Los personajes claramente no me pertenecen, porque si lo fuera, ya hubiera habido matrimonio, luna de miel, bodas de plata (ay justo en el segundo lugar). La trama si me pertenece, para mi fortuna o desgracia.
"El amor es algo que le sucede a todos alguna vez, menos a mí". Así pensaba Katsuki Yuuri, universitario de 23 años, cuyo romance en su vida ha sido tan esquivo, que el amor no ha tocado a su puerta ni para Halloween. "¿Y si el amor de mi vida quería hablarme de la palabra del Señor y no le abrí la puerta?" Se preguntaba aterrado el joven de origen asiático.
Hace bastante rato dejo de prestar atención a sus apuntes, por quedarse mirando la escena que se desarrollaba en este instante en el antejardín de su vecino. No fue una idea feliz situar su escritorio junto a la ventana. Suspira con pesadez.
-¡ay, Yuuri! No creo ser tan malo en cálculo como para hacerte desesperar así.
Por metiche, Yuuri había olvidado que corregía los ejercicios de su amigo Phichit. Claro, el pobre clamó desesperado por su ayuda, y aunque estudiaban diferentes carreras, no podía negarle nada a su más antiguo amigo y ex compañero de escuela.
-Phichit, hay algo además de tu letra que no acabo de comprender: ¿cómo se te ocurre tomar cálculo si estudias comunicaciones?
-¿Acaso es excluyente hacer ambas cosas? Ya me conoces, me gustan los desafíos y siempre tendré a mi mejor amigo para que me ayude con este invento de satán llamado cálculo
-Ja! Invento de satán serán las normas APA…
-Que gracioso Yuuri, ¿eh? Y bien, ¿qué tal estoy? Según ese suspiro no muy bien. ¿O no entiendes mi letra? Llevas media hora en eso, que en horas-Facebook equivalen a diez minutos.
-Perdón, me distraje. Ven, levanta tu humanidad de mi cama y acércate que te diré en que te equivocaste.
Phichit, diligente, toma una silla y se acerca al escritorio de su amigo, listo y dispuesto a atender a sus explicaciones en el raro dialecto de las matemáticas. Pero al mirar la ventana, comprendió el origen del suspiro de su amigo Yuuri. Ni su letra, digna de medico árabe zurdo ebrio, ni su loca decisión de cursar un ramo tan difícil (para el por lo menos), eran los causantes de la reacción del joven Katsuki.
-Wowowowo, un momento, ¿ese no es tu vecinito, el ruso? Mírelo, con 17 años, (me dijiste que tenía ¿no?), con 17 años y ¡dando estos espectáculos en la calle! Ja ajja con razón suspirabas. Hubiera hecho lo mismo en tu lugar de ver que un mocoso tiene más actividad sexual que tú en toda tu vida.
-¡Phichit por favor! ¿Qué haces? No, no te asomes, ¿que no conoces la palabra discreción, por kami-sama?
-Yuuri, la palabra que aplica aquí es voyerismo, que es lo que estamos haciendo tú y yo en estos momentos. Les sugeriré amablemente que se busquen una habi…
-Shhh! No, déjalos. Olvídate de esto y volvamos a lo que nos convoca.
-No me pidas esto, mira que lo que ocurre afuera está más bueno que ver un reality… ¡Oh, mierda! ¿No es ese Otabek Altin? Esto se puso sabroso - saca su celular – esta foto va a valer oro, muajajajaja
-Ay amigo, no tienes remedio.
Seguramente causara curiosidad en ustedes la escena que se desarrollaba afuera y que provocó que dos almas estudiosas se desviaran del camino del bien para observar con una atención muy digna de un antropólogo, lo que ocurría más allá de las ventanas de la habitación de Yuuri. ¿Qué es lo que ocurría afuera que logró sacar el paparazzi interno de Phichit?
Retrocedamos pues algunos minutos.
Yuri Plisetsky, recostado en la pared de su escuela con actitud despreocupada y mirada retadora, encarnaba una imagen perfecta del típico adolescente hormonal y rebelde. Su postura decía "me importa una verga la vida", sus ojos airados, expresaban "si me buscan me encuentran, mierdas" y su dedo de al medio alzado significaba…. Bueno…emmm, un gesto de despedida de su país natal ¡si, eso! Significa adiós en dialecto ruso sordomudo. ¡uf! En resumen, este muchachito es tan adorable como lo puede ser un demonio de Tasmania y tiene tantos amigos como Roberto Carlos, pero en números negativos, claro está.
