La tormenta.

Estaban solos en la casa desierta. Fuera hacía frío y llovía. La noche era oscura y tempestuosa.
Ella deseó que él la tomara entre sus brazos, la consolara, la protegiera de la tormenta... Admiró su aspecto fuerte. Él la miró, sin decir nada. De pronto, el deseo se desató. Él corrió hacia el sofá donde ella se encogía, casi tiritaba. Tenía la mente nublada. Fuera, los relámpagos iluminaban brevemente la estancia. Sólo fue un instante de duda, de temor. Sí, lo sabían. Eran conscientes de estar haciendo mal, aquello no tenía que estar ocurriendo, pero... era tan embriagador dejarse llevar, sumergirse en la pasión... Se acariciaban y besaban sin descanso, no había lugar, en esos momentos, para la culpa. Era un amor prohibido, la noche era fría y lluviosa. La pasión finalmente invadía sus cuerpos después de tanto tiempo de enemistad. En aquel momento los dos sabían exactamente que hacer, las palabras sobraban y daban paso a aquel fuego interno que explotaba cada vez que cruzaban las miradas... Pero ellos sabían que no estaba bien.
Sin embargo los dos se sentían felices.

Ella entre sus brazos se sentía segura, protegida y amada y él con solo mírala se sentía feliz, feliz por saber que su prima le ama al y a nadie mas...

-Ai shiteru Neji-nisan.

-Yo tambien Hina-chan