TÓCAME EL CORAZÓN

By: TlalGalaxia

CAPÍTULO UNO

"Sin Vuelta Atrás"

-¿Estás segura que deseas hacer esto,- preguntó el con bastante preocupación en su voz. Algo que hubiera sido más bien típico de ella.

-Mi doctor prácticamente me lo ordenó,- sonrió ella intentando sin éxito sonar despreocupada. Había algo en su mirada que impedía que Harry quisiera dejarla ir así tan de repente y sola.

-Al menos debiste haber cambiado el destino del boleto. Es el mismo que…

Había algo en la siguiente oración que no se iba a escuchar bien. Así que prefería dejarla inconclusa a pesar de que ella sabía perfectamente cómo terminaba la frase. Y así se lo hizo saber.

-¿El mismo que iba a usar en mi luna de miel,- Harry cerró los ojos lamentando su metida de pata y ella esbozó una sonrisa disculpándole. Si al menos no le doliera tanto…

-Puedo ir contigo…- se ofreció como un último intento.

-No, no puedes. Ginny…

-Ginny no tendrá problemas. Ella sabe perfectamente que eres mi mejor amiga.- interrumpió él pretendiendo romper todo argumento que ella pudiera darle en contra.

Pero si algo le sobraba siempre a ella, eso eran los argumentos. Harry siempre había tenido la sospecha de que ella podría venderle hielo a los esquimales si así se lo prepusiera. Después de todo… ¿Quién más había logrado poner en consideración las leyes en contra de la discriminación contra los hombres lobo? Harry sabía perfectamente que el nombre Hermione Granger era sinónimo de "se hace lo que digo" (para bien o para mal).

-Ginny era su hermana, Harry,- interrumpió ella por fin con uno de esos argumentos a los que no se les tiene respuesta,- y estoy segura de que te necesita igual o más que yo.- finalizó dándole la espalda y cruzando las manos sobre el pecho.

-Pero tú eres mi mejor amiga…- declaró él poniéndole una mano en el hombro, la cual ella acarició con la suya y se volteó sonriéndole.

-Y ella es tu prometida, la mujer con quien vas a pasar el resto de tu vida. Y a quien debes apoyar siempre, en las buenas y en las malas.

-Yo… lo siento tanto,- y antes de que Hermione pudiera decir una palabra más, Harry ya la estaba abrazando fuertemente.

Ella quería decirle que todo estaba bien, que no debía preocuparse. Que en realidad la culpa no había sido de nadie más que del mortífago que lo asesinó y que nadie habría podido hacer nada porque había sido su decisión proteger a Harry del avada kedavra con su propio cuerpo.

Pero no había forma en que Harry pudiera quitarse la culpa de encima, nada le quitaba de la cabeza que el rayo verde era para él; que Ron estaría vivo de no ser porque él estaba distraído y tuvo que protegerlo aún a costa de su propia vida. No podía olvidar la última mirada y sus últimas palabras. Así como no podía quitarse el remordimiento de haber colaborado para romperle el corazón a toda la familia Weasley, incluyendo a Ginny, quien era su prometida. Y sobre todo, tampoco podía perdonarse por hacer sufrir a su mejor amiga.

Y ninguno de los dos pudo hacer más nada que abrazarse y llorar en silencio por la pérdida tan grande y por la pena que no tenía que decirse, porque se comprendía sin palabras. Después de todo, ambos amaban a Ron y habían estado con él la mayor parte de sus vidas.

De pronto un fuerte silbido de máquina interrumpió su abrazo. El barco ya estaba listo para partir y sólo faltaba Hermione por abordar. Si ella no se daba prisa, la dejarían. Así que rápidamente le dio un beso en la mejilla a Harry y se despidió brevemente mientras echaba a correr en dirección al puente de abordaje. Harry se quedó donde estaba, agitando tontamente la mano mientras la veía desaparecer adentrarse en el barco. Las lágrimas que brotaron de los ojos de ella y de él, ninguno de los dos las vieron.

