Disclaimer: Nada de esto me pertenece. Sólo me he limitado a traducir una historia que me ha encantado de la autora lalazee (link en mi perfil) y no obtengo provecho alguno.

Venganza

Spock estaba en el epicentro de una carnicería. El olor de carne carbonizada y sangre se aferraba a sus pulmones, y teñía su galopante corazón con venganza.

Un solitario romulano aullaba su muerte prematura en la distancia, y ancianos edificios se derrumbaban como la arena. Romulo había sido despedazado; diezmado. Nero no volvería a tener nunca la oportunidad de atormentar la galaxia con su miserable existencia.

Pero la retribución nunca ahogaría, dentro de su cráneo, los llantos moribundos del pueblo Vulcano. Los oía siempre: como olas implacables chocando contra su cordura.

No… nada traería verdadera justicia a las acciones de Nero, pero esto tendría que bastar. Esto saciaría completamente y callaría los katra perdidos de su gente.

¿Y quién era el responsable de la gloriosa ruina de la cultura romulana?

A través de la neblina y los gases nocivos, se aproximaba el crujido de unos pasos arrogantes. Polvo, rucio y muerte se amontonaban alrededor de un hombre envuelto con los colores del sol y la noche. El distintivo uniforme dorado y negro era como una baliza para su propia existencia carente de color.

Los ojos azules estaban febriles con la caza. La sonrisa del Capitán Kirk era tan afilada como la hoja de la navaja que mantenía en su manga, por la muñeca.

- Spock.

Centenares de hombres muertos habían oído esa voz en su último aliento; pero nunca en el mismo tono en el que Kirk simplemente pronunciaba Spock.

- Capitán. ¿Puedo hablar con libertad?

- Claro – gruñó. Kirk deslizó el dorso de su mano por su frente. Sangre verde embarraba y apelmazaba una ceja.

- Yo… - Spock sacudió la cabeza. - ¿Por qué? Vulcano no significaba nada para ti. ¿Por qué vengarías un planeta con el cual no tenías lazos lógicos o sentimentales?

Los ojos de Kirk destellaron como fuego. Cerró la distancia que quedaba entre ellos con los hombros cuadrados y las manos en puños: como si prefiriera golpearle antes que contestarle.

Spock se mantuvo alto e inquebrantable. Era consciente de cada nervio tenso en la figura de Kirk, como si fuera la suya propia. Era una fiera presencia física, y una abrumadora mentalmente. Era un guerrero en cuerpo y mente.

Kirk ladeó la barbilla, y sus narices casi se rozaron. Spock inhaló una respiración corta y brusca y lo observó con velada curiosidad. Cuando las pestañas de Kirk cayeron y sus labios rozaron el lóbulo de su oreja, todo pensamiento consciente se detuvo abruptamente.

- Idiota – siseó Kirk -. ¿Aún no lo sabes? – Hubo una pausa, enlazada con agitación. – Lo he hecho por ti, Spock.

Se le atascó la voz, como si le horrorizara decir esas palabras.

- Destruiría mundos por ti. Destruiría el mío. Spock, - murmuró Kirk y se hizo para atrás; sus dedos envolviendo su muñeca estrechamente -. eres mi único mundo. Mientras tú vivas… estoy en casa.

Ciudades eran destrozadas y cuerpos quemados al mismo tiempo que Spock clamaba hambrientamente los labios de Kirk como suyos.

Un niño de dos mundos se convirtió en un hombre de uno.

FIN

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