ALEXANDER...
Severus estaba tranquilo, era una apacible noche de invierno, estaban cerca las vacaciones navideñas, el vería donde las pasaría si en el castillo o en su casa. El maniático asesino había muerto hacía unos meses, el chico Potter lo había vencido al fin. Él por poco muere, si realmente se puede decir que vio las puertas doradas del Paraíso, a San Pedro y a Albus esperándolo, pero algo lo jalo hacia la vida, una alumna metomentodo, si ella, la sabelotodo de Gryffindor, el cerebro del trío dorado, la amiga incondicional de Potter, esa joven lo salvo. ¿porque? Él no lo sabe y ella no se digno en decirle, durante todo el último año se la paso prácticamente esquivándolo, apenas interactuaba en clases y salía corriendo, y encima no era solo Potter quien la seguía, ahora, aparte de los más jóvenes Weasley, también Draco formaba parte del grupo. Minerva los había puesto a los 5 en una torre, solo para ellos, y es que esos 4 muchachos mas la pequeña pelirroja no habían pasado un buen año educativo y debían aprobar sus materias si querían un titulo, pero Draco con los leones, bueno hay que ver. Recordaba entre brumas que la joven lloraba y le pedía que no muriera, que no los deje. Que carajos le importaba a ella, ella lloraba y trataba de salvarlo. Lo logro, lo estabilizo lo suficiente como para que aguantara hasta el final de la batalla, donde Minerva y Poppy terminaron de ayudarlo. La joven Granger estaba exhausta y desarreglada, pero lo seguía vigilando y controlando que no se fuera. Que chica rara, ya en su 6to curso era rara, prácticamente solo iba a las clases, y siempre con Potter, Weasley, incluso creyó ver a Draco acompañarla un día. Fue a partir de ese año, que esa serpiente se unió a los leones, es mas supo luego que eran ellos 4 los que vagabundearon por todo reino unido durante la búsqueda de los pedazos del sádico.
Un grupo de chicos discutiendo se escucho afuera de sus aposentos, esto era el colmo son las 12 de la noche que pasaba ahora...
-¡Que sucede!- dijo enojado abriendo la puerta y encontrando a Potter, a Draco y a la sabelotodo a punto de tocar su puerta y los chicos tratando de impedirlo.
-Sr, disculpe la hora, y el hecho de perturbar su tranquilidad, pero es muy importante Sr, es de vida o muerte – dijo la joven.
-¿qué es tan importante?
-necesito que por favor me devuelva a mí, el mapa que le quito a Harry, debo encontrar a alguien que se extravío, el es muy chiquito y se escapo de la torre, no debería estar fuera de la torre, pero el tarado de Ron dejo la puerta entreabierta y él se fue, y si no lo encontramos, puede que algo malo le pase y yo no me lo perdonaría jamás y usted si supiera tampoco - termino la joven en vos baja
-no entiendo nada, si una mascota se escapa yo no me voy a poner a buscarla con el mapa
-sr no es una mascota es mi...
-Hermione no, recuerda lo que dijo Minerva, el no debe saberlo.
-pero Harry es el único que puede ayudar, el tiene el mapa, por lo menos que me deje verlo, solo un vistazo
-ok, pero solo usted, ustedes regresen a su torre.
-chicos voy a estar bien, lo sé, informen al resto de la cuadrilla que yo me voy a hacer cargo sola a partir de aquí.
-cuando lo encuentres envía un patronus. Hermione, ¿le preparo su leche de la noche?
-Si Harry tenla casi lista, así cuando lo lleve se la doy y se duerme. Gracias amigo.
Severus escuchaba y no entendía nada, ¿leche de la noche?, ¿para que se duerma? Definitivamente estos tenían una mascota bien rara.
-ok Srta. acá esta el pergamino, al que ustedes le dicen mapa, haga su gracia.
-ok, Sr va a ser el primero profesor en contemplar el mapa del merodeador.
-ya me lo suponía, malditos, tenían que ser ellos los creadores.
-yo creo que es muy buena herramienta, si se sabe cómo usarla.
Hermione apunto la varita al pergamino y dijo: - Juro que mis intenciones no son buenas... - aunque esta vez sí lo eran.
Snape vio como el pergamino tomaba forma, Hermione lo agarro y comenzó desesperada a buscar un nombre, el pudo verse a sí mismo y a la chica en su despacho. Increíble artilugio, pero luego escucho que la joven gritaba.
- te encontré picaron, ya vas a ver cuando te agarre- solo pudo ver una palabra y los pequeños pies de un ser humano en el pergamino que Hermione cerro y guardo, Alexander...
