Summary: Alfred F. Jones, no es un país como los otros. Es un país dinámico, alegre y bastante entusiasma, pero hoy no está así. ¿Por qué será? Descúbrelo a continuación.

Advertencia: Este Fan fic no tiene relación con ningún país existente, armada u otra cosa. No está hecho con fines de lucro, sólo sacar a relucir mi retorcida mente. Este manga y anime no me pertenece, ni si quiera la luz con que funciona mi computador, que lo pagan mis papás en las mensualidades de la Universidad.

Dedicado a Xan y a Hikaru

NO TE MUEVAS

Capítulo Único

By Meems Asakura

Alfred F. Jones, no es un país como los otros. Es un país dinámico, alegre y bastante entusiasma, pero hoy no está así. ¿Por qué será?… puede ser que la ausencia de su mentor y profesor de casi toda su vida no se encuentre. Nosotros los lectores no tenemos ni idea, por lo mismo veremos en el interior de su cabeza.

Maldito Arthur, tener que sentirse mal justo cuando hay una fiesta tan grande. ¿A quién molestare?

Bah, Matthew ya no se puede molestar desde su compromiso con Chiel que ni siquiera

se preocupa de su lindo y hermoso hermanito. Iván, Yao y Francis están en ese juego de la botella, pero no puedo jugarlo si no está Arthur, realmente todo se torna aburrido.

- América-san… ¿Por qué no juegas? – Feliciano me miraba con esa estúpida sonrisa que atontaba a todo pueblo alemán y su aliento a pasta me impregnaba.

- Es que no me gusta ese juego – Le digo de manera seca y brusca, casi tanto como Arthur me estuviera poseyendo.

Y ahí vamos otra vez. Arthur… Arthur… ¿Arthur?… ¡Arthur! Rayos, no pensé que dejarlo en el departamento me haría tanta falta.

No debí haber venido… puaj estoy tan molesto porque no está ese estúpido.

Mejor me voy.

- Hermano… ¿Ya te vas? – Matthew vio cuando me pare, quería irme y estaba hasta enojado por eso.

- Si, Arthur está enfermo y no sé que le pasará si no lo cuidan. Nos vemos después – Mi hermano entendió mi preocupación y enojo.

Bueno por lo menos ya era bastante tarde y Arthur no me molestaría por llegar temprano al departamento.

- Está bien cuídate – Al salir de la fiesta sentí como el aire frío se pegaba a mi cuerpo, no había venido con auto y no había traído dinero para la locomoción.

¡Rayos!

Me tendré que ir caminando, nunca había odiado tanto a Arthur.

Camine por media hora y las luces de mi edificio me sonreía, la luz de nuestro departamento estaba levemente encendida; tal vez la televisión, el computador o la lámpara.

Mi corbata estaba totalmente aflojada de mi cuello y todo mi pelo estaba desarreglado. Lo único común en mí, era ese mechón tan característico que a Arthur le encanta, eso me recordó que una buena idea que se cruzaba por mi mente en la mañana la podía realizar ahora.

La llave como siempre calzo, me saque el saco y terminé por sacar mi corbata y me dirigí a nuestra habitación.

Al llegar me encontré con un inglés totalmente desnudo tocando su miembro con mucha urgencia.

Una sonrisa lasciva se cruzo por mi mente y me acerque silenciosamente a Arthur.

Su boca entreabierta me ayudo para adentrar mi lengua en el momento en que lo besé, realmente era deliciosa su boca.

Un gemido se escapo por su boca que fue absorbido totalmente por mi lengua.

En el momento que nos separamos ya estaba sin zapatos y encima de ti, mirándote como siempre lo hacía.

- Alfred… no pensé que llegarías tan temprano – Arthur saco la mano de su miembro y me acerco con su mano en mi cintura.

- No te preocupes… te vengo a salvar – Lo bese nuevamente de manera posesiva, mi lengua estaba ansiosa de entrar a tu boca y mis manos inquietantes de sentirte cuerpo y cuerpo.

Con mi ayuda me sacaste la camisa y baje desde tu boca hasta tu abdomen dejando un suave y dulce recorrido de besos.

Mi lengua también participaba y mis dientes rozaban tus partes sensibles.

Me encanta sentir como te retuerces de placer bajo mis caricias.

- Alfreeeed… me encanta eso – Mi mano estaba en tu muslo interior y mi boca tocaba con suaves besos tu miembro, cortos y precisos.

Te hacían retorcer de placer.

- Cuando necesites de esto, avísame. Soy tu héroe – Mi boca estaba cerca de tu oreja, una mordida en tu lóbulo fue suficiente para que un gran sonrojo se posesionara en tus mejillas.

- Ohh… por Dios – Arthur aún estaba a mi merced y comenzaron sus espasmos al sentir como mi lengua y boca hacían caricias que sus gemidos fueran cada vez más fuertes y más excitantes para mí.

- ¿Te gusta eh? – Mi ego y mi placer crecía cada vez más.

- Aaaaalfred – Gritaste en el momento preciso en donde tu esencia llenaba completamente mi boca, eras realmente sabroso.

Te mire…como estabas exhausto, tal vez no seguiría. Ya estabas conmigo y eso era lo importante. Agarre las sábanas y tape nuestros desnudos cuerpos y te abrasé.

El gran Morfeo te dominó y luego fui yo el que cayó ante sus pies. Creo que nunca más saldría si tenía todo un imperio abandonado y necesitado de su héroe.