Sin embargo, a pesar lo que puede sugerir la sucinta descripción de este particular personaje, Yuri Plisetsky logró conquistar para sí el corazón de un joven dos años mayor que él, llamado Otabek. Se conocieron en la escuela, se enamoraron en el último año del mayor y comenzaron una relación oficial en la graduación de éste. Típica historia de amor escolar, pero para nuestro jovencito con escasas habilidades relacionales, fue una experiencia única y ¡ay de quien lo contradiga!
Se siente un ruido de motor a lo lejos. Esta es la señal que antecede a la llegada del joven Otabek. Pantalones de jeans oscuros y ajustados, calzado militar y su vieja confiable (la chaqueta de cuero). Si, definidamente el muchacho pareciera salir de la canción "torero" de Chayanne. Pero no le importa nada de eso al colegial Yuri, porque sus ojos enamorados solo ven a un hombre de sensual mirada, deliciosa jalea (Yuri ve demasiado Los Simpson) y voz de bajo que le dice románticamente:
-¿vas a subir o no?- le dice Otabek, ofreciéndole (tiernamente desde la perspectiva yuriana) un casco.
-Buenas tardes Yuri ¿qué tal la escuela? Bien gracias Beka, ¿Qué tal tu día?
-Yura, por favor, sarcasmos a esta hora no.
-Tranquilo Beka, solo verificaba que estuviera bien engrasada tu maquina detectora de sarcasmo. ¿Y mi beso?
-Estamos en el frontis de la escuela, no es prudente, nos pueden ver.
-¿y qué tiene de malo? Somos una pareja y las parejas se besan, hasta donde yo sé – Yuri le rodea el cuello con los brazos y susurrándole a una breve distancia de los labios de su novio – Quiero que todos en esta mugrosa escuela… (Beso en la mejilla)… sepan…. (Beso en la comisura de los labios)… que eres mío (endoscopía, digo, beso francés)
Oh si, a Yuri le encanta hacer saber a sus compañeros, sobre todos a esos incrédulos que se atrevieron a cuestionar el estado sentimental del muchacho, que tiene un novio guapo, universitario y (quizá lo más vistoso de su personalidad) un medio de transporte propio. La moto es un plus para el perfil de chico rebelde que Yuri, a toda costa, quiere proyectar. Seguramente creerán ustedes que el chico está con Otabek por su moto, pero no. Hay un motivo más poderoso: la química que se genera cuando sus labios se unen y sus lenguas chocan y se entrelazan, como ocurren en estos momentos frente al establecimiento escolar. Eso y miles de detalles más: su preocupación por los estudios del menor, románticas salidas, conversaciones interminables y exquisitas sesiones de besos y caricias… donde en una oportunidad pudo manosear su jalea, dulce figura…
Otabek corta el intercambio de material genético mitocondrial y se dispone a llevar a su preciosa pareja a su casa, como buen caballero de brillante armadura. Y aquí podemos ver la escena que los voyeristas de la casa de al lado contemplaban con interés.
Yuri se baja de la moto y le dice sugerentemente:
-No hay nadie en casa – se sonroja y en su fuero interno ruega que la máquina de leer entre líneas de Beka funcione tan bien como la máquina de sarcasmo.
-Qué lástima Yura, quería saludar a su señor abuelo
No. No funciona. ¡Tonto Beka!
-Podrías quedarte a cuidarme y vigilar que haga todos mis… mmm (relamiéndose)… deberes – le dice Yuri, acariciando el pecho del mayor con la yema de sus dedos.
¿Así o más claro, Beka?
-Genial, así puedo ayudarte en matemáticas. Tanya me comentó que vas muy mal en esa asignatura jovencito.
-¡Carajo! - Bufa un muy frustrado Yura. Su novio era un analfabeto en lo que respecta en leer entre líneas. Pero el jovencito no pensaba darse por vencido, ¡No, señor! Ese beso en la escuela lo dejo caliente y quería mucho más, porque nuestro Yuri es un ambicioso. Porque no pensaba conformarse con exquisitos besos con lengua que lo dejaban sin aliento. ¡Ya mucho tuvo de eso y por mucho tiempo! Quería avanzar mucho más. ¡No más enjuagues bucales! ¡Si más clases prácticas de anatomía!
