Capítulo I: De cacería
En medio de una noche fría de otoño, una figura vestida de un sombrero negro de ala ancha y una gabardina del mismo color, y una máscara de tragedia color azabache, corría a toda velocidad por las calles de la ciudad de Corneria. Las calles a esas horas ya estaban prácticamente desiertas, el iluminado de estas evitaba que el oscuro personaje pudiera encontrar donde ocultarse mientras se alejaba lo más posible del sonido de una alarma que ya se escuchaba con un ligero eco a esas alturas, pero la figura sabía que le estaban siguiendo la huella, y en lo cierto estaba pues el sonido de una patrulla se hacía más fuerte a cada segundo.
La figura en medio de su huida casualmente encontró un callejón en medio de dos grandes edificios en donde esconderse, se puso a cobijo de la oscuridad detrás de un contenedor de basura de esos grandes pero con ruedas, respirando lentamente tratando de recuperar el aliento y conservar la calma. Pasaron unos segundos cuando finalmente escucho el sonido de una patrulla pasar a toda velocidad por donde estaba y finalmente dio un suspiro de alivio, luego se levantó del suelo, se sacudió el polvo y suciedad de encima lo mejor que pudo con su mano izquierda mientras sostenía un objeto con la otra, ambas manos llevaban puestos guantes de cuero negro.
Fastidiado por la situación de la que acababa de salir, encendió un comunicador que llevaba en su muñeca izquierda, mientras guardaba el objeto en uno de sus bolsillos.
-Ya está, lo conseguí.-dijo con una voz de barítono que disimulaba poco su enojo.
-Un trabajo excelente, aunque sabes que el objetivo no era robar esa bagatela- contesto una voz grave.
-Lo sé, pero no he visto a quien buscamos- respondió la figura.
-Sí, me alegra saber que no has perdido de vista el objetivo, y también que la policía no te perdió el rastro.
-¡¿Que?!- contesto sorprendido la figura.
-La próxima vez ocúltate en callejón sin cámaras de seguridad-contesto con ironía el interlocutor.
La figura alzo la vista y vio con furia como una cámara a 6 metros sobre su cabeza captaba sus movimientos, a lo que dio un gruñido y tomando un revolver disparo en medio de la lente con una escalofriante precisión, pero cuya detonación hizo un fuerte eco.
-Vaya que te gusta armar alboroto- dijo la voz gruesa- según yo veo tienes unos treinta segundos para seguir con la huida si te subes a la escalera de emergencia que tienes a tres metros frente a ti, aunque mejor no lo hagas, ya vienen por ti.
Apenas terminado de decir esto una patrulla se detuvo frente al callejón, la figura tomo un objeto de su bolsillo y se lo llevo a la boca, luego vio hacia el otro lado para ver otra le cerraba la otra salida, de estas bajaron un agente de cada una, mientras sus compañeros se quedaban en ellas, apuntando a la figura con un blaster se iban acercando lentamente.
-Baje el arma, las manos sobre la cabeza donde podamos verlas, y póngase de rodillas- dijo el que se acercaba por donde la figura había entrado, era un sabueso antropomórfico de color café.
La figura gruño, pero acato la orden puso el arma y saco un objeto de su bolsillo que puso ambos en el suelo, mientras se le acercaba para arrestarlo.
-Hey, pero si no es otro que el ladrón Malamute- dijo el otro agente, un gallo antropomórfico.
-¿Qué no te lo dijo el capitán?-dijo el primero mientras le ponía unas esposas- lo que se robó de la colección Tauro era un carbunclo azul con un valor de más de quinientos mil.
El segundo agente tomo el arma y el objeto que había dejado en el suelo, era una caja negra, y dentro había un gema azul brillante que parecía emitir luz propia. La guardo y dijo:
-¿Vaya que fuimos ambiciosos esta noche no es así?- dirigiéndose a Malamute que ni siquiera parecía estarle prestando atención.
