Nerviosa era la palabra...
A diferencia de cualquier mujer, Kushina no había pasado todo el día escogiendo el atuendo necesario para su cita. Todo lo contrario; había dedicado cada segundo de su tiempo en arreglar su cabello... Era normal para ella traerlo suelto, libre para que el viento jugara con sus rojos mechones.
Sin embargo está vez era diferente. No quería lucir desaliñada, así era como algunas compañeras de trabajo le llamaban, y ella no quería verse así esa noche... Esa noche era especial. La primera vez que saldría en una cita oficial con Minato... De sólo recordar su mirada y sonrisa Kushina temblaba nerviosa.
"Maldito cabello" se recriminaba cada vez que el peinado no le salía como se veía en la modelo. Muchas horas de extenuante labor de estilismo después y unas cuantas lágrimas; quedó lista.
Se apresuró a llegar al restaurante donde habían quedado y lo vio; guapo y galante. Kushina se retocó el labial y miró de nuevo su cabello, parecía haber ganado esa batalla.
--Buenas noches --saludó ella. Minato se levantó y besó con ternura su mejilla.
--Estás muy linda --dijo --sólo hace falta quitar esto --Kushina lo miró extender su mano y tomar la aguja con la que había sostenido el moño en su cabeza. Tiró de ella y el vendaval de cabello rojo cubrió sus hombros. --Así estás perfecta... Nunca vi un cabello más hermoso en mi vida. --diciendo esto la besó con pasión.
Minutos después Minato se disculpó para ir al sanitario. Kushina tomó la aguja y se la dio al mesero.
--Ponla en la basura.
