Un martillo. Un martillo es pesado y aparatoso, sin embargo, una espada es grácil, gentil, es cautelosa pero precisa.
¡Oh, si tienes dos y conoces el maravilloso arte de manejarlas!
¿Qué ves en un martillo de duro metal, de acero o hierro?
¿Es, acaso, tan elegante como una espada?
No es así como yo pienso. Es más temible y agresivo arrancarle la vida a tu oponente hundiendo una espada en su pecho.
Preferible a hacer añicos su carne con un martillo.
Incluso una daga es más digna de un Dios que ese instrumento que usas.
Sin embargo, he de decir a tu favor, que aquello que portas es único e irrepetible.
Sólo alguien como tú podría manejarlo.
Al fin y al cabo, tienes en tus manos uno de los mejores elementos de destrucción.
En una lista encabezada por la espada, tu martillo estaría en el tercer puesto.
