Bueno, este es uno de mis pocos fanfictions que hago directamente en la
computadora, ya que generalmente los hago en papel y bueno... si tengo
tiempo los paso por acá... lo que usualmente no sucede ¬_¬.
Creo, que junto con Card Captor Sakura, Rurouni Kenshin es una de las
historias que más me gusta, además del diseño de sus personajes.
Prometo tratar de hacerlo lo más divertido posible y menos agobiante y
predeciblemente probable. Basta ya de habladurías! Aquí empieza el fic!
Ah! Como es de esperarse estos personajes en esencia por supuesto que no
son míos sino que Nobuhiro Watsuki. Esto ante todo es un universo alterno y
al ser el primero que hago ténganme algo de paciencia, ne?
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Dejavú
Capítulo Uno: Una suerte de prólogo
Una chica con el pelo larguísimo caminaba despreocupadamente hacia el colegio. Era su último año y uno de sus últimos meses. Pese a lo arduo de los exámenes y todas las exigencias que eso acarreaba en su vida de estudiante, siempre mantenía su animo jovial y no dudaba en ponerse firme ante las adversidades. Era una chica fuerte, sin lugar a dudas y tenía esa aura que irradiaba distintas sensaciones. Ella brillaba, toda ella al ser una persona más que particular. Pese a eso, no tenía rasgos que saltan de lo común en una chica promedio japonesa. Todos sabemos como son, menuditas, con los cabellos oscuros y de calmo carácter. Pero esta chica si que podía ser explosiva cuando se lo proponía y era más fácil de sacarla de quicio que hacerla volver en razón. Además de sus ojos, un azul profundo, zafirezco que le daba más aire de exótico. Así era Kaoru Kamiya, nuestra jovencita que ahora estamos proyectándonos en la cabeza. Como estábamos diciendo, ella se iba para el colegio cuando sienten que la llaman por su nombre un poco más atrás que ella. No pudo evitar sonreír ante ese encuentro, voltear y mirar por donde venía el dueño de esa voz.
-creí que nunca te alcanzaría, Kaoru-san-
-si me hubieses llamado antes, seguramente lo habrías hecho, Aoshi- dijo ella mirándolo a los ojos, levantando levemente la cabeza.
Como sucedía todas las mañanas desde que iba a la preparatoria, ella se encontraba con su compañero de clases, Aoshi Shinomori y se iban juntos al colegio. Era uno de esos chicos a los que se te ponen los pelos de punta cuando los ves. Un porte envidiable, alto y bastante fornido y con unos ojos más hermosos que el mismo cielo. Además, de que era un encanto... claro... si le caías bien. En caso contrario, podía llegar a ser tu peor pesadilla. El muchacho venía un poco sonrosado luego de correrla por más o menos 5 cuadras, así que cuando su "compañera" le dio su más tierna sonrisa no se notó como una pequeña mota de rubor cubrió sus mejillas.
Ellos se conocían desde la secundaría, precisamente desde el primer año en el que ella, por ser la primera mujer del curso en anotarse en los clubes, principalmente en TODOS los que se traten en artes marciales no pasó desapercibida para él. Porque además de bonita, que era absolutamente indudable, era talentosa y bastante hábil para lo que está relacionado con los aspectos físicos. Bueno, en casi todos.... El solo hecho de recordar la primera vez que ella, amablemente, le convidó del almuerzo que había preparado, bueno... digamos que el "estomago" le dio un vuelco. El todavía recordaba perfectamente las circunstancias en como la había visto la primera vez y como la conoció mejor posteriormente.
**** FLASHBACK****
Kaoru venía corriendo a toda velocidad al colegio. '¡Increíble!'Pensó ella, 'el primer día en este colegio y ya voy llegando tarde'. Entró como un rayo al colegio, cambiándose velozmente los zapatos y subiendo como alma que lleva el diablo al salón, pero digamos que los pequeños zapatitos que se usan en las escuelas japonesas no tienen el mejor "grip" del mundo...
