Naruto estaba sentado al borde del río, pensando en aquel sueño que había tenido, un sueño que le estaba haciendo pensar. No entendía como su mente había proyectado esas imágenes mientras dormía. Mientras pensaba en todo aquello, tiraba piedras al río y contemplaba las ondas que provocaban en el agua.

De repente, se fijo en una persona que estaba al otro lado, era una bella mujer, a la cual le caía su pelo negro largo y mojado por la espalda, esta estaba nadando tranquilamente, y a Naruto le parecía que todo iba a cámara lenta, a juzgar por lo puntiagudo de su pantalón, había resuelto sus dudas con respecto a aquel raro sueño. A el, le gustaban las mujeres.

Durante las siguientes semanas, Naruto iba todos los días al río, a ver a aquella extraña mujer, puesto que ella pasaba allí largas horas bañándose en la soledad, sin sabes que él la estaba espiando, o al menos eso pensaba el.

Un día, Naruto, reunió todas sus fuerzas, cogió su barca, y se dirigió al otro lado del río, a una parte en la que la mujer no pudiese verle, para asó poder contemplarla más cerca, porque no había logrado ver su cara.

Estuvo dos horas esperando, hasta que ella llegó, sólo llevaba la parte de debajo de una bañador, muy ajustado, y una bonita toalla rosa a juego. Él aun no le había visto la cara, solo la estaba viendo por detrás, y le estaba gustando lo que veía.

La chica, se metió en el agua, contorneando su bonito culo, fue muy despacio, hasta que de pronto se metió de golpe, para acabar saliendo rápidamente. Movió la cabeza suavemente, y su bonito pelo ondeaba al compás, creando unos preciosos reflejos.

Esta imagen, le excitó mucho, y eso se notaba. Mientras ella estaba de pie, mirando a la otra orilla del río, Naruto de acercó, y se quedó detrás suya, esperando que ella se diese cuenta.

-Sé que me has estado observando.

-¿Te-te-te diste cu-cu-cuenta?

-Si…

Naruto, por un instante, pensó que aquella voz le resultaba familiar, no era la voz femenina que el esperaba. Más bien, era un poco masculina, aunque con un tono afeminado.

-¿Y-y-y no te importó?

-Al principio si, pero luego me di cuenta de quien eras.

-¿¡Sabes qui-qui-quien soy!?

-Si…¿No te has dado cuenta de quien soy yo?

Entonces, Naruto se dio cuenta, esa forma de pronunciar las eses, le era demasiado familiar, y entonces comprendió.

-¿O-O-Orochimaru?

-Si…-Este se dio la vuelta, dejando ver su bonito torso cuadriculado-

Naruto se quedó petrificado, no se lo esperaba, pero sorprendentemente no lo importó.

Entonces, se sacó el mono naranja, que nunca se quitaba, y se metió en el río para fundirse en un beso de película.

Nunca había sentido tanta pasión, Orochimaru jugaba con su larga lengua en su boca, y pensó que era el mejor beso que le habían dado en su vida.

Después de aquella bonita y inesperada demostración de cariño, Naruto salió corriendo del agua, confuso con lo que acababa de pasar, no sabía como sentirse, ni lo que decir ni estaba seguro de lo que le gustaba.

-¿Por qué sales? ¿No te gustaría terminar lo que has empezado?

-Necesito pensar en todo lo que ha pasado.

-Haz lo que quieras, yo vendré todos los días a esta hora durante una semana, si veo que no vuelves, lo entenderé.

-E-e-esta bien…

-Por cierto, es tan grande como me esperaba.

Naruto no supo contestar a eso, se vistió rápidamente y se fue sin mirar atrás, dejando a Orochimaro excitado en el lago, así que tubo que acabar el trabajo es solito.