-A ver, Beka, te lo diré en un idioma que tú entiendas.
Y con precisión felina, el joven se abalanza sobre su novio y cual koala se aferra al mismo. Lo mira a los ojos fijamente por un instante y procede a devorarle la boca con frenesí. Con el mismo entusiasmo, se refriega contra el cuerpo de Otabek para estimularlo y hacerle olvidar el espectáculo que daban en frente de su casa. Y funcionó. Beka, dejando de lado todo pudor, le responde el beso con igual o más intensidad y consolida la unión de sus cuerpos, ya no sujetando al niño-koala de la cintura, si no de las nalgas (en idioma Yuri, de la jalea). Esa acción arranca un gemido al muchachito hormonal.
-Mmm… ah… Beka… entremos aah… casa –apenas podía hilar sus ideas. Era muy sensible a los besos en el cuello, totalmente vulnerable a los de la boca.
Otabek, con el resto de cordura que le queda, lleva a cuestas a su novio y entran apresurados a la casa. Su último pensamiento antes de ahogarse en las olas de placer y suculencia fue: "A la mierda la ONU". Y el ultimo pensamiento de Yuri fue: "¡De esta no saldré virgen! ¡Al fin!"
Y por esta causa, el otro Yuuri, el japonés, se lamentaba de su nula vida amorosa. Con las presiones académicas, jamás se detuvo reflexionar en ese ámbito de su vida, ya que aspiraba a ser el mejor estudiante, una ambición que lo guio durante toda la enseñanza elemental, secundaria y universitaria. Cosas como el amor eran un distractor para la consecución exitosa de sus metas, una pérdida de tiempo que no se podía permitir si quería obtener la más altas calificaciones.
Culminados todos sus deseos ¿qué más le quedaba por hacer? "Bien, eres el mejor, Yuuri, los profesores te conocen y consideran, tus notas son excelentes, ganas dinero enseñando de forma particular, ¿qué más puedes esperar? ¿Qué más puedes ser?" Y con esas preguntas un tanto kantianas, Yuuri cayó en cuenta lo aburrida, lo muerta de su vida personal. Preocupándose en construir una imagen de un Yuuri público, terminó asesinando al Yuuri privado. Sus días seguían la misma rutina: de la casa a la universidad y viceversa. Sin coloridos detalles que le dieran emoción a su vida, que le recordaran que era un ser humano, y por ende, un ser necesitado de afectos. Afectos que fueran más allá de lo que les ofrecía su familia y amigos. ¡Carajo! ¡Solo envidiaba la interesante vida amorosa de su vecino Yuri Plistesky! Un muchacho que obedecía a sus hormonas más que a la razón. En síntesis: un chiquillo que vivía de verdad y no una calculadora con patas como él.
Definitivamente, esa candente escena le abrió los ojos (y el corazón) al aplicado nipón. Y probamente también lo haya calentado, ¿por qué no?
-Uf! Abramos las ventanas Yuuri, que subió la temperatura –dijo el siempre asertivo Phichit
- ¡Qué abrir ventanas! ¡Hay que llamar a la ONU, a la UNICEF, a la FIFA! –exclamó Yuuri.
-Amigo, no seas exagerado. No puedes negarme que lo disfrutaste tanto o más que yo. ¡Mira que estás hiperventilado, cochinote!
-Estoy escandalizado, que es muy diferente, Phichit. Ese tal Otabeku, es de la universidad ¿verdad?
-Claro, estudia algo con la música o la ingeniería. Justo ahora estamos trabajando juntos en un proyecto multidisciplinar, es que te mueres lo genial, lo revolucionario, lo…
-Ya entendí amigo – lo corta Yuuri - ¿Podemos volver a las matemáticas, por Aláh? No será genial ni revolucionario pero… ¡Deja ese celular!
El nipón no pudo evitar el escándalo que desato su amigo. Ese chiquillo adicto a las redes sociales no pudo contenerse en compartir el sabroso chisme que tuvo lugar en sus propias narices. No en vano estaba estudiando periodismo. Un brillante futuro le esperaba en el mundo de la farándula, no hay duda de ello.