PLAF
-auch!- se escuchó en el pasillo. La muchacha se había llevado por delante, en su derrotero a un muchacho. Sus mochilas estaban desparramadas y ella, pidiendo una disculpa rápida, inclinándose tomó la primera que encontró y entró dentro del aula, sin ni siquiera fijarse en como se encontraba el otro sujeto. '¡Pero que demonios!' Pensó el chico y en cuanto se levantó para decirle algo, la chica había desaparecido, solo la vio entrar apresuradamente a su aula.' Bueno, por lo menos es bastante ágil'
Una vez adentro, la vio mejor. Tenía una cara sencillamente adorable, con el pelo atado en una cola de caballo alta. Pese a que estaba con la respiración algo alterada pudo notar lo bonita que era y no pudo evitar quedarse como un bobo.
-eh, Aoshi, ¿qué te pasa que te has quedado como un tonto? Hace ya un tiempo que te estoy saludando!-
-discúlpame, Sanosuke, es que venía algo distraído, eso es todo-
-bueno, trata de no hacerlo tan seguido, digo... para no sufrir más "accidentes"-
-¬_¬-
-a todo esto...¿quién era el remolino que te atropelló? Hay que ser distraído para no verte, amigo, ya que no eres del todo "pequeño"-
-no sé quien es ella, pero estoy seguro de conocerla de algún lado-
-ah, si? Es raro que tu, principalmente, hables de conocer una chica, ya que todas te conocen a ti, pero eso no se da al revés-
-no me agobies, quieres? Solo espero que este año no pase lo mismo-
-doushite? Era divertido verte, lo fue más en las vacaciones, recuerdas cuando...-
-dije que ya fue suficiente. No quiero sabe nada de mujeres, puede ser?-
-ok, ya veremos cuanto te dura-
En eso, un grupo de unas cuatro chicas rodean a los dos amigos. Sanosuke y Aoshi eran vecinos de toda la vida. Sano era de esos chicos que son un encanto, pero tenía ese dejo de irresponsabilidad y de arrogancia típicos en los adolescentes. Totalmente opuesto al otro. Aoshi era prácticamente una tumba, hasta a veces daba la sensación de que no respiraba, que era simplemente una estatua. Y de hecho, a veces lo parecía, ya que andaba con chicas colgadas a sus costados. Al otro no le iba mal en ese aspecto, pero el ser mucho más desenvuelto que Shinomori, digamos que siempre "andaba" con una o dos... si no se podía con más. Como resistirse a la hermosa sonrisa de Sanosuke Sagara era un misterio, lo mismo que no perderse en los de Aoshi. Pero bueno... sigamos.
El día transcurrió tranquilamente, hasta que por culpa de un profesor de clases se hizo necesario que abran sus maletas. Menuda sorpresa! Definitivamente a Aoshi no le gustaban los ositos, entonces... ¿porque su cartuchera tenía uno? Se puso blanco y fijó la vista en la chica de la mañana y no pudo evitar contener la risa al ver la cara de ella, semejante al pánico, al notar que su "adorada cartuchera" ahora era nada más que una canopla finita de color gris. Pensó que tal vez su hermano se la había cambiado... ya la escucharía Yahiko... pero... ella no tenía un cuaderno con una....¿moto? AH!!! Las mochilas se habían mezclado y había agarrado la equivocada!!! Tenía que resignarse, usaría estas cosas y luego, después de unas interminables disculpas recuperaría sus cosas, si tan solo pudiera recordar la cara de a quien había chocado... solo recordaba que era alto y de cabello oscuro... bueno... en su clase había solo cuatro chicos así... de los cuales uno de ellos estaba ligeramente sonrojado, luego de desviar la mirada al haberse encontrado con la de ella. A la salida, ella se le acercó al que parecía ser el más jovial de los cuatro, nada menos que Sanosuke.
-gomen... no sé si eras tu... no lo recuerdo, pero... me choqué contigo esta mañana?-
Sanosuke volteó y la miró bien... - de seguro que si lo hubieses hecho no hubiera dejado que me olvides- dijo en tono seductor. Ella se sonrojó violentamente, sonriendo.
