Capitulo 1.
Dos de enero.
Era temprano en la mañana, como era tradición cada 2 de cada mes, Taichi, Hikari y Mimi, viajaban ha aquella playa para visitarlo, ese lugar que lo vio por ultima vez con vida, ese lugar que fue testigo de la valentía que llevaba dentro de su corazón, ese lugar que lo convirtió en más que un héroe un ángel; hoy se cumpliría un año de lo sucedido, a todos los afecto de distinta manera, Taichi descargaba su tristeza entrenando, lo que en cierta forma le ayudaba ya que era un famoso jugador de futbol, Mimi se esforzaba por sonreír siempre y ayudar a los demás, mientras que la pequeña castaña, fue la mas afectada ya que tenia la misma edad que su primo, solía decir que lo veía en distinto lugares, el reflejo de un espejo, en la calle, en la escuela, después de todo era su compañero de banco… la pequeña castaña ya había cumplido 18 años y no dejaba de pensar en lo que desearía hacer su primo con esa edad, de vez en vez se desvelaba pensando, fantaseando con ello, ya que le resultaba tan irreal e ilógico todo lo ocurrido, sin duda la vida puede cambiar en tan solo unos segundos, segundos que mientras los vives parecen una eternidad, casi una vida entera.
Al llegar al lugar, lo primero que hicieron fue visitar la inscripción con su nombre, era realmente hermosa, era de piedra, tenia ángeles tallado en plata, junto con una foto.
-Kenshin, estamos aquí de nuevo, extrañándote.- el moreno poso su mano sobre la inscripción con el nombre de su primo, mientras rebeldes lagrimas salían sin intensión de detenerse, era un mal día.
-Ken, ¿recuerdas que te dije que traería girasoles?, aquí están, siempre cumplo mis promesas, más cuando son hechas a personas que amo con todo mi corazón.- la chica de ojos color caramelo tomo la mano del moreno y le sonrió.- a él no le gustaría verte así.
-Lo sé, pero no puedo evitarlo, soy un deportista sentimental quien lo diría, la mayoría me ve como una masa de musculo sin cerebro ni sentimientos.- el moreno sonrió aunque al pasar de unos segundos se convierto en una mueca.
-Sabes que no eres eso, a Ken tampoco le gustaría escuchar que te trataras así, sabes cuando le gustaba que rieras.
-No es justo, era demasiado joven, porque no le ocurrió eso a un vil criminal, porque a un chico inocente, el universo no es justo.
-El decidió lanzarse al mar a salvar a ese chico, lo sabes, siempre fue así, ayudaba a los demás sin importar que.
-Pero su estúpido hermano pudo ayudarlo antes que el mar lo arrastrara… ¿y que hizo? Nada, solo abrazo a su novia sin mover un dedo, que clase de persona no ayuda a su hermano, el lo mato, es un asesino.
-No es bueno que sigas llamándolo así, no te hace bien.
-Es lo que creo y lo seguiré diciendo hasta que me muera, maldito cobarde asesino, pero como pecas pagas y créeme que espero que page.
- Ven aquí.- la castaña abrazo al futbolista, acunándolo y meciéndolo intentando de esa forma calmar un poco el dolor que sentía.
Hikari había caminado por aquellas enormes rocas hasta llegar al lugar exacto donde estuvo por ultima vez su primo, se sentó en la más cercana al mar, lo contemplo por unos instantes, tan inmenso, tan tranquilo, tan traicionero y cruel, después de lo sucedido le tenia respeto al mar, al igual que temor, pero ¿Quién no?, sin importar quien sea la persona que el mar arrastra llevándosela con él, el solo ver algo así te hace ver aquella masa azul desde otra perspectiva, en el caso de la castaña de cabello largo había sido una persona querida, una persona amada, sentía que el mar le había robado una parte de su ser, se sentía incompleta, rota, esa era la mejor forma de describir lo que sentía, aun así ella siempre sonreía pues su primo le había enseñado eso, sonreír y nunca rendirse ante un sueño 'El único limite es el cielo', era lo que siempre escuchaba la castaña cuando pretendía darse por vencida ante alguna adversidad.
-¿Qué haces aquí?.- dijo una voz masculina conocida, en su tono de voz se podía sentir el resentimiento y la culpa que lo corroía por dentro.
-Vine a verlo, ¿tu que haces aquí?, ¿vienes a disculparte por lanzarlo a salvar a tu pequeño cuñadito?.- la voz de Hikari sonó fría como el más duro tempano de hielo.
-No fue mi culpa, pequeña imbécil, tu tuviste la culpa, le metiste miles de ideas en mi contra, tu lo mataste incluso antes de que el mar se lo llevara.- el chico tomo a la castaña por el brazo, comenzando a darle empujones.- tu y tu hermano, toda tu familia, se creen mucho por tener más que yo, siempre le hicieron creer a Ken que merecía más de lo que recibía de nuestra parte.
-Solo le ofrecimos amor, palabra que es claro no conoces su significado, todo el tiempo intentaste convertirlo en alguien resentido con el mundo, tu problema es que no lo conseguiste.
-¡Pendeja!, tu deberías ser la que el mar ese llevo hace un año, que sigas viva es un pequeño error del destino déjame arreglarlo.- el chico se acerco más a la castaña y la empujo con todas sus fuerzas haciendo que esta perdiera el equilibrio y callera al mar.
Una vez más la historia se repetía, una joven vida luchaba contra esa enorme masa de agua azul, una joven vida que había sido puesto en riesgo por el mismo chico, alguien que sin duda, no tenia corazón.
