LA TORMENTA DE LA VENGANZA

Este fic esta hecho sin animo de lucro, "naruto" no me pertenece. Vuelvo a advertir que hay mucho lemmon. Ya estàn advertidos XDDDD

PROLOGO

Los rayos del sol del mediodìa se filtraban entre los àrboles, dejando al camino un tono moteado. Despues de un crudo invierno, las primeras flores de primavera adornaban los costados de la calzada.

Si uno tomaba esa ruta llena de irregularidades terminaba llegando a las ruinas de Konoha, que habìa sido victima de un ataque combinado por parte de las Aldeas de la Nube, la Roca y los restos de la aldea de la hoja. El tsuchikage, el raikage y Madara Uchia(quien habìa reunido los restos dispersos de Otokagure) habìan comibinado su avaricia y su potencia militar para devastar a una sobrepasada Aldea de la hoja.

Sin embargo, los kages no sabìan que eran piezas sacrificables en el juego de Madara. Comenzaron a morir soldados (y màs tarde oficiales de alto rango) en las aldeas del Raikage y el Tsuchikage. La gente del sonido echo culpas en ambos bandos y antes de que las ultimas celebraciones por la victoria se concretasen, la Roca y la Nube se enfrascaron en una nueva guerra que las arrasò a ambas. Mientras tanto, en Sunagure una revolucion contra el Kazekage estallò y fue tan sangrienta y encarnizada que la aldea pronto corriò el mismo destino que las otras. Solo quedò la lejana aldea de la Niebla, oculta entre sus tormentas, brumas y neblinas, Madara le dio poca importancia.

El Uchiha casi se creia dueño del mundo, ahora que las aldeas màs poderosas habìan sido destruidas. Sin embargo, no esperò la traicion de sus hombres de confianza: Zetsu y Sasuke. Al parecer, a ninguno le gusto la idea de seguir obedeciendo a Madara y un levisimo pero mortal veneno le costo la vida, el unico dìa de su vida que bajo la guardia, tras la caìda de la Aldea de la Arena.

Luego, Sasuke reuniò a su equipo Taka y los juntò con los restos de la Aldea del Sonido y de Akatsuki. El Uchiha pareciò obsesionarse con la idea de acabar con cualquier vestigio de la aldea de la hoja y para eso lanzò grupos de exterminiò dedicados a encontrar y matar a los aldeanos y shinobis sobrevivientes. Parecìa que para èl, la aniquilacion de los restos de su antiguo hogar constituian un nuevo paso en la restauracion de su clan. Y para evitar que el Uchiha cumpliese su cometido, estaban Shino y su grupo.

Escondido entre los matorrales, el Aburame suspirò. Era una gran carga para èl (aunque nunca lo fuese a admitir) ser el responsable de la vida de cuatro personas. En efecto, Benji Hyuga, Cazume Suzumebachi, Ryo Yuki y Yang Sarutobi lo habìan conciderado a èl como el adecuado para a su pequeño escuadron a…¿A què? Matar a Sasuke era imposible, pero al menos perjudicarlo de alguna forma: asesinando algunos de sus hombres, bloqueando sus suministros o ayudando a los ex habitanes de la hoja a escapar de sus escuadrones. Eso, en la mayoria de los casos, no llegaba al nuevo lider de los Uchiha, pero esta vez era distinto. Por una vez tenian la chance de realizar algo que hasta podria inclinar un poco la balanza en la guerra contra Sasuke: tenian la chance de asesinar al nuevo portador del Sharingan, Kay, el hijo de Sasuke.

Shino se habia enterado de la existencia del nuevo Uchiha, cuando,èl, su grupo, Kiba y Chouji y otros ninjas defendian una pequeña base de la Hoja en la que se habian refugiado tras la caìda de la Villa, hacìa ya un año. El Aburame recordaba perfectamente(y cada vez se convencia màs de que nunca lo olvidarìa) cuando Sasuke y sus fuerzas arrasaron la base y como le enseniaba a su jovencìsimo hijo el poder del Mangekyo Sharingan en un desdichado prisionero, a quien torturaba con Genjutsu hasta provocarle la muerte cerebral.

Habìa muchas cosas que Shino ignoraba de Kay, como quien era su madre o el simple hecho de por que tenìa que transitar ese sendero. Sin embargo, estaba muy deicidido a aprovechar esta oportunidad que probablemente nunca se repitiese.