Mientras tanto, en la casa de al lado, las cosas se pusieron un tanto… pornográficas. Yuri, sentado en las faldas de su pareja, le devoraba la boca con entusiasmo juvenil, de tal manera que si al pobre Beka le pusieran una aspiradora en la boca, apenas notaria la diferencia. Pero las aspiradoras son más recatadas, no le andan arrancando la ropa a la gente como lo está haciendo este muchachito libidinoso. Ah, pero Yuri "la aspiradora" Plisetsky goza de lo lindo sobando el pecho y los abdominales de su novio, lamiéndole el cuerpo cual paleta de helado se tratase. Y Beka… bueno, él se deja hacer. Le revuelve enérgicamente la rubia cabellera, con ambas manos lo toma de la cadera y lo acerca más hacia sí mismo, con posesividad. Ya no está en sus cabales, porque le empieza a desabotonar la camisa escolar con toda la disposición de hacerlo gozar, porque si, ya no aguanta más, necesita hacer suyo al jovencito, la abstinencia lo está matando. Va a enseñarle a ese provocador lo bueno de la vida: va a hacerle el amor a Yuri. Duro contra el muro, macizo contra el piso, lento contra el pavimento, en cualquier superficie plana útil para su placentero propósito. Total, no había nadie en la casa, a excepción de ellos dos.
En plena faena, cuando por fin Yuri iba a probar las delicias del sexo, se oye un gemido. Ambos amantes se detienen de súbito. El gemido no era de Yuri, tampoco de Otabek.
Era del celular.
-¡Maldición! ¡Que querrán ahora estos imbéciles!- exclama un frustrado Otabek
-¿Tienes un gemido como alerta de mensaje, sucio Beka? – Yuri enojadísimo exige explicaciones.
-Son los tipos del proyecto de la universidad, malditos, ellos configuraron esto.
-ja, se pasan estos pervertidos. Pásame tu teléfono. Porque si vas a tener gemidos, serán los míos ¿Me entendiste?
-Espera, dejar ver lo que quieren y silenciare el cel… ¡Phichit de mierda! – Otabek palideció.Se quedó sin reacción por unos largos segundos, con la mirada fija en la pantalla de su teléfono inteligente, mientras seguían y seguían llegando mensajes de forma frenética. En la mente del kazajo la puerta era derribada violentamente por soldados de la ONU exclamando ¡Tadaima! y llevándoselo detenido.
El mensaje era del grupo de WhatsApp del proyecto universitario, específicamente de Phichit, donde este compartió unas fotos candentes de Beka y Yuri besándose en el antejardín, acompañándolo de la frase "Mientras los gatos trabajamos, este ratón está de fiesta ea ea" acompañados de hashtags: #escandaloestoesunescandalo #BK!onfire #ardepapi #tadaimavaadecirlaONU #okaerilesrespondemos #prayforBK
Y los mensajes seguían y seguían.
Guang Hong
Wow si estuviera conectado Seung y viera esto, seguro exclamaría ¡bultaoreune!
Leo de la Iglesia
¡FIRE! ¡FIRE! OEO
Phichit
Beka, ahora en adelante esa canción va a ser tu himno. ¡Hay que cambiarle el tono de su celular!
Leo de la Iglesia
Los gmi2 son cosa del pasado. Baia no me esperaba ver esto. ¡Que no te pille numa la ONU BK!
Phichit
Guardémosle el secreto a Beka. Que no salga de este grupo ¡calladitos como tumbas los quiero!
Leo de la Iglesia
Con que cara dices eso πshit , si fuiste tú el del chisme!
Guang Hong
Oie si Phichit, no eres quien para decirnos esto xD parte por quedarte calladito tu primero, descarado
Phichit
Teikirisi muchachos, que estos labios estarán sellados. La ONU no se enterará por mí, lo juro ;)
Seung
A ti lo que hay que hacerte es amarrarte esos dedos. No, mejor, cortártelos. Así por lo menos nos aseguramos de que no pongas spam en el grupo ¬¬. ¿Desde cuándo esto se convirtió en un grupo de viejas cahuineras?
