Neon Genesis Evangelion: Redención
Prólogo: Despertar
Escrito por: beamknight87
Historia basada en los personajes creados y con Copyright de Gainax.
Me di cuenta de la oscuridad que me rodeaba.
Y después, del olor, propio únicamente de los hospitales.
Un dolor sordo en mi espalda, como si la tuviera amarrada por cuerdas con nudos toscos y gruesos en cada vértebra de mi columna me hizo dar un quejido involuntario.
Finalmente, abrí los ojos, para mirar de lleno a un techo desconocido.
Me le quedé viendo fijamente un largo tiempo hasta que después de lo que me pareció una eternidad, pude intentar moverme.
Sin resultado alguno. Sentía el cuerpo débil, muy débil...
El miedo de repente me invadió. No sabía dónde estaba. Y tampoco era capaz de moverme. Era casi como si toda mi fuerza hubiera sido drenada de mi cuerpo y lo peor de todo era que ni siquiera sabía el por qué.
Decidí probar mi suerte tratando de hablar, quizás si pedía ayuda o incluso gritaba alguien vendría, pero al intentarlo, lo más que pude emitir fue un gimoteo casi inaudible, como si hubiera sido un bebé el que hubiera tratado de decir algo. No podía creerlo, mi corazón se aceleró al notar que hasta mi garganta se sentía cansada. Aún así, no me rendí, seguí intentándolo hasta que pude ser capaz de dar un graznido que si bien no sonó a nada coherente, fue lo bastante fuerte como para que alguien lo escuchara si estaba cerca.
Es evidente que mis intentos por hablar y moverme llamaron la atención, ya que de repente escuché un "¡Eep!" de una mujer con el uniforme de enfermera, la cual salió corriendo por el pasillo al notar mis movimientos. ¿Qué rayos le pasaba¿Acaso no podía ver que necesitaba ayuda?
Estaba continuando mis intentos por incorporarme cuando una voz me llamó. Una voz que recordaba bien pero que me daba la impresión de no haber escuchado en mucho tiempo...
"Asuka", llamó suavemente.
Dirigí la vista hacia la persona. No había duda. El cabello morado. La cruz de plata...
Era Misato.
Pero...
Había algo diferente a la imagen que tenía de ella en la mente. Sin duda, su cabello no era tan largo y la mujer que ahora me estaba mirando tenía una cortina púrpura que le llegaba hasta poco más debajo de la espalda.
Y a pesar de ello, pude distinguir unos cuantos hilos plateados en él además de que el brillo natural que siempre había tenido había desaparecido, dejando un púrpura opaco, casi negro, como si hubiera envejecido prematuramente. Pero no sólo era su cabello el que se veía diferente. Su rostro se veía cansino y hasta cierto punto, demacrado, más envejecido por las arrugas alrededor de los ojos. Ya no había ni rastro de la eterna sonrisa irresponsable que la mujer siempre tenía en la cara. Además, su uniforme también había cambiado: su chaqueta color rojo ahora tenía las mangas de un tono negro, rematadas en las muñecas por dos aros hilados de color dorado. Y las insignias en sus hombros que le daban el rango de Mayor ya no estaban, en su lugar noté una única medalla en la parte izquierda de su pecho cuya forma reconocí como la del rango de Comandante.
No podía ser.
Una única duda asaltaba mi mente mientras examinaba minuciosamente a quien fuera mi tutora.
"Mi... Mi... sato", pude croar a duras penas. El emitir esas palabras hizo que la garganta me ardiera de dolor pero no me importó. Tenía que saberlo. "¿Cu... cuánto... tiem...po...?" no pude terminar de hablar, ya que la mujer se me acercó hasta el borde de la cama y me tomó una mano con las dos suyas, mirándome fijamente antes de comenzar.
"Tres años Asuka. Estuviste dormida por tres años", fue lo único que dijo y sentí como si sus palabras hubieran pesado una tonelada en mi ser cuando las escuché.
