Declaimer.
Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Kishimoto.

― "Pensamientos".
― Hablan.
[SasuHina. Semi-UA: OoC] Pov: Hinata.
Drama, Romance (?).
Summary: "Confundí el amor con la admiración. Pero finalmente tú oscuridad me envolvió sin darme cuenta. Tan sutil como tu mirada oscura y tu turbado corazón".

…Para aquellos que gusten del SH (:

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Sentimientos del corazón.
[Capitulo Único]

Tal vez, y solo tal vez el destino se burlaba traicioneramente de mí. Había momentos en que creía que la resolución que tenía era totalmente segura.

Pero momentos como estos, me hacía pensar que seguía siendo humana y me podía volver a equivocar nuevamente. Y esto era realmente lo que odiaba de mí.

Esa debilidad. Que tanto me caracteriza.

Deslice lenta y silenciosamente la mirada mientras que él no se da por enterado. ¡O dios se apiade de mí, si se entera! Trate de enfocarla en cualquier otra parte. Incluso el follaje de los arboles podría ser maravilloso. Pero nuevamente volvía a girar.

Como la manecillas del reloj que marcan de forma incesante las horas en un curso que no se puede romper.

Debía admitirlo. Él era perfecto en todo sentido, pero como todos también cometió errores. Y eso era lo que más detestaba de él.

Porque sí. Admitía, no abiertamente si no a misma que quería conocerlo a fondo, ver que tan oscuro y mallugado estaba ese corazón debajo de esa coraza fría y distante.

E irrádiale un poco de luz y cariño. Aquel que le fue arrebatado.

Deseaba darle un poco. Lo deseaba de lo más profundo del alma.

Y lo odiaba. Por despertar esta ingenuidad y amabilidad que creía perdidos. Aunque era seguro que no obtendría nada a cambio. Todo era tan contradictorio.

Una brisa fuerte revolvió mis cabellos obstruyendo durante algunos segundos la vista. Y cuando logre apártalos del rostro.

Con horror y esperanza me di cuenta de algo.

Lo deseaba. No de la forma carnal o lujuriosa como la mayoría de las personas, que solo ven su aspecto físico. Si no más bien, para compartir aquello que nadie quiere tener.

Soledad.

Por qué si ambos nos encontramos en la misma forma. Es posible salir de esta… o terminar hundiéndose más en un pozo sin retorno.

Su mirada ónix. Se clavó en mí, parecía que podía leer cada uno de mis pensamientos. Y lo único que pude ver fue mientras se alejaba que sonreía de lado. Tan efímero como el amor que alguna vez le declare a Naruto-kun.

― ¡Eh! Teme no me ignores.

Gire a ver a Naruto-kun, y él voltio su mirada hacia donde me encontraba, me dedico una sonrisa mientras se acercaba.

― Ne Hinata-chan. No crees que Sasuke, es un bastardo.

No lo creía. Por qué no era de esa forma.

― Naruto-kun. Deberías atender tus heridas.

El volvió a sonreír, llevando sus manos detrás de la cabeza.

― Eres muy buena y amable Hinata-chan. ― Soltó un suspiro. ― Perdón. Se suponía que debía entrenar contigo.

― No hay problema.

No contigo. El problema era conmigo misma y mi deseo de conocer a alguien que jamás ha dirigido algunas palabras hacia mí, no sin tener que respetar las reglas y protocolos que un clan debe seguir.

― Vamos es tarde. ¡Deben de estar preocupados por ti! Ne… pero antes vamos a Ichiraku Ramen. Verdad que me acompañaras. ¡Vamos di que sí! ¡Yo invito!

Si es tarde. Muy tarde.

[….]

Los días pasan. De forma lenta para mi gusto. El sol parce no querer abandonar y se aferra de forma tímida y frenética a subsistir un poco más.

Casi, como el enamoramiento que tenía por Naruto-kun. Lo sabía, pero la ilusión tonta de ser correspondida no desaparecía de mi vista. Tonta y demasiado ingenua eso era.

