-¡No! ¡Están cometiendo un error! Yo la asesiné, no el joven amo.

POV Hajime

Nuestra compañera, Peko Pekoyama la "Súper espadachín de preparatoria" gritaba desesperadamente, llenando toda la sala de una tensión espantosa. El primer caso no llevaba más de una semana, fue el asesinato de Teruteru Hanamura a manos de Hiyoko Saionji, a pesar de que fue un gran golpe para todos, realmente pensé que no se repetiría, que estos súper estudiantes podrían afrontar esta situación sin mas problemas, pero ahora estábamos frente al segundo juicio, Mahiru Koizumi había sido asesinada por alguien en esta sala.

-Rápido, no tenemos toda la vida, es hora de votar por el culpable ¿Creen saber quién es?- Dijo la voz chillona del autoproclamado director de la Academia Pico de Esperanza, un pequeño oso de peluche bicolor.

-Debes darnos más tiempo, es imposible que tomemos esta decisión a la ligera- Comentó un chico pálido y con grandes ojeras llamado Ryota Mitarai.

Pareciera que este segundo juicio era el fin del camino, al principio nuestra investigación apuntó que el asesino era Peko, hasta que Nagito presento nueva evidencia y reveló el hecho de que la espadachín trabajaba como asesina para la familia Kuzuryu, las nuevas pruebas señalaron a Fuyuhiko como el asesino y Peko probablemente trataba de encubrirlo.

¿Cómo podríamos confiar en una asesina a sueldo y un gánster?

-¿No entienden? Si votan por el joven amo todos morirán- Continuaba argumentando la chica de cabello plateado.

-Peko, basta.- Dijo Fuyuhiko en voz baja.

-¿Joven amo?

-¡Qué dejes de llamarme así!

-¡Wow! Tranquilo pequeña máquina de matar, ya podrán arreglar sus problemas maritales en la próxima vida, pero por ahora, es hora de votar. Por favor, con el botón frente a ustedes escojan sabiamente al asesino- Dijo Monokuma levantándose de su asiento- ¿Nuevamente descubrirán al culpable? ¿O estarán perdidamente equivocados?- Comentó hacia una cámara.

-No hay de qué preocuparse- Dijo el joven alto y delgado de cabello blanco alborotado, en su usual y tétrico tono calmado- Creo en todos ustedes y sus fabulosos talentos, no existe la posibilidad de que nuestra esperanza sea consumida por la desesperación que plantea este peluche. Sé que todo saldrá bien.

Lentamente, cada alumno casteó su voto y la mono-maquina comenzó a girar recorriendo el rostro de cada uno de los jóvenes hasta detenerse en la cara de Pekoyama.

-Bien, bien, la culpable de la muerte de Mahiru Koizumi fue nada más y nada menos que Peko Pekoyama. Ahora el conteo de votos, con un total de nueve contra cinco votos señalando como culpable aaaa… ¡Fuyuhiko!

No pude ni siquiera voltear a ver a los demás, pero no fue necesario, podía sentir como todos se encontraban igual de perplejos que yo.

-¡Muy mal! Erraron la respuesta, la asesina era evidentemente la ojos de lunática y votaron por el cara de bebé.

-N-n-n-n-no p-puede ser, esa máquina debe estar mal funcionando, estoy seguro- Lloraba el chico peli rosa, mordiéndose una mano con sus afilados dientes- Sé que puedo repararla y que nos dé el resultado correcto- Mencionó a la vez que sacaba su equipo de herramientas.

-¿A caso fuimos timados por alguna clase de hechizo blasfemo?- Gritó el de pintas ocultistas, tomando a sus pequeños hámsteres en sus manos.

-No, no, no, no hay errores. No sean malos perdedores y todos felicitemos a la mente maestra Peko Pekoyama, la única que saldrá viva de esta academia y tendrá el derecho a saber todos los secretos que acarrea.

-No, ¡No me iré de aquí sin el joven amo!- Gritó la chica al tiempo que comenzaba a desenvainar su espada de bambú.

-¡Peko!- Exclamó el pequeño joven, tomando la mano de su compañera para detenerla- Por favor.

-P-pero…-

-Te dije hace tiempo que ya no tenías que servir a mi clan, estoy muy agradecido por haberte tenido a mi lado siempre… y estoy aún más agradecido que vayas a poder salir de aquí, aún si eso implica que no podremos seguir creciendo juntos.

De los carmesíes ojos de la chica únicamente brotaron lágrimas.

