Capítulo 1: Caballero
(KotoEli)

Hola, bueno me llamo Eri Ayase, Eri-chan para mis amigos, soy agente policial, para ser más exactos soy comandante de toda una gran unidad policial. Tengo 25 años, estudié Derecho y Ciencias Políticas, pero mi gran sentido de justicia y de proteger a las personas, sobre todo a las chicas, hizo que ingrese a la policía. Me considero algo así como un caballero que protege a las damiselas en peligro, si como en las historias antiguas. Para otros que son mayores y "experimentados" que yo, soy solo "una chica con suerte"; otros me consideran una "chica prodigio y con mucho talento y habilidad", pienso yo que por alguna razón tienen esas impresiones de mí.

Es de noche, exactamente son las 10pm, ha sido un día muy pesado a decir verdad. Voy caminando cuando de pronto escucho la voz de una chica pidiendo que no la lastimen, me pongo muy alerta y me acerco rápidamente a ese pasaje, veo a cinco tipos intentando hacer algo. Uno de los sujetos le dice a la señorita: "Créeme que seremos muy gentiles contigo" Inmediatamente golpee a uno de ellos dejándolo inconsciente y así sucesivamente con cada uno hasta llegar al principal. Lo golpee una y otra vez, sí que este tipo es duro de roer, llegue a darle muchas patadas y puñetazos en donde le caiga, obviamente no salí ilesa de ahí, tenía muchos golpes incluso en la cara. Los tipos que cayeron rápido solo tomaron a su jefe y huyeron como maricas del lugar. Deje pasar eso por alto, me acerqué despacio a aquella chica le diciéndole que estaba a salvo y ella solo empezó a llorar, la tranquilicé un poco pero luego me miro extraña así que me presenté: "Comandante Eri Ayase, ¿se encuentra bien?" Es lo principal que tenía que preguntar, no me contesto solo movió su cabeza haciendo señal de que si lo estaba. Luego de contarme porque estaba por esta zona la acompañé a su casa, no tenía mi auto por lo que fuimos caminando. Llegando a su casa (créanme era un lindo departamento) me ofreció tomar un poco de té y de paso curar la herida de mi rostro, al principio me negué pero como ella insistía, accedí.
Ella trajo el té y me dijo su nombre: "Me llamo Kotori, Kotori Minami" he hizo, una pequeña reverencia. Solo le sonreí y tome un sorbo, el té estaba delicioso por lo que lo termine de inmediato. Ella solo rió y se retiró por unos minutos, al rato apareció con un pequeño kit de primeros auxilios y con mucho cuidado curó mis heridas. Cuando terminó me quise levantar para irme pero me solía mucho el cuerpo, me volví a sentar y ella me miró preocupada: "Ayase-san no estás muy bien, sería mejor que te aplicase esta pomada en donde te duela, tómalo como agradecimiento por salvarme" y me sonrió. Nuevamente me negué pero otra vez volví a aceptar. Me quite la chaqueta, mi camisa, corbata y sujetador para que pudiera aplicar la pomada sin incomodarme, me sentí avergonzada por semi-desnudarme delante de una chica que ni conozco (/) luego de ello volví a vestirme y recostarme un rato sobre el sofá. Ella se volvió a retirar y regresó al paso de unos minutos: "Ayase-san, c-creo q-que deberías q-q-quedarte aquí hasta m-mañana... Y... Luego irte..." Me lo dijo algo sonrojada y apenada. Acepté solo porque me sentía muy cansada, adolorida y tenía toda la razón, era raro usualmente no me pasa esto pero como dije al inicio, tuve un día muy pesado y encima tuve que patearles el trasero a unos tipos enfermos sexuales.

Al día siguiente me desperté y me sentía mucho mejor, me levante y en la mesa de centro encontré una nota, era de Minami-san: " Ayase-san espero que este mejor, por favor cuando se retire cierre bien la puerta, gracias por lo de ayer y cuídese mucho. Espero volverla ver. Kotori" Me llevé aquella nota, olía a su perfume. Hice lo que decía en el papel y me fui a mi departamento que estaba bastante cerca. Al llegar deje mis cosas (llaves y placa) y me fui a dar un baño, necesitaba relajarme antes de ir a la estación policial. Después del baño volví a aplicarme una pomada para los golpes y me aliste. Fui a la estación y salude a todos allí. Un policía de mi equipo especial me pregunto si estaba bien, que oyó que salvé a alguien de ser abusada por cinco tipos. Me limité a responder lo necesario y seguí con mi trabajo. En la noche pase nuevamente por ese pasaje y detrás de mi estaban esos sujetos de nuevo: "Así que el héroe vuelve, pero para caer esta vez... Sabe usted no debe estar sola por aquí, podría pasarle algo" me dijo eso mientras se acercaba con sus compinches, esta vez tanto ellos como estábamos armados solo que ellos solo tenían varas de fierro y madera. En el momento que me iban a atacar una patrulla apareció uno de ellos era mi mejor amiga y uno de sus aprendices, pero sabía perfectamente que con ellos no bastaba, tengo la suerte de que sepa varios tipos de artes marciales y pueda defenderme.