirlos en el futuro.
Un abrazo grande ;)
Lyra.