-Ya, ya, esto no es un manga para chicas, es hora de pasar a lo que todo el mundo está esperando ¡La desesperación!-

-No, se supone que esta debería ser una base para la esperanza. Me rehúso… ¡Me rehúso a creer que mi suerte falló!- Incluso Nagito comenzaba a notarse exaltado.

-Hinata-kun…

Escuché su voz, la voz de Chiaki, rápidamente posé mi mirada en ella y quede maravillado. A pesar de todo el miedo que emanaba de ella y la preocupación, no tenía una sola señal de desesperación en su rostro. Pude notar como sus labios se articulaban intentando decir algo, pero antes que alguna palabra pudiera siquiera ser formada, él interrumpió.

-Lo siento señorita Nanami, pero es el fin del mapa, no hay reset, ni vidas extra, ni trucos que puedas usar, esto es un gran GAME OVER para todos ustedes.

-No.

-Maldición, ¿Ahora quién?- Se replicó el oso.

-Este no puede ser el final, ¿Cómo te atreves? Intentar quitarnos nuestras esperanzas, no lo acepto, no puedes ganar… simplemente no puedes…- Traté de gritar mientras volteaba a ver a Nanami.

-¿Eh? ¿Qué fue eso? ¿Trataste de convertirte en la súper esperanza o algo así? ¡Qué mal intento! Yo no necesito quitarles las esperanzas, ustedes ya están hasta el cuello de desesperación. Esta chica desesperadamente asesino a una de sus compañeras, ese raro desesperadamente altero la evidencia queriendo que sus patéticos talentos brillaran, y todos ustedes desesperadamente votaron por una opción desesperada. Todo lo han hecho con desesperanza, y ahora recibirán un desesperante castigo- Río Monokuma, mientras todos los miembros de la clase yacían cabizbajos, todos menos una.

-Estás equivocado, cada acción nuestra ha sido con esperanza, confiando los unos en los otros, apoyándonos. Incluso lo que han hecho mis amigos Peko y Fuyuhiko, ellos tenían la esperanza de que uno logrará salir y continuar, y Komaeda quería demostrarnos que nuestra propia esperanza puede sobre pasar cualquier situación. Mientras sigamos vivos habrá esperanza, y aún si muriéramos, esta continuará, no tiene límites, ya que nace de cada persona que está sobre la faz de este planeta.

Pude sentir como las palabras de Chiaki me recorrían el cuerpo, como un rayo de luz haciendo a un lado las sombras.

-Wow… que discurso tan inspirador, casi me hace reconsiderar todo y disculparme por tratar de matarlos a todos… pero no, así no es como se escribió esta historia, supongo solo queda decir que la esperanza muere al último con ustedes, ya que es ¡Hora del castigo!-

Repentinamente aparecieron varios monokumas, ciertamente más grandes, con garras metálicas, rodeándonos.

-Entonces, ¿Con quién comenzamos?- Dijeron todos los monokumas a la vez.

Nekomaru y Akane rápidamente tomaron posición enfrente de nosotros, y cuando el primer monokuma atacó, un rápido espadazo de Pekoyama lo derribó.

-¿Qué haces Peko?- Interrogo rápidamente el gánster.

-¿Qué clase de esperanza es vivir a costa de la vida de mis compañeros, y a costa de la tuya?

En eso, todos los monokumas atacaron al unísono, para un segundo después, a milímetros de nuestra caras quedarse paralizados.

-¿Eh? ¿Hiciste algo, Kazuichi?- Preguntó la chica rubia del grupo.

-Lamento decirle que no señorita Sonia, pero yo por usted haría lo que fuera, solo ordéneme y lo haré en un…-

-¿No tiene que ver con tu suerte, Komaeda?- Dijo Sonia ignorando completamente al peli rosa.

-¡Ah! ¡Señorita Sonia!-

-¡Silencio!- Gritó el gran hombre musculoso al resto.

-Ah ¡Perdón!- Exclamó la joven que se encontraba cubierta de vendajes.

-Tú no, es…- Antes de que la joven bronceada pudiera acabar, se sintió un gran estruendo, como si fuera un terremoto.

-¡Parece ser que los siete dioses del mal Shedu han venido al fin a desafiarme!-

-¡Deja de decir tonterías por una vez!- Gritó Fuyuhiko.

-Cálmense todos, lo primero es averiguar si podemos salir de aquí- Comentó el chico rubio en su tono prepotente- Kazuichi, revisa los osos ahora- Ordenó.