El Aburame habìa compuesto un plan realmente arriesgado, pero en el que confìaba: èl formarìa una cortina de insectos en torno al Uchiha que lo separarìa de sus escoltas, quienes seria eliminados por Yang, Cazume y Ryo. Benji, apoyado por Shino, serìa el encargado de acabar con el hijo de Sasuke, puesto que estarìa protegido del Sharingan por su Byakugan. Los rumores y las suposiciones hacìan creer que el joven tenìa su dojutsu en su segundo nivel, por lo que el Aburame y el Hyuga debìan ser capaces de derrotarlo.

Shino girò la cabeza. A su derecha, a unos cuantos pasos, habìa un ancho tronco partido a la mitad. Estaba ubicado justo encima de un relieve de tierra, por lo que sus raìces sobresalìan sobre el suelo y eran perfectamente visibles. Allì, oculto por un jutsu de camuflaje, estaba Benji; si se fijaba la vista, hasta se podìa distinguir levemente su silueta. Al otro lado del camino, aguardaban escondidos sus otros compañeros entre los arbustos.

De repente, un insecto se posò en la mano de Shino, quien se estremeciò por el mensaje que le transmitiò: ya venìa.

El habìa colocado a un puñado de insectos a la entrada del camino y les indicò a sus compañeros que cuando uno de esos bichos los encontrasen serìa la señal de que el objetivo se acercaba. El Aburame comenzò a derramar gotas de sudor que se perdieron en la cima de su sobretrodo.

Se oyò un ruido seco. Asomandose levìsismamente por sobre los arbustos, Shino lo viò. Cada tres segundos caìa a tierra y tomaba impulso para un nuevo salto largo. Era de baja estatura, flaco y pelirrojo y, sorprendentemente, no llevaba guardia. Eso inquietò al maestro de los insectos. Si no llevaba guardia, entonces era màs poderoso de lo que ellos pensaban. Si por èl fuese, hubiesen emprendido la retirada de inmediato, pero no podìa advetirles a sus compañeros sin revelar sus posiciones, y en ese caso se expondrìan igualmente al ataque de Kay. Solo les quedaba seguir con el plan.

El blanco estaba cada vez màs cerca: 10 metros…7metros…4metros…

Shino saliò de su escodite con un salto y rodeò a Kay con una nube de insectos, pero antes de que la trampa se cerrase, el Uchiha se propulsò hacia atrás y consiguiò salir. Rapido como el rayo, Benji corriò donde el muchacho con el brazo envuelto en chackra

-¡jhuuken!-rugiò, y hundiò la mano en el estomago del Uchiha, que fue disparado hacia atráò secamente y no se levantò. Shino suspirò, y un silencio apabullante se apoderò del lugar¿Realmente se habìa acabado?¿Asì tan facil?

-Benji, comprueba signos vitales-indicò.

-esta vivo-informò el Hyuuga-pero creo que no podrà luchar màs. Lo tomamos por sorpresa.

El experto en insectos soltò un , Yang y Ryo aparecieron de entre los arbustos y se posaron detràs del hijo de Sasuke.

De repente, Kay emitiò una risita y se incorporò de un salto, para sorpresa de sus oponentes.

-¡estaba esperando que salieran todos!-se mofò, y antes de que ninguno pudiese hacer nada, se girò en direccion al trìo que recientemente habìa salido de su escondite

-Mangekyou Sharinga-

-¡No!-exclamò Benji, pero era tarde; sus compañeros cayeron al suelo retorciendose, torturados por enfermizas pesadillas ilusorias creadas por el dojutsu del Uchia.

Shino estaba estupefacto ¿Cómo era posible que alguien tan joven manejase un jutsu de semejante nivel?

-¡te matarè!-ladrò el Hyuga y se arrojò contra su enemigo.

-¡espera!-gritò el Aburame, pero su ùnico compañero en pie no se detuvo. Entonces pudo observar como el brazo derecho del Uchiha se iluminaba y se transformaba en una bola relampagueante. Era imposible confundir esa tècnica: chidori.

Shino, entonces, entrò en accion: extendiò sus brazos y de ellos brotaron una multitud de escarabajos que rodearon a Benji y volaron en direccion a Kay. Este ùltimo sonriò con suficiencia, tomò impulso y saltò hacia la columna de insectos.

El contacto con los rayos pulverizò a los bichos y no parò hasta alcanzar a Benji; por un momento pareciò que el tiempo se habìa congelado…y entonces hubo un ruido atronador y el cuerpo del portador del Byakugan fue despedido a un costado de la calzada.

-¡maldito!-bramò el Aburame y se lanzò hacia su rival con los brazos cubiertos de escarabajos; se estaba jugando todas sus cartas. Era a matar o morir.