-Tienes derecho a guardar silencio, todo lo que digas será usado en tu contra- dijo el primero mientras lo levantaba del suelo y lo llevaba a su patrulla- tienes derecho a un abogado, sino tienes uno…
Pero antes de que pudiera seguir diciéndole sus derechos, Malamute corrió rápidamente hacia adelante sorprendiendo a los agentes que hasta entonces el fugitivo se había mostrado sumiso. Dando un salto con ambas piernas coloco sus manos delante de su cuerpo, y antes que los agentes en el callejón o sus compañeros atendieran a saber que paso, el ladrón desabrocho rápidamente el cinturón de su gabardina rebelando un segundo revolver en el bolsillo interno que tomo con un rápido movimiento de manos.
-¡Detente!- gritaron los agentes volviéndolo a apuntar antes que el ladrón pudiera apuntarle a alguno-¡Baja el arma, y nadie saldrá lastimado!
Malamute no es estúpido sabía que el tercer agente le apuntaba desde la patrulla que tenía a sus espaldas, levanto sus brazos esposados lentamente, y una vez que los tuvo sobre su cabeza dio una fuerte inhalación y para sorpresa de los agentes que tenía enfrente, lanzo de su boca con toda las fuerzas que pudo un objeto esférico que le dio al primer agente en medio de los ojos, acto seguido el fugitivo se hecho al suelo, y se puso a cubierto del contenedor, mientras el tercer agente no entendió que paso hasta un segundo después.
El primer agente cayó de espaldas a suelo, y el segundo perdiendo de vista al ladrón se acercó a ver que le paso a su compañero, tenía una marca roja en su frente, y antes que se diera cuenta vio una esfera del mismo tamaño a poco centímetros suyos, cuando se acercó a ver más de cerca, la esfera emitió un sonido de gas liberándose, y al segundo una cortina de humo los envolvió a él y su compañero, y en pocos segundos tenia cubierto todo el callejón.
El tercer agente, un cerdo antropomórfico, era de por si lerdo, pero ante la situación se asustó y no sabía cómo reaccionar ya que si disparaba podía lastimar a uno de sus compañeros, volvió a meterse en la patrulla para pedir refuerzos cuando escucho un disparo que lo dejo helado del susto. Vio de vuelta a callejón, y escucho un sonido de metal crujiendo, al momento siguiente una mole cuadrada de metal se le venía encima, el contenedor de basura se le venía encima, Malamute lo estaba empujando, las ruedas de esto por suerte de ladrón le facilitaron el trabajo, y choco con fuerzas contra la patrulla. El tercer agente casi se cae del asiento, el golpe lo zarandeo un poco, tomo su arma, pero ya era muy tarde, cuando vio otras vez en dirección al callejón, el ladrón Malamute lo estaba apuntando con su revólver a menos de un metro de distancia, solo atendió a ver la cadena de las esposas estaban cortadas, seguramente del disparo que se escuchó antes, pero antes que pudiera moverse recibió un fuerte culatazo en la nuca que lo noqueo en seco.
El ladrón guardo su arma y tomo la del oficial, se miró atrás hacia el callejón y vio una cuarta figura saliendo con los dos agentes que se habían quedado ahí y desmayado por el humo, el cuarto agente de policía, llevaba gafas azules, era un perro antropomórfico, una especie de bulldog.
-Vaya de saber que la iban a complicar tanto lo hubiera hecho desde un principio- dijo colocando a sus compañeros en el suelo y sacándose las gafas- pero bueno tampoco debí dejarlos contra alguien como Malamute.
El ladrón apunto a este último con el arma que había tomado- ¿así que eres el jefe de estos peleles?
-Sí, usualmente no ando en tierra- dijo casualmente- pero bueno algo tengo que hacer en estos tiempos ¿podrías entregarte? En serio me ahorrarías problemas.
-Ja, esa insolencia te costara caro ¿eres Bill Grey no es así?- dijo mientras se llevaba
-Sí, veo que aún tengo cierta fama- contesto el perro, que en un segundo había desenfundo y apuntado al ladrón antes que este otro pudiera si quiera responder- vamos a hacer esto: te entregaras tranquilamente, iras a prisión, y dejaras de causar tantos problemas, ya creo que este es tu quinto, sexto asalto en el mes, y en unos minutos varias patrullas que llame deberían cercarte.
