Las buenas noticias

-Fernanda, despierta y levántate o perderás el expreso.- dijo la madre antes de salir de la habitación.

La chica miró el reloj muggle sobre la mesa de noche; hacía veinte minutos que debió haberse levantado para llegar puntual al andén, pero ni eso la hizo apresurarse un poco mas. No fue hasta que su madre toco a la puerta cuando tomó la ropa que utilizaría para llegar al andén y entró a la regadera.

Al salir, posó frente al espejo y comenzó a vestirse. Su cuerpo era delgado, a ella no le incomodaba serlo, y su cabello castaño largo hasta la cintura era de las cosas que más le gustaba de ella misma. Al terminar de ponerse los zapatos, recogió su cabello en una coleta y salió del baño. Ya no tenía tiempo de desayunar. Salió de su casa con su lechuza Harvey en el brazo izquierdo. AL subir al auto y dirigirse hacia la estación, comenzó a recordar que hacía unos días había recibido su quinta carta de Hogwarts, y no solo era diferente en los libros, si no que venía con algo más: la insignia de prefecta de Ravenclaw había hecho que su mamá se pusiera muy exigente. Eso no era lo que le preocupaba a Fer: el chico que le gustaba era un verdadero rufián, y no quería que los únicos momentos en los que pudiera hablarle fuera porque rompiera una regla enfrente de sus narices y que ella tuviera que castigarlo.

Sus ojos castaños obscuros miraban por la ventana el mundo del cual de había separado hacía ya una larga temporada, y se puso a recordar lo aterrada que se sentía hacía cinco años al pensar que tenía que correr hacia un muro para llegar al andén donde la esperaba el expreso que la llevaría hasta Hogwarts.

Este año todo cambiaría; desde que la nombraron prefecta y con la idea de los exámenes de Timos, ella sabía que este año no sería lo mismo y que una vez más, Sirius Black no la vería y no la invitaría a salir.

Al llegar a la estación pudo ver rostros conocidos, pero debido a que ya no había mucho tiempo, todos corrían hacia la plataforma 9 ¾. Al subir al expreso, no pudo notar que Severus Snape iba justo detrás de ella.

-No estorbes, inmunda sangre sucia.- dijo empujándola. Definitivamente se había levantado con el pie equivocado.

-¡Fer!, por aquí.- escucho pocos metros después.

-¡Annie! Esperaba verte desde hace semanas.-

- Yo también, pero tu como siempre, llegado tarde .- ambas rieron y entraron para ponerse cómodas y platicar sobre el verano, pero Fernanda había olvidado que tenia que ir al vagón de los prefectos.

Recién se habían sentado cuándo dos caras conocidas aparecieron por la puerta: Alex Thomas y Sean O'Connor. Alex y Annie eran muy parecidos: delgados, morenos, incluso el cabellos de ambos era largo, solo que el de Annie llegaba a media espalda u el de Alex hasta la nuca. Los ojos de Annie eran verdes, y los de Alex obscuros y daba la impresión de que fueran negros. Sean era diferente; era alto de cuerpo musculoso, su cabello era corto y castaño muy claro, sus ojos azules. Era golpeador del equipo de Ravenclaw y el mejor amigo de Annie.

-¡Hola chicas!- dijo sean con gran emotividad mientras que tomaban asiento frente a ellas.

– Le tenemos buenas nuevas a Annie.- dijo Alex antes de que ellas pudieran decir nada.

- ¿A mi?... ¿De que se trata?-

-Conseguimos que Neal nos dijera quienes serían los prefectos de Gryffindor. – dijo Alex con mucha emotividad.

-Y nos dijo que Evans sería la prefecta.- continuó Sean

-¿Y eso a mi que me puede agradar?... Es decir, bien por ella, es una gran chica pero…-

-El punto es que hablamos también con Pettigrew.- la interrumpió Alex con cara de fastidio.

-Y nos dijo que tu amado Lupin estaría con ella en el vagón de los prefectos.-

-¿Remus?- A Annie le brillaron los ojos. Fer reparo que ella también estaría con Lily y Remus en ese vagón.

-Pues pudieron haber esperado a unos minutos.- dijo levantándose de si asiento y disponiéndose a salir.- así no hubieran tenido que juntarse con ere Pettigrew, ahora no se lo quitarán de encima.- y se marchó.

