Disclaimer: Rave Master no me pertenece, es obra de Hiro Mashima, nuestro querido troll y yo solo uso sus personajes sin fines de lucro.
Todo es mejor cuando hay helado de por medio.
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Puede que Haru Glory salvara al mundo de la destrucción, que fuera capaz de vencer a cualquier enemigo con perseverancia y valentía —no por nada Rave lo había elegido— y que tuviera el coraje necesario para superar mil y un obstáculos; pero, por primera vez en su vida, no sabe como afrontar la situación. Es que, demonios, soportar los antojos de una Elie embarazada es duro —que alguien le quite las pistolas tonfas, por favor...— a pesar de tener a su hermana con él.
Seamos sinceros, Elie más embarazo es igual a desastre.
Sólo Julia, Belnika y Cattleya —y Shuda, que entra en el mimo pack que la mayor de los Glory— son capaces de no despertar la furia de la antigua Resha Valentine y salir ilesas de pasar una tarde con ella. Música terminó con el coche destrozado; Let por casi se queda sin poder tener descendencia; el casino de Ruby tiene que ser reconstruido cada vez que el matrimonio va de visita; Niebel estuvo una vez casi un día entero colgado de un árbol; Griff realmente se merece todas y cada unas de la agresiones de Elie por pervertido; Bony se lleva patadas sin hacer realmente nada; Nakajima se queda sin sus plumas por sus comentarios innecesarios y Haru... Haru ha perdido la cuenta de todas las veces que ha sido apuñalado por Plue.
Más de una vez Haru ha tenido que levantarse de madrugada para satisfacer los antojos de su amada mujer. No importa que las tiendas estén cerradas o que el temporal sea, alguna que otra vez, inhumano; el segundo maestro de Rave tiene que callar, obedecer y cumplir los caprichos de la maga.
Las cosas que pide suelen ser extravagantes o están fuera de temporada, por lo que Haru no sabe cómo es capaz de conseguirlas la gran mayoría de las veces. Lo más normal que Elie le ha llegado a pedir fueron unas patatas fritas cubiertas de chocolate, mermelada, queso y ketchup.
—Haru, tengo un antojo.
Por eso, al escuchar la voz de su esposa mientras pasean por el puerto, Haru se tensa y le reza a la Memoria Estelar para que Elie no le pida nada raro.
—Dime, Elie; te conseguiré lo que quieras —dice, aunque sabe que sufrirá en el intento.
—Helado, quiero que compartamos un helado de vainilla.
El Rave Master suspira aliviado, es verano y están en la zona más turística de isla Garage. Conseguir un helado de vainilla no es difícil allí. Nada más comprarlo Elie le da la primera lamida, está contenta y eso hace que Haru también lo esté. Ella sonríe ampliamente y le dice a Haru que coma, pues quiere que sea para los dos. Al terminar el dulce Elie se acerca a su marido y le da un beso de agradecimiento, los labios de ambos siguen sabiendo a vainilla.
Entonces Haru concluye que definitivamente todo es mejor cuando hay helado de por medio, para él ha quedado demostrado con creces.
Tiene la esperanza de que el mes y medio que todavía queda para que nazca Levin sea así de tranquilo y fácil, o por lo menos, de que Elie se conforme con cosas tan normales como un helado de vainilla.
Puede que sea muuuuuuuy cortito, pero me parece que ésta es la longitud perfecta para mi pequeña idea.
A pesar de que con este van solamente dos historias de Rave, se me hace muy fácil escribir y terminar cuando empiezo algo de este gran manga, así que planeo seguir escribiendo cosas a pesar de que terminen siendo pequeñitas.
¡Nos leemos!
Atte: Poppy-chan.