Hikari luchaba contra la fuerte corriente que la alejaba más y más de la superficie impidiéndole salir, fue en ese instante cuando estaba apunto de perder el conocimiento cuando vio a su primo junto a ella, la castaña sintió que alguien la tomaba y la ayudaba a llegar a la superficie aprovecho ese instante y grito el nombre de su hermano, quien de inmediato comenzó a escanear el lugar para dar con el paradero de su hermana, tardo pocos segundo para ver el horrible escenario en que se encontraba su hermana menor, no titubeo ni un segundo le pidió a Mimi que llamara a los guarda costas, mientras el se arrojaba al mar para ayudar a su hermana, el moreno estaba decidido, no dejaría que ese maldito mar robara una vez más alguien amado, no tardo mucho en llegar al lugar donde se encontraba instantes atrás su hermana pero ya no estaba, tomo aire, y se sumergió nado unos metros y logro divisarla estaba en contra de una roca, tenia una herida en su cabeza, el corazón del chico se apretó, aun asi siguió nadando tomo rápidamente a su hermana y la saco hasta la superficie, nadado hasta llegar a la orilla, tomo sus piernas y la llevo hasta la arena. El moreno comenzó a darle respiración boca a boca, una y otra vez, se veía desesperado pero era completamente comprensible ante la situación, no pasaron muchos segundos cuando la castaña comenzó a toser y expulsar toda el agua marina que había tragado.
Los guarda costas llegaron al lugar, tanto por tierra como por aire, se decidió que lo mejor era llevar a Hikari a la clínica, no solo por el tiempo que había estado bajo el mar, sino por la herida que tenia en su frente. Durante el viaje en el helicóptero el moreno solo sostenía la mano fría de su hermana, se veía perdido en sus pensamientos, tenia miedo de pensar que Kari se había lanzado al mar con el propósito de quitarse la vida, sabia que de todos era una de las mas afectadas con la muerte de su primo era ella, pero se rehusaba a pensar algo así, pues sabia que ella nunca haría algo de ese tipo, sin mencionar que la pequeña nunca actuaba de forma imprudente sin importar la situación.
Una vez en la clínica, la castaña fue llevada rápidamente a urgencias mientras Mimi y Taichi debían llenar formularios.
-¿Esto es realmente necesario?.- pregunto el castaño casi en un gruñido.
-Si, señor Yagami.- dijo una de las recepcionistas que no dejaba de ver al guapo futbolista.
-Tranquilo, Tai, yo me encargare de llenar todos estos papeles, ve por un café.- la chica de ojos color miel le sonrió.
-Volveré rápido.- el futbolista camino hasta la maquina de café.
-Supongo que el universo por fin ha hecho algo bien, llevarse a la latosa de tu hermana de este mundo, es un bien para toda la humanidad, felicitare cuando vea al chico que la empujo.
-¿Qué quieres decir con que alguien la empujo?, ¿tu lo viste?, Takumi, contéstame.- el moreno tomo fuertemente el brazo del chico que lo veía divertido.
-Siendo sincero, yo mismo la empuje, tenia que darle equilibrio al universo, hace un año se llevo a alguien bueno, este año debía llevarse a alguien malo, tu sabes hay que mantener el balance.- el chico apenas y alcanzo a terminar la frase cuando recibió un puñetazo que lo tiro de inmediato al suelo.
-Kari, siempre se preocupo de Ken, no solo era su primo, era su mejor amigo, paso días sin dormir luego de su accidente… tu sabes muy bien que aquí el único responsable fuiste tu, con tu enorme egoísmo preferiste arriesgar la vida de tu hermano que la tuya, maldito cobarde, si algo le pasa a mi hermana no lo dejare pasar, no hare lo mismo que tu madre.
Un joven medico de cabellos color oro caminaba rápidamente hasta una de las salas de urgencias, solo le habían informado que la paciente estuvo apunto de ahogarse, algo bastante extraño debido a la época del año.
-Doctor Takaishi.- dijo una de las enfermeras.
El rubio contemplo a la paciente unos instantes, no sé veía muy bien, a simple vista se veía que tenia hipotermia y convulsiones, el doctor se acerco a la castaña, tenia fiebre y para empeorar las cosas estaba inconsciente.
-Rápido necesita una dosis de antibióticos y antipiruvicos, luego hay que llevarla a rayos necesito saber que tan grave es el golpe de su cabeza.
-¡Nooo!, por favor dime que es mentira… es mi culpa no debí quedarme dormida… por favor.- la castaña hablaba frases sin sentido mientras las enfermeras se encargaban de administrar lo indicado por el doctor.
-Listo doctor, ¿esperamos un poco antes de llevarla a hacer los exámenes?
-No, hay que llevarla de inmediato.
-Pero, doctor Takaishi…
-He dicho que de inmediato.
Las enfermeras obedecieron la orden tomaron la camilla y procedieron a llevar a Hikari a rayos para realizar los exámenes, el rubio seguía de cerca la camilla de la castaña, se sentía preocupado, de pronto sintió que no podía dejar que nada le ocurriera, lo había decidido no dejaría que nada le ocurriera, no si él podía evitarlo. Los exámenes se hicieron con rapidez debido a la urgencia del caso, al recibir los análisis el rubio respiro un poco más aliviado, ya que la herida solo era superficial, con el cuidado debido no tardaría en curarse. Las enfermeras llevaron a la chica a una de las habitaciones de la clínica.
-¿Doctor Takaishi piensa quedarse?.- pregunto la única enfermera que aun permanecía en la habitación.
-Sí, la vigilare un rato, mi turno ya termino, no te preocupes puedes irte, yo me hare cargo de todo.- la enfermera asintió y salió del lugar.
-Al menos ya te ves un poco mejor.- dijo el rubio para si mismo, sabiendo que por las dosis de medicamentos que había recibido la chica que tenia en frente no despertaría.