-¿A dónde va?- pregunto Alex

-¿y que le ocurre?- dijo sean con aire de preocupación en el rostro.

-Al vagón de prefectos. Me envió una lechuza hace u par de días. Antes de terminar el año hicimos una apuesta ella y yo, y dijimos que si Miriam era nombrada prefecta yo la invitaría a Hogsmade, pero como la nombraron a ella, me debe una salida a Hogsmade. Es solo que no le agrada la idea de ser prefecta, más que nada por que Black es algo desastroso.-

-Bueno, al menos ella y Lupin tendrán contacto y así podrás acercarte a el.- dijo Alex en tono de burla.

-No seas así, que tu desesperado amor por Evans te tiene fuera de este mundo desde que se puso el sombrero seleccionador hace cinco años.- dijo Sean provocando que Annie soltara una carcajada y que Alex tomara un color rojo tomate hasta las orejas.

Así que Fer caminó hasta el vagón de los prefectos, y andando así como en otro mundo llena de fastidio, tropezó con alguien. Un chico alto de cabellos obscuros, fortachón y todo un galán… Sirius Black. El impacto fue tal que ambos quedaron tumbados en el suelo del expreso y ella se sintió avergonzada con el chico.

-Canuto, ten más cuidado.- la ayudó a levantarse un chico alto de cabello oscuro y despeinado: James Potter.

-Discúlpame, no vi que venías.- Sirius se puso algo nervioso al ver la insignia de la chica.

-Descuida… yo… vengo algo distraída.- dijo la chica tratando de no parecer nerviosa.

-Oye… tu… ¿eres amiga de Evans?- dijo James con una muy extraña curiosidad.

-Algo así… pero ¿por que?- dijo ella tratando de correr hacia el vagón y zafarse de los chicos. Como siempre, ya iba tarde.

-Por nada… te veré después.- dijo James recargándose en Sirius para recoger algo que vio en el suelo.

-Si claro, adiós.- Y se marchó corriendo hacia el vagón.

-¿Que tienes en la mano Cornamenta?- preguntó Sirius tratando de ver lo que había recogido su amigo.

-Nuestro pase a las Chicas de Ravenclaw.- dijo James con un tono engreído, dio unos golpecitos en el pecho de su amigo y se fue seguido por el.

Por andar a las prisas, Fer tropezó nuevamente con otro merodeador. Remus Lupin. Ambos chocaron frente a la puerta del vagón de los prefectos, así que antes de pedir disculpas, entraron.

Al salir, Remus se acercó a la chica que ya estaba fastidiada de pensar en el completo cumplimiento de las reglas del castillo.

-Ni siquiera te pedí una disculpa.- dijo el joven de cabello castaño con la mirada fija en los ojos de la chica. Esta no pudo dejar de dibujar una sonrisa.

-Descuida, ambos íbamos a las prisas.-

-¡Fer!, ¿Cómo ah estado el verano?- dijo la voz de Lily Evans, una chica pelirroja de Gryffindor con la que había compartido vagón el primer año que viajaron en el expreso a Hogwarts.

-Bien, me da mucho gusto verte.-

-También me da gusto, y me agrada mucho que ambas seamos prefectas.-

-Tus padres deben estar muy orgullosos.- dijo Remus viendo la alegría repentina de Fer. Esta sombró su rostro.

-Mi madre lo está.- y sin decir mas se disponía a retirarse cuando Neal, prefecto de Ravenclaw la llamó por la espalda

-¿Puedo hablarte un momento?-

-Claro. Disculpen chicos, los veré después.-

Caminaron unos pasos para alejarse de la gente que salía del vagón para reunirse con sus otros compañeros. Por fin se detuvieron y Neal dijo:

-Me alegra tener motivos para acercarme a ti.-

-¿Cómo?- la frase la tomo por sorpresa.

-Olvídalo. Me gustaría pasar más tiempo contigo. Cinco años en la misma casa y aún no nos conocemos bien.-

-Seguro.-

-¿te veo en el Gran Comedor?-

-Si, ahí estaré.- y dicho esto se marchó.

-Te gusta, ¿verdad?- dijo Lily a Remus cuando Fer se marchó con Neal.