Mientras Kazuichi comenzaba a revisar el monokuma dañado, el resto de los estudiantes intentaban hacer funcionar el elevador.

-¡Wow! Este muñeco es extremadamente avanzado, me sorprende que alguien haya sido capaz de construir esto, me refiero, yo podría, pero con ciertas dificultades tal vez- Comentó Kazuichi más para sí mismo que para los demás.

-El elevador está sin energía, Ibuki y amigos no podrán subir- Informó, pues Ibuki, la chica que parece no ser capaz de hablar en primera persona.

-Bien, Akane y Kazuichi, suban por el ducto y reparen la corriente para que podamos subir- Ordenó Togami.

-¡¿Qué?! ¿Por qué yo? Además, ¿Cómo pretendes que subamos?- Protestó el peli rosa.

-No será reto para Akane trepar por el ducto contigo en la espalda, y tú eres el único que puede arreglar eso- Respondió.

-Vamos, no es tan malo, aparte si caemos, me aseguraré de no caer tan fuerte sobre ti- Le dijo Akane dándole una fuerte palmada en la espalda.

-E-ese no es el problema, solo que yo…-

-Sé que puedes hacerlo Kazuichi, tienes el valor- Comentó la princesa.

-¡¿Qué estamos esperando?!- Gritó de repente lleno de vida el mecánico, tomando del brazo a la gimnasta.

Entonces, Nekomaru abrió la rejilla superior del ascensor y nuestros dos compañeros comenzaron su recorrido.

-Tengan cuidado- Les dije.

-Cualquier herida estaré esperándolos- Mencionó Mikan al borde de las lágrimas.

En lo que esperábamos, Ibuki se puso a cantar, afortunadamente no pasaron más de cinco minutos cuando repentinamente todas las luces se prendieron y el ascensor se iluminó.

-Parece que lo lograron- Me dijo Chiaki, con una pequeña sonrisa.

-S-sí, eso creo- Le respondí, volteando al suelo.

-Upupupu- Sonó una extraña voz robótica.

Sin embargo, no todo era bueno, puesto que los monokumas se levantaron.

-¡Todos detrás de mí!- Gritó el entrenador.

Pero antes de que pudiéramos reaccionar, los osos mecánicos desaparecieron, dejándonos ahí.

-¿Qué rayos?- Preguntó el pequeño yakuza.

-No importa, todos al ascensor-

Todos subimos, presioné el botón para que subiera, a mitad del camino por la rejilla entraron Akane y Kazuichi.

-¿Qué hacen aquí? Hubiera sido mejor que nos esperaran arriba- Les dijo nuestro gordo líder.

-¿De qué hablas? No habíamos llegado, casi nos aplastan- Dijo Kazuichi.

-¿Eh?-

-Pudieron decirnos que el elevador tenía energía, que mala broma- Comentó Akane, un poco molesta.

-Por supuesto que no sabíamos que tenía energía- Le afirmé.

-Tal vez la canción de Ibuki revivió al elevador- Sonó muy convencida de lo que acababa de decir la misma Ibuki.

Cuando por fin logramos llegar hasta la puerta, pensamos estar preparados para todo, pelear contra monokuma y quien estuviera detrás de esto, jamás nos hubiéramos imaginado lo que había al otro lado.

Nekomaru intentó abrir la gran puerta roja, sin embargo esta parecía estar atascada con algún objeto, así que nuestro gran manager uso aún más fuerza… la escena me perseguirá en pesadillas. Un cadáver cayó, aparentemente estaba clavado a la puerta, obviamente escuché los gritos de varios de mis compañeros, y solo pude sentir como Chiaki tomaba fuerte mi mano.

-¡¿Q-q-qué demonios?!- Sollozó el mecánico, agarrando fuerte su llave inglesa.

Ninguno de nosotros parecía poder entender la magnitud de esa escena, y pensar que solo era el comienzo. Al revisar fuera de la puerta, había decenas de lo que parecían ser soldados muertos, simplemente devolví el estómago. Los asesinos, probablemente los monokumas, destruidos alrededor, sin embargo lo raro fue ver otras personas con heridas de bala, estas tenían extrañas expresiones en su cara, me refiero, mientras que los soldados muertos demostraban miedo y dolor, estas personas tenían una cara de satisfacción, incluso algunas llevaban puestos cascos de monokuma.

-Esto, esto es demasiado irreal, Ibuki debe estar soñando- Comentó la música.

-Parece como si una quimera hambrienta hubiera desatado su furia en este lugar-

-Esto me recuerda un poco al escenario de Dead Space- Murmuró Chiaki.