Tres años.
Tres años de mi vida perdidos y la razón...
De repente todas las memorias se abrieron de golpe en mi mente.
El Ángel en órbita.
El rayo de luz.
Mamá...
No estoy segura, pero creo que empecé a gritar.
Y después, la oscuridad nuevamente me engulló.
Ya habían pasado dos semanas desde que recobré el conocimiento.
Dos semanas que me habían parecido eternas después de haber pasado tres años enteros dormida. Vaya tontería la que es la concepción y el paso del tiempo para una persona cuando está despierta y cuando no lo está.
Había gritado como nunca, al recordar la manera en que ese ser... violó mi mente. Al hacerme recordar todo aquello que había escondido en lo más profundo de mis memorias. Creo que el arranque que tuve fue tan violento que hasta tiré a Misato al suelo mientras me sostenía la cabeza, sacudiéndola, casi en una réplica a lo que hice cuando el Quinceavo me atacó. Recuerdo fugazmente que entraron al menos tres enfermeras y un médica de bata larga, sin duda todos ellos de la enfermería de NERV y, sujetándome a la fuerza, me inyectaron un tranquilizante muy potente ya que me dejó inconsciente en cuestión de segundos.
Al menos sirvió de algo, ya que cuando desperté otra vez, mi mente ya no estaba tan intranquila por la revelación, pero todavía me resultaba muy difícil aceptarla.
Mi frustración había ido en aumento cuando le pregunté a Misato, quien aún estaba sentada al borde de mi cama, sosteniéndome una mano, qué había pasado en todo el tiempo que permanecí... en coma. Creo que hasta le pregunté directamente el por qué ahora era ella la Comandante de NERV. Misato simplemente apretó un poco más fuerte mi mano y me dijo "Después... hablaremos después. ¿De acuerdo? Por el momento, sólo trata de mejorarte", y tras decir eso, salió de la habitación, dando instrucciones precisas de no dejarme ir ni informarme de ningún asunto relacionado con NERV hasta que mis funciones motrices hubiera mejorado a un nivel aceptable.
No quería admitirlo al principio pero tras caer de bruces al suelo de la cama y quedarme tirada por una hora ahí hasta que una enfermera en turno entró a la habitación y me ayudó a incorporarme, tuve que aceptar que tenía razón. Tres años de estar sin hacer nada definitivamente provocaba estragos en el cuerpo. Al menos aún podía hablar coherentemente...
Para sorpresa mía y de los médicos, mi rehabilitación iba progresando satisfactoriamente. Ejercicios de repetición para aprender a caminar una vez más correctamente habían sido cosa de todos los días desde mi despertar, eran humillantes, al hacerme sentir como una bebé siendo ya una mujer de 17 años, pero no podía hacer mucho más que quejarme, al menos durante la primera semana. Para la segunda ya era capaz de por lo menos ir al tocador a hacer mis necesidades yo sola.
Por supuesto, si se trataba de ser la mejor, Sohryu Asuka Langley era la número uno.
Mi orgullo se desinfló al instante al recordar lo que el último Ángel me hizo.
Y ahora, mientras estaba en el pasillo esperando la llegada de Misato, al parecer dado que los médicos habían acordado en que mi recuperación se estaba dando mucho más rápido de lo que pensaban, las dudas continuaban asaltándome. La Segunda Elegida había despertado de su sueño, por lo tanto debía de ser algo relevante para NERV. ¿No es así? Indudablemente así era el caso. ¿Entonces por qué nadie había venido a verme?
No es que tuviera muchos amigos aquí pero...
Había esperado poder ver a Kaji.
Y en un momento de debilidad incluso llegué a desear ver el rostro de... Shinji. Ese idiota. Me sentí humillada por haber pensado en él.
Pero nadie había venido a verme.