Phichit
Relaja la vena Seung! Que esto sirva de escarmiento para los que perturban el decoro y las buenas costumbres y quienes no estén hacien2 el trabajo. Im watchin´ u BK
Seung
Tampoco es que te vea a ti dedicado al trabajo precisamente
Guang Hong
OOOOOOOO
Leo de la Iglesia
Turn down for what! Tuturu tutu tururu
Otabek Altin salió
¡Suficiente! Otabek quiso lanzar su teléfono a la China, mejor a Tailandia y que cual boomerang impactara en la cabeza de Phichit y así perdiera la conciencia ¡Como ardía en ganas de matar a ese tailandés metiche y voyerista! ¡Ese intento de paparazzi!
Phichit estaba lejos de sospechar las terribles consecuencias de su compulsión a sacar fotos a cualquier cosa que apestara a chisme. Si lo sospechara… bueno… seguiría sacando fotos porque haría falta que naciera de nuevo para que lo dejara de hacer. Eso o que de la nada un celular lanzado por cierto kazajo le impactara la cabeza.
-¿No conocías a alguien más que te hiciera el favor? – Yuuri estaba escéptico. Cualquier plan que proviniera de su amigo era de temer, porque en el 99,9% de las veces terminaba en desagradables y vergonzosas situaciones que provocaban en el joven Katsuki enterrar su cabeza a 3 metros bajo tierra.
-Amigooo, vamos no desconfíes de mi - Phichit lo mira con una mezcla de ternura y suplica.
-¿Cómo quieres que no desconfíe? Me invitas a mi restaurante favorito, te ofreces a pagar la cuenta y me miras con esa cara del gato con botas. Lo siento Phichit, no tengo tiempo para lo que me pides.
-Vamos Yuuri –chan ayúdame, los amigos se ayudan, tú con mayor razón si eres mi mejor amigo.
-En estos momentos ser amigo tuyo es un peligro latente. No sabré yo lo que le hiciste al pobre Otabeku …
-¡con mayor razón debes ayudarme! Necesito reconquistar la amistad de Beka por eso es esencial que me apoyes en esto y participes en el proyecto. Si consigo un buen número de voluntarios, Otabek me perdonará. Fue esa su condición.
-mmm, no lo sé. No soy la clase de persona que necesitas… seguro que no serviría para esto.
-¿Qué puedo hacer para convencerte? Me arrodillare, sí, eso haré. Me arrimaré a tus piernas, mi cabeza se apoyará en tu regazo y sentirás mis lágrimas que empapan tu pantalón, lágrimas de dolor que derretirán tu corazón de hielo. Estos ríos dolientes que surcan mis mejillas te convencerán, tu ayuda será el dique que le ponga coto a estos ríos de agua salada que suplican…
Yuuri se estaba alterando, ya que su efusivo amigo estaba montando una escenita en el restaurant, representando la tragedia que sus labios pronunciaban. No le queda más que tomarlo de los hombros y hacerlo sentar en su silla, como si se tratara de un niñito especialmente inquieto.
-Ay Phichit, debiste estudiar teatro… mira el espectáculo que generaste – apunta hacia los comensales que cuchicheaban a su alrededor, seguramente comentando la escena que tenían ante sus ojos.
-Si no me ayudas, eso tendré que hacer – se seca una lagrima ficticia – porque reprobaré la asignatura, Beka me odiará, Seung me cortará los dedos, mi vida social será el infierno. Está en tus manos en evitarme eso. Literalmente en tus manos, en tus dedos para ser más precisos, en tus blancos y largos dedos que descargaran la aplicación que mi equipo ha desarrollado durante estos meses de arduo trabajo.
Yuuri suspira. Siempre suspira cuando esta con Phichit, pero no es por amor. El 99.9% de los suspiros significan la claudicación del nipón, un "me rindo".
-Bien, donde tengo que firmar, criatura de satán
- no te equivoques Yuuri. Si algo seré de satán, será el fotógrafo oficial ;)
- ste men – susurra entre dientes.
