Espero no me odien por esto, me dieron ganas de escribir algo oscuro
Sin muertes, lo prometo! :)


Trauma

It's ok. You are safe now.

Capitulo 1: El suceso

Alfred desvió los ojos de la calle un segundo para darle una pequeña mirada preocupada a su celular cuya pantalla no dejaba de brillar con las constantes llamadas y mensajes entrante, mientras en el asiento de pasajeros Matthew procedía a apagar el suyo.

-Están preocupados, Matt.-dijo cuando el canadiense lanzó su celular al asiento trasero del auto sin el menor miramiento.

-Sh-uut up!-fue la respuesta, su voz aún un poco quebrada.

Alfred apretó fuerte el volante cuando desde la periferia de su mirada pudo ver a Matthew taparse los ojos en un intento de detener las lágrimas que iban y volvían.

-Mattie…

-SHUT UP!

-Sólo dime quién fue-…-

-¡Ya basta, Alfred! …Simplemente ya no lo preguntes, please.

El mayor se mordió el labio, pero no dijo nada, el silencio sólo se veía interrumpido por el constante vibrar de su celular.

-…lamento haberte gritado, Al. Se que no es tu culpa.-susurró Matthew luego de un rato sin desviar los ojos de la ventana.

-Lamento haber preguntado.

Más lágrimas.

Alfred todavía no entendía de donde había sacado las fuerzas para controlarse.


-Damn boys! ¡Ninguno atiende el maldito teléfono!-vociferó Arthur al intento fallido número 21.

-Qué pudo haber pasado…-murmuró Francis en la misma situación que él.

Ambos se dieron una mirada, la preocupación presente en sus ojos. Cundo Prusia se les acercó, no les sorprendió ver que él también tenía su celular en mano

-¿Ustedes también lo vieron, verdad?-les preguntó llevándose el celular al oído-mmm, lo ha apagado.

-Sí, pero tampoco podemos comunicarnos con ellos-respondió Francis

-Oh.

-¡Gilbert! ¿Puedes decirme de una vez que sucede?-preguntó Elizabeta cuando por fin encontró al albino

Con un "luego te explico" Gilbert se alejó a buscar información en algún otro lado. Hungría le dio una mirada inquisidora a los otros dos.

-Está preocupado por Canadá-ofreció Francis mientras Arthur seguía refunfuñando a su teléfono-Lo vimos irse llorando, arrastrado por Alfred. Nadie tiene idea que pasó.

-Tú dices que estaba llorando, pero ni eso pudimos confirmar-comentó Arthur sin desviarse de su tarea

-Creo que puedo reconocer a la distancia cuando mon cheri está deprimido.

-Tenía media cara escondida en el brazo de su hermano y la oscuridad de la pista de baile hacía imposible ver claramente la otra mitad.

Francis decidió no responder, sabía que Arthur trataba de negar lo máximo posible porque estaba tan preocupado cómo él.

Elizabeta también decidió callar y no preguntó quién era ese Canadá del que todos estaban hablando.


-Bueno, aquí estamos, bonito hotel-dijo Alfred estacionando a un costado.

-Thanks-fue la monótona respuesta

-Ok, sube a buscar tus cosas y está noche vienes a dormir a mi casa, ¿te parece? Yo esperaré aquí.

Matthew se detuvo en seco. Se giró a mirarlo sorprendido pero pronto volvió a su mirada inexpresiva.

-Quiero estar sólo, Al.

-No, no lo quieres.

-Sí lo quiero, Al

Matthew cerró los ojos fuertemente sorprendiendo a su hermano.

Vamos, tú lo quieres también niño, dijo una voz en su cabeza

-Shu-shut up!-murmuró entre dientes

-¿Mattie, estás bien?

-Uh, lo siento, lo siento. Gracias por traerme hasta aquí, Al.

Matthew abrió la puerta y llegó a poner un pie en el congelado cemento antes de sentir una mano tomar su muñeca. Alfred pudo ver y sentir como temblaba ante el contacto

-Matt, no me importa si quieres estar sólo o no. No voy a dejarte sólo, así que toma tus cosas y baja, o dentro de media hora iré por ti.

Matthew lo miró un momento y luego se fue sin decir nada.

Alfred se dedicó a esperar.


-¿Quizás Mathieu tropezó y se lastimó con la suficiente gravedad que Alfred decidió llevarlo al hospital?-murmuró Francis-Mathieu es bastante torpe, debo decirlo, y Alfred siempre suele exagerar

-Sí, sobre todo cuando es algo de su baby brother-aportó Arthur-pero no parecía herido…

-No, más bien parecía…asustado.

Arthur dio un pequeño saltó cuando algo vibró en su mano. Rápidamente miró a la pantalla de su celular y al ver el identificador atendió con ceño fruncido.

-¡Por fin te dignas a hacer presencia, you git! ¡Qué demonios fue esa salida de la fiesta!

-Lo siento, Mattie no quiere que les diga-fue la respuesta de Alfred en el parlante del teléfono

-¿Decirnos qué?

-No puedo hablar ahora, Mattie puede venir en cualquier momento

-¿Le ha sucedido algo a Matthew? ¿Algo grave de lo que deberíamos saber pero él se rehúsa a decirnos por su estúpida de idea de no ser una molestia y de qué no deberíamos preocuparnos por él?