-¿En serio la vas a dejar ir sola?

No había necesidad de que Harry volteara a ver quién le hablaba desde atrás. Podría reconocerla simplemente por el aroma que se aproximaba lentamente y ese ritmo de sus pies al caminar. Y si ponía atención, estaba seguro de que podía escuchar la forma como respiraba. Era Ginny ¿quién más podía ser? De entre todas las personas que podrían estar en ese lugar en ese preciso momento, era ella. Y lo conocía lo suficiente como para saber que no se quedaría de brazos cruzados viendo a su mejor amiga partir en soledad con el corazón roto. Sin embargo…

-Ella no quiere que la acompañe…- replicó él apretando los puños y bajando la mirada con impotencia.

-¿Y desde cuando ese es un impedimento para ti?

Esta vez Ginny estaba lo suficientemente cerca como para oler su esencia a flores frescas. Le colocó una mano en el hombro mientras que deslizaba la otra alrededor de su cintura y ponto Harry sintió el confort de la mujer que amaba. Ella lo había llegado a conocer lo suficiente durante los pasados cinco años como para saber lo que pasaba por su cabeza en ese tipo de momentos. Y era tan comprensiva y lo quería tanto como para dejarlo hacer lo que quería aunque eso implicaba que ella tuviera que quedarse atrás, esperando a que volviera. Pero también estaba pensando en Hermione, su mejor amiga, y en respetar sus deseos por sobre todas las cosas. Y además, todavía no estaba seguro si ella lo había perdonado aún ¿Cómo iba a hacerlo si él mismo aún no lo hacía?

Limpiándose la humedad de los ojos con la manga de la sudadera se giró para mirarla a los ojos. Para Ginny, verlo así no la sorprendió en lo absoluto. Ella conocía la relación que él tenía con Hermione, que era muy parecida a la que había tenido con Ron. Y las lágrimas que derramaba por ella no eran para menos. Hermione era también como una hermana y era su familia a pesar de ella no hubiera llegado a casarse con su hermano. Y le dolía de sobremanera también el sufrimiento de ella. Desprenderse de Harry por unos días, era un sacrificio mínimo a cambio del consuelo de Hermione. Y Harry sabía todo eso.

-No quisiera hacer algo que ella no quiere…

-Ella no tiene por qué saberlo ¿o sí?

Había algo en su mirada que le decía a Harry que ya lo tenía planeado desde antes. La pícara sonrisa en su rostro se lo confirmó. Y antes de que Harry pudiera formular alguna pregunta, ella ya estaba levantando la varita en dirección a su rostro. Le dio dos o tres toques y luego lo miró divertida.

-¿Qué me hiciste?

Ginny buscó en su bolso muggle, regalo de Hermione en alguno de sus cumpleaños recientes, y sacó un espejo de bolsillo. Él se apresuró a mirarse, casi ansioso de saber qué era lo que su prometida tramaba. Y observó, sin sorprenderse demasiado, que su rostro lucía diferente. Lo primero que había notado era que sus lentes habían desaparecido, y sin embargo veía tan claro como si los trajera puestos.

-¿Qué le pasó a mis gafas?

-Siguen ahí, pero no se ven. Es un truco que me enseñó Hermione. Pero no lo había utilizado porque yo creo que te ves sexy con ellas.- finalizó con una sonrisa pícara.

Harry sonrió también, pero sintió un leve calor en la cara. Ginny seguía teniendo la habilidad de hacerlo sonrojar. Y así lo comprobó al mirarse nuevamente en el espejo inspeccionando el segundo cambio notable. Su cabello en lugar del negro azabache que siempre había tenido, ahora era rubio cenizo y le caía armónicamente en lugar del desorden que siempre solía cargar sobre la cabeza. Rápidamente se pasó la mano por el cabello para asegurarse de que no se trataba de una ilusión, pero lo más probable era que se tratara de una transfiguración. Sus ojos eran castaños, como los de ella, en lugar de verdes y su nariz se veía respingada y levemente más corta de lo usual. Técnicamente, Harry estaba contemplando a una persona totalmente distinta frente al espejo.

