El día que me amen

Summary: Por un malentendido pasa a ser la viuda de un rico empresario y por su pequeño bebe decide seguir adelante con la mentira, pero… el dinero no compra el amor, que ocurre con el hermano de su supuesto ex esposo? UA- MxA

Aclaraciones Narrativas:

Narración en 3era persona

-Diálogos-

Pensamientos

'Narración en primera persona por alguno de los personajes'

(Aclaraciones de la autora)

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Notas de autora: Sip… otro fic de RK… y de MxA…soy adicta basta! Jajaja se me vino esta idea a la cabeza y tuve la necesidad de escribirla… de todas maneras esta va a ser una historia breve, posiblemente de unos seis capítulos o algo así. Pensaba hacerla one shot, pero quedaría demasiado larga. Espero que les guste, la idea es bastante divertida, dejen reviews que alimentan a mi ego y me ayudan a escribir mejor! Ah si, para que la historia funcione tuve que modificar algunas cosillas… no me maten por las parejas, ni por los cambios de apellido! Los dejo con el primer capitulo, gracias por leer!

Capitulo I

El anillo de mentiras

El constante gorgojeo de los pájaros fue lo primero que la despertó y la incitó a abrir los ojos, aún atontada por el golpe y posiblemente por la anestesia. Se incorporó con dificultad a causa de los moretones que tenía por todo el cuerpo, le dolían bastante.

Instintivamente llevó sus manos al estomago, esperando encontrarse con ese gran bulto que la había acompañados unos largos nueve meses. Pero no, allí no había nada, su vientre volvía a ser plano y pequeño como antes. Desesperada comenzó a gritar alarmada, sus instintos de madre habían aflorado al sentir que su hijo podía estar en peligro.

Con los movimientos bruscos sintió una fuerte puntada en la cabeza por lo que con ambas manos la presionó con fuerza, las imágenes volvían a gran velocidad a su mente, reviviendo el momento del accidente.

FLASH BACK

El suave movimiento pendular del tren la hacia adormecerse, le daba exactamente igual una u otra estación así que pensó que no le vendría mal tomar un descanso, además por fortuna su compartimiento no había sido ocupado por nadie mas.

-Con permiso… esta ocupado?-preguntó entreabriendo la puerta del pequeño lugar un muchacho de ojos profundamente azules que hicieron estremecer a la chica de largo cabello trenzado.

-Eh...bueno… no…-respondió con cierta duda ya que la idea de compartir el asiento con ese sujeto la hacía sentirse incómoda.

El joven de cabello oscuro sonrió pasivamente y terminó de abrir la puerta corrediza dejando pasar a la muchacha que lo acompañaba. Por sus ropas y gestos enseguida descubrió que se trataba de gente de mucho dinero. Enseguida se percató de la terrible barriga de la mujer, seguro estaba igual que ella… bueno, lo único que tenían en común era que ambas parecían poder romper bolsa en cualquier momento.

-De cuanto estas?-preguntó acalorada la joven de largo cabello oscuro. Sus facciones era bellísimas y sus ojos negros oscuros, parecía tener un alma sobrenatural, oculta debajo de tanta seda, aunque sus tratos delicados y sus tibias sonrisa podían disimularlo. Era tan hermosa y perfecta, la mujer ideal según los ojos de la jovencita que la observaba con admiración.

-Necesitas algo querida?-preguntó su acompañante luego de acomodar los bolsos en su sitio.

-Mhh... Me agradaría un vaso de agua fresca, hace mucho calor aquí-sacó de su diminuta cartera un abanico con el que empezó a darse aire sofocada.

-Tranquila, enseguida lo traeré, no tardo.

Rápidamente abandono el sitio y Misao pudo notar como los ojos de aquella peculiar mujer volvían a fijarse en ella como esperando una respuesta.

-Ah… si, ya casi de nueve meses…-sonríe algo apenada.

