Los personajes que aquí aparecen, son propiedad de Once upon a time.
Es mi primera historia, espero que tengáis tanta ilusión en leerla, como yo al escribirla.
La historia esta ambientada cuando Regina lanza la maldición a StoryBrook.
The Broken Past
CAPITULO 1: LA MALDICIÓN
- Lo siento padre -Dijo la morena, arrancando el corazón del cuerpo del hombre que tenía delante-. Es lo mejor para todos.
Acto seguido lanzó el corazón a la hoguera que tenía al lado, pero éste quedo suspendido en el aire.
- ¿Qué está pasando? Rumpeltinski, ¿es cosa tuya? –Preguntó enojada la morena-.
- Creo que no querida. –Una voz femenina salió de la nada. La morena miró nerviosa a todos los lados, no sabía quién estaba con ella, pero sabía que era fuerte, podía sentir su magia-. Cuánto tiempo, Regina.
De pronto, apareció una mujer encapuchada, envuelta en una nube verde.
- ¿Quién eres? ¿Quién te manda? -Encaró Regina-.
- Tranquila querida Reina –Dijo con desprecio la misteriosa mujer-, ahora lo averiguarás todo. Hacía mucho que no nos volvíamos a encontrar.
Se acercó a ella alzando la mano para acariciar su cara.
- Has crecido –Regina levantó la mano para evitar que la tocase y dio un paso atrás, pero la encapuchada fue más rápida y, con su mano, agarró la cara de Regina-, pero no lo suficiente – la soltó y continuó andando alrededor de ella–, llevo tanto tiempo observándote desde las sombras, esperando este momento…
- Te presentas ante mí eligiendo el momento más inapropiado, encapuchada, diciendo que me conoces y me observa. No sé quién eres, ni lo que quieres de mí pero, si llevas tantísimo tiempo observándome, deberías saber que no deberías hacerme perder el tiempo con tonterías –su voz se volvió fría-. Di lo que tengas que decir, y después decidiré si te dejo vivir.
- Claro que me dejarás vivir, soy mucho más fuerte que tú, y lo sabes -sonrió-. Lo notas. Notas mi poder y te asusta, ¿verdad? -Se acerco de nuevo a ella y con ambas manos bajo la capucha, que reveló a una joven pelirroja, de piel verde, pero con unos penetrantes y heladores ojos azules-. Mi nombre es Zelena y por lo que veo Cora no te contó nada acerca de mí.
- ¿Qué tiene que ver mi madre en todo esto? Ella está muerta, y no te permito que hables mal de ella –se encaró-. ¿Qué es lo que no me contó acerca de ti, piel de sapo?
- Nuestra madre, querida Regina –dijo la pelirroja con un rastro de ira en los ojos-, soy tu hermana.
- No puede ser –repuso Regina paralizada-, mi madre no tuvo más hijos.
- Parece ser que no era lo suficiente buena para ella –comentó Zelena con un chasqueo de lengua-, pero tú sí.
- No te creo, ¡demuéstralo!
- Vamos hermanita, ya deberías saber que solo alguien de tu misma sangre es capaz de hacer lo que yo hice, parar tu hechizo. Solo hay cuatro personas que podemos hacerlo y tres de ellas no pueden, así que solo quedo yo, querida.
- ¿Cómo que tres personas? –Regina estaba empezando a perder la paciencia-. ¡Te ordeno que me digas quienes son esas tres personas!
- Una de ellas no ha nacido, otra está en otro mundo y la otra entre rejas, de modo que me deja a mi como única opción. De todas formas no importa, ya que dentro de unos minutos no recordarás nada.
- ¿Cómo que no recordaré nada? –preguntó Regina, quien empezó a ponerse rígida.
- Es por eso que te cuento esto. ¿No pensarás que soy tan estúpida como para echar a perder nuestro plan después de tanto esfuerzo? –dijo como algo evidente.
- ¿Vuestro plan? ¿Hay más personas involucradas? –preguntó mientras se aproximaba a ella.
- Claro que sí, hermanita. De hecho, él se está ocupando de Rumple ahora mismo y, bueno, yo quise tener el placer de estar contigo, tú no debiste ser la elegida para lanzar este maldito hechizo. Yo soy mucho más poderosa que tú y seré la que ejecutaré este plan. Realizaré mi propia maldición y tú no podrás hacer nada para impedirlo –sonrió.
- ¿Crees que después de contarme esto voy a dejar que te salgas con la tuya? –dijo moviendo su mano para lanzar a su hermana por los aires, pero no funciono.
- No lo intentes querida, inutilice tu magia. No soy tan estúpida para dejar que arruines todo.
- Lo eres por contármelo –exclamó Regina.
- Eso es algo que entraba en mis planes. Lanzaré un hechizo que borrará tu memoria, para ti esto no habrá pasado, nunca me habrás conocido, y seguirás pensando que es tu maldición la que se levanta sobre el bosque encantado. Nunca recordaras que en realidad yo interferí y que estas siendo parte de mi plan, de mi propia maldición. Te condenaré en ese maldito sitio donde vayas Regina. Por fin demostraré que soy yo la más poderosa –dijo mientras le cogía los pómulos con una mano-. Implantaré recuerdos falsos en todos vosotros. Ninguno recordará la existencia de la hija de Blanca, vivirá sola al igual que lo harás tú, despreciada por todos. Ella nunca os encontrará, y jamás podrá salvaros.
Zelena se acerca satisfecha a la hoguera y vierte sobre ésta un extraño líquido.
- ¡NO! –grita desesperada la Reina.
- Es la hora hermanita. Se feliz en tu maldita y asquerosa nueva vida.
Zelena se acercó a la Reina tocando su cara con la mano, de donde salió un destello verdoso, y desapareció en una nube verde. Acto seguido el tiempo volvió a la normalidad, cayendo así en el fuego el corazón del padre de la Reina. Un humo morado salía de la hoguera impulsándose al cielo, y del centro de la misma comenzó a brotar un humo verde.
- Es la hora Blanca, por fin se cumplirá mi venganza –rio la Reina, ajena a todo lo que acababa de pasar, y desapareciendo en una nube morada.
Al otro extremo del reino, alejada del bosque encantado, apareció una joven pelirroja envuelta en una nube verde. Ésta se acercó a un hombre encapuchado, que veía desde un acantilado como la nube morada y verde se tragaba lo que antes había sido el bosque encantado, menos aquel pequeño trozo que parecía estar cubierto por un escudo.
- Al fin comienza nuestro plan. ¿Te has ocupado de Regina? –dijo una joven voz masculina.
- Sí, me he encargado de que no recuerde nada en su nueva vida. ¿Tú te has encargado de Rumple?
- Si, todo solucionado.
- ¿Estaremos protegidos? –dijo Zelena con algo de temor.
El encapuchado asintió-. Cuando La hija de blanca cumpla 28 años, se romperá la maldición de Regina, pero no la nuestra. Así que seguiremos controlando sus vidas hasta que vengan a por nosotros, y créeme que vendrán.
- ¿Cómo que vendrán? ¿Me quieres decir que conseguirá romper la maldición? –pregunto furiosa-. ¡No, Regina tiene que sufrir!
- Y lo hará, créeme que lo hará.
- ¿Estás seguro de que funcionara? –Zelena mostró temor en sus palabras-. Llevamos demasiado tiempo planeando esto, como para que salga mal.
- Claro que funcionara. Recuerda Zelena –se quitó la capucha dejando ver a un joven rubio con el pelo corto y ojos de un verde profundo- que Peter Pan nunca pierde –concluyo con una sonrisa malévola.
Continuará…
