Los personajes son de Meyer la trama es mia.


¿Tú me quieres?

Estaba sentada muy quietecita en mi lugar, esperando para poder salir al recreo. La maestra nos había dicho que si no hacíamos ruido hasta que el timbre sonara, nos daría 5 minutos más de recreo. La mayoría estábamos callados y sin movernos de nuestro lugar, pero en cambio otros…

Ese otro es Edward Cullen, un niño muy lindo, pero también muy presumido. Se creía mucho porque la mayoría de las niñas lo querían y les daban sus galletas cuando él se las pedía, yo jamás en mi vida le daría nada a ese niño. Era todo un bobo.

Pero volviendo a lo de antes, Edward era ese niño que no podía quedarse callado por un momento. De hecho ahora mismo estaba golpeando su lápiz en la mesa, causando mi irritación. Estaba segurísima de que la maestra Ángela nos metería temprano por culpa de ese niño baboso.

Tape mis oídos con mis pequeñas manos tratando de que el sonido no se escuchara más. Podía ser muy lindo pero era una pequeña molestia y lo peor, él gozaba molestándome a mí, a mí de entre todos los niños del salón. Ya lo había acusado con mi mami y la maestra, pero solo decían que lo ignorara, el problema es ¡Como ignorar al niño que vive por llamar mi atención molestándome!

Suspire con fastidio y trate de calmarme, al menos no me estaba tirando bolas de papel o algo así. Edward suele molestarme de esa forma, me tiraba bolsa de papel, rompe mis dibujos, roba mi almuerzo y algunas veces le pega chicle a mis cosas o a mi cabello. Es realmente insoportable.

El timbre sonó, avisándonos el comienzo del receso. La maestra Ángela nos dejó salir y espero a que todos tomáramos nuestro almuerzo para cerrar el salón. Nosotros teníamos todo un patio con mesas y sillas para comer y jugar, las maestras y maestros en cambio pasaban el receso en un lugar llamado cafetería, allí según tenía entendido, comían los adultos. Pocas veces nos dejaban entrar ahí.

Tome mi almuerzo y salí a paso lento del salón, era un poquito torpe y si corría o caminaba muy rápido me caía. Mamá decía que yo era su pequeña patosita, mis tíos y abuelitos decían que era muy tierno el hecho de que no pudiera correr ni un metro sin caerme, a mí me parecía muy tonto. Edward decía que era una niña torpe y tonta, me dolían sus palabras, pero prefería ignorarlo.

Camine a una pequeña mesa solitaria, esta era la más alejada que había en el patio. Me gustaba porque siempre estaba en calma y parecía el único lugar al que Edward no se acercaba a molestarme. Para mi mala suerte la banca estaba muy mojada y había olvidado sacar mi impermeable azul cielo del salón. Me puse algo triste de no poder sentarme en mi lugar favorito.

Camine cabizbaja hacia las otras bancas, estas estaban bajo techo así que no estaban mojadas. Estaba un poco lejos pero aun así pude ver a mi único amigo jugando a la pelota solito. Se llama Jacob y era un chico muy tímido y casi no tenía amigos. Me sentaba en clases con él y a veces comía conmigo, otras veces se juntaba con otros chicos y comía con ellos, no me molestaba en absoluto, él era mi mejor amigo pero aun así él tenía el derecho de comer con quien quisiera.

Estaba a punto de llegar a donde estaba Jackie, como solía llamarlo de cariño, cuando Edward apareció de pronto y tomo mi mano jalándome a la dirección contraria. Eso me molesto un poquito, él no era nadie para jalarme, pero su mano era muy suavecita y cómoda para soltarla. Cuando me di cuenta de que me estaba llevando a la cafetería de maestros, comencé a protestar.

-Edward suéltame- le pedí jalando mi mano.

-No, te llevare a almorzar- dijo decidido.

-Pero yo no quiero ir allí, nos regañaran- le dije obstinada.

-No te pasara nada Belly, lo prometo- me dijo de forma cariñosa, se me hizo raro pero lo deje pasar.

Decidí creerle y dejar mi miedo a un lado, no quería parecer una cobarde. Deje que me guiara y apreté mi bolsita de papel donde tenía mi comida, él tenía la suya en su otra mano. Mire mis pies mientras caminábamos, intentaba no caerme y darle un razón para burlarse de mí.

Cuando llegamos nos plantamos en la entrada, el lugar era como un gran salón de clases, solo que más grande y las puertas siempre estaban abiertas. Allí dentro había muchos maestros comiendo, me dio penita estar ahí parada con Edward a mi lado esperando entrar. Una maestra se nos acercó y nos preguntó de forma amable que era lo que pasaba. Edward fue el que respondió sorprendiéndome mucho.

-¿Pasa algo niños?- pregunto la maestra.

-Sí, mi novia y yo queríamos comer aquí, ¿podemos?- pregunto Edward sonando tímido pero decidido, me puse rojita como un tomatito cuando dijo "mi novia y yo" la maestra nos sonrió de forma dulce.