Dolió el hecho de haberme rechazado. No, no dolió, mas sin embargo tarde en superarlo.

― Hyuuga.

Giro levemente y me topo con alguien que no esperaba encontrarme. Me inclino de forma respetuosa. Como debe serlo. Como se debe comportar un líder del clan.

― Uchiha. Disculpe pero que lo trae a este lugar.

El parece meditar. Mirándome de forma profunda pero a su vez analítica. Parece querer decirme algo, pero lo guarda en lo más profundo de sí. Como si el único hecho de siquiera pensarlo es una tontería.

― Realmente nada en especial. Le importaría si le acompaño en su paseo.

Más que una pregunta. Fue una orden de forma amable. Sonrío y asiento lentamente, mientras nos alejamos de los terrenos del clan.

― Es una tarde maravillosa. No lo cree Hyuuga.

Palabras banales... palabras para una plática sin sentido, que tiene un tema más profundo, una forma de comenzar algo que sería mejor decir de forma directa.

Los pasos no aumentan ni disminuyen. Las calles de Konoha aún albergan gente que va y viene de forma apresurada, las risas de los niños llegan a mis oídos como una pequeña melodía que debe estar siempre presente.

― Si. Es una tarde hermosa. Pero no creo que sea del buen clima del que desee hablarme.

Lo veo girar levemente y observarme. Después suelta una risa ronca pero varonil haciendo vibrar sus hombros, para finalmente sonreír de lado. Solo como ellos lo saben hacer.

― Tiene razón. Se ha vuelto una mujer muy perceptiva Hyuuga.

No agrega más. Y creo es mejor, pues empiezo a sentir un calor ir subiendo a mis mejillas. Desvío la vista y lo que me encuentro es algo que jamás espere ver.

Uchiha también observa, y voltea a verme de reojo.

― Si le incomoda esa escena. Podemos ir a otro sitio.

Posiblemente eso sea lo mejor. Giro levemente sobre sí misma. Algo amargo sube y quema mi garganta. Siento que el oxígeno no llega. Puesto que mi corazón se comprime. Se comprime como si quisiera dejar de existir, dejando solo un hueco.

Algo… vacío.

Doy el primer paso para retirarme cuando detrás de sí. Siento un par de presencias, no hay necesidad de voltear para ver quién es.

― Que haces aquí Itachi.

Siento una mirada quemarme con fuerza, como si quisiera que no estuviera en este lugar. Ahora es cuando quisiera ser la de antes. Si, aquella que corría de todo, de todo aquello que le hace daño.

Como ahora.

― Solo salí a dar un paseo junto a Hinata-san.

Giro para quedar frente a Uchiha. Abro los ojos ante la sorpresa de decir que fue una salida casual. Algo planeado.

Sube con más fuerza, hasta quedar grabado en mis mejillas. Vergüenza y tal vez una pizca de enojo. Si enojo, no deseo dar segundas impresiones.

― Fue solo coincidencia.

Volteo a ver al par frente a mí. Y la mirada que quemaba es la de Sakura-san. Una mujer bella e inteligente. Pero con un único defecto, amar sin ser correspondida.

― Tsk. Como si importara.

Entonces él se centra en mí. Me recorre y me desnuda frente a sus ojos. Me toca tan sutil, que siento perder el conocimiento. Finalmente desvía la vista a su hermano. Y le mira de cierta forma que no se describir. En aquellos otros pozos negros solo hay diversión. Muy mal disimulada.

― Sasuke-kun. Vamos lo prometiste.

Bajo la vista a ver el agarre que tiene en la muñeca izquierda.

Y la tentación no se hace esperar. Quiero separarla, alejarla y tomar con mis manos la suya y borrar cualquier otro contacto femenino.

Si. Estoy tentada hacerlo.

Pero… No lo hago, no todavía.

Además, que tal si es ese el contacto femenino que espera. Después de todo, es probable que él, le quiera. Han estado años juntos como el equipo siete, no sería de extrañar. A su lado yo solo soy una mocosa más.