-¡Wow, wow! ¡Haces oraciones demasiado largas! ¡Se supone que está es una conversación encubierta! Y sí, algo así.

-Qué-…-

-Luego te llamo.

Beep, beep, Alfred había colgado.

-¿Que sucedió?-preguntó Francis ansioso

-Al parecer, algo grave-respondió Arthur aún mirando su celular sorprendido.


Alfred miraba por la ventana pensativo, tratando de poner en orden los eventos del día. El reloj marcaba las 2, Matthew ya llevaba 40 minutos bañándose.

Se dio cuenta que estaba abriendo y cerrando los puños metódicamente, era algo que solía hacer cuando trataba de contener su furia.

Se quitó los antojos mientras suspiraba. Sintió unos suaves pasos detrás de él, y pronto Kumajiro estaba escalando al sillón para posarse en sus piernas. Lo miró unos segundos sin pestañear, y luego sentenció.

-Oh, no eres tú al que busco.

-Mattie está tomando un baño.

-¿Quién?

-¿Tu dueño, el que te da de comer?

-Oh, sí. Parecía enfadado cuando apareció en el hotel. ¿Por qué estamos aquí?

-…Cosas…le pasaron a Mattie, y no quiero que esté sólo. Tú, mi pequeño amigo, tienes que ayudarme para que Mattie se ponga mejor lo más pronto posible

-¿Qué cosas le pasaron?

-No tiene importancia que fue lo que pasó

-No puedo ayudarlo sino sé con qué

-Sólo…quédate con él, e intenta ser un poco cariñoso. No te pido que te acuerdes quién es, pero al menos finge que te importa.

-Me importa.

-Genial, eso hace todo más fácil.

-Pero qué le sucedió

-…ni yo estoy muy seguro.

-Oh.

El osezno ya no hizo preguntas, y Alfred dudó de si ya no se habría olvidad de la conversación. Acarició la cabeza del animal y este se acostó en su falda. Escaleras arriba, con la quietud de la casa pudo escuchar que la ducha se apagaba y 10 minutos después Matthew entraba en la habitación.

-Al, has visto a-…-oh, está contigo-murmuró al ver a Kumajiro plácidamente dormido

-Bajó hace un rato, estaba buscándote.

-Oh. Lo siento, lo llevaré a la habitación de huéspedes conmigo.

Alfred se giró y contuvo la respiración. Matthew se veía tan…quebrado.

El cabello mojado, la piel pálida cómo la luna, un pequeño corte en el labio y un hematoma e la mejilla del mismo lado. Quién sabe cuantos más golpes tendría ocultos bajo la ropa, su pijama mangas largas cerrado hasta el último botón. Mirada vidriosa y evasiva, para Alfred no era más que su pequeño hermano asustado allí en su sala. Quería correr y abrazarlo, pero recordaba la forma en que Matthew temblaba ante el mínimo contacto. La furia de antes se removió en su interior pero se mantuvo contenida.

-Mattie, no me molesta. Ni tampoco me molesta que estés tú aquí.

Matthew no dijo nada, pero evitó cruzar sus miradas y tomó al oso de todas formas. Alfred se mordió el labio antes de seguir

-Matt, dime quién-…-

-Al, enserio-lo cortó Matthew aún sin mirarlo a los ojos-No voy a decirte quién, ya no preguntes más.

Alfred dejó caer los hombros, sintiéndose algo desilusionado aún el 5to intento.

-Iré a dormir. Uhm, gracias por tu hospitalidad, Al.

-En el armario hay mantas extras si necesitas, y sabes que puedes llamarme para lo que quieras.

-Sí, gracias.

Era innecesario decir que su habitación estaba contigua a la suya y que ni si quiera tenía que gritar, con que dijera su nombre Alfred aparecería junto a él en un abrir y cerrar de ojos.

-Mañana al mediodía vendrán Arthur y Francis.-le dijo antes que se fuera

Esta vez Matthew se giró y lo miró directo a los ojos. Su respuesta fue automática.

-¿Les dijiste?-preguntó acusadoramente

-Tuve que hacerlo, Matt, lo lamento. Me siento, completamente superado por la situación, y ellos también están preocupados.

Los ojos de Matthew se volvieron de puro y dañino hielo.

-Lamento que te hayas sentido responsable de algún modo, L'Amérique, no era mi intención. Agradezco me hayas recibido en tu casa, pero mañana en la mañana tomaré el primer vuelo a Canadá. Quizás luego deberías llamar a L'Angleterre y a France y cancelar, su ayuda no es necesaria.

Media vuelta y se dispuso a irse.

-No, Mattie, espera, ¡No te enfades!

-Shut up, Alfred.

El canadiense giró hacia las escaleras y desapareció. Alfred se llevó la mano a los ojos.

Maldita noche. Maldita fiesta. Maldito él. Y maldito el infeliz que le hizo eso a su hermano.

Continuará...


O no. No sé, no decidí todavía cuanta importancia darle a esta historia, por ahora no es más que un conjunto de escena que me tenía que sacar de la cabeza, la verdad es que estoy empezando muchos proyectos juntos. Por el momento, habrá una segunda parte, eso es seguro.

Se agradecen reviews :)