-Eso solo me dice que debo trabajar rápido, veras Capitán Bill Grey, mi objetivo de esta noche no era la joya que tus hombres recuperaron.
-¿Ah no? ¿Y cuál era entonces?- pregunto con curiosidad.
-Eras tu- respondió simplemente Malamute, sorprendiendo a Bill.
Al instante, el ladrón lanzo otra bomba de humo que tenía en su bolsillo cubriéndose en la cortina, Bill disparo en la dirección en que se encontraba Malamute, pero no pareció dar en el blanco. Al segundo siguiente una sombra se le acerco a una velocidad impresionante, le dio un disparo en la mano, pero antes que pudiera gritar de dolor un fuerte golpe en la nuca que lo hizo golpearse la cabeza contra el asfalto quedando totalmente inconsciente.
-No seas tan presumido, chico- dijo contemplando a su oponente vencido.
Minutos más tarde la patrulla que no había sido golpeada con el contenedor de basura se alejaba de la escena del callejón, ya con la cortina de humo se habia disipado casi por completo, el conductor llevaba puesto un sombrero de policia y las gafas de Bill Grey, tomo el radio de comunicación y hablo imitando la voz del capitan lo más que pudo: a todas las unidades, se ha capturado al ladrón Malamute, estoy llevándolo a la central, los oficiales Swine, Mutt, y Peck están inconsciente sobre la acera, ya llame a equipos de emergencia para atenderlos, pero que vaya una patrulla lo más rápido a ver que se encuentren bien, cambio.
-Entendido capitán- se escuchó- ¿le ocurre algo, se oye un poco más grave? Cambio
-Debe ser a causa del humo, el sospechoso tenia artilugios como ese para escapar, cambio y fuera.
El conductor colgó, el radiotransmisor, y condujo con cuidado, mientras vio en el asiento trasero suyo a una figura con mascara de tragedia, sombrero de ala ancha, y gabardina mal colocada como una capa de viaje, que estaba esposada y aparentemente sin sentido, y sonrió con satisfacción, era un perro negro de ojos ámbar, un mastín napolitano antropomórfico, conduciendo con una mano, encendió nuevamente el transmisor.
-Misión cumplida- solo dijo.
-Excelente, excelente Baskerville, o debería decir "Malamute"- dijo su interlocutor, la misma voz grave de antes.
-Ya con esto espero que deje de tener que armar tanto jaleo en la ciudad, odio este lugar, y lo sabe.
-Harás lo que te diga que hagas, pero sí de momento y si el plan funciona como esperamos, no tendrás que arriesgar tanto el cuello, mi buen Hugo.
Baskerville dio un suspiro de alivio - ¿en donde se supone que debo dejar a nuestro invitado, Señor?
-Esa actitud me agrada, y justo a tiempo, Ling ya cumplió su objetivo también, déjalo en la bodega número cuatro junto a los muelles, de ahí me hare cargo personalmente.
Baskerville corto la transmisión, dio una mirada hacia los muelles, y pensó en la recompensa que tendría por delante, si bien pensó podría librarse de su empleador en poco tiempo, debía admitir que estas misiones eran emocionantes.
Mientras el ladrón conocido como Malamute huía de sus persecutores, al otro lado de la ciudad, en un hotel de moderada reputación, tres, cuatro estrellas máximo, en una habitación del segundo piso una figura miraba hacia la ciudad, era Amanda, la novia de Slippy, vestida con un vestido verde limón y con el usual moño amarillo en su cabeza, había venido a Corneria sin avisar para darle una sorpresa pero por desgracia cuando fue al cuartel general Peppy le informo que el equipo debió partir en una misión urgente y no se esperaba que volvieran hasta el día siguiente por la mañana, pero pensó en mejor darle una mejor sorpresa, preparar algo de comer, y recibirlos. Aun así, tenía una extraña sensación desde que abandono el cuartel, estaba convencida que alguien la estaba observando, pero cada vez que se volteaba, no había nada que le pareciera semejante a que alguien la siguiera, pensó que sería su imaginación pero la verdad es que tuvo esa sensación hasta que regreso al hotel, y recién ahora la volvía a sentir.