-jajaja, no, no creo que hayas sido tu... pero tal vez puedas ayudarme... verás... hoy venía distraída a la mañana y me llevé por delante un muchacho, alto como tú y con el cabello oscuro... pero no llegué a ver su rostro, solo noté eso ni siquiera sé como se peinaba...-
-bueno, hoy a un amigo mío se lo han llevado puesto-
-honto?-
-hai, si me esperas lo llamo... tu nombre?-
-er... Kamiya... Kamiya Kaoru-
-encantado, Sagara Sanosuke, ahora regreso-
En ese instante, al menos cinco chicos se le aparecieron a Kaoru, rodeándola y preguntándole cosas desde si tenía novio a cual era su hobbie favorito... era algo que definitivamente no le pasaba y se sentía un tanto incómoda en esa situación. En eso aparece Sanosuke un tanto confundido, ya que la situación no era así cuando se fue. Aoshi aparece detrás de él, haciéndose paso entre los muchachos.
-hazte a un lado- dijo Aoshi, fríamente, a lo que un par de chicos se corrieron dejándole espacio. Uno de ellos, visiblemente molesto le preguntó que hacía el capitán de Kempo hablándole a ella, la chica más linda del curso, porque usualmente se lo veía más interesado en concursos nacionales que en mujeres, a lo que ella contestó rápidamente - es que me voy a unir al club de Kempo y viene a buscarme, eso es!-. De más está decir cual fue la cara de Sanosuke cuando ella lo tomó del brazo y lo "arrastró" del lugar. Los ojos de Aoshi se abrieron enormemente y quedó paralizado. Decir que era japonés, sino diría que los ojos se le saldrían de las órbitas. Una vez fuera de peligro, ella soltó a Shinomori, mientras daba un suspiro de alivio. El aun seguía en estado catatónico y era la primera vez que le pasaba cuando una chica lo sujetaba de otra manera. Generalmente se las sacaba de encima de una forma bastante poco sutil.
-discúlpame por sacarte de esta manera, parece que siempre te trato de una forma algo brusca, jeje-
-.....-
-oye, no vas a decirme nada?¿Eres el amigo de Sanosuke-kun, no es cierto?- dijo mirándolo a la cara, acercándose nada más que un poquito a su cara. Sin respuesta, el solo la miraba a los ojos.
-eh... vas a contestarme algo?-
-¿eres consciente de lo que acabas de hacer?- dijo él en un hilo de voz
-que cosa? Tomarte del brazo? Si, te pido disculpas por eso...ah! y también por el tropiezo de hoy a la mañana-
-no me refiero a eso-
-entonces de que me hablas?-
-ahora tendrás que practicar Kempo, en mi equipo, ya que soy yo el capitán. Serás la primera mujer que entrene-
-no estarás hablando en serio? Yo ya practico Kendo, algo de arquería y conozco algo de judo.... pero nunca he hecho Kempo... puede llegar a ser interesante pero ya serían muchos los clubes en los que estoy anotada, no crees?-
-eso no es problema-
-siempre eres así?-
-¿cómo?-
-de cortante-
-no-
-solo eso vas a decirme?-
-si-
-mou! Acaso tienes algún problema? Me pone loca la gente así-
-de verás?-
-me pones a prueba?!-
-tal vez-
-bueno, señor desconocido... yo no voy a darte ningún espectáculo, me entiendes? Así que toma tu maleta, yo me voy por mi lado y tu por el tuyo, nos vemos mañana!-
-que carácter, una chica con esa cara no debería ser tan temperamental!-
Y ella ya estaba que sacaba fuego por la boca. Su boca se abrió para decir algo, luego se cerró, giró sobre sus talones y se fue, dejándolo absolutamente absorto con sus ojos.
Con el tiempo se empezaron a llevar mejor, conoció al hermano mayor de ella, que la acompañó a todos los clubes en los que se presentó diciendo que "tenía que ver que no le pase nada malo a su pequeña Kaoru". Tener un hermano como Soujiro no era desagradable, lo desagradable eran las chicas que lo seguían a todos lados. Ser hermoso parecía ser problemático en ese colegio. Soujiro no tardó en entablar amistad con Shinomori, que le caía extrañamente bien al igual que Sanosuke. Solo tenían un año de diferencia de edad y al ver que no tenían más que intenciones "buenas y normales" con su hermanita hacía que confíe en ellos su protección cuando el no podía encargarse. Le caía especialmente bien Aoshi, ya que el tipo era todo un caso en relaciones humanas. Podía morirse de la risa viendo como se deshacía de montones de adolescentes con tan solo una de sus miradas. Siempre se preguntó como lo hacía, porque él evidentemente no podía lograrlo ya que con el tiempo se ganaba cada vez más adeptas y sus sonrisitas no eran una cosa que a una le imponía cierta distancia.