Si una niña con pensamientos volátiles, que no sabe lo que quiere.

Y ellos son adultos, que incluso han compartido un beso… un contacto íntimo.

Algo que jamás he experimentado, y se supone guardas para esa personal especial. ¿Acaso es él esa persona especial? No lo sé, pero tampoco puedo negar nada, no cuando no sé lo que en realidad puede pasar en un futuro.

― Sucede algo malo Hyuuga.

La pregunta me llega de forma suave en un susurro. Y entonces me doy cuenta que he bajado la mirada al suelo, y aprieto levemente mis puños en mi pantalón. Trato de disimular o al menos no estropear más las cosas.

Asiento. Porque algo obstruye mi voz. Algo arde y pica y sé que por más patético que parezca. Me encantaría que el suelo se abriera y me tragara.

― ¡Oh cierto! Naruto menciono que le gustaría verte en la tarde. En la academia, Hinata.

La voz tranquila de Sakura-san me llego de forma lejana. Levante levemente la mirada, y vi claro un desafío. Uno que ni ella misma conocía siquiera. Asentí, mientras que sentía una mano grande y firme en mi hombro.

¿Una consolación acaso? No. Pero se sentía bien. Así que simplemente la deje.

― Claro. Gracias Sakura-san. Debo irme si me disculpan.

E hice una reverencia, sin voltear a verlos de nuevo. Una vez me retire todavía en la lejanía escuchaba hablar a Sakura-san;

― ¡Pero vamos lo prometiste Sasuke-kun! Mo… eres malo, ¡Eso no es bueno deberías socializar un poco más!

Negué. En verdad era persistente.

― Parece ser que mi hermanito tonto, no la tiene fácil.

Entonces me di cuenta que no venía sola. Me detuve, y le mire insistente por una respuesta. Él me devolvió la mirada para terminar evadiendo yo la mía. No lo soportaba, parecía que ellos eran capaces de leer todo y encontrar los secretos más profundos del alma.

― Creo… que aquí nos despedimos, Uchiha. Fue agradable estar en su compañía. Gracias.

Su mirada se clavó profundamente, para después asentir mientras soltaba un suspiro.

― También lo fue para mí. Aunque estoy seguro que no era la compañía que quería. ¿Me equivocó?

Enfoque mí vista lo más rápido que pude. Era tan obvio. ¿Acaso todos eran capaces de leerme?, no podía guardar nada para mí como un secreto.

― No sé de qué habla.

Me encogí sobre sí misma. Él se imponía ante mí sin dejarme huir. Él se había percatado de eso y tal vez podría decírselo. Un miedo mezclado con vergüenza me atravesó, y rogué porque solo el supiera.

― No diré nada. Además no me concierne. Pero, debes saber que no eres alguien que puede pasar como indiferente.

Y con eso desapareció en una nube de humo. Y mis pensamientos se sumieron en una niebla espesa. ¿Podría ser posible…?

No perdía nada con intentarlo ¿Cierto?

[….]

Las carcajadas inundaban el lugar. Me sentí incomoda cuando los civiles nos observaron, y sentía hervir mis mejillas con fuerza.

― No lo puedo creer. Hinata ¿En que estabas pensando para hacer algo así?

Y volvió a estallar frente a mí. Me contuve de decir algo más. No podía avergonzarme más, debí haberme reunido en algún otro lugar. Algo privado. Pero era tan ingenua en ocasiones que creí conveniente venir a confesarme en un lugar público. E Ino-san, no la ponía fácil.

― ¡Dios, eso fue divertido! Y bien, ¿Qué era ese algo importante que querías decirme?

Y me replantee seriamente seguir. Pero estaba aquí y no podía retractarme no ahora. Cuando estaba a punto de soltar toda la verdad, la pequeña campanilla sonó dando paso a un trío de personas que no creí encontrar caminar juntas de forma tranquila. Pero ahí estaban ellos.

