Todos los personajes, lugares y demás pertenecen a Laura Gallego

I. Hermanas

-En la academia nos enseñan a luchar como verdaderos guerreros, con honor, siempre de frente pero con gran eficacia. También te permite conocer a otros nobles de Idhún, con los que puedo entablar amistad que en un futuro me permitirá hacer alianzas para nuestro reino… ¿Me estás escuchando, Reesa? ¿Reesa?

-¿Qué?- preguntó la niña meneando la cabeza, y encontrándose la no muy contenta cara de su hermana.

-Digo que si me estás escuchando, te estoy hablando de lo que estoy aprendiendo con los caballeros de la Orden, ¿es que no te interesa en lo más mínimo?- preguntó enfadada. No era una persona a la que le gustara ser ignorada.

-Lo siento, es que estaba…

-Sí, mirando a los dragones- Alae salió al balcón donde estaba asomada su hermana. Bajo la luz de los dos soles que aún no se habían puesto, volaban majestuosos dos dragones dorados. El que parecía ser la hembra, permaneció suspendido en un punto fijo, batiendo sus alas sólo para mantenerse en esa posición, mientras el otro daba vueltas a su alrededor.

-¿Por qué el dragón grande no deja volar al otro?- preguntó la niña

-No sé, supongo que será un juego para ellos, como cuando tú persigues al gato de padre.-contestó perezosamente.

Reesa esbozó una sonrisa maliciosa pensando en lo que su hermana pensaba que era un simple juego. Ese gato creía tener suerte por poder dormir en la habitación con padre, pero pronto ella iría a la academia de Nurgon como su hermana, y se acabaría vengando sin temor a ningún arañazo.

Alae contempló la danza de los dragones durante un rato, y cuando giró la cabeza para ver a su hermana se dio cuenta de que ya no estaba allí. La buscó con la mirada y la encontró al fondo de su habitación, intentando abrir su armario.

-Reesa, ¿se puede saber que estás haciendo?

A pesar de la impaciencia que denotaba la voz de su hermana, la pequeña princesa de Shia no se inmutó. Se limitó a decir que quería ver el uniforme nuevo de Alae. Así era ella, ya fuera escuchar la historia de su hermana o contemplar a un par de dragones jugando en el cielo, era demasiado impaciente para realizar la misma actividad durante más de cinco minutos.

-Pensaba que no estabas interesada en la academia- replicó la mayor de las hermanas.

-Hermana, sabes que no hay nada que espere con más ganas que estudiar en Nurgon como tú- dijo con voz inocente.

-Me alegra que sepas apreciar la oportunidad que tienes. No todo el mundo puede estudiar allí. Es cierto que admiten a todo aquel que tiene valía, pero muchas familias necesitan a sus hijos a su lado, para que contribuyan con su trabajo. Es por eso que para nosotros, los príncipes y princesas de los reinos de Idhún, además de una oportunidad es un deber. Allí aprendemos a ser reyes y reinas justos, y fieros guerreros para defender a nuestro pueblo si fuera necesario.

Las palabras de Alea estaban impregnadas de un profundo orgullo, que inluso Reesa pudo percibir.

-Te gusta mucho la academia.-no era una pregunta, sino una afirmación. A sus seis años Reesa acababa de entrar en una fase en la que solía constatar cada hecho del que se daba cuenta, aunque no muchas personas solían estar cerca para escucharla.

-¿Tanto se me nota?- preguntó la joven con una amplia sonrisa.

-Sí-contestó la niña muy seria- por eso quiero ir yo también.

Y no eran falsas sus palabras, pues en los días que su hermana pasaba en el castillo y hablaba de su vida en la Fortaleza, Reesa era un poco más feliz. Probablemente sólo el gato se daba cuenta de que lo perseguía con menos insistencia y no se preocupaba tanto en esconderle la comida. Y nadie más tenía que saber que la razón por al que quería ir a Nurgon no era para aprender a usar una espada, ni demostrarle a nadie lo valiente que era. Simplemente quería compartir con su hermana el mundo del que con tanto entusiasmo hablaba Alae.

FIN

Lilith

Espero que os haya gustado y si es así, podríais dejarme un review :D