Se recostó en su cama tratando de descansar un poco, pero la sensación no la abandonaba, pensó en llamar a Peppy y hacer que viniera una custodia para ella, al momento siguiente pensó que era absurdo, por más que Peppy y Slippy hayan sido compañeros de equipo antes, ella no iba a convencer al amigo de su novio a movilizar seguridad solo porque ella tuviera una corazonada. Estuvo debatiéndose si pensaba a hacerlo o no cuando de repente se escuchó un golpe a su puerta.
Amanda se levantó sorprendida y un poco asustada.
-Qui, ¿Quién es?- pregunto.
-Servicio a la habitación- escucho una voz femenina responderle.
La rana se acercó a la puerta, y vio por la rendija, era una de las empleadas, ya la había visto antes cuando había registrado en la mañana, era una osa panda antropomórfica, tenía parte del pelo atado en rodete, llevaba anteojos redondos, y una cara de completa apática, delante de ella había un pequeño carrito de comida con cubierto de un mantel blanco, y con un plato de plata debajo de un cloche del mismo material.
-Lo siento, no pedí servicio a la habitación.
-Es cortesía del hotel, señorita Amanda- le respondió con un tono igual de apático que su rostro- de no ser por el equipo star Fox este lugar estaría destruido hace tiempo, además es buena publicidad para el lugar si usted nos recomienda.
Amanda dudo por unos segundos, finalmente se resolvió en que sería de mala educación no abrirle, giro la llave y abrió la puerta.
Al momento siguiente, la empleada del hotel puso con la palma boca arriba frente a Amanda, llevaba un extraño polvo encima que soplo apenas tuvo el rostro de la rana frente al suyo, esta tosió fuerte, se llevó una mano a la cara, y la otra a la garganta, mientras su cuerpo se tambaleaba y la sensación del tacto abandonaba su cuerpo.
-Pero…que-alcanzo a decir mientras se desplomo en el suelo completamente dormida.
La empleada sin siquiera pestañar, primero vio que no hubiera nadie en el pasillo del hotel, luego levanto a Amanda entre su brazos, se acercó al carrito pareciendo que iba a ponerla escondida en el mantel, cuando se dio cuenta que no cabría en la parte de abajo.
-Vaya, nota mental, usar un carro más grande la próxima vez- si dijo para sí. Miro nuevamente para ver si algo le servía cuando sus ojos azules notaron un carro de ropa sucia en medio de donde se cruzaba el pasillo donde ella estaba y otro -¿Cómo no lo vi antes?
Apresurada, corrió tratando de guardar silencio y no llamar la atención, deposito a Amanda en el carro. Se volvió sobre sus pasos, tomo la llave del cuarto de Amanda, cerró la puerta, y volvió hacia el carro de ropa que vio que se estaba moviendo, se alarmo, y cuando fue a ver qué pasaba, vio al viejo conserje del edificio jalando del carro.
-Oiga, oiga ¿necesita ayuda?- dijo la panda.
-¿Quién es?- dijo el conserje, un topo antropomórfico con unas gafas gruesas que no llevaba puestas encima, las llevaba colgando del cuello, y se las puso para ver detenidamente.
-Soy nueva aquí, me llamo Mei.
-O vaya, no sabía nada de personal nuevo- dijo el topo- pero bueno si quieres ayudarme lleva esto al sótano, yo iré al baño, y luego te alcanzo, jovencita, estos riñones ya no son lo que solían ser.
-Sí, usted vaya, no se preocupe- dijo Mei embozando una sonrisa.
Una vez que vio al topo puso una llave entrar en una puerta que supuso que era la del baño, ella no sabía realmente mucho de las habitaciones del hotel, la panda fue por la otra dirección hacia el ascensor de carga, una vez que este llego, escucho un grito de un hombre en la otra dirección.
-¡¿Pero qué está haciendo? esto no es un baño viejo estúpido!
Se escuchó un fuerte sonido de golpe, y al momento siguiente se vio al viejo topo sacudiéndose las manos.
-El peor baño de la historia, seré viejo y miope pero no hay porque insultarme por eso jovenzuelo.