― ¡Oh! pero si es la frente de marquesina. ¿Qué les trae por aquí?

Vi como la mano de Ino-san se levantaba en forma de saludo, mientras que en su rostro se formaba una sonrisa ladina y burlona.

― ¡Calla! ¡Maldita puerca! Hola Hinata., ¿Qué tal tu día?

― Hola. ― Para nada iba bien mi día, pero podía mentir ¿No? ―Muy bien.

E Ino-san hizo un puchero. Finalmente las personas que los acompañaban también se sentaron junto a nosotras.

― ¡Oh, Hinata-chan tan linda como siempre! Gracias por lo del otro día, en verdad lo disfrute mucho. Fue delicioso.

Sentí varios pares de ojos enfocarse en mi dirección, con diferentes sentimientos desde la confusión hasta la picardía. ¡Oh en que líos me metes Naruto-kun!

― No fue de nada, Naruto-san.

Vi cómo se formaba una mueca de disgusto, pero al final acepto la forma en como le llame.

― Y bien. Que fue ese algo que hicieron. Picarones.

La forma divertida y traviesa de Ino-san salió a relucir. Y empecé a sumirme en la silla. No quería estar aquí. No ahora, y mi salvación llego tan rápido a la mente. Que termine levantándome de forma abrupta, y con una coordinación inigualable me tropecé cayendo sobre el regazo de los dos únicos hombres.

Había dos opciones; quedarme justo donde estaba y desmayarme ó salir corriendo sin ver a nadie.

Y tal como lo pensé lo hice.

Corrí tan rápido como pude, con la cara hirviendo con fuerza. Lo único que escuche fue la voz de Ino-san gritándome, la risa de Naruto-kun inundando el lugar. Y la voz de Sakura-san gritando que se callara.

Suspire una vez estuve lejos. Trate de regularizar el ritmo cardiaco que se había empeñado en alterarse de forma brutal. Mientras apoyaba mis manos en el tronco de un árbol.

― Eres rápida. No creí que fueras capaz de salir de esa, Hyuuga.

Me incorpore tan rápido como oí la voz. Y al momento desee desaparecer y lo podía hacer. Era una konoichi, pero simplemente no lo hice.

― L-lamento lo sucedido. N-no fue mi intención.

Desvié la vista y vi de reojo como su espalda se despegaba del tronco del árbol, y cruzaba sus brazos a la altura del pecho. Sus ojos se abrieron y me sorprendió ver lo profundos de estos mirarme tratando de descifrar algo al observarme.

― El dobe de Naruto, confía mucho en ti. Tienen algún tipo de relación.

Decir que no me sorprendió seria mentir. Uchiha Sasuke, no es alguien que diría algo tan extenso y personal. Y entones me di cuenta cuando su boca formo una línea, lo había dicho sin pensar y sus ojos se turbaron tan breve como el hecho de verlo pasar a un lado.

No solo él estaba sorprendido por sus acciones, incluso yo no creía nada de esto, era irreal.

― No. Él es alguien importante para mí, además es mi maestro y mi ejemplo a seguir.

Pude escuchar como los paso se detenían. Gire para poder ver sus reacciones esas que son contadas. Él solo volteo a verme sobre su hombro.

― Pero tú estas enamorada de él.

Y desapareció tal y como lo hizo su hermano, pero esas últimas palabras sonaron más como un reclamo.

Sonreí tontamente.

Camine un poco más de forma tranquila, observando ocasionalmente la copa de los arboles mecerse y las madres de familia llevar de la mano a sus hijos. Entonces lo decidí. Llegaría al fondo, no iba a retroceder como una cobarde y le robaría su corazón para curarlo o acompañarlo en su soledad.

No me podía comparar a la que alguna vez fue su amada, tampoco podía hacer que la olvidara, pero estaba segura que, abriría solo un poco de espacio para mí. Y seria egoísta decir que no me gustaría ser solo yo. Pero alguien había llegado antes. Y no era tarde aún como para no intentarlo.