Resultó ser que estos hermanitos, que en total resultaron ser tres, eran los niños del señor de un dojo de Kendo que se había mudado de Kyoto a Tokyo, en busca de captar muchos más alumnos, principalmente adolescentes. En realidad, sus hijos biológicos eran nada más que Kaoru y Soujiro, pero el pequeño Yahiko era su hijo en segundas nupcias con la señora Sachiko, que había perdido a su esposo por un terremoto. Su esposa, Aiko, había muerto por enfermedad y a su segunda esposa la conoció de casualidad en Kyoto, cuando Kaoru y Soujiro aún eran pequeños. Ellos se habían adaptado maravillosamente a su nueva madre y la adoraban como si fuese la verdadera. En fin, lo único que tenían de atípico es que en lugar de tener dos hijos, tenían tres.
Volviendo a nuestros protagonistas... solo puedo decir que en cuanto los entrenamientos de Kaoru y Aoshi aumentaron, por un extraño pedido del último, su relación como amigos se fue haciendo mucho más estrecha y se llevaban como si se conocieran de toda la vida, igual que con Sanosuke y Megumi Takani, una chica que había conocido en el club de arquería. Acordaron al terminar la secundaria que seguirían juntos la preparatoria y así lo hicieron. Y así pasaron los años hasta que llegamos de nuevo al principio de la historia....
****FIN DEL FLASHBACK Y DEL PRIMER EPISODIO****
N. de la A.: UFF, me quedó extremadamente largo!!! No quiero sacarle nada porque seguramente me voy a arrepentir... Pese a como parece que se está dando la relación entre algunos personajillos no estoy absolutamente segura si se va a mantener... voy a ver como sigue el trayecto de esta historia... espero recibir algún review, ya sea para alentarme o encaminarme si notan que ando un poco errada. Prometo actualizar lo antes posible, solo pido paciencia, ya que con el trabajo y la facultad se me hace un tantín complicado... Espero saber pronto de ustedes!!!
Matta ne!!!
Kirara26, la ferviente estudiante de japonés en Argentina!!
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
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Capítulo Uno: Una suerte de prólogo
Una chica con el pelo larguísimo caminaba despreocupadamente hacia el colegio. Era su último año y uno de sus últimos meses. Pese a lo arduo de los exámenes y todas las exigencias que eso acarreaba en su vida de estudiante, siempre mantenía su animo jovial y no dudaba en ponerse firme ante las adversidades. Era una chica fuerte, sin lugar a dudas y tenía esa aura que irradiaba distintas sensaciones. Ella brillaba, toda ella al ser una persona más que particular. Pese a eso, no tenía rasgos que saltan de lo común en una chica promedio japonesa. Todos sabemos como son, menuditas, con los cabellos oscuros y de calmo carácter. Pero esta chica si que podía ser explosiva cuando se lo proponía y era más fácil de sacarla de quicio que hacerla volver en razón. Además de sus ojos, un azul profundo, zafirezco que le daba más aire de exótico. Así era Kaoru Kamiya, nuestra jovencita que ahora estamos proyectándonos en la cabeza. Como estábamos diciendo, ella se iba para el colegio cuando sienten que la llaman por su nombre un poco más atrás que ella. No pudo evitar sonreír ante ese encuentro, voltear y mirar por donde venía el dueño de esa voz.
-creí que nunca te alcanzaría, Kaoru-san-
-si me hubieses llamado antes, seguramente lo habrías hecho, Aoshi- dijo ella mirándolo a los ojos, levantando levemente la cabeza.