-Te devolveré el collar mañana…
-¿Qué collar?.- el rubio miro el cuello de la chica pero no tenia nada, reviso entre sus pertenencias pero no había ningún collar.- tranquila, todo lo peor ya paso, te pondrás bien en un par de días, ya veras.- tomo la mano de Hikari y la sostuvo.
¿Qué haría una chica tan hermosa, sola cerca de una zona rocosa peligrosa?, no tenia sentido para él… ¿el collar que devolvería de quien seria? ¿Su novio?, de seguro es de su novio, es demasiado hermosa para no tener uno.
El rubio soltó la mano de su paciente y se recostó en el sillón que estaba al lado de la cama, por alguna razón no podía quitarle la mirada a aquella chica, le parecía tan frágil y delicada, como si en cualquier momento pudiera quebrarse en mil pedazos.
-Parientes de Hikari Yagami.- dijo una enfermera.
-¡Nosotros! .- exclamo la chica de ojos color caramelo, señalándose a ella y a Taichi.
-La paciente esta estable, ya salió del estado de gravedad, ahora esta en su habitación, aun así no puede recibir visitas hasta mañana, lo más recomendable para ella y para Uds. Es que descansen.
-No, no me moveré de esta clínica a menos que sea llevándome a mi hermana a casa.
-Taichi, cálmate, nadie te esta ordenando irte, es solo un consejo, creo que hoy deberíamos quedarnos por si algo surgiera, pero mañana tu iras a casa, dormirás un rato, te darás un baño y volverás, Hikari te necesita en una pieza.
-Está bien.- contesto sin muchas ganas.
-Así me gusta.- sonrió.- anda sentémonos no podemos permanecer de pie toda la noche.
Las horas pasaron relativamente rápido, sin que lo notaran amaneció, Taichi había seguido la orden de Mimi, estaba en su casa preparándose para tomar un baño, ya había avisado a sus padres, su madre estaba en áfrica en medio de una sesión de fotografía, dudaba que recibiera el mensaje a tiempo, mientras que su padre estaba en el extranjero haciendo de representante de una de las empresas que ayudaba a administrar, por lo que había decidido dar aviso a los amigos de Hikari, pero no había podido contactar a ninguno, bueno casi a ninguno, al único que pudo localizar fue a Kouji, quien de inmediato dijo que iría a la clínica; como cambiaban las cosas cuando Ken estaba vivo, Hikari y Kouji no se soportaban, sus personalidades siempre chocaban, y no se esforzaban en aparentar llevarse bien, pero luego de la muerte de Ken, se unieron, al punto de casi no separarse para nada, eran compañeros de salón y de banco, Hikari esperaba a Kouji mientras este entrenaba con el equipo de básquet, y Kouji esperaba a Hikari cuando estaba con el grupo de danza o estaba trabajando en el periódico escolar. Era como sino pudiesen estar el uno sin el otro, Kouji luego de la muerte de Ken había terminado una relación de 2 años con Zoe, mientras que Hikari rompió con su novio Willis debido a que este tuvo que volver a Estados Unidos.
El tomo un baño que no duro más de 20 minutos, salió se puso su pijama y se tumbo en la cama, dormiría unas horas antes de ir nuevamente a la clínica, antes de cerrar los ojos vio una fotografía en el mueble al lado de su cama, era él y Mimi hacia unos años, cuando eran novios, no pudo evitar pensar que en ese entonces todo en su vida estaba en su lugar, ahora todo era un desastre, él era un desastre, no podía culparse por seguir solo, desde la muerte de su primo no estaba en su mejor situación emocional, de hecho intentaba no demostrar emociones, ya que creía que de esa forma dolería menos, aunque en el fondo el dolor solo era doble, el intentar no sentir nada y el sentir ese dolor que te quita el habla, que ni siquiera te deja liberar sollozos, era un trabajo duro, pero que prefería hacer; aun guardaba una pequeña esperanza de guardar algo de su vieja personalidad y tal vez así poder volver con Mimi, la extrañaba, ella siempre sabia que hacer o decir para tranquilizarlo, para hacerlo sonreír, fue con esos pensamientos que se quedo profundamente dormido después de un día extremadamente duro tanto físicamente como emocionalmente.
Un rebelde rayo de luz se filtro entre las cortinas de la habitación, dirigiéndose directamente a una de las mejillas de la castaña que aun dormía por causa de los medicamentos, lentamente comenzó a mover su mano derecha, la llevo a sus ojos, posándola luego por el resto de su cara, lentamente abrió los ojos, una habitación blanca la rodeaba, ¿ese era el cielo?, no, no podía ser el cielo tenia apariencia de hospital, se sentó lentamente en la cama, sin duda no era cielo y no estaba muerta, se supone que cuando estas muerto no siente dolor.
-Ya despertaste me alegra mucho, ¿como te sientes?.- dijo una voz masculina desconocida para la castaña.
- Me siento… no me siento muy bien, me duele la cabeza, y los labios los tengo secos como si hubiera estado en el desierto.- entre cerro los ojos para ver si asi reconocía al que hasta ese minuto era el receptor de sus palabras.- disculpa, no te recuerdo, ¿Cómo te llamas?
-Mi nombre es Takeru Takaishi soy tu doctor, tranquila no debes reconocerme cuando llegaste aquí estabas inconsciente.- sonrió.- en un par de días estarás bien.
-¿Eres doctor?.- pregunto incrédula, no podía ser doctor, para ser doctor debería tener cuando 25… 26 años, y el lucia mucho menor, como si tuviese 20 años recién cumplidos.
-Sí, soy doctor.- sonrió
-¿No deberías ser mayor?- ladeo la cabeza mientras observaba detenidamente al rubio, era increíblemente guapo, tenia el cabello color oro más bello que sus ojos habían visto jamás, unos ojos brillantes de un azul casi turquesa, una sonrisa tierna, era como un ángel, tal vez después de todo si estaba muerta.- ¡Por Dios!, estoy muerta, tu eres un ángel y yo estoy muerta, no es justo si morí no se supone que no debería sentir dolor.
