Disclaimer: Los personajes de The Lost Canvas le pertenecen a Shiori Teshirogi y a Masami Kurumada. Yo solo me divierto con sus personajes y no lucro con esto.


Prólogo.

"Aún recuerdo el primer día que todo cambio. Debía tener unos cinco años, casi seis, cuando todo pasó…"

Unos golpes en la puerta anunciaron la llegada de una persona a la habitación.

— ¿Puedo pasar? —dijo el hombre.

—Eres mi esposo, claro que puedes pasar—la mujer le sonrió y volvió a poner su vista en el papel donde hace solo unos segundos estaba escribiendo.

— ¿Qué estás haciendo? —preguntó el esposo de la joven mujer. Se colocó a un lado de ella y vio que estaba escribiendo algo y apenas llevaba unas pocas líneas.

—Mis memorias… tú sabes, para que algún día puedan ayudar a alguien que lo necesite y tal vez quede de recuerdo para mis hijos.

Nuestros hijos—dijo el hombre haciendo énfasis en nuestros.

—Sí… nuestros hijos, lo siento—dijo la mujer sobándose las sienes—es solo que…

—No te preocupes, tu solo sigue escribiendo tus memorias—el hombre colocó la mano en la hoja donde estaba escribiendo su esposa—me parece extraordinario que aún recuerdes esos tiempos.

—No podría olvidarlos ni que me arrastraran al mismo Tártaro—ambos rieron felizmente—para mí son cosas que jamás se olvidaran, no importa la edad que tenga.

—Cuando estemos ancianos recordaremos todos esos tiempos juntos—el hombre colocó su mano en el hombro de su esposa—Nuestros nietos verán la gran historia que hay detrás de nuestras arrugas y todo será…

—Y puede que tú se las leas...—el hombre se quedó mirando las hojas del libro. Ella solo miraba hacia el suelo a la vez que acariciaba la mano de su esposo—hare mi mejor esfuerzo para que sea digno de ser leído por ellos y que con ello vean como fue todo.

—Y tú vas a estar ahí conmigo.

—Sí…

— ¿Me lo prometes? —el hombre puso su mano en la barbilla de la mujer, para que lo mirara directamente a los ojos— ¿sí?

—… sí.

El hombre se acercó y depositó un dulce beso en los labios de su mujer. Ambos eran aún muy jóvenes para pensar en el mañana lejano pero ambos sabían también que la paz en sus vidas tampoco duraría para siempre.

— ¿Te veré para cenar?

—Sí, estaré ahí a la hora—la mujer sonrió a su esposo y colocó su mano en el vientre—perdón, estaremos ahí a la hora.

—Eso espero—el hombre se arrodillo a la altura del vientre de su mujer, que seguía sentada en la silla, y le dio un beso al pequeño bulto—nos veremos pronto.

—Adiós papá—el esposo soltó una risita entre dientes al escuchar a su mujer imitar una voz infantil—nos vemos.

—Nos vemos al rato.

Al cerrarse la puerta del cuarto la mujer no aguantó más y dejó salir lo que estuvo aguantando desde que su esposo habló sobre leerles sus memorias a sus nietos. Por alguna razón eso le causó una gran impresión.

Sus lágrimas salían solas mientras acariciaba su vientre con amor. Ella sabía que lo que todos ellos habían pasado no había sido fácil y recordarlo era doloroso, momentos que sin duda no podía olvidar y ni quería olvidarlos.

Por alguna razón ella sentía que nada de lo que tenía lo merecía, jamás lo sintió así.

—Y después de tanto tiempo aún sigo con estos pensamientos tan ambiguos—la mujer respiró profundamente y soltó el aire despacio mientras se limpiaba las lágrimas con un pañuelo blanco que tenía bordada las letras "CS"—ya han pasado mucho años…

La mujer caminó hacia el balcón de su habitación, necesitaba tomar aire fresco y también relajarse un poco. La brisa hacia ondear su larga y oscura melena ondulada. Las emociones fuertes no le hacían bien a ella o a su bebé.

