Hola a todos!

Quiero decir que este fic se lo dedico a Sheika 360, quien fue el review 400 y 401 en mi fic de GPUS, y como le había dicho... conmemorando los viejos tiempos haría un capítulo más si llegaba a los 400 comentarios XD y ya que se encargo de lograrlo jajaja, aquí estamos de nuevo.

Para quienes crean que este es un fic nuevo, pues quiero informarles que no lo es, este es un capítulo extra de GUARDAESPALDAS POR UNA SEMANA, y a medida que iba haciéndolo me dije... "mi misma... ¿y si mejor haces un fic nuevo?" y chan chan... nació esta estúpida idea XD digo, como que luego de mucho meditarlo pensé que como en el fic de GPUS todos los capítulos se llaman por "días", XD creí que esto como que rompería el equilibrio (de que equilibro estás hablando XD zape para Zilia XD!), la cosa es que será un fic corto extra a GPUS, cronológicamente está ubicado entre la parte donde termina el fic y antes del epilogo, claro está XD, porque lo que viene después del epilogo es la secuela de GPUS.

Aclaraciones: Los personajes de este fic no me pertenecen, sólo hago esto a modo de diversión.

Sin más los dejo con la historia...

UN DÍA DE LOCOS

.-.-.-. La fiesta corre peligro .-.-.-.

Era un día como cualquier otro en las hermosas y pacíficas tierras de Hyrule, un día donde el sol brillaba con fuerza besando el suelo cálido, las llanuras llenas de vida, el roció que bañaba un césped juguetón, donde plantas y animales gozaban de aquellas simples bondades. Sus habitantes, ajenos a aquella magnífica visión seguían sus vidas cotidianas y aburridas como todos los días, inclusive en el castillo nada parecía cambiar... esperen... si había algo "extraño" en el castillo, los sirvientes revoloteaban de allá para acá más agitados que de costumbre, los guardias parecían inusualmente atentos, y el Rey... bueno... seguramente el Rey seguía durmiendo. Pero su hija, la Princesa de Hyrule si estaba despierta, se había levantado más temprano que de costumbre y había salido al jardín buscando algo de paz, y su guardaespaldas... digo... su ahora prometido, quien había estado buscándola, parecía al fin haber dado con ella.

– Buenos días Princesa –saludo un animado muchacho al mismo tiempo que ingresaba por ese portal de rocas firmes y bien apiladas, las mismas que formaban columnas en medio del jardín, y donde el techo parecía ser cubierto por las enredaderas que completaban el conjunto de ese "pequeño" paraíso privado con flores coloridas y aromáticas.

– Hoy despertaste temprano –agregó animada devolviendo ese saludo con una sonrisa encantadora y un tanto juguetona.

Él se sonrojó al verla, no podía evitarlo. El sólo estar en su presencia le ponía los pelos de punta, aún a pesar de que habían pasado ya varios meses desde que había dejado de ser su guardaespaldas para convertirse en su "prometido", aún seguía sintiéndose nervioso al encontrarse a solas con ella.

– El castillo esta algo agitado –agregó rascándose la cabeza, sabía que ese simple hecho lo delataba, pero no podía evitar hacerlo.

– Oh... eso –soltó una suave risita dejando de lado lo que hasta ese momento había mantenido entre sus manos–. Hoy es el cumpleaños de mi padre, ¿no lo sabías?

– ¡¿Qué?!

El nerviosismo fue rápidamente reemplazado por la perplejidad de una noticia que evidentemente no se esperaba.

¡¿Cómo era que no se había enterado de eso?!

El Rey era el padre de su novia, ¡"Mínimo" debería saberlo!

Y entonces fue cuando maldijo su mala costumbre de no prestar la suficiente atención, de no ser lo suficientemente atinado como para haber notado esa "directa" "indirecta" que el mismísimo soberano le había dado hace ya una semana. Agitó su cabeza ligeramente tratando de despabilar para retomar esa conversación. Si es que a eso podía llamarse una "conversación".

Ella volvió a sonreír divertida de su reacción, pero enseguida retomó aquello que había dejado de lado, causando en su compañero aún más extrañeza.