-Muy bien, entonces pasen- dijo haciéndose a un lado.

-Vamos- me apuro Edward guiándome a una mesa un poco apartada de los maestros, que nos miraban con curiosidad y dulzura. Solo hizo que me pusiera más rojita.

Nos sentamos en una mesa más chica que las demás y sacamos nuestra comida de nuestra bolsita. Yo traía unas quesadillas con mi jugo de uva y unas galletitas con chispas de chocolate. Edward traía un sándwich con jugo de manzana y una gelatina de cereza. Ambos nos pusimos a comer nuestra comida hasta que recordé sus palabras de hace un rato.

-Edward, tu y yo no somos novios- aclare un poco roja.

-Mmm no, no lo somos… ¿Belly, quieres ser mi novia?- pregunto con ojitos tiernos.

-Sí, está bien- dije no muy segura.

Jamás había tenido un novio, pero Edward era lindo. En cuanto respondí él se paro de su lugar y dio un beso en la mejilla, no pude evitar ponerme roja y apartarme, era raro, pero no me sentía diferente, solo un poco rara. Terminamos de comer en silencio y en cuanto toco el timbre, tomo mi mano y me llevo al salón.

Los días pasaron lentamente, Edward comenzó a acompañarme a todas partes y nunca soltaba mi mano, también cargaba mi mochila y me regalaba galletas, él decía que era cosa de novios. No me molestaba, Edward era muy lindo cuando quería y me gustaban sus ojos verdes, eran muy bonitos al igual que su cabello. Él siempre dejaba que dibujara en sus cuadernos y jugaba con mis cabellos, decía que era bonito y suave.

Las otras niñas se dieron cuenta de que Eddy y yo éramos novios, así que se acercaron a nosotros cuando caminábamos de regreso al salón. Eddy sostenía mi mano y jugaba con mis dedos. Íbamos a mitad de camino cuando Tanya, Jessica y Lauren se pararon frente a nosotros tapándonos el paso, me molesto como miraban a MI Eddy.

-¿Ella enserio es tu novia?- pregunto Tanya mirándome mal.

-Sí, Belly es mi novia- respondió Edward.

-Pero ella es tan simple- dijo Jessica.

-Y bajita, además su cabello es feo- le siguió Lauren.

-Es cierto y tú eres muy lindo, ¿Por qué estas con ella?- pregunto Tanya.

Me dolió todo lo que dijeron, así que solté la mano de Edward y me fui al salón solita, Jackie ya estaba sentado en su lugar y me dedico una pequeña sonrisa. Era muy lindo y amable conmigo, sabía que yo le gustaba, así que me había alejado un poco de él, no quería que Edward se enojara conmigo por estar con Jackie, pero ahora me valía cacahuate. Jacob era mi amigo y me sentaría con él.

-¿Estas bien?- me pregunto mi amigo en cuanto me senté a su lado.

-Sí, no te preocupes- le dije con una sonrisa.

Solo pasaron unos pasaron unos minutos antes de que llegara un Edward un poco enojado. Se sentó en la mesa detrás de la mía y azoto sus libros, el ruido me asusto haciéndome saltar en mi lugar. Me miro mal un par de segundos antes de soltar el aire y acomodarse en su silla, cuando me iba a voltear hablo.

-¿Por qué me dejaste con esas niñas?- pregunto enojado.

-Tú estabas hablando con ellas, no quería molestar- dije un poco triste.

-Belly, me dejaste- reprocho.

-yo… lo siento- dije con lágrimas en los ojos.

-Promete que no me dejaras más- me pidió.

-Yo…- no estaba muy segura.

-Promételo- insistió.

-Lo prometo-

-Bien, te quiero Belly- dijo abrazándome, le devolví el abrazo.

-¿Belly?- me llamo.

-Mande-

-¿Tú me quieres?- me pregunto con miedo.

-Si- dije muy segura.

-Dime que me quieres- me pidió mirándome a los ojos.

-Te quiero Eddy- le dije volviéndolo a abrazar.

Se separó un poco de mí y acerco sus labios a los míos. Deposito un besito en mis labios y volvió a abrazarme. Ese había sido mi primer beso, mamá me había dicho que era muy especial y debía ser con la persona adecuada y que quisiera mucho. Yo estaba muy segura de que Edward era mi persona adecuada.

Por eso ahora estaba aquí parada frente al altar, uniendo nuestras vidas. Ya que desde ese momento no pude separarme de él y no pensaba hacerlo nunca.

-Te amo Belly- me dijo regalándome otro de sus dulces besos.

-Te amo Eddy- dije antes de besarlo y sellar así nuestra unión.


Hola! esta pequeña historia no es mia! es la historia de una amiga, karime. Esta fue la historia de su primer novio y todo sigue igual, menos la parte de casarce! tiene 13 igual que yo!

Espero que lo disfruten, es una historia que en mi opinion muy linda! Besos y dejen REVIEWS!