Este promt fue el responsable de la inspiración:

"Oops, dropped your coat!" You cheerfully pick up the soft fur coat off the floor and carefully drape it back over the person's chair. They stare at you with wide, stunned eyes. They're remarkably attractive. You awkwardly wave at them and go sit down at your table.

They're a selkie, you "gave" them back their coat, you now have a gorgeous and besotted selkie spouse. Hey, they don't make the rules.

The next day, the attractive person you met shyly approaches you and gives you a little box with a ring inside. You blush, a little confused, and stare at them.

"I… Isn´t this… An engagement ring?

"Well… we… We should get married by human customs as well."

"…What?"

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"Epa, se te cayó el tapado!" Emma levantó alegremente el suave tapado de piel del suelo y lo colocó cuidadosamente sobre el respaldo de la silla de la mujer. La morocha la observó con enormes ojos sorprendidos. Era espléndida. Emma hizo un torpe intento de saludo con la mano y fue a sentarse a su mesa, con el atractivo rostro de la mujer grabado a fuego en su mente.

Ella era una selkie, al "devolverle" su piel, ahora tenés una esposa selkie preciosa y enamorada. Hey, ellos no hacen las reglas.

Al otro día, la atractiva mujer que conociste se acerca con timidez y te da una cajita con un anillo dentro. Te ruborizas, y algo confundida, la mirás.

"E… Eso no es… Un anillo de compromiso?"

"Bueno… Deberíamos…Deberíamos casarnos bajo las costumbres humanas también."

"…Qué?"

Nota

Las selkies son criaturas mitológicas encontradas en el folclore irlandés, escocés y feroés. En las tradiciones islandesas se describen criaturas similares. Se dice que las selkies viven como focas en el mar, pero se despojan de su piel para convertirse en humanos en la tierra.

En este fic, modifiqué algunas cosas que leí sobre estas criaturas para que se adapten a las necesidades de la historia, de todas formas, considero que fue una adaptación justa, ya que el folklore no estaba siendo igualitario con hombres y mujeres selkies, así que básicamente lo que hice fue: si lo puede hacer un selkie, lo puede hacer una selkie y, si le puede pasar a una selkie, también le puede pasar a un selkie.

Por otro lado, me tomé licencias artísticas y puede que haya modificado y/o agregado alguna que otra cosita sobre la mitología en sí, todo por el bien de Swan Queen y de la historia, obvio.

Nota 2: los personajes no son míos. La historia sí salió de mi cabeza.

PRÓLOGO

Les voy a contar una historia. Una historia de amor, pero les adelanto que no tiene un final feliz. Es que, pese a que los cuentos sobre selkies suelen empezar con un agradable y pacífico "Había una vez...", nunca tienen un final feliz: en ellos, alguien siempre termina con el corazón destrozado. Estas historias suelen ser grandes tragedias románticas. Así que después no digan que nos les avisé.

Según cuentan leyendas, trasmitidas oralmente de padres a hijos a través de los años, existían en el mundo unas criaturas extremadamente atractivas y seductoras que vivían como focas en su reino marino, pero cuando querían visitar la tierra, dejaban la piel de foca bien escondida en algún lugar de la playa y se transformaban en hermosas mujeres y hombres que tenían un magnetismo animal que incrementaba infinitamente su carisma. Estos seres mágicos que se caracterizaban por poder controlar el clima y conjurar una tormenta de la nada si así lo deseaban o perdían el control de sus emociones, tenían en su mayoría ojos redondos, hermosos, muy expresivos que eran, en parte, responsables de su poder de seducción.

Sus cabellos, dependiendo de su procedencia geográfica podía ser castaño dorado o negro con un mechón blanco y, obviamente, su piel de foca era del mismo color. Como si todo esto no fuera suficiente, tenían una voz seductora, hecha para cantar. Tal vez fuera por eso que amaban la música y bailar en la playa a la luz de la luna.

La posesión más valorada por estas criaturas era su piel ya que sin ella, el selkie no podía cambiar a su forma de foca y, por lo tanto, no podía volver al mar. La leyenda cuenta que, si un humano encontraba la piel podía someter al selkie, quien obedecería fielmente, por este motivo la piel de selkie era un trofeo para los humanos. Pero, si el o la selkie llegaban a recuperar su piel, huían de regreso al mar y, si el humano que lo sometió fue cruel, se vengaban ferozmente.

Se dice que cuando un selkie recuperaba su piel, regresaba al mar sin mirar atrás por más enamorado que estuviera de su pareja, ya que al ponerse la piel, por más que quisiera quedarse no podría hacerlo, el llamado del mar era irresistible.

Los humanos que estaban al tanto de estas historias eran, generalmente, familias con generaciones de marinos, quienes tenían trabajos relacionados con el mar o gente que vivía en lugares con salida al mar. Todos ellos sabían que podían atraer y/o reencontrarse con ellos derramando siete lágrimas en el mar. Pero también estaban al tanto de que, tras su paso por tierra, cuando un selkie regresaba al mar debía esperar siete años para volver a caminar por la superficie.

Nuestra historia transcurre en el reino de White, el mismo se hallaba en el fondo del Golfo de Maine y estaba construido de barcos hundidos. White era regido por el amenazante rey Leopold White, quien acechaba a sus jóvenes súbditas para forzarlas a convertirse en sus esposas...

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