-No estas muerta, y yo no soy un ángel.- rio.- y sí, soy doctor, tengo 25 años, hace poco llegue a trabajar a esta clínica.
-Lo siento.- la castaña se sonrojo, había hablado demás, ahora quedaría como la paciente loca, genial era lo único que le faltaba.
-¡Ay no!, tienes la cara roja, la fiebre debió volver.- el rubio se acerco a Hikari y puso sus manos sobre su cara, estaba fría, es decir fría para alguien que se suponía tenia fiebre, luego de unos segundos comprendió que no era fiebre lo que la castaña tenia.- Te ruborizaste.- dijo con voz burlona.
-Sí, dije estupideces pensando que estaba muerta y ahora debes pensar que soy la paciente más loca a la que has atendido.- hizo un puchero.
-No creo eso, creo que eres la paciente más dulce a la que me ha tocado atender.
El rubio se quedo viendo a su paciente, se veía mucho más hermosa que el día anterior, el color había vuelto a su rostro, tenia el cabello largo casi a la mitad de su espalda, color castaño chocolate, y sus ojos parecían dos rubís que lo observaban con una mezcla de ternura y vergüenza.
-Sí claro.- rio en forma dificultosa.- ¿es normal que me duela todo el cuerpo?
-Si, estuviste mucho tiempo bajo el agua, tuviste hipotermia, ¿Cómo fue que llegaste al agua, resbalaste?
-No.
-Sino resbalaste como caíste… ¿Tu te lanzaste al agua de un lugar tan peligroso?
-No, me empujaron.- Hikari giro su rostro para asi no ver los ojos del guapo doctor.
-¿Quién?, si alguien te empujo deberías dejar constancia con la policía.- el rubio sin pensarlo dos veces tomo el rostro de la castaña haciendo que esta volviera a verlo.
-Mi primo, Takumi, el me empujo, el quería que muriera para dejar al universo en equilibrio.
-¿En equilibrio?, ¿a que te refieres?
-Ayer hace un año, su hermano, Kenshin murió en el mismo lugar en que yo caí al mar, ayer estaba ahí por su aniversario, y me acerque al lugar rocoso porque deseaba estar más cerca de él, fue cuando Takumi apareció y dijo todo eso, luego me empujo, nunca le agrade, ni yo ni mi familia.
-Traeré lo necesario para que dejes constancia, lo que hizo rebaza todo los estándares de sanidad mental, tu primo tiene un problema y debe ser atendido.
-No, no dejare constancia, eso terminaría de matar a mi tía, si ella cambia de opinión yo presentare una queja hasta entonces no hare nada.
-Sino lo haces tu lo hare yo.
-No puedes, hiciste un juramento esto es confidencial entre tú y yo, no puedes romper eso, estarías faltando a tu juramento.
-¿Cómo es que sabes tanto?.- sonrió.- ¿vez muchas series?
-No, mi padre es abogado.- sonrió.
-¡Auch!, esta bien no insistiré, respetare la confidencialidad medico- paciente, pero prométeme que tendrás más cuidado y que no estarás sola junto con tu primo.
-Lo prometo.
-Dejare pasar a tu amiga, se quedo toda la noche para verte.
Mimi llevaba un buen rato desde que la enferma la había despertado diciéndole que ya había amanecido, no veía la hora de poder ver a Hikari y que esta estuviera consciente, había rezado gran parte de la noche, no quería que nada le pasara, esa chica no solo había sido su cuñada en algún momento de su vida, era su amiga a pesar de la diferencia de edad, aunque entre 18 y 26 no había mucha diferencia de edad, solo 8 años; no pudo evitar recordar cuando abrió la tienda de esencias, Hikari había tomado fotografías de toda la tienda para el sitio web que ella misma había creado, todo para ayudarla, como no iba adorar a esa chica, era como su hermanita menor.
-¡Hikari!.- grito Mimi desde el umbral de la puerta.
-Hola, Mimi.- la castaña sonrió.
-No debes gritar en las clínicas, que no se repita o nos reprenderán a los tres.- dijo el rubio.
-Lo siento.- contesto Mimi y Hikari a una voz.
-Jajaja, tranquilas, al que reprenderán es a mi, no a Uds., las dejare solas, cualquier cosa solo llamen.- ambas chicas asintieron, mientras el rubio dejaba el cuarto.
-¿Cómo estas?, ¿Cómo te sientes?
-No mentiré, no me siento muy bien, me duele todo el cuerpo, pero Takeru dijo que era normal.
-¿Takeru?, desde cuando tuteas a tus mayores.
-El no parece mayor.- se defendió.
-Si pero es mayor.
-Solo tiene 25 años.
-Como sea, no discutiré sobre eso, no es como que sean novios o algo así, Taichi fue a casa para tomar un baño y dormir un poco, pronto volverá, así que no te quedaras sola en ningún instante, tus padres no pueden venir, llegaran en dos semanas, creo que no pudieron adelantar sus viajes.
-Es normal, ellos siempre están muy ocupados.
-Taichi, llamo a tus amigos, Kouji dijo que vendría a verte, no sí hoy o mañana, aunque yo creo que mañana tomando en cuenta que debe estar terminando ese trabajo de biología que tienen.
-Sonso, no debería venir, no estoy mal, es decir no estoy al 100% pero en unos días lo estaré, además debe terminar su parte del trabajo, yo ya hice la mía, venir es pérdida de tiempo.
-Sabes que el no considera que sea una perdida de tiempo, ¿Cuándo se harán novios?
-¿De que hablas?, solo somos amigos.
-Uds. Son más que amigos, he visto como te mira, y créeme los chicos no ven de esa forma a sus amigas.