– ¿Link? –Lo llamó al notar que él parecía perdido en alguna parte muy profunda de su mente, pero aún así no le quitaba la vista de encima y eso... eso la hacía sentir un tanto "incómoda".

Pero el joven héroe no respondió, sólo ladeo ligeramente su cabeza clavando su mirada en ese "peculiar" objeto que Zelda mantenía entre sus manos.

– ¿Qué es eso? –Preguntó finalmente sin poder contener esa curiosidad que repentinamente había despertado en él eso a lo que ella le había estado poniendo tanto esmero.

– ¿Esto? –Preguntó al mismo tiempo que alzaba el objeto para mostrárselo.

– ¿Un Octorok? –No podía quedarse callado, no viendo "eso"–. ¿Es un Octorok de peluche?

– ¡Me está quedando genial, ¿no?! –Agregó emocionada al notar que Link había reconocido la figura de pulpo que ella había estado cosiendo–. Mi padre colecciona peluches de monstruos, y yo todos los años le regalo uno hecho por mí.

Iba a preguntar algo... de verdad lo iba a hacer, pero justo cuando empezó articular la primera silaba...

"¡IMPAAAAA!"

Un desgarrador grito acabo de golpe con ese "intento" de comunicación, con esa extraño intercambio de palabras que aún no lo sacaban de su "sorpresa".

Zelda se levantó del banquito de piedra donde hasta ese momento había estado sentada y Link se volteó para observar el castillo que estaba justo detrás de ellos.

– ¿Ese fue el Rey?

– Algo no está bien –declaró tomando la mano del chico para jalarlo en dirección al castillo.

No sabían porque pero no tenía un buen presentimiento de esto.


Más tarde en el cuarto del Rey...

– ¡Se ha perdido! –Chilló con tanta fuerza que inclusive Zelda creyó algo "grave" había pasado.

– Papá... tranquilo –intentó consolarlo dándole pequeños golpecitos en la espalda.

– ¿Daphness, qué fue lo que paso? –Impa tampoco lograba entender que diantres era lo que había alterado al Rey de esa manera.

– Se ha... se ha perdido –murmuró entre sollozos, sorbeteando sus mocos mientras la mujer le extendía un pañuelo para que pudiera sonarse.

– ¿Majestad... qué se le perdió? –Link se atrevió a preguntar, no podía seguir un segundo más con esa intriga, digo... para hacer llorar a un hombre como un verdadero bebé tenía que ser algo MUY importante ¿no?, quizás algo demasiado importante... ¿Y si era algo relacionado con la Trifuerza? ¿O si era algún secreto prohibido del Reino? Después de todo... en Hyrule habían muchos oscuros y peligrosos secretos.

¡Necesitaba escuchar esa respuesta! En verdad lo necesitaba y al parecer no era el único, porque Impa y Zelda también miraban expectantes esperando a que el hombre se dignara a hablar.

– ¡Es horrible! –Chilló de nuevo levantándose del lugar donde hasta ese momento había estado sentado, una banquita acolchada que se encontraba justo a los pies de su cama– ¡Algo realmente terrible!

– ¡¿Ya dilo de una vez?! –Ordenó Zelda, quien se estaba impacientando y comenzaba a golpear el suelo insistentemente con el pequeño tacón de su pie derecho.

Link sonrió nervioso al notar que ella cerraba sus ojos y dejaba escapar un fuerte soplido, como tratando de calmarse. Pero sabía que en el fondo se estaba enojando y... el Rey llorando y Zelda molesta, no eran una buena combinación de ninguna manera.

– Tranquila –le dijo tomando una de sus manos empuñadas tratando de trasmitirle algo de calma.

– ¡Estoy calmada! –Agregó moviendo su brazo con fuerza liberándose del tímido agarre del chico– ¡Ahora me vas a decir que demonios fue lo que te robaron o yo misma voy a...!

– ¡Princesa Zelda! –la voz severa de Impa la hizo guardar silencio de golpe– recuerde que sigue siendo una señorita –aclaró la mujer sonriendo divertida al ver como la chica se sonrojaba, pero luego volvió a clavar su mirada en el padre de ella–. Bueno... querido Daphnness Nohansen Hyrule, si no me dice ahora que es lo que esta pasado, seré yo... la que tenga que tomar manos en el asunto –agregó sonriéndole con un aire un tanto ¿macabro?