Intentar conocerlo y sanarle. Intentar entrar en su corazón.

[…]

Los días pasan de forma presurosa. Trato de enfocar todos los acontecimientos y darles una secuencia ordenada en mi mente que es todo un lio.

Agarro firmemente el picaporte de la puerta, mientras intento acallar los nervios y los latidos desbocados de un corazón, que desea salir huyendo. Inhalo y exhalo de forma lenta, para finalmente abrir la puerta. La pequeña más sin embargo agradable brisa de verano golpea con fuerza pero acariciando suavemente mi rostro.

Una vez fuera de los terrenos y con mis manos estrujando entre ellas un par de bentos, camino hacia el único lugar donde se, podre encontrar al par personas que busco.

Mis piernas tiemblan como gelatina cada vez que me doy cuenta, que estoy cerca del lugar el aire empieza a ser escaso, pero fuerzo los pulmones a tomar un poco más.

― ¡Maldita sea! ¿Acaso me quieres matar?, ¡Qué demonios te pasa ahora!

Los gritos de Naruto-kun inundan un pequeño lugar alejado de la aldea, un claro donde se reúne con Uchiha-san a entrenar, cuando no desean estar en los campos de entrenamiento. Me asomo detrás de unos árboles, mientras la brisa leve juega con algunos cabellos rebeldes.

― Eso es porque eres un idiota. Estas demasiado distraído, o eres simplemente más débil que yo.

La arrogancia con la que lo dice me hace creer, que podría ser una verdad. Pero la mueca de Naruto-kun mientras se limpia la comisura de la boca dice todo lo contrario.

Está a punto de contestarle de regreso Naruto-kun, cuando se percata de mi presencia. No solo él se da cuenta, y aunque no es la primera vez que vengo si siente como tal. Se levanta tan rápido sacudiendo su ropa, y trotando de forma apresurada llega hasta estar frente a mí.

― ¡Oh Hinata-chan! Al fin llegas, ¡Me estaba muriendo de hambre!

Me sonríe ampliamente dando un fuerte abrazo, y restregando su mejilla contra la mía. Siento que mis pies se despegan del suelo después de todo él es alto, y mi estura es demasiado baja.

― Suéltala dobe. Empieza a perder color.

Entonces centro mi mirada en él. Sus ojos como se está haciendo una costumbre me recorren, y se enfoca un par de segundos en los míos. Es como si con la mirada quisiéramos decir algo que con palabras no se puede. Aunque después de aquella ocasión no hemos vuelto a cruzar más que los simples y vacíos saludos de cortesía.

Por ello no puedo evitar sonrojarme levemente en su presencia y en su forma de mirarme.

― Celoso teme.

Naruto-kun se restriega un poco, abrazándome y robándome el poco aliento.

― ¡Hinata-chan es mía, y de nadie más!

Declara de forma posesiva. Entonces un tirón en mi mano, se siente mientras soy atraída a otro cuerpo, algo oscuro y frío, que sin embargo es tibio a su manera.

Mi cara termina escondida en un pecho firme, el calor empieza a subir cuando me doy cuenta de nuestras posiciones. El olor inunda mis fosas nasales un olor casi imperceptible pero que es agradable. Nada dulzón o demasiado amargo.

Uno de sus brazos sujeta con fuerza mi espalda, mientras que el otro todavía aprisiona mi muñeca.

― Mmm... ¡¿Que significa esto teme?!¡Planeas acaso robarme a Hinata-chan!

No me muevo, me lo impide tanto el agarre como la vergüenza que me recorre. El aprieta levemente de forma natural mi cuerpo al suyo. En otro tiempo me hubiera sentido feliz porque Naruto-kun mencionara esas palabras. Pero ahora son unas palabras cargadas de sentimientos de fraternidad y compañerismo.

― Dobe.

Y entonces la presencia Naruto-kun desparece. Permanezco sin moverme siento que si lo hago algo se rompería. Y no habría un retorno. La brisa y el mecer de las copas de los árboles se oyen. Mas lo único que ahora estoy captando, es el sonido de un corazón latiendo con fuerza pero calmadamente. Todo lo contrario al mío.