-Exageras, no quiero hablar de eso.
-Pero… esta bien, pero sabes que igual forma terminaremos hablando de esto.
Ambas chicas hablaron por más de una hora, la castaña mayor decidió no tocar el tema de cómo había ido a parar a la clínica, pues sabia que era muy delicado, por lo que la distrajo con diferentes temas, como que podía sobornar a las enfermeras con fotos autografiadas de Taichi para que le trajeran comida decente, lo que fue aceptado de inmediato por Hikari.
-Chicas lo siento, la hora de visita termino.- anuncio una enfermera.
-¡Argh!, esta bien, luego nos vemos si.- sonrió la castaña de cabello largo y ondulado.
-Sí, dile a Taichi que lo adoro.
-Lo sabe, aun así se lo diré.- rio.
Hikari se quedo sola, en su habitación, sin darse cuenta comenzó a quedarse dormida, fue en ese momento cuando vio una silueta junto a ella, era Kenshi y llevaba su collar, era imposible, de todas las veces que ella lo había visto luego de su muerte, ella siempre lo vio sin el collar, y ahora, ahí estaba colgando de su cuello, ¿pero como si ella nunca alcanzo a entregárselo?
-¿Qué miras?
-Yo… nada, solo recordaba algo.- le sonrió al rubio medico.
-Vengo a chequear como estas, ¿has sentido algún malestar?
-Solo lo que te comente cuando desperté… ¿puedo tutearte?
-Claro, supongo que eso significa que ya no tienes problemas con mi edad.- la miro entrecerrando sus ojos.
-No.-rio.- ¿Esta todo bien?
-Si, estas mejorando rápido, eres una chica muy fuerte.- el rubio miro su reloj.- es la hora de mi descanso.
-¿Te iras?, ¿no puedes comer aquí?, prometo no pedirte ni reclamar por la comida de la clínica.
-Está bien, espera un poco.- el rubio salió, no tardo más de 3 minutos en volver.- Ok, hoy hare esta excepción, solo porque estamos convirtiéndonos en amigos.- sonrió.
-¿Somos amigos?.- lo miro asombrada.- me agrada.- rio.
-Los amigos saben cosas uno del otro, asi que hare algunas preguntas.- la castaña asintió.- tu también puedes preguntarme lo que sea.- ¿Vas en tu ultimo año de escuela, bueno en lo que queda de el?
-Sí, estudio en la secundaria de Odaiba.- vio como la miro el rubio.- que mi hermano sea famoso no significa que vaya a escuelas privadas o algo así, además es una buena escuela.
-Tienes razón, ¿Sabes que quieres estudiar?
-La verdad aun no lo decido, me gusta la fotografía desde que era pequeña, mi madre influyo mucho en eso, ya que es fotógrafa, también me gustaría seguir Derecho, porque entiendo bastantes cosas, además da la posibilidad de ser un superhéroe, y adoro la danza.
-Dos carreras en el ámbito del arte, una en el ámbito humanista, interesante, ¿te gusta algún deporte?
-El básquet, de hecho lo practico, claro que no en la escuela, pero si cuando Kouji me pide que lo ayude a entrenar por algún torneo de la escuela, también se jugar futbol, Taichi me enseño.
-Si Taichi te enseño a jugar futbol debes ser bastante buena.- sonrió.- entonces, ¿juegas básquet por tu novio Kouji?
-Genial, otra persona que cree que es mi novio.- bufo.- Kouji es mi mejor amigo desde bueno desde que Ken no esta, juego básquet porque Ken me enseño, él era el capitán del equipo de la escuela.
-Ya veo, ¿te percataste que con esto de no poder salir de la clínica hasta que te den el alta, perderás clases? ¿No te hace feliz eso?
-No, la verdad no, me agrada la escuela, tengo lindos recuerdo de ahí, del salón en que esta mi curso.- la castaña bajo la mirada.- estoy en el mismo salón que el año anterior, por lo que suelo quedarme luego de clases para verlo, es casi como si pudiera escuchar a Ken.
-¿Eran compañeros de salón?
-Sí, teníamos la misma edad, bueno el era unos meses menor que yo.
-Mmm… es tu turno, pregunta lo que desees.
-¿Cuándo escuchaste que me gustaba el básquet tus ojos brillaron, jugabas cuando estabas en la escuela?
-Sí, pero al entrar a la universidad lo deje, a veces lo extraño, pero no me he animado a jugar nuevamente.
-Tengo una idea, pero, te la diré cuando ya no sea tu paciente.- sonrió.- ¿Por qué elegiste medicina, porque no otra carrera?
-Porque siendo doctor puedo ayudar a las personas, también quiero ser un superhéroe.- rio.
-¿Tienes novia?.- el rubio abrió los ojos como plato.- ¿que?, tu me preguntaste si Kouji era mi novio, estoy haciendo el mismo tipo de preguntas que tu.- el rubio la seguía viendo con una clara expresión de impresión.- esta bien, yo responderé primero, no tengo novio, tenia hace un tiempo pero terminamos, el tuvo que volver a Estados Unidos, su nombre era Willis, tu turno de responder.
-No tengo novia, de hecho hace mucho estoy soltero, no por que mi trabajo robe mucho de mi tiempo, sino porque tengo deseos de encontrar a alguien especial, mi ex se llama Catalina, es doctora también, claro que no trabaja aquí, la conocí en la universidad.
-¿Entonces buscas a tu alma gemela?, muy pocas personas hacen eso, sabias, si todas buscaran a su alma gemela, no habrían tantos divorcios.
-Probablemente tengas razón, ¿tú buscas a tu alma gemela?
-Mmm… no, es decir, es mi alma gemela, el destino se encargara de juntarnos, por eso no la busco, solo estoy atenta.