Una semana y nada. Siguió paso a paso lo prescrito por el tailandés. Descargó la (para él, estúpida) aplicación y no pasó nada. Ni bueno ni malo, solo nada. Sentado en un rincón del restorán de sus padres, alternaba la vista entre su celular y la ventana, y resoplaba indignado. Se sentía estafado por su mejor amigo. Enojado consigo mismo, porque intuía de antemano que no funcionaría y aun así acepto participar en una boba aplicación de citas de la universidad. Porque si, de eso se trataba el revolucionario proyecto en el que trabaja Phichit: una aplicación que prometía encontrar tu media naranja en tu misma casa de estudios, sin moverte de tu escritorio, o donde sea que tengas la suerte de estar sentado o en posición decúbito supino.
¡En que minuto se le ocurrió pensar que esto resultaría para un joven virgen, nerd y gordo! Disponiase a escribirle un WhatsApp a su amigo, comunicándole el fracaso de su dichosa aplicación, pero se detuvo a pensar. "si le digo eso, fijo que me envía un meme que diga: tal vez no funciona en cerdos"
Volvió a mirar su perfil en Finder (así se llamaba la cosa que le ocupaba espacio en la escasa memoria de su teléfono) Tenía una foto de él mismo en patines de hielo, en una pose muy artística. Pero procuró recortarla, cosa que solo se vieran los patines en su foto de perfil. Leyó la descripción que acompañaba a la imagen. "Yuuri, 23 años. Amante de la buena mesa y del patinaje sobre el hielo. Lector voraz de todo lo que contenga letras, no importa el idioma y héroe sin capa de las matemáticas. Creo que lo esencial es invisible a los ojos, por lo que más que buscar caras bellas, busco almas hermosas que quieran compartir conmigo una agradable charla o un delicioso platillo de katsudon."
Que habilidad de Phichit de disfrazar la realidad, no más bastaba leer la descripción que dictó a Yuuri letra por letra, coma por coma. Si de el mismo dependiera, hubiese escrito lo siguiente: "Yuuri, 23 años. Glotón empedernido que solía patinar sobre hielo pero que no lo hace porque engordó y teme partir la pista en dos. Rata de biblioteca sin oficio ni beneficio y nerd absoluto de las matemáticas. Creo que soy tan feo y gordo que no espero que nadie que tenga un sentido de la estética y la belleza se fije en mí. Busco a alguien ciego y sordo que quiera compartir mi miseria conmigo o un miserable plato de lechuga porque estoy a dieta"
Yuuri Katsuki era brutalmente sincero y un implacable juez de sí mismo.
Envuelto en su nube de autocompasión, decepcionado porque ni su amado internet le encontró el amor, no se dio cuenta de la figura que se sentó frente a él. Una bella mujer de 30 años aproximadamente, larga cabellera rubia y preciosos ojos verdes cual gema. Todo ese bello conjunto adornado con una sonrisa que dejaba entrever unos dientes blanquísimos. Y lo estaba mirando a él. Impactado, mira alternativamente el celular y a la mujer. No podía creer la rapidez de Finder.
-Hola, soy Tatiana. Hiroko me dijo que te podía encontrar sentado aquí.
Tatiana… Tatiana. Al fin las neuronas de Yuuri se dignaron a hacer sinapsis. Tatiana, la vecina rusa, que lleva viviendo dos años en la casa aledaña a la suya. Esto no era para nada obra de la aplicación. Es definitivo, va a borrarla de su teléfono. No valió la pena todos los memes que borró para dar espacio al mil veces repudiado Finder.
-Ah! Señora Plisetsky?
- se confunden con eso la primera vez, así que partiré aclarando lo de mi nombre antes de que tú y yo hablemos de negocios.
Así Yuuri tuvo clases gratis acerca de nombres y patronímicos rusos. Aprendió que Plisetsky es la forma masculina del apellido y Plisetskaya, la forma femenina. Nikolaievna quiere decir hija de Nikolai. En resumen, prácticamente termino conociendo la genealogía completa de la mujer.
-Ahora si podemos partir por el principio. Hola, soy Tatiana Nikolaievna Plisetskaya, tu vecina de al lado. Puedes decirme Tanya, nada de señora por favor o si no me retiro y no sabrás que vengo a proponerte, eh.
- ¿qué cosa seño… Tanya?
-Tu mami me contó que eres un as de las matemáticas y que sueles hacer clases particulares a pobres almas que reniegan de Baldor. Vengo a pedir tus servicios para mi Yuratchka, mi pobre bebé está a un pelito de reprobar matemática. No te molestaría si no fuera porque ya no contamos con la ayuda de su novio, quien era el que le enseñaba.