-¿De que hablas?-

-Es una gran chica, mejor que los chicos con los que te juntas.-

-No me gusta, ¿de donde sacas eso Lily?- y se marchó en busca de sus amigos.

Cuando fer llegó con sus amigos, fue recibida con abrazos y risas, lo que la puso de mejor humor.

-Cuéntanos, ¿Cómo te fue con mi chico?- dijo Annie cambiando de asiento quedando entre los dos chicos y dejando de un laso a Fer en el otro lado.

-Si, cuéntanos, a Alex le gustaría saber como está Evans.- Alex se puso rojo como tomate y no dijo nada, solo miró al suelo mientras escuchaba las risas de los demás.

-Creo que no es tan malos, después de todo, Lily es una chica muy linda.- dijo mirando a Alex, que seguía mirando al suelo.- y Remus es…-

- ¿es que?...- dijo Annie ansiosa.

-Digamos que es muy peculiar.

Ante la mirada de extrañeza de los chicas, les contó que se había tropezado con el antes de entrar en el vagón, que habían platicado al salir, y la platica con Neal. No les dijo que había cruzado un par de palabras con Sirius y con James, ya que prefería mantenerlo en secreto.

Cuando el tren disminuyó su velocidad, Neal apareció en la puerta del compartimiento y pidió a Fer que lo acompañara para organizar a los niños de primer año. Al salir ella, los otros tres chicos se dispusieron a salir hablando de lo diferente que sería Fer si se llegara a interesar en Neal.

Mientras tanto, los merodeadores, o al menos tres de ellos, estaban en plena situación.

-¿Me vas a decir cual es el dichoso pase a las chicas de Ravenclaw?- Decía Sirius mientras bajaba sus cosas de la rejilla.

-Ya te dije que pronto lo verás.- dijo James.

-En mi opinión Cornamenta, creo que sería mejor que nos dijeras cual es el "brillante plan" que tienes en mente.- Dijo Peter tratando de no tropezar con el baúl de Sirius.

-Colagusano- dijo Sirius inmovilizándolo con un brazo por la espalda.- no creo que ninguna chica se llegara a interesar en una rata como tu.- James comenzó a reír tanto que tubo que sentarse.

- No tienen que saber que somos animagos… y menos la forma que tomamos.- dijo Peter tratando de soltarse de su compañero quién tropezó y callo de lleno en el baúl de James

-No te preocupes.- dijo James tratando de contener la risa.- estoy seguro que hay alguien para ti en algún lugar…

-Si.- dijo Sirius.-… de las alcantarillas.- y con esto rieron los chicos mientras que Peter trataba de golpearlos para que callaran mientras que pasaban unas chicas de Hufflepuff frente a la puerta del compartimiento que estaba abierta. El expreso se había detenido.

Al bajar del expreso al andén, los chicos corrieron hacia la multitud que esperaba los carruajes que los llevarían hasta el castillo. A lo lejos, James podía ver a Lily junto a los chicos de primero, Sirius podía ver a una chica linda que estaba hablando con Alice, y Peter miraba a una cara conocida, una chica con la que había salido en el verano, su nombre era Grace Bowie y pertenecía a la casa de Hufflepuff.

Alice y Annie estaban unos cuantos metros delante de Grace y sus amigas, hablando de los planes que tenían para el año que comenzaría en pocos minutos. Subieron al carro que llegaba y se dirigieron al castillo acompañadas de Mindy y Jaz (Gryffindor) y Regi y Miriam (Ravenclaw).

Otro año comenzaba, pero nada de lo que pasaría estaba contemplado en las mentes de las chicas ni en las de los chicos. Todos estaban seguros que no habría novedades en el nuevo año, pero el profesor Albus Dumbledore estaba preocupado, ya que las artes obscuras estaban retomando fuerza, y no sabía de donde venia aquella malignidad. El tenia que mantener a salvo el colegio y además tenia que disimular que nada estaba pasando, ya que el ministerio de magia tenia ciertas reglas para la seguridad de los colegios, y una de ellas era la discreción. Ahora los alumnos comenzaban a entrar al castillo, así conservo la calma y se dispuso a tener un año tranquilo.

CONTINUARÁ