Como sucedía todas las mañanas desde que iba a la preparatoria, ella se encontraba con su compañero de clases, Aoshi Shinomori y se iban juntos al colegio. Era uno de esos chicos a los que se te ponen los pelos de punta cuando los ves. Un porte envidiable, alto y bastante fornido y con unos ojos más hermosos que el mismo cielo. Además, de que era un encanto... claro... si le caías bien. En caso contrario, podía llegar a ser tu peor pesadilla. El muchacho venía un poco sonrosado luego de correrla por más o menos 5 cuadras, así que cuando su "compañera" le dio su más tierna sonrisa no se notó como una pequeña mota de rubor cubrió sus mejillas.
Ellos se conocían desde la secundaría, precisamente desde el primer año en el que ella, por ser la primera mujer del curso en anotarse en los clubes, principalmente en TODOS los que se traten en artes marciales no pasó desapercibida para él. Porque además de bonita, que era absolutamente indudable, era talentosa y bastante hábil para lo que está relacionado con los aspectos físicos. Bueno, en casi todos.... El solo hecho de recordar la primera vez que ella, amablemente, le convidó del almuerzo que había preparado, bueno... digamos que el "estomago" le dio un vuelco. El todavía recordaba perfectamente las circunstancias en como la había visto la primera vez y como la conoció mejor posteriormente.
**** FLASHBACK****
Kaoru venía corriendo a toda velocidad al colegio. '¡Increíble!'Pensó ella, 'el primer día en este colegio y ya voy llegando tarde'. Entró como un rayo al colegio, cambiándose velozmente los zapatos y subiendo como alma que lleva el diablo al salón, pero digamos que los pequeños zapatitos que se usan en las escuelas japonesas no tienen el mejor "grip" del mundo...
PLAF
-auch!- se escuchó en el pasillo. La muchacha se había llevado por delante, en su derrotero a un muchacho. Sus mochilas estaban desparramadas y ella, pidiendo una disculpa rápida, inclinándose tomó la primera que encontró y entró dentro del aula, sin ni siquiera fijarse en como se encontraba el otro sujeto. '¡Pero que demonios!' Pensó el chico y en cuanto se levantó para decirle algo, la chica había desaparecido, solo la vio entrar apresuradamente a su aula.' Bueno, por lo menos es bastante ágil'
Una vez adentro, la vio mejor. Tenía una cara sencillamente adorable, con el pelo atado en una cola de caballo alta. Pese a que estaba con la respiración algo alterada pudo notar lo bonita que era y no pudo evitar quedarse como un bobo.
-eh, Aoshi, ¿qué te pasa que te has quedado como un tonto? Hace ya un tiempo que te estoy saludando!-
-discúlpame, Sanosuke, es que venía algo distraído, eso es todo-
-bueno, trata de no hacerlo tan seguido, digo... para no sufrir más "accidentes"-
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-a todo esto...¿quién era el remolino que te atropelló? Hay que ser distraído para no verte, amigo, ya que no eres del todo "pequeño"-
-no sé quien es ella, pero estoy seguro de conocerla de algún lado-
-ah, si? Es raro que tu, principalmente, hables de conocer una chica, ya que todas te conocen a ti, pero eso no se da al revés-
-no me agobies, quieres? Solo espero que este año no pase lo mismo-
-doushite? Era divertido verte, lo fue más en las vacaciones, recuerdas cuando...-
-dije que ya fue suficiente. No quiero sabe nada de mujeres, puede ser?-
-ok, ya veremos cuanto te dura-
En eso, un grupo de unas cuatro chicas rodean a los dos amigos. Sanosuke y Aoshi eran vecinos de toda la vida. Sano era de esos chicos que son un encanto, pero tenía ese dejo de irresponsabilidad y de arrogancia típicos en los adolescentes. Totalmente opuesto al otro. Aoshi era prácticamente una tumba, hasta a veces daba la sensación de que no respiraba, que era simplemente una estatua. Y de hecho, a veces lo parecía, ya que andaba con chicas colgadas a sus costados. Al otro no le iba mal en ese aspecto, pero el ser mucho más desenvuelto que Shinomori, digamos que siempre "andaba" con una o dos... si no se podía con más. Como resistirse a la hermosa sonrisa de Sanosuke Sagara era un misterio, lo mismo que no perderse en los de Aoshi. Pero bueno... sigamos.