-Que bueno que llegaste, bello durmiente.- rio.
-Muy graciosa, ¿Hikari ya despertó?
-Sí, quédate tranquilo esta bien, una de las enfermeras me dijo que dentro de dos días podrá irse a casa.
-Genial, ¿pasaste a verla?
-Sí, pídele a la enfermera que quieres verla, ellas harían cualquier cosa por ti.- rio.
-¿Celosa?.- el moreno alzo una ceja.
-Tal vez un poco.- rio.- anda dile a una de las enfermeras que deseas ver a Hikari.
La castaña se quedo viendo como el moreno se acercaba hablar con una de las enfermeras que ni se tomaba la molestia de quitarle la mirada al moreno, sonrió para asi misma después de todo si se ponía un tanto celosa de que otras mujeres se le acercaran, por eso habían terminado, ninguna chica en su sano juicio estaría completamente tranquila teniendo un novio futbolista.
-¡Hey! Rayito de sol, ¿como estas?.- sonrió el moreno al ver a su hermana sentada en la cama.
-Mucho mejor que cuando me sacaste del mar ayer, ¿dormiste bien?.- pregunto mientras le indicaba que se sentara en su cama.
-Algo así, soñé como eran nuestras vidas antes, cuando yo era novio de Mimi, y tu salías a distintas tocatas con Kenshin, Zoe y Kouji, éramos felices en ese entonces no crees, ¿crees que algún día volveremos a ser asi de felices?
-Sí.
-Pero, Kenshin ya no esta, eso hace que todo cambie.
-No necesariamente, él siempre esta con nosotros, solo debes aprender a ver esos pequeños detalles en los que se hace presente.
-¿Aun lo vez?
-Sí, sabes, tiene su collar, el que no pude entregarle ese día.
-¿Cómo así?
-Hace un rato lo vi, llevaba el collar… ¿Cuándo me sacaste del mar, llevaba el collar?
-Pues ahora que lo dices no, creí que lo habías dejado en casa.
-Nunca me quito el collar, sabes lo importante que es para mí.
-Entonces él por fin recupero su collar, me alegra, amaba ese collar.- el moreno tomo a su pequeña hermana y la recostó sobre su pecho.- sí el esta bien nosotros también debemos estarlo, porque él…
-Porque él vive en nuestros corazones.-completo la castaña.
-Takaishi.
-Ichijouji, ¿termino tu turno?
-Sí.- dijo el chico de cabello azul sentándose junto al rubio.- ¿no te vi en tu descanso donde te metiste?
-Estaba con mi paciente.
-¿La chica que casi se ahoga?
-Sí, me pidió que la acompañara, sabes nos estamos haciendo amigos.- sonrió.
-Quítate esa sonrisa del rostro, ella es menor que tu y es tu paciente.
-Lo sé, nada me impide ser amigo de ella.
-No me refiero a eso, tu sonrisa demostraba otra cosa, dime que no te gusta tu paciente por favor.
-No lo había pensado.- el rubio ladeo la cabeza.- es muy hermosa sabes, además es dulce, simpática, pero es mi amiga, sabes que es lo mejor de todo que juega básquet.
-Eso es interesante, ¿tiene más amigos que jueguen básquet?
-Si, nombro a uno, ¿por?
-Vamos, extrañas jugar básquet, y la verdad es que yo también, podríamos juntarnos con los pequeños cuando tengamos tiempo y jugar un poco.
-No son pequeños, tienen 18.
-Sigue habiendo una gran diferencia de edad entre tú y ella.
-Basta, no me gusta, sabes que estoy buscando algo serio.
Como su mejor amigo le podía decir que le gustaba su paciente, es decir hace cuanto la conocía, casi un día, por favor, no tenia sentido, si ella seguía en la escuela, como podría salir con alguien menor, no podía, seria pedofilia, aunque técnicamente no, ya que era mayor de edad, pero aun así… tal vez si fuera mayor, todo seria más fácil, pero que rayos, ¡no!, no puede gustarme un paciente, el rubio se reprendió mentalmente por pensar así.
-Takaishi.-el chico de cabello azul al no recibir respuesta, golpee el brazo de su amigo.- oye, le dirás sobre jugar básquet?
-Sí, no te preocupes.
El tiempo paso rápidamente, entre visitas de Taichi, Mimi y Kouji, la castaña casi no noto se percato del paso de los dos días que le quedaban en el hospital, esta era su ultima noche ahí, al día siguiente seria dada de alta.
La castaña acaba de cerrar su libro, dejándolo en el mueble que había al lado de su cama, se cubrió con las cobijas pues era una noche helada, fue cuando sintió un ruido en la puerta de su cuarto, giro su mirada siguiendo el ruido, pero no había nada, Hikari se levanto rápidamente de la cama y abrió la puerta, pudo ver varias enfermeras caminando por los pasillos, y un chico, Takumi, la veía desde lo lejos casi al lado de la maquina de sodas, sin pensarlo dos veces cerro la puerta, y corrió a su cama, se tapo con las cobijas, no debía temer, se repetía una y otra vez, nada malo pasara, fue así como se quedo dormida.
-Hikari, ¿te falta mucho?
-No, casi estoy lista.
-Genial, eso significa que le falta mucho, te dije que no empacaras tanta ropa para ella, debe tener un debate mental sobre con que saldrá de la clínica.
-¡Hey!, es una chica tiene derecho a escoger que ropa usar
-Listo, ¿Qué tanto hablabas de mí, hermano?.- la castaña entrecerró sus ojos.
No podía enfadarse con sus comentarios, era consciente de que había demorado bastante, al final había optado por unos jeans un tanto desgastados, zapatillas de lona negras, una camiseta blanca que decía 'Take a look' y una chaqueta de cuero verde, no llevaba maquillaje, solo un poco de rímel y algo de labial, su cabello lacio iba suelto.