Kay sonriò:

-¡chidori nagashi!-

El puño de Shino chocò contra una pared de rayos que se materializò en torno a su enemigo y sintiò como se le quemaba le mano.

Entonces, los rayos se agitaron y se concentraron en su estomago, arrojando al shinobi por los aires. Shino cayò entre los arbustos que hasta hacìa poco lo ocultaban y se diò cuenta de que ese era el final…no…no podìa ser el final…

Cuando el Aburame despertò, se diò cuenta de que algo frìo le recorrìa el tronco. Con ambas manos tanteò alrededor y encontrò su propia chaqueta; se dio cuenta de que estaba semi-desnudo. Se animò a mirar sobre su pecho y entreviò una mano envuelta en chackra que se deslizaba con suavidad sobres su piel. Por un momento Shino se asustò, puesto que pensò en un bisturì de chackra dispuesto a cegar su vida, pero su mente calculadora descartò esa idea, ya que quien lo tenìa en ese momento en su poder podrìa haberlo liquidado velozmente.

La mirada del maestro de insectos ascendiò por el brazo de quien tenìa la mano envuelta en chakra y terminò topandose con un rostro familiar: era Ino Yamanaka. Estaba igual que la ultima vez que la habìa visto: su cabello recogido en una larga cola de caballo, su estòmago al desnudo, su bluza y su mini-falda purpura

-¿Qué estas haciendome?-susurrò Shino.

Ino(cuya mirada hasta ese momento estaba concentrada en el torzo del chico) girò el cuello en direcciòn al rostro del shinobi.

-al fin estoy curando-respondiò-sino hubiese sido por tus insectos que contuvieron los daños, ahora estarìas muerto. Tienes mucha suerte.

-habìa unas personas…mis compañeros…tres varones y una mujer…

Una sombra cruzò el rostro de la Yamanaka:

-perdoname Shino, no pude hacer nada…fallecieron-

Las palabras taladrearon a Shino. Era su culpa. El los habìa defraudado a los cuatro. Ryo, Cazume, Benji y Yang…unas lagrimas traicioneras se resbalaron por su mentòn.

-¿Sabès quien lo hizo?-inquiriò la chica, timidamente.

-Kay-contestò el muchacho, con la garganta seca.

Ino cortò el flujo de chackra y acomodò a su paciente contra el tronco de un àrbol cercano.

El ninja observò una cicatriz que le cruzaba el estòmago por sobre el ombligo, en la zona donde lo habìa impactado la tècnica de Kay.

Moviò su puño(que tambièn habìa resultado afectado) y comprobò con alegrìa que, aunque le dolìa, podìa mover la mano perfecamente.

-¿Cómo me encontraste?-pregunto' el Aburame.

-Tuviste suerte. Tuve que pasara por aquí por una misiòn y te encontrè-contestò. Y luego añadiò-tendremos que irnos.

-¿A dònde?-

-A un lugar techado. Como te dije, vengo de una misiòn, que a demàs fue larga, y quiero descansar-

-¿Y para quièn era esa misiòn?-quiso saber Shino

-Luego te lo explicarè. Por ahora digamos que hay mucha resistencia contra Sasuke- le respondiò.

Shino se diò cuenta de que por el momento no necesitaba oìr nada màs. Por ahora.

La kunoichi lo ayudò a levantarse y le diò su camisa y su chaqueta para que se vistiese. No tardaron en partir amparados por los ùltimos rayos de Sol.

-antes de que me preguntes a donde vamos-empezò Ino- te comentò que nos dirijimos a un refugiò para los viajeros. Ya e estado allì y puedes estar seguro de que es un lugar còmodo y a salvo-

Su acompañante no puso objecciòn,(a fin de cuentas, no tenìa otro lugar a donde ir) pero no creyò lo ùltimo que habìa dicho la chica; en esos tiempos no habìa lugar a salvo.

Llegaron a la posada con las primeras estrellas asomando en el cielo. Era de dos pisos, un techo que descendìa en vertical de color rojizo y un cartel al costado de una alta puerta que rezaba: "bienvenidos viajeros. Prohibidos los jutsus".

Ino abriò la puerta y ambos ingresaron en la estancia. Dentro habìa un salòn bastante ampliò, con una barra al fondo, una escalera a la derecha y varias mesas pegadas a las paredes. Un aroma mescla a alcohol e incienso impregnaba el ambiente.

-Quedate aquì. Ire a hablar con el posadero-dijo Ino.

Shino aprovechò para observar a los otras personas que en ese momento se encontraban en la cantina.