Link tembló al ver esa mirada asesina en el rostro de la Sheikah, en verdad Impa siempre había sido muy persuasiva.

– Impa... –sus ojos volvían a cargarse de lágrimas, ni siquiera se había inmutado un poquito con la temeraria actitud de la tutora de Zelda.

En verdad el Rey o era muy idiota o quizás estaba demasiado ensimismado con su problema, como para darse cuenta que la mujer quería matarlo.

– ¿Nohansen? –Insistió alzando una de sus cejas.

– ¡Ha desaparecido mi mini-Ganon! –Gritó y luego se echo a chillar de nuevo.

– ¿Su mini qué...? –Era su idea o había escuchado la palabra "Ganon" seguida del "mini", se metió un dedo en el oído pensando que quizás no estaba oyendo bien y luego volvió a preguntar– ¿Mini Ganon? ¿En serio?

¡¿Qué mierda era "eso"?!

Impa y Zelda habían abierto sus bocas y ahora tenían un pequeño tic en uno de sus ojos. Link al notarlo creyó que realmente el hombre estaba hablando en serio, pero... ¿qué era eso de mini Ganon? ¿Una mascota? ¿Un dulce? ¡¿Qué era?!

– ¡¿Cómo demonios se te ocurre hacer semejaste escándalo por un peluche?! –Gritó Zelda enardecida, un aura oscura parecía rodearla en ese preciso instante.

Y entonces las palabras de su prometida volvieron a él "Mi padre colecciona monstruos de peluche...", ¿En verdad el Rey tenía un peluche de la bestia más brutal y temeraria que había amenazado con destruirlos hace tanto tiempo atrás? ¿Estaba loco o sólo tenía un gusto morboso por hacer de las bestias algo "adorable"?

– ¡Pero ahora mi mini Ganondorf esta solito! –Volvió a chillar sin poder contener sus lágrimas– Miren sus ojitos... esta llorando...

El hombre estaba apuntando un alto closet del cuarto, en donde había toda una colección de afelpada de desagradables pero tiernos peluches de muchas criaturas que él como héroe había tenido que enfrentar.

¿En verdad le estaba hablando enserio? ¿De verdad estaba mirando en este preciso instante un encantar y suave peluchito de ese maldito salvaje Gerudo que casi lo había matado?

– En verdad parece triste –Admitió Link sonriendo nervioso sintiendo como una gotita de sudor frío recorría su cien, ¿de verdad había dicho eso?

– ¿Estas bromeando, verdad? –Zelda casi no podía creer que su futuro esposo estuviera congeniando con la "pena" de su padre.

– No, lo digo en serio –insistió Link caminando hasta el closet para tomar de el ese peluchito de Ganondorf, no sabía porque... pero está vez sentía que el Rey tenía un "punto"– mira... pobrecito... tú papá tiene razón, hasta puedo ver en estos ojitos amarillitos una lagrimita.

– ¡Link, mi yerno querido! –Se abalanzó contra el muchacho para abrazarlo– ¡Tú sí que me entiendes!

–Su majestad... me está...

– ¡Papá lo estas ahogando!

El hombre lo soltó y Link cayó sentado al suelo volviendo a respirar.

– Lo siento Link –Sonrió y tomó el peluche de Ganondorf que Link había dejado caer– Tranquilo Ganny querido... ya encontraré a tu otro yo.

¿Ganny? Ok... creo que de verdad el Rey se volvió loco –pensó Link sacudiendo su cabeza creyendo que parte de esa locura en el Rey también se le estaba "pegando", quizás pasar tanto tiempo en el castillo le estaba afectado o puede que de verdad consideraba que era una forma tierna de conmemorar el oscuro pasado de Hyrule con esos "adorables" peluchitos.

– Bien... ahora que está más calmado me puede decir... –Impa se acomodaba el largo mechón tras su oreja tratando de respirar más pausado– ¿Cómo fue que se perdió el peluche de Ganon? –Sonrió a duras penas, aún con unas extraña expresión en el rostro.