Sin hacer ningún otro comentario, Harry abrazó a su prometida con todo el agradecimiento que tenía sin importarle que con ello, el espejo cayera al suelo y se hiciera pedazos. No tardó más de un instante en encontrar sus labios y propinarle el mejor de los besos que tenía para ofrecerle. Ginny aprovechó el momento para asirse de él dado que sabía que no lo vería en al menos una semana y trató de transmitirle en ese beso, todo el amor que él ya sabía que sentía por él. Aunque un beso y un abrazo no eran suficientes.

Un segundo silbido anunciaba que el barco ya estaba partiendo y eso los obligó a apartarse en contra de su voluntad.

-¡El barco ya zarpó!- exclamó Harry semifrustrado.

-¿Necesitas que te aparezca ahí arriba, amor?- declaró Ginny sarcásticamente cruzando los brazos sobre el pecho.

Harry parpadeó un par de veces como digiriendo el comentario ¡demonios¿Era mago o un payaso? Luego sonrió ante su idiotez, sacó la varita del bolsillo de su pantalón y le robó un último beso a Ginny antes de desaparecer. Su siguiente destino, la bodega del barco.

Aparecerse en un lugar tan cerrado y en el que nunca se había estado era una tarea bastante difícil incluso para los magos más experimentados. Pero si Harry era famoso por algo, eso era por hacer parecer sencillas aún las tareas más difíciles. Aunque eso le costara aterrizar sobre una pila de comida enlatada y aterrizar de bruces sobre el piso. De cualquier modo, fuera de eso, todo había resultado bien. Excepto tal vez por el olor agudo en la nariz, aunque no estaba rota, sino más bien solo adolorida.

Intentando no perder el equilibrio, Harry se puso de pie lo más rápidamente que pudo y miró alrededor tratando de adivinar su posición. Aparecerse en un lugar donde nunca había estado no era nada nuevo, pero eso no quería decir que no fuera difícil. Por el contenido de la habitación, supuso que se encontraba ceca de la cocina, así que tenía que ser muy cuidadoso sino quería ser descubierto. Sobre todo si era un polizón.

Pero así como Harry siempre tendía a la mala suerte en la mayoría de los casos. También su suerte a veces era totalmente opuesta. A veces, sin quererlo ni desearlo, la suerte le sonreía, como era lo que estaba sucediendo justo ahora. Al abrir la puerta y asomarse, se dio cuenta de que no había nadie en la cocina. Así que sin pensarlo dos veces, se apresuró a salir de ese lugar y mezclarse con los demás pasajeros. Estando an la cubierta del barco, se dio cuenta de porqué no había nadie en la cocina. Al parecer se había organizado un buffet en el primer día del viaje. Y de no ser porque Harry acababa de aterrizar en la alacena llena de comida, habría jurado que toda la comida del barco se encontraba en estos momentos sobre las mesas de la recepción dentro de esas elegantes charolas de plata.

Pretendiendo ser uno más de los pasajeros, Harry se acercó a la barra y tomó una de las bebidas color rosa flamingo mientras que escaneaba al lugar con la mirada con un objetivo solo en mente: encontrar a Hermione. Si quería cumplir la promesa que le había hecho a Ron, no tenía que perderla de vista. Pero ella no estaba ahí, debió haberlo supuesto. Sin embargo, encontrarla en ese gigantesco barco sería una tarea casi imposible. Así que decidió quedarse en donde estaba, tarde o temprano tenía que bajar a comer al menos (suponiendo que la depresión no le hubiera quitado el hambre por completo, claro).