-Te ves linda.-exclamo Mimi.- esa camiseta es de tu faceta 'chica mala que va tocatas y conciertos de rock'.
-No es una faceta, es un estilo de música, aunque si, con esto voy a los conciertos.-rio.- es cómodo, además después de todo lo que paso todos me quedaran viendo, por lo mismo se los aconsejo.- señalo su camiseta.
-Pobre del que te mire, no quiero ningún chico baboso tras de ti.- el moreno tomo las cosas de su hermana y salió de la habitación.
-Algunas cosas nunca cambian, ¿vamos o quieres quedarte en la clínica más tiempo?
-Adelántate, ya te alcanzo.
Hikari salió de la habitación y detuvo a la enfermera que se hacia más conocía después de su estadía.
-Disculpa, ¿sabes por casualidad donde esta el doctor Takaishi?
-Justo allá.- indico la chica, sonriendo.
-Muchas gracias, ten.- la castaña le dio una fotografía de Taichi autografiada, después de todo le habían servido bastante.
-Doctor Takaishi.- dijo sonriendo.
-Hikari, veo que ya estas lista para irte, espero no volver a encontrarme contigo por los mismo motivos que esta vez.
-Descuida no pasara de nuevo, recuerdas que te dije que cuando dejara de ser tu paciente te diría algo.
-Sí.- ladeo la cabeza y la observo con curiosidad.
-Pues ese día cuando te quedaste a pasar tu descanso conmigo hablamos sobre jugar básquet y había pensando que no deberías dejar algo que realmente te gusta, ¿te gustaría jugar básquet conmigo y Kouji? Puedes invitar a algún amigo, y ya sabes, hacer equipos, tú y tu amigo, yo y mi amigo, la semana siguiente yo y tu amigo, tú y Kouji, y luego nosotros del mismo equipo ¿que dices?
-Iba a proponerte lo mismo, pero estos últimos días han pasado muy rápido y perdí la noción del tiempo, claro que podemos hacer eso, me encantaría, ¿Cómo nos pondremos de acuerdo?
-Dame tu celular.- el rubio solo atino a dárselo, ella lo tomo e inserto su numero a la lista de contactos del rubio, luego busco el numero de él y lo agrego a su celular.- pues este es el mío.-dijo sin más, cuando llegue a casa te agregare a Facebook y de ahí saco tu msn, así se nos hará más fácil comunicarnos.
-¿Lo tenias todo planeado?.-dijo riendo.
-Admite que soy buena haciendo este tipo de planes.-rio.- debo irme o sino mi hermano vendrá a buscarme y me llevara cargando al auto.-rodo los ojos.- supongo que hablamos luego.
-Sí, cuídate.- se despidió con la mano.
-Tu también.
La castaña estaba algo cansada, luego de llevar a Hikari a su casa, le había preparado un pastel de bienvenida, lo que le había quitado bastante tiempo y como si fuera poco, debía ir a ver como iban las cosas en su tienda, sus compañeras ya se habían marchado, mientras ella seguía acomodando unas esencias en su lugar, cuando de pronto sintió que la puerta de la tienda se abría rápidamente y se cerro dando un portazo.
-Escóndeme por favor.- dijo un rubio de cabello un tanto largo, que poseía unos hermosos ojos azules.
-¿Disculpa?.-pregunto confundida.
-Fans, me persiguen escóndeme por favor.- la voz del rubio sonaba histérica.
-Claro, pasa a la parte trasera.- la castaña le enseño el lugar, luego salió y vio como 6 chicas alborotadas gritaban por un chico, las chica escanearon la calle y al no divisarlo se fueron.- ya puedes salir, se fueron.
-Gracias, en serio.- sonrió.- mi nombre es Yamato Ishida.
-Mimi Tachikawa, ¿tu eres el que hace música a diferentes películas no es así?
-Sí.
-Me agrada tu música.- sonrió.- aunque no te perseguiría por las calles por ello.-rio.
-Créeme que te lo agradezco.- rio.- siento interrumpirte.
-Tranquilo, ya estaba por cerrar.
-Te invito un café, tengo que agradecer que me salvaras de esas chicas locas.
-Está bien, solo porque tu perfil no calza con el de un asesino en serie.
El rubio y la castaña caminaron hasta llegar a un pequeño café, ambos entraron.
-¿Que café quieres?-pregunto el rubio.
-Latte.- sonrió.- ¿y tú?
-Capuchino.- el rubio llamo a uno de los meseros y pidió ambos cafés.
-¿Siempre te ocurre eso?
-Siempre que hay fans cerca.-rio.- pero es la primera vez que alguien me ayuda a escapar, digo mi hermano cuando esta cerca suele ayudarme, pero una desconocida nunca.
-Debes admitir que es extraño entrar a estas horas a una tienda y pedir que te escondas, por un segundo creí que estabas loco.-rio al ver el rostro del rubio.
-De acuerdo, si es extraño, que puedo decir mi vida es extraña.
-Estamos de acuerdo.-rio.
-Gracias de nuevo.
-No hay de que, si alguien me siguiera también me gustaría que alguien me ayudara, por eso lo hice.
-Lo tendré en mente, tal vez me sirva para mi próxima canción.
-¿Contaras como corrías por las calles de tus fans? O ¿Qué una hay hacer por los demás lo que te gustaría que hicieran por ti?
-Lo segundo.- sonrió.- aunque no estaría mal hacer ambas.-rio.
El rubio y la castaña siguieron hablando por un largo rato, resulto que tenían cosas en común, como libros favoritos, películas, nada del otro mundo, pero que al menos les daba un tema de conversación, sin mencionar la química que tenían cuando estaban juntos.
-Debo irme, es tarde.- dijo la castaña.