Mientras la puerta del ascensor se cerraba Mei pensó para si- con razón este lugar no tiene tan buena reputación, si bien tiene vajillas y charolas de plata, el servicio es pésimo, ja ja.
Pulso el botón de la planta principal, una vez llegada ahí se apresuró a mover el carro de ropa hacia la puerta trasera, sin ningún contratiempo. Abrió la puerta, y coloco el carro para que no cerrara, fue hasta su auto, un modesto Beetle color vino tinto, que coloco de culata lo más cerca que pudo de la puerta trasera, abrió el porta equipaje, tomo a Amanda la coloco en la posición más cómoda que pudo en un espacio pequeño, y cerro el portaequipaje con cuidado.
Ya estaba a punto de partir, cuando vio el carro de ropa, y pensó que no sería buena idea dejar las cosas así.
Se acercó de nuevo al carro, y comenzó a llevarlo al ascensor de carga de nuevo, cuando pasando cerca de la recepción, vio a un mono antropomórfico de pelo quejándose de que el conserje le había partido la cara de un golpe, a lo que la recepcionista, trataba de tranquilizarlo sin mucho éxito.
-Lo siento señor Noikonny- decía la recepcionista, una nutria antropomórfica- pero solamente debió haberlo hecho notar donde estaba, el señor Bottles es un poco sensible.
-Sensible ¡sensible! Ese topo es un amenaza, es suficiente, me voy de aquí, ya les hare llegar una noticia de mis abogados.
Mei se apresuró en alejarse de ahí, una vez llegado al sótano, dejo el carro cerca de los lavarropas, subió rápido por las escaleras, corrió a toda velocidad de nuevo hacia la puerta trasera, chocándose con el viejo conserje en medio, que el pobre topo ni supo que lo golpeo.
Se subió a su auto, encendió, y salió de ahí lo más tranquila que pudo. Ya cuando a cinco minutos de distancia del hotel comenzó a escuchar ruidos de su porta equipaje, sabía que su rehén ya había despertado.
-Vaya que problemático- se dijo para sí, dando una frenada que hizo que lo ruidos paren al hacer que Amanda se golpeara, luego se puso un teléfono manos libres, marco un número, y siguió conduciendo.
-¿Si, Hola?- se escuchó un voz grave al teléfono.
-Señor habla Ling, misión cumplida- dijo la panda.
-Esplendido, como era de esperarse de parte tuya Ling- contesto la voz- Baskerville aun no cumplió con la suya, aunque parece que ya estaba cerca hace un rato.
-Esperemos que no sea tan tonto como para dejarse atrapar en serio- dijo Ling con un tono irónico.
-Ba Ja Ja, sabes que el solo busca sus propios planes, pero de momento este segura que no le conviene actuar por su cuenta, confía en mi criterio querida.
-No desconfió de usted Señor, de ese ambicioso perro es de quien desconfió.
-Aun así, la mitad de la cacería está completa, aunque los objetivos de esta noche son cebos para las presas grandes, lleva a nuestra invitada a donde tú ya sabes. Ah, mira, hablando del diablo, debe ser Baskerville con buenas nuevas, debo contestarle, nos veremos en la mañana-
-Si Señor- y dicho esto colgó de inmediato.
Ling condujo en dirección hacia los muelles de la ciudad capital, estando bastante contenta de haber ayudado a su señor, aunque sintiéndose un poco mal por sus acciones de esta noche.
OK, primero que nada esto no es una secuela de mi historia anterior, es independientemente de, aunque creo que los eventos están mas o menos ubicados luego de la invasión Anglar, cuando, tal vez unos seis meses tirando a casi un año diría yo, según que final, no se jajajaja.
Baskerville es una referencia a la novela de Sherlock Holmes, y Ling esta algo basada en los Pandaren de warcraft, aunque sin tener que ser un estereotipo del lejano oriente. Y el cameo de Oikonny, fue para gracia mía jajajaja.
No pediré reviews aunque tampoco prometo ser tan constante como con la historia anterior, dicen que no es traidor quien avisa, así queeeeeee...
nada. Nos Vemos.