Cuatro daikiris y media charola de camarones con aderezo de limón después, por fin pudo verla. El sol ya no estaba en su máximo esplendor, parecía que la luz del atardecer hacía juego con su mirada triste. Era obvio que se había puesto lo primero que vio en la maleta, lo cual la distinguía de los demás pasajeros. Mientras que los demás vestían casualmente con jeans y camisas deportivas o hawaianas, Hermione traía puesta una camiseta blanca, unos shorts de mezclilla azul y un libro bajo el brazo. Había otra cosa que la distinguía y de la que Harry no se había dado cuenta hasta ese preciso momento. La soledad de Hermione no habría sido tan evidente si todos los demás pasajeros no estuvieran con una pareja. Aunque debió suponerlo, si éste se suponía que sería el viaje de luna de miel de ella y Ron… lo más obvio a escoger sería un crucero de parejas.

Lamentó mucho el no poder acercarse demasiado, pero abandonó la barra para mantenerse lo más cerca posible mientras que Hermione ocupaba uno de los reposaderos que se encontraban a orillas de la alberca en el centro de la cubierta principal. Harry ya había decidido acercarse para charlar con ella como un perfecto extraño, pero se dio cuenta de que aún traía puesta la misma ropa con la que la despidió en el muelle. Y por muy diferente que fuera su apariencia e incluso también su voz, Hermione no era ninguna tonta y seguro lo descubriría en un santiamén. Pero eso no lo hizo darse por vencido. Todo lo que necesitaba era un pequeño hechizo transfigurador en sus ropas y no habría problemas. Así que dio media vuelta en busca de algún baño próximo y dejó a Hermione entretenida en alguno de los capítulos de su novela muggle.

Buscó por todos lados sin suerte en el piso de la cubierta, así que intentó suerte en los de los camarotes de arriba, donde no fue muy difícil encontrar un baño. Escondiéndose en uno de los cubículos y realizando el encantamiento sin hablar (como ya dominaba desde los diecisiete años gracias a Hermione) transformó sus jeans de mezclilla en unos cómodos pantalones deportivos de color verde seco y su camisa de manga larga en una sudadera de color gris, incluso tuvo el cuidado de transformar sus zapatos negros en unos modestos tenis.

Cuando salió del cubículo, se dio un vistazo en el espejo del lavamanos y casi no se reconoció a sí mismo. Bastante satisfecho con su trabajo escondió la varita en la cangurera de la sudadera y regresó a la cubierta del barco. Pero, para su sorpresa, Hermione ya no estaba ahí. Intentando no parecer muy sospechoso, deambuló un rato por ahí manteniendo la atención en caso de ver a Hermione, pero no fue así. Por lo tanto supuso que habría vuelto a su camarote y se dirigió hacia allá.

Harry jamás se había imaginado lo grandes que podrían ser los barcos hasta que se encontró deambulando a mitad del piso cuatro y aún sin encontrar a Hermione. Y su frustración se hacía aún mayor al recordar que todavía le quedaban seis pisos más por recorrer y otros ciento treinta camarotes por revisar.

Y no es que anduviera por ahí tocando puertas o abriéndolas a la fuerza. Se supone que estaba de incógnito, después de todo ¿no¿Y qué clase de mago sería i no supiera qué hacer en esas situaciones? Todo era tan sencillo como pasar la mano por el umbral de la puerta y sentir si su amiga estaba ahí dentro. A sus veintidós años, podía detectar la magia muy fácilmente. Claro que utilizar su varita como brújula para encontrarla sería lo más sencillo, pero eso arriesgaba que tuviera que cargarla fuera de la sudadera, y no creía que los muggles pudieran entender.

Le llevó casi cinco horas darse cuenta de que tal vez Hermione no estaba en ninguno de los camarotes. Y pocos minutos después, también comprendió que era muy probable que no la encontrara antes de desembarcar en la primera de las islas de Grecia en el programa. Así que frustrado y cansado, se dirigió una vez más al piso de la cubierta, donde seguramente permanecería toda la noche y el día siguiente esperando a que Hermione tal vez decidiera volver a bajar.