-¡Tenemos que seguir adelante equipo!- Gritó Nekomaru un poco trémulo, intentando subir el ánimo a todos.

Al momento que el manager iba a continuar su camino, la gimnasta le puso su mano en el pecho, deteniéndolo.

-Viejo, tengo un mal presentimiento.

-¿A qué te refieres?

-No sé, simplemente siento algo… o alguien, con una energía muy extraña.

-Igual tenemos que seguir adelante Owari-san- Le dije- Vamos a ver la entrada principal, tal vez está abierta por fin.

Cuando llegamos a la gran puerta metálica nos llevamos una gran decepción al descubrir que seguía bloqueada, y también nos llevamos un gran impacto al volver a encontrar a soldados y estos "vándalos" muertos, como si hubieran estado en una encarnizada batalla.

-Kazuichi, quien nos haya encerrado aquí debe estar muy ocupado con lo que sea que está ocurriendo, es el mejor momento para que intentes desactivar la puerta- Dijo Chiaki.

-Eh, claro, lo intentaré.

Pero antes de que el mecánico siquiera se acercara al panel de la puerta, alcanzamos a escuchar como un arma vaciaba su cargador, la dirección del estruendo era hacia el gimnasio de la escuela.

-¿Deberíamos ir a revisar?- Cuestionó la enfermera al resto del grupo- Podría haber gente que necesite atención medica-

-Yo… ¿Qué ordena el líder?- Preguntó Ibuki a Togami.

-No estoy seguro.

Decidí tomar la iniciativa- Vamos, podrían ayudarnos a salir de aquí- Y comencé a caminar hacia el gimnasio con mis compañeros siguiéndome, incluso podía sentir sus respiraciones en mi nuca.

Cuando llegamos a la entrada del gimnasio, vimos que la puerta estaba entre abierta, mas no nos atrevimos a terminar de abrirla, menos oyendo el espectáculo que estuviera pasando del otro lado. Se escucharon unos cuantos disparos más, después, como si de un costal de papas se tratara, un azotón al mismo tiempo que sonaba algún tipo de caminar extraño, como el que tienen los robots en las películas. Lo peor vino un momento después, cuando escuchamos a un hombre rogar por su vida, seguido de una tétrica risa, y palabras apenas audibles, para finalizar con un agónico grito.

Era suficiente, así que abrí la puerta para encarar lo que estuviese ahí. Para nuestra sorpresa, había una chica de aproximadamente 1.60 de estatura tal vez, piel bronceada y un cuerpo que se veía muy, ¿Cómo decirlo? Atlético, su cabello recogido en una coleta, y en el flequillo un prendedor de monokuma. Vestía un top rojo y unos shorts negros, pero sin duda lo que resaltaba era el hecho de que no tenía la parte baja de su pierna derecha, como si le hubieran amputado de la rodilla para abajo, en vez de eso tenía una prótesis, pero era una prótesis de alta tecnología al parecer. Todo esto solo hablando de la joven parada frente a nosotros, sin embargo lo aterrador era el escenario. Alrededor de ella había una gran cantidad de soldados muertos, y en sus manos ella sostenía lo que parecía ser una lanza con nada más y nada menos que uno de esos soldados moribundo del lado de la punta, atravesado como un palillo atraviesa una salchicha.

Escuché a una de mis compañeras gritar, no podría decir quién fue, estaba demasiado impactado por la escena frente a mí.

Cuando la chica oyó el grito, volteo rápidamente a vernos, sonrió maliciosamente y dejo caer el cadáver del hombre, pude sentir como sus ojos azules se enfocaron en mí, quedé petrificado al igual que el resto de mis amigos. La chica comenzó a caminar a nosotros, con total naturalidad, tarareando alguna canción, como si todo esto fuera de lo más normal del mundo. Se detuvo unos cuantos metros frente a nosotros, cerró sus ojos celestes y alzó la mano.

-¡Hola senpais! Tanto tiempo sin verlos- Gritó alegremente mientras abría lentamente sus ojos, ahora en un tono rojo fosforescente.

POV ¿?

¡Alto ahí! Amo lo impredecible, pero vamos, esto ha de ser mucho para nuestros queridos lectores, para que realmente puedan sentir la verdadera desesperación, primero deberán saber qué sucedió con mis amados compañeros de clase y cómo sucedió el más grande incidente de desesperación en la historia de la humanidad, para eso, hay que retomar la historia desde un tiempo atrás, upupupu.