-Yo también debo irme, supongo que uno de estos días pasare por tu tienda, para ver que productos vendes, y para tomar otro café luego.
-Claro, seria genial, nos vemos entonces.
-Nos vemos.
Sin duda esa no seria la ultima vez que se verían, la vida tiene extraños caminos para unir a dos personas, sin importar lo diferentes que en el exterior pueden ser, sin importar la edad o la cantidad de kilómetros que los distancien, el destino siempre se encarga de juntarlos.
Era su primer día de clases después del accidente, había sido normal, sus amigos toda la mañana preguntándole si se sentía bien, pues no querían que cayera desmayada o algo parecido, el tiempo transcurrió relativamente rápido, recibió felicitaciones por parte de su maestro de biología, ya que a pesar de todo, había presentado su trabajo a tiempo, después de eso, entrego unas fotografías al periódico escolar y se dirigió al gimnasio ya que tenia ensayo con el grupo de danza.
-¡Kari!
-Kouji, ¿que haces aquí?, creí que irías a la biblioteca.
-El gimnasio esta cerrado, eso venia a decirte, estará listo en dos semanas, por lo que suspendieron todas las actividades que utilizan el gimnasio.
-¡Rayos!, ¿no podemos ocupar el gimnasio del equipo de futbol?
-No, ya que ellos lo comparten con las porristas.
-Genial, ¿Por qué no me dijiste antes?
-Lo olvide, anda sonríe, tenemos la tarde libre, ¿Qué tal si vamos por un café?
-Suena como una idea genial, oye en la hora de almuerzo no me dijiste, ¿aceptas jugar con Takeru y su amigo? Seria genial, el es muy bueno, fue capitán cuando estaba en la escuela, además te serviría como entrenamiento.
-Si, claro que acepto, ¿Desde cuando eres amiga de tu doctor?
-Desde que desperté y lo confundí con un ángel.-la castaña rio de vergüenza por recordarlo.
-¿Eso significa que te gustan los chicos rubios?
-Claro que no, no tengo un prototipo de chico, que Willis allá sido rubio es solo no sé coincidencia, creo que igual me hubiese gustado si hubiera sido trigueño o moreno.
-Me alegra escuchar eso, porque, a veces tienes a la persona ideal más cerca de lo que piensas.
-¿De que hablas?
-Lo que dije.- el pelinegro sostuvo su mano haciendo que Hikari se detuviera.- tu me gustas, Kari, pasamos todo el tiempo juntos, tenemos mucho en común, como es que no lo ves.
-Yo… yo no sé que decir, vamos hace un año apenas y nos soportábamos, no crees que es un tanto extraño que me digas esto.
-No, es lo que siento, yo termine con Zoe por esto, espere el tiempo que creí necesario, respete tu ruptura con Willis, pero ya ha pasado tiempo, creo que deberíamos darnos una oportunidad.- el pelinegro acerco su rostro al de Hikari, sus labios cada vez estaban más cercanos a los de la castaña justo cuando el pelinegro creyó que probaría esos labios que se veían tan apetitosos a su vista, Hikari volteo la cabeza.
-Lo siento, creo que lo mejor es que hablemos de esto mañana, ahora debo procesar todo lo que me dijiste.
-¿Qué es lo que se te hace tan difícil?
-Rompiste con una de mis amigas por mi, Zoe estaba enamorada de ti, Dios, si se entera que esa fue la razón no me volverá hablar.
-Ella esta con Takuya ahora, no tiene motivos para enfadarse contigo.
-Hablemos mañana, sí, necesito pensar.
-Hikari.
-Mañana, Kouji.
Hikari camino por un largo tiempo, sin percatarse llego a una cancha de básquet que quedaba relativamente cerca de su casa, se sentó en una de las gradas y miro al vacio, simplemente no daba crédito a lo ocurrido, ¿Le gustaba Kouji?, ¿en que minuto había pasado eso?, porque las cosas se ponían así, si no hacia razonar a Kouji que estaba confundido su amistad se haría trizas y eso era lo ultimo que quería, lo necesitaba a su lado, el era su pilar, sin el caería destrozada, su debate mental aun no terminaba cuando de pronto fue sacada de él por una voz conocida.
-Hikari, ¿Qué haces aquí?
-Takeru… yo vivo cerca de aquí.- señalo su villa con la vista.- ¿tu que haces aquí?
-Vivo en los departamentos cerca de esta cancha.
-¿Bromeas?, ¿Cómo es que si vivimos tan cerca nunca te había visto?
-Mis turnos son bastante extraños a veces, además yo podría decir lo mismo.- rio.- ¿coincidencia no crees?
-No, las coincidencias no existen, solo el destino.
-Eso suena bonito y profundo.-rio.
-Lo digo en serio tonto.- rio.
-¿Por qué tienes esa cara?, ¿tienes problemas?
-Sí, algo así.- bajo la mirada.
-Entonces déjame, hacerte olvidar esos problemas, no quiero verte triste.- el rubio tomo su mano.- ven.
Esta historia es mitad real mitad ficción, en si el evento que rodea a la historia en parte es verdadero, va dedicada a mi primo, mi superhéroe favorito, el ángel al que tuve el privilegio de ver, obviamente cambie algunas cosas, por si alguien por conocido por ahí lo lee, espero que les guste, la historia va dedicada no solo a mi primo, sino a todas las personas que perdieron a alguien especial, ya sea un amigo u familiar.
Pd1: millones de besos y abrazos a mi sis, Desy-o, por darse el trabajo de subir las historias por mí, simplemente la página me detesta xD!
Pd2: espero que a todos les guste, dejen reviews (:
Pd3: Spoiler: tengo otra historia en mente, es diferente a las dos que estoy escribiendo, así que si les gusta como escribo, estén atentos :B.
¡Xoxo!