El día transcurrió tranquilamente, hasta que por culpa de un profesor de clases se hizo necesario que abran sus maletas. Menuda sorpresa! Definitivamente a Aoshi no le gustaban los ositos, entonces... ¿porque su cartuchera tenía uno? Se puso blanco y fijó la vista en la chica de la mañana y no pudo evitar contener la risa al ver la cara de ella, semejante al pánico, al notar que su "adorada cartuchera" ahora era nada más que una canopla finita de color gris. Pensó que tal vez su hermano se la había cambiado... ya la escucharía Yahiko... pero... ella no tenía un cuaderno con una....¿moto? AH!!! Las mochilas se habían mezclado y había agarrado la equivocada!!! Tenía que resignarse, usaría estas cosas y luego, después de unas interminables disculpas recuperaría sus cosas, si tan solo pudiera recordar la cara de a quien había chocado... solo recordaba que era alto y de cabello oscuro... bueno... en su clase había solo cuatro chicos así... de los cuales uno de ellos estaba ligeramente sonrojado, luego de desviar la mirada al haberse encontrado con la de ella. A la salida, ella se le acercó al que parecía ser el más jovial de los cuatro, nada menos que Sanosuke.
-gomen... no sé si eras tu... no lo recuerdo, pero... me choqué contigo esta mañana?-
Sanosuke volteó y la miró bien... - de seguro que si lo hubieses hecho no hubiera dejado que me olvides- dijo en tono seductor. Ella se sonrojó violentamente, sonriendo.
-jajaja, no, no creo que hayas sido tu... pero tal vez puedas ayudarme... verás... hoy venía distraída a la mañana y me llevé por delante un muchacho, alto como tú y con el cabello oscuro... pero no llegué a ver su rostro, solo noté eso ni siquiera sé como se peinaba...-
-bueno, hoy a un amigo mío se lo han llevado puesto-
-honto?-
-hai, si me esperas lo llamo... tu nombre?-
-er... Kamiya... Kamiya Kaoru-
-encantado, Sagara Sanosuke, ahora regreso-
En ese instante, al menos cinco chicos se le aparecieron a Kaoru, rodeándola y preguntándole cosas desde si tenía novio a cual era su hobbie favorito... era algo que definitivamente no le pasaba y se sentía un tanto incómoda en esa situación. En eso aparece Sanosuke un tanto confundido, ya que la situación no era así cuando se fue. Aoshi aparece detrás de él, haciéndose paso entre los muchachos.
-hazte a un lado- dijo Aoshi, fríamente, a lo que un par de chicos se corrieron dejándole espacio. Uno de ellos, visiblemente molesto le preguntó que hacía el capitán de Kempo hablándole a ella, la chica más linda del curso, porque usualmente se lo veía más interesado en concursos nacionales que en mujeres, a lo que ella contestó rápidamente - es que me voy a unir al club de Kempo y viene a buscarme, eso es!-. De más está decir cual fue la cara de Sanosuke cuando ella lo tomó del brazo y lo "arrastró" del lugar. Los ojos de Aoshi se abrieron enormemente y quedó paralizado. Decir que era japonés, sino diría que los ojos se le saldrían de las órbitas. Una vez fuera de peligro, ella soltó a Shinomori, mientras daba un suspiro de alivio. El aun seguía en estado catatónico y era la primera vez que le pasaba cuando una chica lo sujetaba de otra manera. Generalmente se las sacaba de encima de una forma bastante poco sutil.
-discúlpame por sacarte de esta manera, parece que siempre te trato de una forma algo brusca, jeje-
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-oye, no vas a decirme nada?¿Eres el amigo de Sanosuke-kun, no es cierto?- dijo mirándolo a la cara, acercándose nada más que un poquito a su cara. Sin respuesta, el solo la miraba a los ojos.