-Ya veo, igual que yo-sonríe con naturalidad y notoria alegría- Tu marido también salio a buscarte algo?

-N-no… yo… soy soltera…-mustió sintiendo aún mas vergüenza que antes.

-Ahh…-asiente- Entiendo, no te preocupes, serás una excelente madre.

Misao simplemente asintió y el silencio incómodo entre las dos embarazadas se hizo presente, pero fue roto por la chica de mejillas sonrosadas por el maquillaje quien se quitó el sombrero dejándolo sobre el asiento.

-Es… muy bello-comentó con una sonrisa modesta Misao observando el anillo que decoraba el dedo anular de su compañera de viaje.

-Ah! Si, es le que Soske me dio cuando nos casamos-sonríe feliz por su agradable comentario- Quieres probártelo?-agregó con una sonrisa mientras lo deslizaba sin esfuerzo por su delgado dedo y se lo entregaba a la sorprendida joven.

-Ah… eh…bueno…-algo nerviosa tomó el anillo para examinar con cuidado su interior donde había unas palabras gravadas "Kaoru Kamiya, Soske Shinomori 12/09/005 Eterno amor", sonrió levemente y luego colocó el anillo en su dedo anular mirándolo unos momentos, como imaginando que era suyo. Realmente le daba un poco de miedo pensar que sería de su vida ahora, con un niño pequeño que cuidar y sin un yen.

-Nos casamos en Inglaterra, fue una boda hermosa…-sonríe la dueña de la joya de modo soñador- Aunque…sabes? Me siento algo nerviosa, es la primera vez que conoceré a la familia de Soske… me dijo que son muy estrictos… espero me acepten…

-No te preocupes, seguro todo saldrá muy bien-Misao le regaló una tranquila sonrisa y después puso sus manos sobre su estomago al sentir un movimiento brusco.

Pero no fue el único, el compartimiento entero empezó a moverse con violencia haciendo que las dos jóvenes cayeran de sus asientos al suelo, comenzaron a gritar asustadas mas que por ellas por la vida de los hijos que llevaban dentro.

El fuego no tardó en llegar, el lugar era un total desastre. Las personas gritaban y corrían en todas las direcciones intentando salvar a sus familias o a sus pertenencias, mientras Misao aún seguía en el suelo, mareada por la sangre que drenaba de su corte en la cabeza. No podía moverse, todo daba vueltas a su alrededor… las voces mas y mas lejanas de repente callaron, sumiéndola en la inconciencia.

FIN DEL FLASH BACK

-M-mi… hijo…-susurró agotada la joven dejándose caer de nuevo en la cama casi sin aire.

El llanto de un bebe le hizo levantar rápidamente la cabeza, una enfermera que acababa de entrar a la habitación llevaba acurrucado en una manta a un pequeño niño en brazos.

-Disculpe por la demora señora, tiene un hijo hermoso, como va a llamarlo?-preguntó sonriente la mujer vestida de blanco mientras le entregaba al niño que dormía tranquilamente.

-Eh… yo… bueno… no lo se…-respondió con una tonta sonrisa maternal la joven quien acariciaba las sonrosadas mejillas del bebe.

La mujer solo rió y salió dando paso a un hombre muy alto vestido de traje, este sonrió al ver a la joven tan embobada con el recién nacido y luego se aclaró la voz para hacerse notar.

-Disculpe?-preguntó ella dirigiéndole una mirada de sorpresa.

-Señorita Kamiya…-suspiró- todos lamentamos terriblemente su perdida, pero es una bendición que el niño haya nacido sin problemas y que usted se encuentre bien…

-Que? No, vera yo…-intentó explicarse.

-No se preocupe, comprendemos que se encuentre en estado de shock, perder a su marido a un par de meses de casarse y con un niño recién nacido…-suspira con tristeza- pero no tiene de que preocuparse, la familia Shinomori se hará cargo de todo, además el señor Hajime esta ansioso por conocer al pequeño Soske.