Media hora después, sentado en la barra frente a la piscina, se dio cuenta de que tal vez no tendría que esperar tanto. Aún con la misma ropa y el mismo libro bajo el brazo, Hermione se encaminaba a la parte posterior de la cubierta buscando quizás un poco más de quietud. Los pies de Harry se movieron casi instintivamente, aunque con bastante cautela, eso sí.

Estaba por acercarse a ella, cuando alguien más se le adelantó. Era una de las parejas del crucero, y a juzgar por la expresión de Hermione, no era la primera. Harry podía adivinar la razón del descontento de su amiga. No era necesario cargar consigo una de esas orejas extensibles para suponer que lo que la pareja le preguntaba era el paradero su cónyuge o tal vez futuro esposo. Y seguramente ella estaba harta de mentir o tal vez decir la verdad. El Caso era que ninguna de las dos parecía más cómoda o menos cruel de acuerdo al punto de vista de Harry.

Se hizo a un lado escondiéndose de vuelta en espera que Hermione se desocupara. Un minuto, dos minutos, cinco minutos, tal vez eso era suficiente. Salió de su escondite para buscar a Hermione pero ya había desaparecido ¿En dónde se metía esta mujer? Pensaba chasqueando la lengua mientras miraba de un lado a otro. Estaba por desistir en la idea de convertirse en su sombra, cuando un grito agudo lo hizo cambiar de parecer. Esa era definitivamente Hermione. Corrió por la cubierta hasta llegar a la popa del barco, de donde suponía había escuchado los gritos. Y no estaba equivocado.

Acorralada contra la barandilla que la separaba de caer a las aguas oscuras del mar, estaba Hermione siendo sujetada por el cuello por una mujer a quien no podía reconocer desde la distancia. Había sido lo suficientemente cuidadoso para no acercarse demasiado y poder calcular su siguiente movimiento. Podía distinguir que Hermione abría la boca como si gritara, pero no escuchaba sonido alguno. No podía ser otra cosa que una bruja. Ya sea que le hubiera efectuado un hechizo silencius a Hermione, o tal vez una cápsula de silencio donde estaban paradas. A Harry se le antojaba más lo segundo, porque la mujer también parecía estar moviendo los labios y no escuchaba nada tampoco.

Se acercó sigilosamente sujetando fuertemente la varita dentro de su pantalón intentando no ser visto. No tenía fuerzas de apoyo, así que tenía que ser rápido y preciso. Aunque fuera difícil ya que eran dos contra él, porque suponía que Hermione no cargaba la varita con ella en ese momento (de ser así, ya la habría utilizado, pensó). Y utilizando el elemento sorpresa a su favor, levantó su varita en contra de ella.

-¡Desmaius!- gritó en cuanto estuvo lo suficientemente cerca. Pero para su sorpresa, nada sucedió. Seguro la burbuja de silencio vetaba los hechizos también ¿cómo no lo pensó antes?

Su grito puso en sobre aviso a la mujer que sujetaba a Hermione y a su acompañante, a quienes ahora sí reconoció. La mujer que apretaba el cuello de Hermione ahora con todas sus fuerzas, era Pansy Parkinson y la supuesta pareja no era otro que Goyle. Seguro habían utilizado la misma técnica de Harry para disfrazarse y por eso no los había visto, pero ahora dentro de la burbuja, el hechizo quedaba anulado. Y esto aplicaba seguramente para él también, y así se lo hizo saber Pansy.

-¡Potter!- exclamó ella con el mismo desdén que Draco solía utilizar,- debía saber que no dejarías sola a ésta sangre sucia.

Su mano se cerró un poco mas fuerte en el cuello de Hermione y Harry puso distinguir que su amiga estaba por perder la conciencia por falta de aire.

-¡Suéltala!- gritó él poniéndose de pie para apartarlas, pero Goyle se metió en medio de ambos y lo apartó con un manotazo. Cuando se trataba de cosas no mágicas, Goyle en verdad era de gran ayuda para quien fuera.

