Ray extrañaba muchísimo a Susie, tanto que desearía verla una vez más, aunque ella sea un fantasma y el un ser vivo...dicen que a los fantasmas les gusta aparecerse en la noche ¿será verdad? Ray iba a comprobarlo dentro de poco.
Él sabía muy bien que ella ya se había ido para siempre, que no iba a volver nunca más a sus brazos porque se fue al cielo donde todos los ángeles vuelan y cantan. Ray estaba sentado en la solitaria playa, observando el hermoso mar y disfrutando de la fresca brisa de verano. Parecía que habían pasado años desde que ella fue secuestrada por su perverso y degenerado vecino...y bueno, todos ya saben cómo fue su final. Y Ray lloraba desconsoladoramente todas las noches en esta desolada playa, que se encontraba cerca de la casa de Susie, con los árboles y el océano como sus únicos acompañantes, que lo consolaban en su terrible tormento. Trataba de distraerse surfeando y nadando, pero apenas se volvía a sentar en la fría arena ya volvía a sentir esa horrible opresión en el pecho que no lo dejaba respirar y hacia que su cara se bañara de lágrimas de dolor e impotencia. Pero una de esas tantas noches solitarias, su amor vino a visitarlo...él estaba haciendo una fogata en la playa (si, ya se, es medio extraño no?) así trataba de calentarse para no sufrir el inclemente frio de la noche y el viento. Mientras él se estaba haciendo preguntas acerca de cómo estaría su amor y en donde se encontraría, Susie apareció como un fantasma atrás de la fogata, generando un comprensible grito de pánico en el muchacho...Susie lo miro fijamente con sus hermosos y celestiales ojos azules, que ahora por ser un espíritu eran mucho más claros que antes, y eso la hacía más hermosa de lo que ya era en vida. Al igual que su cabello rubio, que ahora era mucho más claro también. Parecía un ángel caído del paraíso, más que un fantasma en sí...cuando él iba a gritar por segunda vez, ella le puso un dedo en los labios para callarlo y lo beso. Le dio ese tipo de besos con sabor a "te extraño tanto"...y aunque ella era un fantasma, ese beso fue lo más real e intenso que vivió en toda su vida. Él quería decirle de una vez todo lo que nunca le pudo decir en vida, pero antes de que las palabras fluyeran de su boca, Susie se desvaneció, diciéndole que en la otra dimensión no le permitían estar mucho tiempo en el mundo de los vivos...pero a partir de esa noche se juntarían siempre a las 12 en punto. Ya no habrían más noches solitarias para Ray, ya que Susie ahora estaría siempre con él. Ella era la luz que lo guiaba día y noche, y ella siempre estaba siempre presente en su corazón...y ella lo sabía bien. Nunca más habrían noches solitarias...y ellos se amarían por siempre y para siempre, tanto en la vida como en la muerte.