― Uchiha-san.

Siento coma la calidez oscura deja de envolverme. Algo frío me recorre, aunque el sol en su punto medio este dando más calor y luz.

Unos dedos finos que parecen no ser los de un ninja recorren mis mejillas, un tacto suave casi inexistente.

Elevo la mirada para ver la profundidad de su alma. Y las últimas palabras de Uchiha, llegan lentamente...

― "No diré nada. Además no me concierne. Pero, debes saber que no eres alguien que puede pasar como indiferente."

Pero si eran verdaderas…

― Hyuuga. Escúchame, pues no tengo planeado repetirlo de nuevo.

Asiento levemente, aún sin dejar de acariciarme. Él se acerca y por inercia levanto mi cara para poder verlo. Sus ojos fijos en los míos. Y me doy cuenta que tan turbado estas sus pensamientos. Como si lo que estuviera por hacer no fuera lo correcto.

Su aliento choca contra mi rostro con un olor, y posible sabor a menta. Como instinto muerdo mis labios. Tengo ganas de probarlo.

Cierro los ojos al verlo tan cerca, su presencia me envuelve, abrazándome con fuerza. No es como la de Naruto-kun que resplandece y es cálida. La de él es oscura y fría más sin embargo me gusta de esa manera.

― Aléjate.

Y vuelve a desaparecer dejándome sola y con un sentimiento amargo de añoranza. Como único recuerdo el tacto de algo suave y cálido que estuvo por breves segundos en la comisura de mis labios.

Inevitablemente, me dejo caer, no como derrota. Si no para levantarme con más fuerza.

[…]

Miro a un lado y hacia otro. Los pasillos del complejo Hyuuga están vacíos, lo cual es bueno para mí. Hace unos días me encontré con Uchiha en las puertas de la aldea. Y como se viene haciendo una costumbre, me saludo y acompaño. El trayecto tal vez paso de forma agradable y silenciosa. Pero todo eso se vino abajo con aquellas palabras que menciono.

― Parece ser que algo sucedió, no es así Hyuuga.

No le respondí inmediatamente. Tampoco iba a decir que no sabía de lo que hablaba pues sería una mentira.

― Me pidió que me alejara.

Aunque tampoco es como si tuviéramos una relación amistosa. A él me dirigía de forma diferente tal vez porque siempre se encontraba con Sakura-san y Naruto-kun, y se volvió una costumbre a la hora de saludarlo. O tal vez era porque era el único que no me miraba inferior o con recelos por ser una Hyuuga. Si no más bien de forma indiferente, como si mi presencia no le importa.

Y así era.

― E de creer, que no se dará por vencida.

Escuche sutilmente su voz llegar. Gire a verlo de reojo mientras el calor subía.

― Es alguien terco, pero de buen corazón. Y usted es muy persistente y hermosa.

Boquee un par de veces, para jalar un poco de oxígeno. Que alguien que es asediado por casi toda la población femenina diga algo así, es para guardarlo en un pergamino como secreto.

― En todo caso le deseo suerte.

Y en un par de cuervos desapareció. Negué mientras caminaba de forma lenta, en el trayecto me encontré con Ino-san que aún se reía de la tontería que había hecho. Y volvió a insistirme con que le dijera aquello importante. Le negué. Por ahora ese algo era personal y seria yo quien lo solucionara. Además me gustaría darle una sorpresa.

Mientras la noche era solo alumbrada con una hermosa luna y como fieles compañeras las estrellas. No pude evitar relacionarlas con nosotros.

Al inicio esto era un pensamiento de querer saber más de alguien conocer aquellos sentimientos que guarda, que sin darme cuenta termine atrapada y envuelta sin ninguna salida.

Tal como la luna acompañaba a la oscura noche. No importa por cuantas fases pase. Siempre estará a su lado.

