Un grupo de jóvenes entró en la revista de Bulevar 21, su instituto había hecho una pequeña excursión para que vieran lo que era trabajar en una revista para los posibles estudios que podían hacer los de empresariales...Todo el grupo iba conjunto, cerca del profesor, excepto un chico, que se encontraba bastante retirado de los demás. El profesor habló con la recepcionista "Chusa" y esta le indicó donde tenían que ir. El último chico de nombre Diego, aprovechó para esconderse y no tener que seguir con ese rollo de excursión. Todo el grupo subió por las escaleras, y en cuanto desapareció Diego apareció. Era un chico bajo, con el pelo negro, que le taba los ojos, llevaba una enorme camiseta de Marilyn Manson y unos pantalones vaqueros tan largos que se los pisaba, llevaba colgando del hombro una bandolera en forma de ataúd, una pulsera de pinchos y unas gafas de montura gruesa.
-¿Qué haces aquí? ¿Por qué no subes?-le preguntó la recepcionista
-No te interesa-respondió malhumorado el chico
Sin inmutarse Chusa contestó
-Te van echar en falta y se mosquearán.
-Lo dudo mucho-dijo mirando de reojo a la recepcionista
-No creas, porque-empezó Chusa
-Cállese, dudo que se preocupen por mí-soltó mordazmente el chico, miró a ambos lados y se fue a la cafetería.
Chusa se quedó sorprendida mirando al chico. No le retiró la vista hasta que se sentóEn una mesa.
-Disculpe señora-dijo Diego educadamente a la camarera-Me podría poner una Coca-cola?
-Claro-dijo Marga con una sonrisa
Cuando ella se volvió Diego hizo una mueca de asco. Esperó a que le trajera la cola, la cogió, pagó y fue a sentarse a una mesa próxima. Sacó una libreta y empezó a beber su coca-cola mientras dibujaba o escribía. Poco a poco la cafetería se llenó de gente, y no había sitio donde sentarse. Llegó la hora del almuerzo y el chico seguía allí sin inmutarse. Solo pendiente a lo que dibujaba.
Diego de la Vega entró en la cafetería con aires de superioridad, y fue aproximándose a la barra. Diego lo miró y sonrió, sacó de su bolso una foto y comparó a la imagen con el hombre que acababa de entrar y sonrió, por fin había venido a lo que quería desde hace años. Esperó a que se sentara y abordarle a preguntas...Diego dlV, pidió su almuerzo y miró toda la cafetería, no encontró sitio vacío, salvo el que se encontraba enfrente de Diego.
-¿Está ocupado este sitio?-preguntó el adulto formal
-Sí-dijo Diego sin mirarlo
Diego dlV se dio media vuelta para irse.
-Siéntese- le Diego levantando la cabeza
-¿No dijiste que estaba ocupado?-pregunto Diego dlV sin perder la educación
-Es obvio, que cuando le digo que se siente es que no está ocupado,-contestó Diego volviendo a sus dibujos.
Diego, algo cabreado se sentó frente al chaval y le miró... Qué escoria pensó.
-¿Te llamas Diego de la Vega, verdad?-dijo Diego
-Sí-respondió Diego-Supongo que sabrás mi nombre por ser accionista de esta empresa ¿No?
-No.-respondió el chaval sin levantar la cabeza
Diego dlV alzó una ceja, y se quedó mirando un poco al chaval mientras bebía café.
-¿Cómo te llamas?-preguntó Diego dlV
-Diego de la Vega-dijo el chico mirando al adulto a través de sus gafas-Soy tu hijo-sentenció