-Que? Soske?-todo era incomprensible, de que diablos hablaba ese hombre?

-Creímos que sería el nombre más adecuado, ya sabe, seguro a él le encantaría que su hijo llevara su nombre.

-Pero yo…-musitó sin saber que decir, se sentina abrumada, y el efecto de los calmantes parecía aun no haberla abandonado del todo.

-Tranquila, ya hablé con la partera y el medico de guardia, dijo que ya le dieron en alta así que será mejor que se vista para partir hacia la casa, todos la esperan-sonrió con amabilidad- La esperaré en la entrada.

Luego de hacer un gesto cortés con la cabeza abandono la pequeña habitación dejando a Misao con las palabras en la garganta.

-Y… que diablos se supone que voy a hacer ahora?-suspira para luego volver la vista al bebe y encontrarse con sus zafiros azules, iguales a los de ella- Soske… no es tan mal nombre no? Será mejor que nos pongamos en camino… no hay que hacer esperar a la gente de la alta sociedad-se ríe para si- lo mejor será que vayamos allá y expliquemos todo…

Asintió para si y se levantó para luego vestirse ya que anteriormente llevaba ropa prestada por el hospital. Encontró a los pies de su cama un conjunto de ropa para el niño junto a un ramo de flores, suspiró y vistió al bebe quien abría y cerraba sus diminutas manitos ansioso por abandonar ese lugar.

No tardó en bajar las largas escaleras y llegar a la planta baja donde sus ojos se abrieron exageradamente al ver un lujoso auto esperándola en la entrada, el chofer del mismo era el hombre que momentos antes había subido a saludarla y la esperaba con la puerta abierta. Después de dudar un momento se acomodó en el asiento del acompañante arrullando al niñito que había comenzado a llorar por el fuerte cambio de temperatura. Adentro de la clínica la calefacción lo mantenía resguardando de la rigurosa estación invernal que azotaba Kyoto. El elegante hombre se ocupó del escaso equipaje de Misao y luego los tres partieron hacia el lugar que ahora sería su nuevo hogar.

El sitio quedaba en las afueras de la ciudad, al parecer la familia Shinomori poseía enormes extensiones de campos en la zona, al llegar descubre que la "casa" era una enorme mansión de dos plantas, con un espacioso y prolijo jardín en el frente. Al verlos llegar varias criadas se acercan rápidamente para ayudarlos con las cosas, sus bolsos desaparecen antes de que la recién llegada se pudiera dar cuenta y se apresura a cruzar el jardín siguiendo a aquel hombre de traje.

En el recibidor un hombre alto de fría y profunda mirada, vestido de forma elegante y con el cabello peinado hacia atrás los esperaba, a su lado una mujer más menuda pero muy bella sonrió al ver a la atolondrada joven entrar.

-Tu debes ser Kaoru-chan…-sonrió al ver al hermoso bebe- pero si tiene los mismos ojos que mi Soske…-suspiró ahogando un sollozo, su marido la abrazó para calmarla.

-Discúlpala, esta sensible desde… lo que pasó-explicó el enérgico hombre seriamente- Lo mejor será que vayas a la habitación que les preparamos para descansar.

-S-si…-musitó ella para después hacer una pequeña reverencia con la cabeza- Muchas gracias por todo señor Shinomori.

-Puedes decirme Hajime ahora que estas en la familia.

Ella sonrió ante su amable actitud y luego volvió la vista al sentir que una de las tantas puertas que comunicaba ese sitio con otra habitación de la casa se abría.

Por acto reflejo se cubrió la boca apagando su grito al ver salir de allí a Soske, no su hijo, sino el hombre que había compartido con ella el compartimiento en el tren… entonces seguía con vida?

La mirada de aquel sujeto se clavó en ella y pudo sentir su desprecio, la desaprobación fue notoria cuando lo vio suspirar con resignación. ¿Qué demonios pasaba allí? Esa familia estaba llena de totales dementes.