Camine entre los espesos arboles tratando de no dañarme en el trayecto. Conocía el camino de memoria, pero eso no quitaba el tener algún imprevisto.

Una presencia unos pasos detrás, me dijo que tendría compañía una vez más… la luna se alzaba esplendorosa en lo alto, y decidí sería el único testigo del anhelo que sentía por él. Mi corazón saltaba cada vez que mis ojos lo captaban o cuando mi cuerpo lo sentía pasar cerca rosándome. No había huida, y aunque me dije que no retrocedería como una cobarde a final de cuentas termine haciendo todo lo contario.

― Uchiha-san. Que le trae a este lugar. Más en mi presencia.

Las leves pisadas en el suelo llegaron a mis oídos no gire. Por qué sabía que él era consciente que conocía todos sus movimientos.

― No soy Itachi. Eso lo deberías saber.
― Claro. Él es una persona mucho más amable y menos terca.

Escuche un bufido por lo bajo.

― Eres rara Hyuuga.

Entonces me acerque aunque no sabría decir como lo hice termine llegando hasta donde él se encontraba. Adelante había un pequeño claro con un rio calmo.

― No me refería a eso. Si no que usted me dijo que quería que me alejara. Y lo hice, pero usted Uchiha-san actúa diferente a lo que dice y piensa.

― Es tu culpa. No la mía, eres persistente.

Y fui consciente que en parte era de esa forma. Me movía de forma que nuestras miradas se cruzaran ocasionalmente, que nuestros cuerpos se rozaran y la calidez de estos golpeara al otro de forma abrumadora, dejando a su paso con ganas de sentir al otro.

― No tanto como Sakura-san.

Y recordé aquella escena. Y eso me hizo dudar. Le observe los claros rayos de luz iluminaban su rostro, y su cabello azabache brillaba. Y el entendió mi mensaje, pues sus labios formaron una sonrisa ladina.

― Celosa Hyuuga.

Una de sus manos actuó por instinto y sujeto mi mentón para no huir de su mirada. Y aunque sus ojos brillaban ahí en el fondo estaba el recuerdo persistente de alguien más. Alguien que le daño, y solo por esa razón intentaba alejarme. Pero no lo permitiría, no ahora que tenía la oportunidad de estar a su lado.

― Si. Si estoy celosa. Pero yo quiero estar a su lado.

El abrió ligeramente los ojos. Para después cerrarlos, y observarme de forma seria.

― El dobe. Estoy consciente que su relación dista de ser alumna maestro.

Le sonreí ampliamente, tomándolo desprevenido.

― Nauto-kun, es alguien importante. Y es verdad en alguna ocasión le confesé mis sentimientos. Pero estos no eran lo que creí. Confundí el amor con la admiración a la única persona que vio en mí a alguien fuerte.

El pareció pensarlo y finalmente soltó mi mentón. Extrañe la calidez que me ofrecía, pero no objete nada. Espere paciente a que dijera algo, o hiciera algún comentario.

― Eres diferente a ella…

Sentí como si me apuñalaran. Me estaba comparando, estaba diciéndome en mi cara que solo me quería utilizar para olvidar a quien le traiciono. Retrocedí un par de pasos, y el los avanzo. Sentí como algo inundaba mi rostro, y lo odie por provocar mi dolor. Lo odie por quererlo.

Pero eran tan superficiales esos sentimientos, pues algo mucho más grande había crecido con el tiempo.

― ¡Espera, Hyuuga!

Y desaparecí de su vista.

[…]

De misión en misión, no he tenido el tiempo suficiente para mí. Kiba-kun y Shino-kun me han dejado sola en la aldea. Naruto-kun los llevo a una misión, diciendo que no me podía llevar no cuando aún estaba débil por la anterior misión. Fruncí el ceño de solo recordarlo, como pude ser tan descuidada para no haberme dado cuenta que unos ninjas estaban escondidos. Mis ojos podían ver todo a su alrededor, pero al parecer yo estaba siega. Me había concentrado tanto en los enemigos del frente que olvide verificar si no había más en los alrededores.

