Notas de autora: Esto es solo producto de mi imaginación loca;D he comenzando con Kanda porque es tan lindo y tierno, el pobre sufrió mucho D;

Adventencias: Ooc ;D (sorry)

Petalos

by

Zutte-chan

I

"Discípulo"

Rama Asiática:

Había pasado un mes desde aquel horrible incidente, aun recordaba el olor de la sangre inundar su olfato, el sabor metálico recorrer su boca, su visión borrosa, sentía sus arder de las lagrimas que había derramado.

- Yuu, tienes que comer- dijo aquella voz pretendiendo ser amable casi quebradiza de aquella mujer.

El niño miró sin emoción alguna el plato de comida, no necesitaba comer, si se moría de hambre ya podía volver a renacer en unos cuantos segundos. Quería creer que era un sueño, no, una horrible pesadilla y que cuando despertara, Alma, su amigo estaría sonriendole, que el doctor Edgar estaría allí para explicarle como funcionaba el mundo con esa sonrisa apacible, todos estarían allí una vez despertara, una lágrima rodó por su mejilla.

- Lo siento tanto - la mujer se acercó y le envolvió en un abrazo protector.

- No hay nada que lamentar- dijo tratando de mantener su tono firme aunque era poco audible casi como un murmullo, no tenía fuerzas para siquiera quejarse.

- Doctora Epstein, por favor se le solicita en su oficina, hay documentos que llenar - llegó de imprevisto algún trabajador de la rama.

La mujer se fue dejando al pelinegro con su soledad, se recostó en el suelo como esperando morirse, hasta que oyó de nuevo el sonido chirriante de la puerta abrirse, levantó su mirada cansada, no era aquella mujer, trató de enfocarse la vista reconociendo su cabello rubio y su bata blanca, esa persona era:

- Doctor... Edgar?- dijo casi sorprendido.

El hombre caminó con paso firme y se puso a la altura del pequeño que se había recostado en la pared.

- No, el era mi padre. Yo soy Bak, Bak Chang ¿Cómo estas Yuu? - sonrió.

- ¿Tu eres su hijo? - el hombre asintió, recordó en ese momento cuando aquel hombre le había hablado acerca de como nacían las personas, de como se querían. - ¿Tú también vienes a pedir perdón o estás enojado? - dijo desviando la mirada a un punto cualquiera.

- No - eso llamó su atención - ¿Por qué piensas que vengo a eso? -

- Todos los que entran a esta habitación lo único que hacen es disculparse y pedir perdón -

- Je je, tranquilo no vengo a eso ¿Sabes? los Humanos somos egoístas, tal vez solo quieren tener un poco de paz mental, pero en realidad deberíamos ser fuertes y cargar con aquello que llevamos, ser capaces de llevar nuestros propios problemas sin tener que echarlos en el hombro de nadie más, pero somos débiles... pero está bien todo esto es consecuencia de nuestros propios errores. Te lastimamos a ti y a Alma, Sé que podría pedirte perdón todo la vida pero tu nunca nos vas a perdonar y está bien, eso no es algo que se olvide fácilmente pero solo quiero que camines y que busques un propósito para vivir, que no te quedes en esa oscuridad -

- Sé nota que eres su hijo, hablas como él, era una buena persona - su voz se quebró, sintió la horrible culpa de no haber sido mas fuerte, de no haber llegado a tiempo para detener a Alma.

- Si, sabes Yuu, mi padre dejó algo para ti, dijo que algún día ibas a necesitar un nombre completo por eso siempre estaba pensando en el más adecuado para ti - sacó un pedazo de papel y se lo entregó.

"Yuu Kanda"

De entre tantos tachones y borrones era el único que quedaba.

- ¿Kanda? -

- Si, y pensándolo bien va muy bien contigo, jeje - le revolvió sus cabellos - Una cosa más hay una persona que quiero que conozcas - sonrió haciendo una seña con la mano para indicarle a aquella persona que ya podía entrar.

Lo primero que pasó por su cabeza fue:

"Es un viejo"

Tenía un rostro apacible y comprensivo, se acercó al pequeño sonriéndole.

- El es el general Froi Tiedoll - el hombre le revolvió los cabellos cariñosamente, aquello se sintió muy diferente a todos los contactos que había tenido, era cálido.

- ¿ Te llamas Yuu? - el niño asintió.

Bak se levantó dejándolos a solas para que hablaran.

- ¿Dime Yuu cuantos años tienes? - preguntó viendo la cara pensativa del chiquillo. Para el pelinegro esa pregunta fue extraña, si no mal recordaba le habían dicho que tenía nueve.

- Nueve - respondió a secas.

- Dime Yuu~ ¿no te gustaría viajar conmigo? -

Al pequeño pelinegro le palpitó una vena, aquel tono para su nombre era horrible.

- Yo no le he dado permiso para que me llame por mi nombre, soy Kanda, y por qué querría viajar con un vejete como usted? - dijo con voz venenosa.

- Jeje, lo siento Yuu~ es que prefiero llamarte así. Pues puede que sea viejo pero estoy lleno de experiencia y vitalidad y quiero que vengas conmigo y veas más allá de estas cuatro paredes? -

- No quiero, quiero quedarme aquí y no me llame así! -

- Pero no aburres aquí. ¿No hay algo que desees que esté allá afuera? -

- ¿Que podría haber allá que valga la pena para salir? - enterró la cabeza entre sus piernas.

- Por ejemplo hay un cielo muy azul, hay mucha gente maravillosa y paisajes hermosos. Yo soy pintor - se aproximó a agarrar su block captando la curiosidad del chico, le mostró la pintura de un valle que había visitado recientemente - A mi me gusta viajar para conocer lugares como este - Kanda sintió como sus ojos comenzaron a aguarse, aquella era una pintura, pero podía ver lo inmenso de aquel cielo, justo como aquel día.

Si el saliera al exterior, ¿ Por qué lo haría?

"Te estare esperando"

"Te quiero"

"Hasta que seamos viejos"

- Iré con usted, pero no por lo que usted cree, ya me estaba aburriendo de estar aquí - dijo ladeando el rostro levemente sonrojado.

- Me alegro Yuu~ -

- Que no me llame así! -

Te encontraré, por eso...

Notas finales:pues eso, espero que les haya gustado, díganme que les pareció, pronto subiré mas ;D