¿Acaso Misato había dado órdenes explícitas también al resto del personal para prohibir entrar en contacto conmigo? No lo sabía.
Seguía dando vueltas en el pasillo, mientras continuaba pensando las cosas. ¿La guerra con los Ángeles habría terminado?. ¿Mi EVA-02 aún funcionaba? Y si era así. ¿Tenía acaso a algún piloto de reemplazo. ¿Y qué rayos había pasado para hacer que Misato pareciera haber envejecido toda una década o más en vez de tres simples años?
Estaba apretando cada vez más los puños y los dientes en frustración por la rabia de no saber nada hasta que escuché los pasos de alguien acercarse. Alzando la mirada, vi a Misato caminar solemnemente hacia mí, una expresión neutra en la cara. Sin dudarlo, me dirigía hacia ella hasta que nos quedamos frente a frente. Di una leve sonrisa de satisfacción al notar que no tenía que alzar la vista para verla a los ojos. Ahora que lo notaba, mi cuerpo se había desarrollado bastante a pesar de haber pasado tres años de la pubertad en coma. Había crecido tan alta como Misato y sin duda, podía hacerlo un poco más, todo gracias a mi ascendencia alemana.
"¿Y bien?" comencé, golpeando el suelo con la punta de mi zapatilla y cruzada de brazos. Tenía que decir que las vestimentas que el personal del hospital me habían dado eran horribles. Unos simples pantalones de deportes de color azul oscuro y una playera holgada del mismo color. Dado que no había tenido mis conectores neurales para amarrar mi cabello como solía hacerlo, estaba usando una simple cinta de color negro para sujetarlo en una larga cola de caballo, aunque un mechón muy largo del fleco me ocultaba la vista y estaba harta de hacerlo a un lado. Absurdamente no había notado que mi cabello rojo estaba tan largo como el de la mujer ante mí.
Misato dio un largo suspiro antes de empezar a hablar. "Primero que nada, hay algo que debes saber. Después de que caíste en el coma..."
No siguió, al ser interrumpida por las tan familiares alarmas de NERV que se activaban cada vez que atacaba un Ángel. Yo misma abrí mucho los ojos al oírlas.
Después de todo, la guerra contra los Ángeles al parecer aún no había terminado.
"¡Qué sucede!" Misato gritó al instante por el comunicador en su muñeca. Al principio pensé que se trataba de un simple reloj pero al ver esta nueva función verifiqué que era algo más que eso.
"¡Las 15 líneas de defensa enfrente de los Cuarteles acaban de ser eliminadas en un único ataque!. ¡Él no tardará nada en llegar!" la voz de... la ¿Teniente Ibuki? se escuchó, muy nerviosa, pero no pude evitar pensar en lo que dijo.
¿Él?
"¿Cuánto tiempo tenemos?" preguntó muy tensa la Mayor mientras daba vuelta y echaba a correr por donde vino. Lo mejor que pude dada mi condición actual, la seguí corriendo.
"2, 3 minutos a lo máximo".
"¡Prepara el lanzamiento, enseguida estaré ahí!" y tras decir esto, cortó su comunicación.
¿Lanzamiento?. ¿Mandarían a un EVA para enfrentar lo que fuera que estaba atacando?
Decidida a averiguar mis respuestas, seguí avanzando.
Estábamos sin duda en el Dogma Central.
El lugar era casi idéntico a como lo recordaba, pero las diferencias eran notables.
El piso superior donde siempre estaban apostados el Comandante y el anciano ya no estaba. Al igual que esas personas tampoco.
Entré junto con Misato al lugar y al hacerlo, varios de los técnicos de ahí jadearon por la impresión y la sorpresa al verme. No podía culparlos, no todos los días se veía a una belleza como yo, me dije a mí misma mientras sonreía a pesar de escuchar las alarmas.
