No soy dueña de Naruto ni mucho menos. Seamos realistas, ya se hubiese terminado si así fuese xD
Inconforme- Prólogo.
Las puertas de entrada a Konoha lucían hermosas bajo la tenue luz de la temprana madrugada. Decidió Sakura mientras, recostada sobre uno de los pilares principales del gigantesco umbral, observaba de brazos cruzados como Naruto rostizaba cada pobre hormiga perdida que encontraba con un pequeño trozo de cristal, no sin dejar (claro está ) de gritar de emoción y júbilo cada vez que conseguía cumplir con su cometido.
La situación comenzaba a hacer mella en su lado más fácilmente irritable. ¿Dónde rayos estaba Kakashi? "Juro que esta vez no lo cuenta" Se repetía una y otra vez mientras recordaba, con una mezcla de nostalgia y abrazador desprecio, las incontables e infructuosas amenazas de similar estirpe de las que fue sujeto el aludido en el pasado.
"¿Acaso cree que puede llegar cuando se le ocurre?"
Era inútil. Querer cambiar al Jounin era igual (o peor) que jugar al pin-pon con una pelota rectangular. Kakashi siempre sería Kakashi y ni siquiera una horda de furiosos Bijuus podría dar vuelta esa moneda.
El sol comenzaba a calentar más fuerte. Producto de esto, la Kunoichi , despegándose de su querido soporte, prosiguió a quitarse las prendas superiores de su atuendo, las cuales comenzaban a producirle comezón.
-Si en lugar de las puertas de nuestra amada aldea- comenzó una inconfundible voz detrás de la joven – nos encontráramos digamos, sobre la mesa de mi cocina, esta escena se parecería ridículamente a una que encontrarías en mis libros, Sakura-
Si, definitivamente este intento de ninja nunca mostraría una cara más derecha. Suspirando, la aludida se dio rápidamente la vuelta para encontrarse cara a cara con el Hatake.
-No me mires así, pequeña- Comenzó el observado tras descubrir lo poco agraciada de las facciones de su alumna al tiempo que alzaba los hombros en un gesto auto excusable. –Lo que sucedió- dijo comenzando la charada nuevamente- fue que en mi camino hacia aquí, un indefenso saltamontes se encontraba a merced de una infame viuda negra. ¿Como? Dime, ¿Cómo iba a dejar que tal acto de lesahumanidad se perpetuara?-
"Inaudito" comentó Sakura mientras oía las últimas elucubraciones de su ahora ex sensei.
Avanzando hacia la puerta, se dispuso a cruzar la entrada sin molestarse en responder a tal descabellada mentira, pero Kakashi, adelantándose a sus actos, colocó la totalidad de su figura delante de ella, y, sonriendo por debajo de su inseparable máscara azul como la noche en el desierto de Suna, le alborotó los cabellos con una de sus manos dejándola indefensamente molesta y abochornada.
Venga, Sakura- dijo –no seas tan rencorosa- Tras esto, el ninja se dio la vuelta, colocándose ambas manos en la seguridad de sus bolsillos y dejando, a paso seguro y tranquilo, la aldea de la hoja.
Si alguna vez había cabido lugar para la menor duda, con esto ya no se discutía más: algunas personas nunca cambian.