¿En verdad acababa de preguntar una estupidez como esa? ¿De verdad iba a entrar en el tonto jueguito del Rey? ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué no simplemente lo mandaba a la mierda y seguía su día tan normal como siempre? Y por más que tratara de buscar una respuesta no podía, como tampoco podía dejar que el padre de su querida Zelda sufriera, aunque sea por un tonto peluche sin importancia, no quería verlo llorar.

– No lo sé Impa –respondió angustiado, abrazándose al pequeño Ganondorf como consuelo– hoy abrí el armario para saludarlos y... ya no estaba.

– ¿Pero nadie además de su hija y yo entra en este cuarto sin permiso?

– Entonces... ¡Ustedes robaron a mi mini Ganon! –Volvió a chillar.

Zelda le dio un buen zape a su padre para que reaccionara justo antes de agregar...

– ¡¿Para que Impa y yo íbamos a querer un peluche como ese?!

– Pues... no se... era... adorable... gordito y felpudito, tenía dos bonitos cuernos y una nariz de cerdito... y una melenita rojita... y... una colita de león... y...

– ¡Ya entendimos! –Zelda lo interrumpió sintiendo que esta boba conversación no estaba llegando a buen término– el punto es... ¿por qué alguien querría robar ese peluche justo el día de tu cumpleaños?

– ¡Es cierto! Hay alguien en este castillo que hizo esto con un único y diabólico propósito –concluyó Impa llevando una de sus manos a su barbilla– hoy es el cumpleaños del Rey y quien sea que se haya llevado al mini Ganon sabe que esto rompería su corazón –volvió a analizar sintiendo que aún había una pieza que no encajaba en todo esto.

– Quizás es alguien que quiere arruinar la fiesta de cumpleaños del Rey –Agregó Link levantándose mientras se encogía de hombros sintiendo que aquello en verdad era muy lógico.

– ¡Es cierto! –Zelda lo apoyó sintiendo que ahora si tenían un buen comienzo– ¡Es alguien que no quiere que se lleva a cabo la fiesta de cumpleaños de papá!

– Pero eso no ocurrirá –Impa observó al hombre aún abrazando ese peluche de Ganondorf– la fiesta seguirá como estaba planeada, ¿no es así Daphness?

– Impa yo... –sus ojos volvieron a cargarse de lágrimas– ¡No puedo presentarme en público si no encuentro a mi mini Ganon!

– Entonces quien planeo todo esto se saldrá con la suya.

– ¡No lo hará! –Link se adelantó con ese aire heroico que solía envolverlo cuando estaba determinado a conseguir algo– ¡Encontraré el peluche del Rey y salvaré esa fiesta de cumpleaños!

Zelda observó admirada a su prometido, y sin darse cuenta sonrió, al verlo renovó ese sentimiento de admiración que siempre el muchacho había despertado en ella, era... tan valiente... tan... entregado... tan... tan heroico.

Impa suspiró, sintiendo que esta vez y nuevamente dependían de la ayuda del "héroe legendario", esta misión no sería fácil, pero ella no podía dejar al Rey en ese estado a solas.

La pregunta era...

¿Lograrían encontrar ese famoso peluchito a tiempo?

Continuará...

XD Se que dije que no iba a hacer más fic largos, a menos que terminará los que ya tengo pendientes XP, pero... de verdad no quería hacer un capítulo extra mutantemente largo XP he estado tratando de corregir "GUARDAESPALDAS POR UNA SEMANA" y me he percatado que esos capítulos son... monstruosos XD, me he tardado un buen en releerlos y arreglar dedazos, sacar caritas, y agregar una que otra descripción que en el pasado se me fue en collera XD.

Bueno espero que este fic sea del agrado de quien pase a leerlo, la verdad es que sólo es un conjunto de estupideces (si otras más XD) que se me pasan por la cabeza de vez en cuando. Así que espero de verdad que esta vez 9-9 Link y Zelda no tengan tantos problemas (no engañas a nadie Zilia... los harás sufrir... de nuevo los harás sufrir) XD

En verdad espero que este fic sea de tú agrado :D (hablo de la dedicatoria XD) y del agrado de todo quien por curiosidad entre a leerlo.

¡Saludos!