Pasando mi vista por el lugar, pude ver unos cuantos rostros familiares, no muchos, pero sí unos cuantos. El que había sido el Teniente de lentes... Hyuga creo se llamaba ahora mostraba en su uniforme la insignia de Mayor. Tenía una expresión grave en la cara y noté que sus gafas ya no eran las gruesas de pasta dura que lo hacían parecer un ratón de biblioteca, sino que ahora vestía unas de montura delgada y metálica, de color azul. El hombre ni siquiera se giró cuando entramos.
A su derecha, la distinguí únicamente por su pose y las manos en los bolsillos de la bata de laboratorio. La Doctora Akagi. Pero... no tenía el cabello rubio, además de tenerlo un poco más largo. Al verme, la mujer alzó una ceja y nada más. No hizo ningún comentario.
Y en el puesto de los Tenientes, sólo reconocí a Ibuki, de igual forma, el cabello lo llevaba más largo, amarrado con una pinza. Era la única persona que no parecía haber cambiado mucho. El resto del personal me era desconocido.
"¡Enemigo acercándose!. ¡Está justo encima nuestro!. ¡Lo muestro en pantalla principal!" dijo Maya.
Y se me escapó un jadeo que seguramente todos en el puente oyeron.
Las diferencias en el cuerpo no eran muchas, sólo unos patrones y combinaciones de color negro, dándole la apariencia de un tigre de bengala. La armadura con apariencia filosa en brazos, piernas y cabeza. Quizás lo más llamativo eran las ocho alas de color dorado, casi traslúcido que emergían de su espalda.
La pantalla mostraba a la figura enfrente de una placa de blindaje de la cual salía disparada una lluvia de proyectiles y misiles, pero el Campo-AT del ser los bloqueó como si fueran guijarros. Extendiendo una mano con la palma abierta, un resplandor blanco salió disparado contra la estructura.
La explosión fue brutal y el monitor cegó a todos por el brillo blanco de la explosión, la cual tomó la forma de una cruz gigantesca. Se me heló la sangre al recordar el ataque del Catorceavo Ángel. El temblor que se sintió al parecer inquietó a todos los presentes, pero yo seguía mirando incrédula la pantalla, sin prestar atención a nada más.
Una vez que se disipó la luz, vi que la estructura de defensa ya no estaba, sólo un cráter humeante en su lugar era todo lo que quedaba. Y de entre el polvo que se alzaba, las alas revolotearon un poco para dispersarlo y pude verlo claramente.
El EVA-01, con su armadura púrpura y negra, flotando en el aire. Cruzado de brazos en una actitud de superioridad y desprecio.
"Cuanto tiempo sin vernos, Comandante Katsuragi", dijo una voz cínicamente, producto de un canal de comunicación venido del EVA, el cual mostró en la pantalla a su ocupante.
No podía creerlo, pero... el timbre de la voz... el aspecto del piloto...
"¿Shinji?" susurré.
Notas del autor: bien, sólo coloco el primer capítulo para decirme a mí mismo "un proyecto más en el que debes trabajar" ¿La razón? Porque si no lo hago, se quedaría ahí, perdido en mi mente sin completarse jamás.
El motivo por el cual me vino a la mente esto fue que me he cruzado con muchos fics de Evangelion que tratan del despertar de Asuka luego de su coma y son en extremo WAFF. Ahora bien, tras ver un capítulo en particular otra vez de "Danny Phantom" ('The Ultimate Enemy') se me ocurrió la idea de "¡Hey!. ¡Esto se ve muy factible!. ¡Veamos si el desarrollo se acopla bien a Evangelion!" y a mi parecer, así fue.
Esto a mi parecer no es como algún otro fic que haya podido ver en algún otro lado (tanto en español como en inglés) debido a todas las acciones, giros y revelaciones que tengo pensadas pero primero termino LADC y después seguiré con esto.
Gracias a Theblacksun y a BurningFlower por la prelectura y correcciones.
Escrito el 30 de Octubre del 2006