-eh... vas a contestarme algo?-
-¿eres consciente de lo que acabas de hacer?- dijo él en un hilo de voz
-que cosa? Tomarte del brazo? Si, te pido disculpas por eso...ah! y también por el tropiezo de hoy a la mañana-
-no me refiero a eso-
-entonces de que me hablas?-
-ahora tendrás que practicar Kempo, en mi equipo, ya que soy yo el capitán. Serás la primera mujer que entrene-
-no estarás hablando en serio? Yo ya practico Kendo, algo de arquería y conozco algo de judo.... pero nunca he hecho Kempo... puede llegar a ser interesante pero ya serían muchos los clubes en los que estoy anotada, no crees?-
-eso no es problema-
-siempre eres así?-
-¿cómo?-
-de cortante-
-no-
-solo eso vas a decirme?-
-si-
-mou! Acaso tienes algún problema? Me pone loca la gente así-
-de verás?-
-me pones a prueba?!-
-tal vez-
-bueno, señor desconocido... yo no voy a darte ningún espectáculo, me entiendes? Así que toma tu maleta, yo me voy por mi lado y tu por el tuyo, nos vemos mañana!-
-que carácter, una chica con esa cara no debería ser tan temperamental!-
Y ella ya estaba que sacaba fuego por la boca. Su boca se abrió para decir algo, luego se cerró, giró sobre sus talones y se fue, dejándolo absolutamente absorto con sus ojos.
Con el tiempo se empezaron a llevar mejor, conoció al hermano mayor de ella, que la acompañó a todos los clubes en los que se presentó diciendo que "tenía que ver que no le pase nada malo a su pequeña Kaoru". Tener un hermano como Soujiro no era desagradable, lo desagradable eran las chicas que lo seguían a todos lados. Ser hermoso parecía ser problemático en ese colegio. Soujiro no tardó en entablar amistad con Shinomori, que le caía extrañamente bien al igual que Sanosuke. Solo tenían un año de diferencia de edad y al ver que no tenían más que intenciones "buenas y normales" con su hermanita hacía que confíe en ellos su protección cuando el no podía encargarse. Le caía especialmente bien Aoshi, ya que el tipo era todo un caso en relaciones humanas. Podía morirse de la risa viendo como se deshacía de montones de adolescentes con tan solo una de sus miradas. Siempre se preguntó como lo hacía, porque él evidentemente no podía lograrlo ya que con el tiempo se ganaba cada vez más adeptas y sus sonrisitas no eran una cosa que a una le imponía cierta distancia.
Resultó ser que estos hermanitos, que en total resultaron ser tres, eran los niños del señor de un dojo de Kendo que se había mudado de Kyoto a Tokyo, en busca de captar muchos más alumnos, principalmente adolescentes. En realidad, sus hijos biológicos eran nada más que Kaoru y Soujiro, pero el pequeño Yahiko era su hijo en segundas nupcias con la señora Sachiko, que había perdido a su esposo por un terremoto. Su esposa, Aiko, había muerto por enfermedad y a su segunda esposa la conoció de casualidad en Kyoto, cuando Kaoru y Soujiro aún eran pequeños. Ellos se habían adaptado maravillosamente a su nueva madre y la adoraban como si fuese la verdadera. En fin, lo único que tenían de atípico es que en lugar de tener dos hijos, tenían tres.
Volviendo a nuestros protagonistas... solo puedo decir que en cuanto los entrenamientos de Kaoru y Aoshi aumentaron, por un extraño pedido del último, su relación como amigos se fue haciendo mucho más estrecha y se llevaban como si se conocieran de toda la vida, igual que con Sanosuke y Megumi Takani, una chica que había conocido en el club de arquería. Acordaron al terminar la secundaria que seguirían juntos la preparatoria y así lo hicieron. Y así pasaron los años hasta que llegamos de nuevo al principio de la historia....
****FIN DEL FLASHBACK Y DEL PRIMER EPISODIO****
N. de la A.: UFF, me quedó extremadamente largo!!! No quiero sacarle nada porque seguramente me voy a arrepentir... Pese a como parece que se está dando la relación entre algunos personajillos no estoy absolutamente segura si se va a mantener... voy a ver como sigue el trayecto de esta historia... espero recibir algún review, ya sea para alentarme o encaminarme si notan que ando un poco errada. Prometo actualizar lo antes posible, solo pido paciencia, ya que con el trabajo y la facultad se me hace un tantín complicado... Espero saber pronto de ustedes!!!
Matta ne!!!
Kirara26, la ferviente estudiante de japonés en Argentina!!