Bufe por lo bajo, al saber que fue un error que pudo constarme la vida o la de mis compañeros.

Mire por la ventana y me di cuenta que las hojas de los arboles estaban en tonalidades marrones, y algunas otras se encontraban cubriendo gran parte de la calles de la aldea. El viento que soplaba era un poco más frío de lo normal. Lo cual avisaba que muy pronto seria invierno.

Todo cambia. Pero como consecuencia todo eso es favorable.

Ahora me pregunto ¿Qué será de él?, Intente verle y remediar -aunque fue su culpa- también no le di tiempo y salí huyendo. Deje de remover esos recuerdos y me centre en encontrar su chackra o en todo caso encontrarlo en alguna calle.

Todo fue inútil. Él no estaba y posiblemente no se encuentre, a lo mejor tuvo una misión, no lo sé. Me dejo caer en el suelo, encima de las cabezas de los Hokages. Desde del lugar puedo observar los últimos colores que matizan el crepúsculo. La gama que forman me hacen pensar que todas las personas somos de esa forma, poseemos diferentes matices.

Excepto él.

Sonrío por lo bajo y cierro los ojos dejando caer un poco de mi peso sobre mis brazos puestos hacia atrás. La brisa tardía del lugar recorre con tranquilidad mi rostro acariciándome con suavidad, y con ello trayendo un olor agradable.

― Uchiha Sasuke… ¿Qué me hiciste…?

Pregunto a la nada.

― Nada, Hyuuga. Es solo que eres rara.

Me sobresalto ante eso. Me levanto y giro con rapidez, justo en ese momento la brisa se hizo más fuerte y con ello remueve con fuerza el cabello de ambos. Lo observo y él me devuelve la mirada. Me siento nerviosa, no hay nada que temer, tampoco que perder. Una realidad demasiado cruda. No hay inicio tampoco un final.

― Y-yo lo siento. No fue…
― Basta. No tienes por qué disculparte, por algo que no es tu causa. Acaso quieres volver a las viejas mañas.

Las mejillas la siento arder ante lo pronunciado. Es verdad que en la academia era demasiado tímida y débil. Me disculpaba por todo, cuando ni siquiera algo hubiese sido mi culpa.

― No. No quiero. Pero...

Él se acerca un poco quedando a un metro tal vez menos. No tengo idea ni tampoco me importa.

― No eres como ella, y no lo serás. No te creo capaz de traicionar… o traicionarme.

Abro los ojos ante eso. Desvío la vista y, él se acerca más.

― Eres mucho más madura… Hinata.

Siento que todo se mueve. Mi mundo es una fortuna extraña. Levanto con lentitud mi mano hasta tomar parte de su playera negra y estrujarla con fuerza en mi puño. Puedo sentir su pecho bajo esta y como él en un atrevido movimiento lleva una de sus manos detrás de mí nuca para acercarme hasta quedar con el rostro en su pecho.

― Y es eso lo que me gusta de ti.

Levante el rostro solo para sentir como roza con suavidad y lentitud mis labios con los suyos, no los mueve solo los deja de esa forma.

El mundo alrededor se hace borroso, y solo soy yo a su lado.

Detrás la noche a caído y ha envuelto no solo mi cuerpo sino también a mi corazón.

"… eres mía Hinata".

oo:O:ooo:O:ooo:O:ooo:O:ooo

Notas finales.
¡Buenas! Esperó les guste este SH. Lamento si hay cosas que no concuerden, faltas de ortografía o redacción.
Tal vez hay cosas que no explique, pero ojala se entendieran entre líneas XD no soy buena escribiendo, pero espero que el coqueteo (?) sutil de Hinata se entendiera además que ella se empezó a interesar por quererlo conocer y al final termino enamorándose (?). O por cierto Sasuke era mayor, no hubo masacre y Naruto era su sensei XD
Esto es un revoltijo…

Byee
Hanasaki95.