-Me alegra que estés aquí para presenciarlo,- le dijo Pansy mientras que Hermione dejaba de forcejear ya sin aire,- ya que eres el principal culpable de que esto esté sucediendo ¿O crees que iba a dejar que mataras a mi prometido y dejar las cosas así como así¡No señor¡Vas a pagarme lo que ha hecho!

-¡Draco mató a Ron!- exclamó Harry aún sabiendo que esa no era excusa. Él mismo había pasado varias noches en vela muriéndose del remordimiento de haber reaccionado viceralmente y matado a Draco.

Aún cuando el ministerio lo hubiera absuelto de haber utilizado un Avada Kedavra en esa pelea, eso no quitaba que lo hubiera asesinado. Era vedad que Draco había asesinado a Ron, y éste a su vez a Crabbe aunque hubiera sido un mero accidente. Los mortífagos jamás entenderían eso, siempre se cobraban una por cien, y Pansy seguramente no haría una excepción.

-¡Y se lo merecía por haber asesinado a Crabbe!-exclamó Pansy casi leyendo los pensamientos de Harry, Goyle, por su lado, empezó a apretar los nudillos, él también tenía sed de venganza aún cuando Ron ya estuviera muerto.

-¡Vas a sufrir, Potter!- agregó ella una vez más,- ¡tú me has quitado lo que más quería y yo te quitaré todo a ti! Primero será esta sangre sucia, luego tu adoptiva familia traidora de la sangre y toda aquella persona que tenga que ver contigo…

-¡Suéltala!- la exclamación de Harry era tan definitiva como sus acciones. Sin ningún oro objetivo en mente más que salvar a Hermione, se abalanzó contra ella y forcejeó para quitarle a su amiga de las manos.

Había sido tan rápido que ni siquiera Goyle, que de por sí ya era lento por naturaleza, pudo reaccionar a tiempo. Forcejearon unos momentos, pero Pansy había perdido ya el control. Y muy pronto Harry se dio cuenta de que él también. Porque la misma fuerza que liberó a Hermione, le dio el impulso que los golpeó con la barandilla y muy pronto resintió cayendo a las frías aguas oscuras del océano.

Hermione seguía inconciente y esto quería decir que no podía nadar, así que la sujetó con todas sus fuerzas mientras que intentaba regresar a la superficie. Una especia de deja vu lo regresó a sus catorce años cuando estaba en Hogwarts, esto era tan parecido a cuando estaba en cuarto año y tuvo que rescatar su objeto más preciado del fondo del lago. En aquel entonces Ron, ahora era Hermione. Forcejeando con el cuerpo inerte de su amiga, por fin pudo alcanzar el exterior. Ahora quedaba la pregunta ¿cómo iba a regresar al barco? Buscó por todos lados su varita para aparecerse allí, pero no la encontraba, seguramente la había pedido en el forcejeo o en la caída.

Y así como solía ser siempre la brillante suerte de Harry, que cuando las cosas van mal siempre le podían ir peor, una ola gigantesca lo golpeó de improviso. Harry se aferró a Hermione instintivamente, no iba a dejar que Pansy ni ningún mortífago se saliera con la suya, mientras que pataleaba con todas sus fuerzas para salir. Pero luego otra ola lo golpeó nuevamente y a ésta le siguió otra y otra. Era como si el mar quisiera dejarle claro que no lo iba a dejar escapar tan fácilmente. Muy pronto pedió el conocimiento...


Pues bien, éste es el inicio del FF ke tantos Fanarts me ha llevado (visita www.bloodywoman. para verlos). Y bueno, es un FF HH lectura para adultos (no es pornografía). Espero ke les guste y ke me dejen un review! please? Ya se imaginarán ke siempre estoy tratando de juntar al HH por todos los medios. Ésta vez es suponiendo ke luego de vencer a Voldemort Harry y Ron se hayan vuelto Auores. Y Ginny y Hermione terminen comprometidas con ellos respectivamente. Como verán, me estoy montando un mega dramón, pero éste será un FF de clichés, so, no me juzguen por ello :p

¿Les recuerdo el review? .

TLAL