-Bueeeno, no tengo problemas en ayudar a su hija Yuratchka
-Hijo. Es un niño, Yuratchka es el hipocorístico de Yuri en Rusia. ¡Ja! Ahora caigo en cuenta que tú también podrías un Yuratchka. No te preocupes, todos se confunden con esto de los nombres, ya me voy acostumbrando. ¡Pero me alegro de que aceptaras! No sabes lo difícil que ha sido para mí encontrar un maestro adecuado para Yuri, no quiere la ayuda de nadie. Pero entiendo perfectamente por lo que está pasando – bajando la voz, añade – Que esto no salga más allá de nosotros dos ¿entendido? Resulta que mi Yura terminó con su novio Otabek hace ya una semana y ha estado tan deprimido mi pobrecito gatito que no tiene ánimos de estudiar. ¡Fue tan horrible! Mi bebé a gritos terminando la relación con Beka y él marchándose sin mirar atrás. Yo lo vi todo desde el rellano de las escaleras y lloré toda la tarde. Y Yuri también, encerrado en su habitación. Aunque el insiste que estaba sudando por los ojos. Y vine aquí a comprarle sushi (sé que le gusta mucho) y a conseguir un buen sensei de las matemáticas para él.
Y así, después de una detallada descripción de la ruptura de Yuri por parte de la elocuente Tanya, tanto el japonés como la abnegada madre rusa llegaron al acuerdo de que las clases particulares iniciarían este fin de semana y la forma de pago del servicio a prestar.
Tras esa larga charla con la madre de su vecino, Yuuri sacó la siguiente conclusión: "por todos los dioses nuevos y antiguos, ruego encarecidamente que ni Phichit ni la señora Plisteskaya se lleguen a conocer nunca" A toda costa evitaría tal apocalipsis mediático. Con su mejor amigo era más que suficiente, apenas.
Un delicioso baño de tina y a la camita. No hay mejor panorama que ese. "Quizá debí escribir eso en la descripción de mi perfil en Finder" pensaba alegremente un relajado Yuuri. "¡Oh! Eso me recuerda que tengo que borrar esa aplicación del mal, inútil cupido cibernético. Jamás volveré a preferir nada por sobre los memes, es una promesa". Estaba a un dedo de distancia de eliminar para siempre la aplicación cuando súbitamente una salvaje notificación aparece: ¡Vitya te ha flechado! ¡Fléchalo de vuelta!
No puede ser. Alguien de esa cosa esta interesado en él. Phichit le explico que para tener contacto y concertar una cita con una persona que le interese dentro de la aplicación, solo hay que "flecharlo" y posteriormente se habilita la opción de mensajes internos. El japonés era demasiado tímido para flechar a alguien, así que esperó toda esa semana a que algún alguien tomase la iniciativa. ¡Y estaba pasando justo ahora cuando pensaba eliminar al testigo de su falta de sex-appeal!
Tienes un mensaje de Vitya
Vitya
Hola Yuuri! Me llamó mucho la atención tu perfil. ¡No esperaba encontrar un fan del patinaje sobre hielo en mi misma universidad! ¡Qué alivio! Me gusta mucho que no seas una persona superficial, nos parecemos en ese aspecto. ¿Te parece que intercambiemos números de teléfono? Me acomoda más hablar por WhatsApp que por aquí. ¡Esperaré por tu número! Dulces sueños :)
¿Quién era esa tal Vitya? ¿Y porque le hablaba a él?
No podía creer tal suerte. El mero hecho de saber que alguien que no sea de su familia le demostrase interés era algo que superaba su capacidad de raciocinio. Sin poder lidiar ante el mensaje y la revelación de saberse requerido, Katsuki Yuuri, 23 años, comilón compulsivo, friki de lo que sea, gordo por naturaleza, se desmaya desmayadamente.
¡Hola! Esta es mi primera historia así que piedad (okno). Espero que la historia haya sido un buen recurso de procrastinación/distracción para ti lector y ahora puedes volver tranquilamente a hacer tu tarea (solo si quieres jajaja).
Fin del comunicado
PD: Procuraré ser constante en las actualizaciones.
