TLoS: un ultimo viaje
Capitulo I
Tras algún par de años de haberse llevado la batalla por "colmillo de guerra", de pelear contra el destructor, haber derrotado al maestro de la oscuridad, Malefor, y sobre todo evitar un colapso del núcleo de su mundo por la gran lucha entre el bien y el mal, todo volvía a la normalidad, la energía mágica residual había creado biomas nuevos en los cuales destacaban las islas flotantes, cascadas enormes y los bosques crecían rápidamente.
En algún lugar mas allá de lo que habían llegado los dragones de antaño, descansaba un pequeño dragón de edad aproximada a 15 años, escamas moradas y cuernos dorados bajo un abeto, mientras descansaba ponía atención a cualquier sonido cercano, el aleteo de algunas abejas, el canto de los jilgueros, el chapoteo del agua de algún riachuelo cercano, las hojas raspando cuando el viento soplaba, lo que mas disfrutaba el en momento de soledad era mirar al cielo que se encontraba soleado con un par de nubes decorándolo, pero algo que disfrutaría mas seria poder estar con su compañera, Cynder la dragona negra, alguna vez ellos eran enemigos jurados a muerte, pero el destino les había jugado suciamente cuando el ejército de Malefor los encadenó juntos sin mas remedio a que ellos debían pelear juntos para salir de aquel dilema, con el tiempo habían aprendido a trabajar en equipo y aun mas, a comprenderse mutuamente a tal grado que juntos podían hacer aun mas que por separado, sin embargo también tenían sus necesidades personales y en algún momento debían distanciarse un poco.
Spyro esperaba a que ella regresase de su cacería, aunque sabia que ella era fuerte ante cualquier situación que se enfrentara no podía evitar tener una sensación de angustia al no saber nada de ella, ¿o no era la angustia? Seria una sensación como de… ¿abandono? ¿Es que acaso el sentía algo mas por ella?
Spyro estiró las patas y volvió a acostarse en una posición más cómoda y suspiró cansado de tratar de entender sus sentimientos por ella, mientras se quedaba dormido un pequeño gruñido proveniente de su estomago lo despertó, algo que simplemente significaba, aparte de tener hambre, de que Cynder no tardaría en regresar con algo que comer.
Al cabo de un cuarto de hora, Cynder llegaba con algún pedazo de carne de algún animal, de la mitad de su tamaño entre sus dientes – no fue fácil – dijo ella a Spyro – pero he traído algo para ti – sonríe.
- gracias Cynder – le responde tratando de no parecer nervioso, sus pensamientos últimamente se encontraban en conflicto con sus sentimientos provocándole muchas emociones al mismo tiempo que terminaban hartándolo.
- ¿crees que estemos muy lejos de volver a el reino de los dragones? – pregunto ella acomodándose frente a Spyro mientras el comenzaba a comer, Spyro la mira a sus ojos de color verde brillante como una esmeralda, haciendo esfuerzo por no perderse en ellos – no lo se Cynder… llevamos mucho tiempo tratando de regresar que no se si vamos por buen camino… - al decir eso a Spyro casi se le parte el alma al ver el desanimo de su amiga, se levanta entonces guiado por algún instinto o quizás por su sentido común, al lado de ella – pero no pierdas la esperanza… - al decir eso en segundos Spyro sintió el contacto de sus escamas con las de ella, Cynder había recargado su cabeza en su hombro buscando algún consuelo, la emoción se le subió a la cabeza tanto que no pudo evitar sonrojarse, "espero no lo note, espero no lo note," se decía a si mismo algo avergonzado, para su alivio ella ignora su estado – lo creas o no, extraño a los guardianes… a Volter, a Cyril, Terrador, por los ancestros, hasta al molesto de Sparx… un poco extraño no lo crees? – no sé que decir – le responde aun sonrojado, Spyro sabia que si no se tranquilizaba pronto ella notaria su raro comportamiento, así que esperando ella no lo tomara a mal también recarga su cabeza con ella y regula su respiración tratando de relajarse, pero sin que él lo sepa, Cynder si se había dado cuenta de lo que estaba pasándole, pero no quería arruinar el momento, el hecho de que el tomara iniciativa de acercarse a ella era algo muy extraño en su comportamiento habitual y tenerlo cerca era algo que en verdad le agradaba, mientras pensaba lo que ocurría ella sonrió para si mientras que comenzaba a quedarse dormida en el hombro de Spyro.
La noche se acercaba, y así, el día llegaba a su fin, Spyro que miraba a su compañera dormir sobre su hombro, sin mas remedio tubo que despertarla para que ambos buscasen un lugar para dormir tranquilos, quedarse ahí donde estaban a campo abierto en un lugar donde no conocían podría ser fatal, cuando estuvieron listos para moverse fue Spyro quien salió del prado a buscar un refugio dejando a Cynder con sus pensamientos, aunque Spyro no supiera nada, ella atravesaba una etapa de su vida muy… conflictiva, así como él no estaba segura de que era o por que ocurría, pero ella buscaba estar cerca de Spyro y odiaba separarse de el pues en el encontraba algo que en ningún lado había recibido jamás, su afecto, siempre que ella se sentía mal o las cosas estaban feas, él siempre la había apoyado, aun cuando ella siempre era déspota con el, a su lado se sentía también protegida, cuando fue raptada por el ejército de Malefor, Spyro fue a rescatarla. Y en los últimos días no solo le atraía la forma de ser de el sino también su apariencia, su fuerza y su complexión habían aumentado gradualmente, se estaba convirtiendo el un gran dragón digno de ser recordado.
Ella dejó salir un suspiro liberando sus tenciones cuando escuchó a Spyro regresar al haber encontrado una cueva cercana en la cual pasar tranquilos la noche.