—Mamá lo siente—dijo acariciando su pequeña barriga—no mas emociones fuertes.

La mujer miraba la inmensidad del lugar, era como siempre lo recordaba, casi nada había cambiado en todos esos años.

—Será mejor que vaya a seguir escribiendo antes de que se me olvide todo.

A paso lento volvió a sentarse en su escritorio, mojó la pluma en tinta y se quedó viendo lo que acababa de escribir.

— ¿Dónde me quede? "Debía tener unos cinco años cuando todo pasó… "

"Era un día común y corriente en la hacienda de mi abuelo, yo solía jugar con los hijos de nuestros trabajadores, todos eran muy amables conmigo y yo lo era con ellos. Fue esa mañana de Marzo que todo cambio en mi hogar.

Eso es parte de lo que recuerdo y de donde comienzan estas memorias. Otra cosa que recordaba era mi verdadero nombre, con el que mi madre me bautizó, Laura. La pequeña Lauri, así era como me llamaba mi nana. Recordaba a mi madre… Celeste, recuerdo que la amaba, también recuerdo cuando mi madre me enseñaba a rezar el "Padre nuestro" y como siempre lo rezaba antes de ir a dormir para practicarlo y que no se me olvidara, hoy en día ya lo he olvido casi todo…

Recuerdo que mi madre tenía un hermoso cabello ondulado oscuro como el ébano, como yo, y una piel tan tersa como la seda, de tonalidad clara pero tostada por el hermoso sol de esas tierras indomables donde vivíamos y unos ojos tan azules como el cielo. Todos decían que yo era idéntica, pero que tenía los ojos de mi padre, color miel con una chispa de alegría en ellos.

Solo recuerdo lo superficial… de resto casi todo se ha ido de mi memoria.

De mi padre no sé nada, solo sé que mi nana una vez me dijo que solo estuvo con mi madre para pasar un buen rato y de que de ahí salí yo, el color de mis ojos fue lo único que me dejó.

No es una bonita anécdota sobre mi padre pero jamás lo necesite, tenía al mejor abuelo del mundo, Alonso. El hombre mas dulce y leal que jamás conocí.

Él me crió como si fuera mi padre y me enseñó muchas cosas. Siempre me hablaba de tierras lejanas y llenas de aventuras donde guerreros que luchaban por los dioses se sacrificaban por la paz del mundo, historias que yo no entendía a fondo pero que eran tan magnificas que me hacían soñar con ir. Esas historias siempre me hacían perder el sueño pero, a pesar de mi corta edad, siempre estuve resignada a que jamás iría a esas tierras llenas de magia"

La mujer se detuvo unos segundos. Cerró sus ojos y se puso a recordar los sucesos de su pasado.

"Mi madre murió de vomito negro, hasta donde tengo entendido, era una enfermedad muy común en aquellos año y por los lugares donde vivía. Mi abuelo me dijo que un hombre vendría a curar a mi madre pero ella jamás se recuperó. Que él venía de tierras lejanas con medicina que no teníamos ni conocíamos.

Recuerdo a muy pocas personas de aquel entonces, todas ellas eran como sombras ante mis inocentes ojos, pero a ese hombre jamás lo olvidaría. Él tenía algo distinto, lo pude sentir la primera vez que lo vi.

Mi madre solía decir que yo era muy perceptible, que eso y mi curiosidad me llevarían a lugares asombrosos… y así fue… pero el precio que todos tuvimos que pagar fue más grande de lo que pensamos"


Holiiiiiiis! he aquí una historia nueva :D en realidad espero que este sea uno de mis trabajos más serios y espero que sea del agrado de varias. Cualquier pregunta ya saben que siempre estoy aqui pra responder.

Sin mas que decir por ahora les mando un saludos a mis complices que amodoro demasiado y que son las que me ayudan con esto.

Ya saben, dejen review si les gustó y si quieren saber mas.

Besos estilo Kardia para todas y abrazos estilo Manigoldo para todas.

Althea de Leo.