Habìa un grupo de ninjas sentados alrededor de una mesa y por cuyos trajes se deducìa habìan pertenecido a la aldea de la arena. Tambièn habìa una variopinta colección de comerciantes y viajeros, todos ellos armados de distintas maneras.

Los ojos del Aburame se posaron en Ino, que en ese momento volvìa hacia èl.

Shino tambièn notò el poco disimulo con el cual el posadero miraba el trasero de su compañera mientras se acariciaba el bigote y le diò la sensaciòn de que aquel tipo era un idiota.

La Yamanaka se parò frente a èl.

-Vamos. Esta todo arreglado-le dijo y lo guiò hacia la escalera(cuyos escalones crugieron a cada paso que dieron) y luego por el piso de arriba, que estaba compuesto por dos pasillos que se cortaban y que estaban llenos de puertas. Finalmente llegaron a la de Shino; la 105.

Ino habriò la puerta con una llave que evidentemente le habìa dado el posadero. El Aburame entrò.

Era un diminuta pero comoda habitaciòn. Al lado de la puerta de entrada habìa otra que seguramen te conducìa al baño. Lo ùnico que habìa era una cama grande, un ropero pequeño y dos mesas de luz.

De repente, la puerta se cerrò. Shino mirò por encima de su hombro y se diò cuenta de que Ino aùn estaba en la habitacion.

-¿Qué haces?-se sorprendiò el maestro de los insectos.

La rubia se colocò frente al chico y retrocedìo hasta llegar al borde de la cama.

-esta es la ùnica que alquilè. Si quieres que me vaya, me voy-

La kunoichi, entonces, se adelantò y rozò sus labios con los de Shino, quien le correspondiò el beso.

Estuvieron allì, unidos, hasta que la necesidad de aire los separò. La joven le quitò la chaqueta y los anteojos, y volviò a su anterior posiciòn cerca de la cama.

Entonces, el Aburame se adelantò y tomò a la rubia entre sus brazos y la besò nuevamente, aunque de manera màs salvaje. Ambos cayeron en la cama y Shino le quitò la blusa a la Yamanaka,dejando al descubierto su sostèn. El chico levantò a Ino y ambos quedaron de rodillas sobre el colchòn. Ino le sacò la camisa a su compañero y volvierona besarce, con màs lujuria que nunca. Shino le soltò el pelo y quedò encima de ella. El joven recorriò el cuerpo de la kunoichi dejando una estela de besos hasta llegar a la cintura.

Con cuidado, retirò la falda primero y luego la ropa interior. Ino dejò escapar un suspiro de placer al sentir un beso en la feminidad.

-Shino…-

El ninja comenzò a subir por la cadera de su amante, pero esta empujò la cabeza del Aburame nuevamente entre sus piernas. La lengua de Shino serpenteò por la intimidad de la rubia, provocando que jadease de gozo. El shinobi se colocò cara a cara con la chica

-Shino, has lo que quieras conmigo-

Esa frase terminò por enloquecer al muchacho, que se despjò de las ropas que le quedaban y abriò las piernas de la Yamanaka, que sonreìa.

Shino apoyò sus brazos a los costados de la cabeza de la chica y la penetrò.

Ino lanzò una serie de gemidos que ecxitaron a su amante, quien comenzò a embestirla con màs fuerza

-ahhhhh…si…si…siiiiiii…-

Los brazos de la kunoichi rodearon el cuello del Aburame, quien la levantò para penetrarla desde otra postura.

Ino quedò sentada sobre Shino, quien comenzò a acariciar sus senos y la beso una vez màs, pero esta vez de manera suave e ìntima.

La ecxitaciòn creciò, y para aumentarla aùn màs, la rubia arqueò la espalda para atràs.

-aghgh…si…si-

Ya no pudieron màs. Ino se recostò a un lado de Shino y se arrastrò hasta quedar frente a la virilidad del chico. La joven acaricìo el orgullo de Shino y luego comenzò a chuparlo. Shino se dejò estar asì durante un rato, hasta que tomò la cabeza de Ino por la cola de caballo y la alzò.

La chica, con el rostro cubierto de sèmen, viò en ese momento algo que no esperaba: Shino sonreìa. Sì, sonreìa. Y a ella le gustaba, sobre todo con el pelo màs corto como lo llevaba ahora.

-Eso a estado muy bien-jadeò Shino

- Y solo estamos empezando-

Se quedaron mirandose un rato y luego, bajo la luz de la Luna, volvieron a unirse.

Espero que les haya gustado. Dejen reviews. Intentarè dejar el siguiente capìtulo lo màs ràpido posible.