Título: Valkiria

Categoría: Star Trek

Clasificación: M

Géneros: Ciencia ficción. Aventura. Amistad. Drama. Dolor/Confort. Espiritual. Tragedia. Suspenso. Misterio. Bromance. Angustia. Humor. Familia. Romance.

Advertencia: Universo Alternativo. Mujer Jim Kirk. Reboot. Moviverse. Lenguaje vulcaniano. Romance muy lento. No humano Jim Kirk. Spoiler. Mundos paralelos. Razas alienígenas originales. Viajes en el tiempo. Viajes dimensional. Gris Jim. Emparejamientos aún no fijados.

Descargo de responsabilidad: Este Fanfiction no persigue ningún afán lucrativo, todos los derechos de autor de Star Trek son única y exclusivamente propiedad de Eugene Wesley Roddenberry, creador de la franquicia.


Resumen: Spock Prime no fue el único en cruzar la frontera del tiempo-espacio; en otra dimensión, Jim Kirk también lo hizo. Ambas fluctuaciones producirán un choque que cambiará abruptamente los acontecimientos previstos por el destino. El joven Spock no sabrá qué lo golpeó.


PREFACIO

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Spock observó con minuciosidad a la bella joven frente a él. No lo negaría, estaba sumamente sorprendido por los acontecimientos ocurridos en esa línea de tiempo, si no hubiese sido por la repentina fusión de mentes en Delta Vega, nunca se daría por enterado de la verdad detrás de esos hipnóticos ojos. Ojos tan azules, una caja repleta de secretos, tan fijos, tan quietos en él desde una distancia prudente.

El viejo embajador absorbió cada detalle que pudo dentro de su memoria, necesitaría analizarlos puntualmente en un momento posterior.

Vio la comisura de los labios ajenos erizarse en una bonita sonrisa escondida.

—Tienes muchas preguntas —dijo el recién nombrado capitán del Enterprise; los ojos de la joven resplandecieron ansiosos, luciendo más azules de lo habitual, casi de manera antinatural—. Estás interesado por lo que soy y qué hago aquí —inclinó levemente la cabeza hacia un lado. Spock no pudo evitar pensar en la semejanza con algunos halcones de la Tierra.

Hubo un breve momento de silencio hasta que el vulcano negó suavemente con la cabeza.

—Más bien por quién eres —respondió suavemente.

Ella no parpadeó.

—Soy Jane Tiberia Kirk, por supuesto, ¿quién más podría ser? —dijo con júbilo, entretenida por la curiosidad del viejo hombre.

Él asintió.

—No hay duda quien eres —un brillo agradable creció en los oscuros ojos del anciano—, pero no eres la Jane Tiberia Kirk de esta línea de tiempo. Eres una intrusa usurpando un lugar que no te pertenece… —bajó la mirada hacia el piso alfombrado. Las gruesas pestañas del viejo hombre revolotearon como las alas de una mariposa—. También hace preguntarme el por qué estás aquí… tomando una vida que obviamente no es tuya.

Spock levantó la mirada, topándose una vez más con una pared de hielo en los ojos del capitán Kirk, el aliento del vulcano quedó atrapado por aquellos ojos inhumanos. Las emociones se cerraron en el hermoso rostro femenino.

—Las razones por las que estoy aquí no están para ser divulgadas tan casualmente a cualquiera que se atreva a preguntar —explicó tranquilamente la mujer un poco más relajada—: Ahora, sé quién es usted, señor Spock, y déjeme decirle que usted posee una de las mentes más interesantes con las cuales me he topado —hizo un ademán con la mano como si lo que dijera fuese nada más que un vano cumplido—. Tampoco ignoraré este extraño vínculo establecido entre nosotros cuando nuestras mentes se tocaron en Delta Vega —ignoró olímpicamente la tensión en el cuerpo de viejo vulcano—. Sin embargo, tenga siempre en cuenta una cosa, yo soy Jim Kirk, capitán del USS Enterprise.