Los personajes son de Mizuky e Iragashi.
¿Porque me siento tan sola?
Escocia.
Candy una gran doctora en químicos de farmacéuticos, también se dedicaba a la rehabilitación de drogadicción. En su habitación recordaba su llegada.
Ella llegó a Escocia, fue recibida por Albert, Archie y la tía Elroy.
Después de un largo viaje, muy pesado para la dulce Candy. Ya a sus siete meses de embarazo, su vientre muy grande, cargaba a sus dos grandes tesoros, se veía muy hermosa la Villa Andrew.
Era tiempo de enfrentar todo lo pasado, cuando salió del automóvil, con la ayuda de George. Ella vestía un hermoso vestido de maternidad en tono azul cielo, su pelo recogido con peinetas en forma de rosas.
Albert se acercó, y dándole un gran abrazo y beso, – ¿Cómo estás, qué tal el viaje? – se veía más hermosa que la última vez que la vio.
–¡Muy bien! pero me siento cansada – tocándose su cintura.
La tía abuela dijo – Albert déjala. ¡Estás muy hermosa!¡mírate! como es posible que viajarás en este estado, mis nietos podrían haber nacido en América, pero como siempre tú, tan testaruda.
– Tía, son sus nietos y quería qué nacieran en el país de su papá.
Archie – ¡Te ves hermosa!- la abrazo, – ¡te extrañe!
– Pasemos al salón - como siempre, la tía tenía todo listo. Candy se colgó del brazo de Archie, Albert con su tía.
Ya en el salón entró Dorothy, Candy se paró y la abrazó – ¡Hola!¿Cómo estás?
– Bien y tú, Candy, mirando como se veía.
– Mírame ya casi giró como pelota, todos rieron.
– Hija ve a descansar para que bajes a cenar.
– Si tía, ¡cuándo llegan las muchachas!
– En cinco semanas, no pudieron arreglar sus cosas antes, quieren estar cuándo nazcan los bebés - dijo Archie.
Se retiró, Albert la acompañó a su habitación.
– Esperó que te guste, mi habitación es la que está a lado, por lo que se te ofrezca.
– Gracias todo está bonito.
– Te dejó, él mirando su vientre – puedo - ella aceptó, el se puso de rodillas, y acariciando el vientre de Candy decía, –¡Mis pequeños los amó tanto! qué a partir de ahora no los voy a dejar. Gracias Candy es el regalo más hermoso qué me has dado. La abrazó con lágrimas en los ojos, le dio un beso. Él salió.
Cuándo ella quedó sola. –¡Dios mío!¿Qué estoy asiendo? - Se cambió y se acostó a descansar se quedó profundamente dormida.
Tocaron la puerta y no contestó, abrió la puerta Dorothy con cuidado la despertó. – Candy, Candy, despierta, ya es hora de la cena.
–No quiero mmm. Abriendo los ojos se incorporó, diles que estoy muy cansada y que no voy a bajar.
– Estás segura, te traigo tu cena.
– No gracias, no tengo apetito, - acomodándose de nuevo.
– Bueno hasta mañana que descanses, Dorothy se retiró.
Candy se puso su pijama, un diminuto shorts con un top, acomodándose a dormir, sin taparse, en eso tocaron la puerta. – Si - ya no quiso ponerse de pie en realidad estaba muy cansada, y sobre todo muy agotada.
– Puedo pasar - y entró, ella en la cama de lado casi desnuda su vientre descubierto.
– Me dijo Dorothy que no quieres comer nada, la observaba se veía tan bella.
– Siéntate - él iba por una silla, – aquí - el se sentó en la cama, ella tomó su mano y la puso en su vientre, – Sientes cómo se mueven, habla con ellos son muy inquietos.
– ¿Mis bebés que quieren? se están moviendo mucho, no te lastiman – era una sensación que nunca se había imaginado en su vida.
– No, es normal, cuándo me voy a dormir, creó que ellos, no quieren - él seguía acariciando a sus bebés – y no me dejan - en eso ya no se movieron.
–¿Pero cómo? que no vas a cenar, tienes que comer algo, ya te van a traer fruta.
– Estoy muy cansada no he dormido, no dejan de moverse - en eso llegó su fruta.
– Te doy - tomó la cuchara y le dió en la boca, ella se sintió rara, porque siempre estaba sola.– ya los bebés no se mueven.
–Si, esperó dormir está noche, gracias Albert.
– ¡Hasta mañana mi pequeña! - dándole un beso en la mejilla y uno a sus hijos.
Cuál fue la sorpresa de Candy, que sus hermosos bebés se movían más.– ¡mis niños! ¿Que quieren? estoy muy cansada y muy débil, vamos por un vaso de leche tibia.
Estaba bajando las escaleras, cuándo se encontró con la tía – ¡Hija qué sucede!.
– Nada tía es que estos niños no dejan de moverse y voy por un vaso de leche tibia.
– Porque no lo pediste para que te lo llevarán, sabes algo eso mismo pasaba Ross, cuándo no estaba su esposo, ellos quieren a su papá, dile a Albert que duerma contigo, para que descanses, te ves muy cansada.
– Gracias tía, le voy a decir, ¡hasta mañana!
Fue a la cocina por su leche, llegando a su habitación, pasó de largo y tocó en la de Albert. – Adelante - él solo tenía el pantalón del pijama.
– Puedo pedirte un favor - él se acercó a ella tan rápido como pudo, él se veía muy bien, sin playera.
– ¡Estás bien! tocando el vientre de su bella princesa.
– Si, bueno no, es que tu tía me dijo que, para que los niños dejen de moverse duermas conmigo - su cara se sonrojó como un tómate.
Continuará.
--oooxxoxo
Muchas gracias por su apoyo a todas, eso de escribir es un reto, espero que sea de su agrado.
Gracias a Yuleni Paredes, Tuty pineapple, por sus concejos.
